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¿Se puede ser feliz?

Gracias por aparecer en mi vida, Alex

Gracias por aparecer en mi vida, Alex

Gracias por aparecer en mi vida, Alex

Esas palabras danzaban una y otra vez en la mente de la latina ocasionando una opresión en su pecho. ¿Por qué las cosas tenían que complicarse? ¿Por qué precisamente que quería (y debía) alejarse de Severus, el chico le decía eso? ¿Ahora qué haría?

—¿Tengo que decirte «te lo dije»? ¿O ahí muere?

—¡No me estás ayudando, Xóchitl!

Estaban en la habitación de Alex y la chica colocó un encantamiento silenciador, al estar a solas la castaña llamaba a su brije por su verdadero nombre. La chica volvió a recostarse en su cama (se había incorporado, fulminando con mirada a la loba) y abrazó con fuerza su almohada. Necesitaba encontrar la forma en que Severus se alejara de ella; para su mala suerte esa era la pregunta del millón: ¿cómo?

—Por mucho que quieras arreglar este desastre, tienes que ir a clases —recordó la brije, sin apartar la mirada de su lectura

Alex rodó los ojos ante el comentario. Recogió su mochila y salió de su habitación. Llegó a la Sala Común y vio a los demás alumnos salir.

—¡Alex!

La latina dio media vuelta y su corazón saltó al ver a Severus yendo hacia ella con una gran sonrisa.

—Buenos días, Severus

—Buenos días, Alex ¿vamos a desayunar?

—Sí

—Ustedes dos no pensaran en dejarme ¿cierto?

La castaña y el azabache se volvieron hacia el origen de la voz. Regulus los veía con una ceja arqueada y de brazos cruzados, daba la impresión de que estaba ofendido o algo así.

—Por supuesto que no te dejaríamos, Reg —aseguró Severus, abrazando por los hombros a si mejor amigo

Esa acción sorprendió muchísimo al menor Black y a la latina ¿desde cuando el azabache se mostraba afectuoso? El chico se percató de las miradas de sus amigos y los miró confundidos.

—¿Qué?

—No, nada —respondió Alex

Regulus carraspeó y les recordó a los mayores que debían ir a clases, a lo que Severus añadió que primero tenían que desayunar. De nuevo, Alex y Regulus se miraron sorprendidos ¿qué bicho le pico al, normalmente, frío y serio Severus Snape? En todo el camino al Gran Comedor ambos indagaron respecto al cambio radical de actitud de amigo, esto se agravo cuando, en la entrada al Gran Comedor, se encontraron con Lily y Severus la saludó con mucho ánimo, tanto que le dio un gran abrazo a la pelirroja ocasionado que la levantara por unos segundos del piso.

Una vez con los pies en la tierra, Lily miró boquiabierta a su hermano.

—De acuerdo... ¿Quién eres y qué hiciste con Severus Snape?

—Que graciosa, Lily ¡claro que soy yo!

—Pues no lo pareces

—Que mala

La pelirroja se cubrió la boca con una mano para contener la risa que amenazaba con salir; Severus había hecho un puchero y ante los ojos de la pelirroja era lo más tierno que vio en su vida. Alex y Regulus estaban boquiabiertos; muy bien... comenzaban a entrar en pánico con esto ¿Qué carajos le pasaba a Severus? ¿Por qué ese repentino cambio de actitud? Apenas el fin de semana anterior fue el cumpleaños de su amigo y... ¡ahí estaba la respuesta! El fin de semana dedicado completamente a celebrar al azabache fue cuando el chico empezó a actuar diferente; era como si una parte de él finalmente hubiera salido. Alex y Regulus se miraron con una sonrisa triste; Severus al fin podía ser feliz y en cualquier momento esa felicidad sería empañada con la partida de la castaña.

—Todo el mundo sabe que los Slytherin son un estorbo, pero no creí que para todo

Los cuatro amigos se volvieron hacia el origen de la voz que arruinó su momento de paz y diversión. Eran los Merodeadores y quien habló fue Sirius. Lily y sus amigos Slytherin ignoraron al mayor Black e ingresaron al Gran Comedor, para pesar de la pelirroja tuvo que separarse de sus amigos para ir a la mesa de Gryffindor, por suerte la chica también tenía amigos y amigas en su casa, pero nadie superaba a las tres serpientes.

—Bueno, no todo podía ser tranquilidad —dijo Severus, sentándose a la mesa y empezando a servirse—. Pero eso no significa que se saldrán con la suya como siempre

—¿Qué estás pensando, Severus? —preguntó Alex, mirándolo entre preocupada y curiosa al igual que Regulus

—Es una sorpresa —respondió sin más el azabache guiñándoles un ojo a sus amigos—. Ya es momento de que ese cuarteto de idiotas reciba una cuchara de su propia poción

La latina y el menor Black se miraron estupefactos. Obviamente pasaron todo el fin de semana con él ¡¿así que qué carajos se perdieron que ocasiono ese cambio radical en el chico?! Después de un peculiar desayuno, los tres amigos se reunieron con Lily en la puerta del Gran Comedor y se fueron a sus respectivas clases, Regulus a Historia de la Magia y Severus y las chicas a Encantamientos.

Todo el día Severus estuvo con ese carácter alegre atrayendo la atención de los estudiantes y profesores, a tal punto que los adultos llamaban al azabache, al termino de las clases, para preguntarle por su salud; al principio le chico respondía animado y respetuoso, pero cuando los docentes persistían ahora sí regresaba a su carácter frío y sarcástico ocasionando que las primas se lo llevaran casi arrastras del aula para evitar problemas.

—Oigan ¿Cuándo fue la ultima vez que le hicieron una broma a Snape? —preguntó Peter a sus amigos, saliendo de DCAO—. Porque sea lo que sea, creo que esta vez se les paso la mano

—Esa no fue nuestra culpa, Colagusano —respondió James—. Pero hay que admitir que esta nueva actitud de Snape asusta

—Lo que se que le sucediera, me alegro mucho por él —comentó Remus, a lo que James y Peter lo miraron como si hubiera enloquecido o algo parecido—. ¿Qué?

—¿Estás bien, Lunático? —preguntó preocupado el de lentes—. Entiendo que el ser amable y gentil con los demás es natural en ti, pero ¿qué te preocupes por Quejicus? Es aterrador

El castaño rodó los ojos, era increíble lo inmaduros que podían llegar a ser sus mejores amigos y para su mala suerte así los quería. Sirius estaba inusualmente callado; no podía negar que el estado de ánimo actual de su "presa" era extraño, pero a la vez peculiar ¿Qué le habría sucedido durante el fin de semana para que tuviera ese cambio de actitud? Algo le decía que tenia que ver con cierta castaña extranjera lo que ocasiono que se enfureciera ¿Por qué la insistencia de Jones de pasar el tiempo con un rarito como Snape cuando podía pasar el tiempo con alguien más atractivo e interesante, como él? Llegó el momento de arruinarle su felicidad a ese murciélago grasiento porque no se lo merecía.

Sirius Black no era el único que estaba molesto con el nuevo comportamiento de Severus Snape, también Lucius Malfoy; este se enteró gracias a Avery y Mulciber puesto que ellos fueron asignados por el rubio la misión de vigilar al azabache y notificarle de inmediato al heredero Malfoy en caso de alguna anomalía, como esa.

Lucius daba vueltas por su habitación ¿qué le ocurría a Snape? ¿por qué de pronto actuaba de esa manera cuando durante años había sido frío e hiriente con todos a su alrededor? A menos que fuera obra de ese par de Sangre Sucias, específicamente la extranjera. El azabache comenzó a cambiar poco a poco su comportamiento y pensamientos después de que ese muggle que el chico tenía por padre fuera encarcelado y se agravo por esa impura castaña. No era la primera Sangre Sucia con la que Snape interactuaba, pero Lily Evans nunca logró hacer un cambio significativo en el joven Slytherin; algo tenía esa extranjera que logró hechizar al futuro mortífago y no permitiría que una impura desconocida arruinara sus planes.

El heredero Malfoy le habló al Señor Tenebroso sobre este prodigio de las pociones y su señor estaba tan impresionado que estaba dispuesto a permitir que un mestizo se uniera a sus filas; esto ayudó a que Lucius subiera de rango en las filas intimas de Lord Voldemort ¡y estaba a punto de perderlo por esa Sangre Sucia! Una impura era una impura, aun tratándose de una Slytherin. Eso empeoro el estado de ánimo de Lucius ¿cómo mierda era posible que la castaña estuviera en la honrosa casa de Slytherin! Cuyo fundador fue quien más presento su odio y desprecio hacia los muggles y Sangre Sucias, marchándose de Hogwarts porque él no estaba de acuerdo de que esa escoria profanara la escuela.

—¿Quién rayos es en realidad Alex Jones? —se preguntó a sí mismo Lucius

Bueno, ese no era un tema de importancia; lo importante aquí era evitar que Severus se desviara del camino y para eso debía eliminar los obstáculos. Tomó su capa de viaje, se aseguró de tener su varita y en el bolsillo y se encamino al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería; necesitaba eliminar el problema de raíz y entre más pronto lo hiciera, mejor.

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—Sev, no sé qué te ocurre, pero me alegra mucho verte tan feliz —comentó Lily, saliendo de Herbología

—Lo único malo de esto es que lo hice de golpe —dijo Severus—. Todos los profesores me han estado preguntando "si estoy bien" ¡incluso han querido enviarme a la enfermería o ir a ver a Dumbledore! Que ridiculez

—¿Y qué esperabas? —preguntó Alex—. ¡Si es un cambio radical! Ya están comenzando a esparcir rumores y uno de ellos es que te hicieron algo los Merodeadores

—¡Qué horror! —dijo Severus. Los tres se dirigieron al patio de la Torre del Reloj y se sentaron en uno de los bordes de la fuente—. ¿Cómo la gente puede creer siquiera que ese cuarteto de idiotas haga algo bueno por mí?

—Nunca dije que fuera "algo bueno" —aclaró la latina—. Siendo esos cuatro obviamente lo atribuyen a alguna de sus bromas

—Eso tiene lógica

—Como sea —interrumpió Lily—. Revisemos lo que tenemos de tarea para así seguir estudiando para los T.I.M.O.'s

—Lily —se quejó la latina—, mejor descansemos un momento, por favor. Ya tenemos suficiente con todos los deberes que nos han dejado precisamente por los T.I.M.O.'s

—¡Con mayor razón debemos estudiar! ¡Sabes perfectamente que los resultados de nuestros T.I.M.O.'s definirán nuestro futuro!

Alex no pudo convencer a su prima, así que a regañadientes los tres tomaron sus mochilas y sacaron sus libros de Transformaciones. Severus hojeaba el suyo cuando de pronto alguien se lo arrebató de las manos, lo empujó y cayó dentro de la fuente. Las primas se levantaron y miraron preocupadas al azabache, sentándose en la fuente y tosiendo a causa del agua que tragó al momento de caer.

—Buena idea al venir a la fuente, Quejicus —dijo burlonamente Sirius— ¡así finalmente tomarás un baño y te quitarás la grasa del cabello!

—¿Por qué no van a ver si ya puso el murtlap? —preguntó sarcásticamente Alex a los Merodeadores

—¿Qué?

—¡Lárguense de aquí!

La latina se acercó a Severus y le tendió una mano ofreciéndole su ayuda. El azabache iba a tomarla, pero una nueva burla de Black lo detuvo.

—Sigo sin entender porque tú, Evans y mi hermanito defiende a este perdedor. ¡Es un fenómeno amante de las Artes Oscuras! No me sorprendería que saliendo de Hogwarts se una a Quién-Ustedes-Saben

De todas las palabras dichas por el Gryffindor, solo una de ellas resonó con fuerza en la mente de Severus: Fenómeno. Así es como Tobías siempre lo llamó desde que hizo magia accidental por primera vez, y esa palabra siempre era acompañado de insultos y golpes. De hecho, parte de la oración de Black trajo de vuelta uno de los insultos de su padre:

Con o sin su anormalidad, no entiendo porque te empeñas en defenderlo, Eileen. ¡Míralo! ¡Es un fenómeno! ¡Nunca será nada en la vida! ¡LO MEJOR QUE PODRÍA HACER ES MORIRSE!

Creía que esos recuerdos habían desaparecido o que estaban enterrados en lo más profundo de su memoria. Esto ocasionó que la felicidad que empezaba a salir desapareciera en un segundo provocando que volvieran la tristeza y la miseria. ¿Y si Tobías tenía razón y lo mejor que podía hacer era morir?

El sonido de una bofetada lo sacó de sus depresivos pensamientos. Severus levantó mirada y vio a Alex con la mano levantada y a Black con el rostro a un lado y la mejilla izquierda roja. La latina le gritaba al Merodeador, pero el azabache no entendía lo que decía, era como si todo a su alrededor estuviera a kilómetros de distancia. Severus por fin se puso de pie, llamando la atención de las primas y los Merodeadores.

—¿Severus? —llamó Lily

El chico no respondió. Con la cabeza baja, salió de la fuente y se fue corriendo de ahí ignorando los llamados de sus amigas. Una vez que Severus se perdió de vista, Alex se volvió hacia Sirius y lo fulminó con la mirada.

—¡¿Alguna vez en tu vida vas a dejar de tirar mierda por el hocico?!

—Cuida ese lenguaje, Jones —dijo Sirius, recompuesto de la bofetada—. No es digno de una dama

—¡Me importa un carajo! ¡Te crees mucho por ser atractivo y una estrella del Quidditch! ¡PERO SIMPLEMENTE ERES UN MATÓN QUE ERRONEAMENTE CREE QUE TIENE EL DERECHO DE HUMILLAR A LOS DEMÁS POR QUIENES SON Y SUS GUSTOS!

Sin darle oportunidad a Sirius, o cualquiera de los presentes, de decir algo, Alex recogió sus cosas y las de Severus con un movimiento de varita, las cargó y salió corriendo de ahí, debía encontrarlo lo más pronto posible.

La latina buscó desesperadamente al azabache por todo el castillo. Revisó en los lugares que el chico acostumbraba ir (biblioteca, límite del Bosque Prohibido, orilla del Lago Negro, la Torre de Astronomía, un aula en desuso de las mazmorras...), pero al no hallarlo por ningún lado su miedo y preocupación aumentaba alarmantemente ¿adónde se había ido?

Alex llegó a los invernaderos y busco en todos provocando que la ansiedad aumentara, aunque la chica lo creyera imposible. Llegó al invernadero siete, el último, y sintió su corazón detenerse al ver una cuerda en el centro del aula siendo colocada por... Severus.

No, no, no ¡NO! Era imposible, no podía ser lo que creía. Severus iba a...

La latina entró como alma que lleva el diablo al invernadero en el momento que el azabache se colocaba la cuerda alrededor del cuello; la castaña, mientras corría hacia él, rápidamente sacó su varita y cortó la cuerda a la vez que se abalanzaba contra el chico haciendo que ambos cayeran al suelo. Los dos permanecieron tendidos en el suelo por unos segundos, hasta que Severus se incorporó, aun con Alex sobre él, y miró a la chica molesto.

—¿Por qué hiciste eso? —preguntó enfadado el chico

El azabache sintió a la latina estremecerse y afianzar su agarre. Sintió unas vibraciones contra su pecho, Alex habló, pero no pudo entender ni una palabra. Preguntó qué dijo, a lo que la chica se apartó de él, sin soltarlo, y mirándolo seriamente al rostro.

—«¿Por qué hice eso?» «¡¿POR QUÉ HICE ESO?!» ¡Carajo! ¡¿TÚ POR QUÉ HICISTE ESO?!

—¡PORQUE ERA LO MEJOR PARA TODOS! —Esas palabras dejaron pasmadas a Alex. ¿De qué estaba hablando? Al ver la expresión de Alex, Severus suspiró y prosiguió—. ¿No te has dado cuenta de que todas las personas que están cerca de mí terminan sufriendo?

—¿Qué?

—Mi madre desde que nací. Tú, Lily y Regulus simplemente por ser mis amigos, pero en especial tú

—¿Yo? ¿Por qué?

Severus miró pasmado a Alex, sin querer habló de más. Apartó la mirada provocando que la latina lo mirara con el ceño fruncido; la castaña sujetó la barbilla del azabache y movió su rostro obligándolo a que la mirara a los ojos.

—Severus Snape, explícate ahora mismo

El aludido movió el rostro soltándose del agarre de la castaña; no tenía opción, debía decirle la verdad a Alex, tal vez eso ayudaría a que se alejara de él o que le permitiera seguir con lo que estaba haciendo.

—Antes de que tú llegaras (inicios de mi cuarto año para ser exacto), Lucius Malfoy nos escribía cartas casi a diario a Reg y a mí para convencernos de unirnos al Señor Tenebroso

La sorpresa de Alex no fue del todo fingida; no le sorprendía que Severus mencionara la oferta de unirse a Voldemort porque en su época ya lo era como espía, lo que no esperaba era que la decisión del azabache no fuera del todo por iniciativa propia sino que Lucius Malfoy lo incitó a hacerlo.

«Solo porque pongo en riesgo la existencia de Draco, porque sino a ese rubio oxigenado lo...»

—¿Unirte a Vol... Quien-Tú-Sabes? ¿Estás loco? —exclamó la latina. Después de haber mencionado el nombre de Voldemort en la casa del Sr. Rickman, la castaña tuvo que mal acostumbrarse a no decirlo

—Honestamente, sí pensé hacerlo porque quería vengarme de mi padre y de los Merodeadores —explicó Severus—. Pero ahora que Tobías está encarcelado ese deseo de vengarme de los muggles desapareció. Y respecto a ese cuarteto de idiotas, me di cuenta de que solo son riñas infantiles que no deberían irse a los extremos

—Entonces ya no te unirás a él ¿cierto? ¡Ya todo está arreglado!

—¡No, no lo está!

—¿Por qué lo dices?

—Porque no es fácil echarse para atrás

—Pero eso solo sería si ya tuvieras... —esa idea hizo palidecer a la latina y miró suplicante al azabache—. ¡Por favor dime que no tienes grabada la Marca Tenebrosa!

—¡Por supuesto que no! —bramó Severus. Le mostró su antebrazo intacto a la castaña y ella respiró aliviada—. Con no poder echarme para atrás me refería a que di mi palabra de unirme al Señor Tenebroso y ya no puedo retractarme

—¡¿Qué?! ¡¿Hiciste alguna clase de juramento?! ¡¿Firmaste algún contrato?! ¡¿O algo parecido?!

—Gracias a Salazar no tuve que hacer un Juramento Inquebrantable o algo parecido

—¿Un qué?

—Eso no importa. Lo importante es que Lucius tomó mi palabra como un juramento y ahora que estoy dudando últimamente me ha estado presionando a tal grado de amenazarme.

—¡¿Qué?! ¡¿Quién se cree que es ese rubio oxigenado?!

—Alguien con grandes influencias, tan poderosas que podría arruinar mi vida tan rápido como un movimiento de varita

—¿Y por eso dices que estoy en peligro? ¿Por qué Malfoy te amenazó con hacerme algo sino te unes a los mortífagos?

—Exactamente —Severus apartó a Alex y se cubrió el rostro con las manos—. Por eso te digo que mi existencia es una molestia para todos ¡lo único que he logrado es poner en peligro a la gente que amo!

Las últimas palabras de Severus llegaron hasta lo más profundo del corazón de Alex. ¿Era posible que el chico la amara? Eso era imposible, sin mencionar que era un enorme problema ¡ella no pertenecía a esa época y quien sabe cuándo regresaría a su tiempo Y LO ÚLTIMO QUE QUERÍA ERA ROMPERLE EL CORAZÓN A SEVERUS!

«Me cayo el chahuistle y regacho»

Su problema lo resolvería después, lo importante ahora era ayudar a Severus. Alex tomó con delicadeza el rostro del azabache con ambas manos haciendo que ambos se miraran a los ojos.

—Quiero que te quede muy en claro lo que te voy a decir: Todo lo que te dijeron Tobías y los Merodeadores son mentiras; eso de que lo mejor que podrías hacer es morirte es una mierda. Apenas te estas dando cuenta, pero tienes gente que ama, se preocupa por ti y su vida no sería la misma sin ti. —dulcemente acarició la mejilla de Severus, haciendo que el chico descansara su rostro en la mano de Alex para cerciorarse de que ese tacto era real—. Eres alguien especial e importante, Severus. No vuelvas a permitir que alguien te diga lo contrario y te siga menospreciando, porque eso significa que esa persona esta celosa de ti y quiere minimizarte para sentirse mejor.

Severus estaba sin palabras; nunca nadie (fuera de Lily y Regulus) lo había hecho sentir importante, querido. Las lágrimas hicieron acto de presencia, se deslizaban sin más por las mejillas del chico. El azabache abrazó a la castaña y se soltó a llorar. Alex abrazó con ternura a Severus, acariciando su cabello reconfortándolo. No supieron cuánto tiempo estuvieron en el invernadero, pero tampoco les importaba; lo último que recordaban era ese abrazo antes de caer dormidos.

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