Los sentimientos de Sirius
—Canuto ¿estás bien?
Sirius apartó la mirada del cielo y se volvió hacia James, que estaba acostado en el suave césped junto a él.
—Claro que sí, Cornamenta ¿por qué preguntas?
—Porque desde ese extraño... incidente en el pasillo con Jones y sus amigos has estado actuando extraño. ¿No será que Quejicus o tu hermanito nos hicieron algo estando inconscientes?
—Quejicus también estaba desmayado, por lo que mi hermanito sería la opción mas viable
—O podrían dejar de perder el tiempo con cosas que ya pasaron y ponerse a estudiar para los T.I.M.O.'s —intervino Remus
James y Sirius soltaron un bufido de fastidio, a lo que Remus solo puso los ojos en blanco. La mayoría de las materias las tenían dominadas y no les sería difícil ponerse al corriente con las difíciles, tenían todo controlado. A veces no comprendían esa insistencia de su amigo prefecto de estar estudiando todo el tiempo; también debían divertirse.
Dejando de lado al aguafiestas del castaño, el mayor Black regresó su atención al cielo que se asomaba entre las ramas de los árboles. Estaban en el Bosque Prohibido, pero cerca del borde, pasando el rato holgazaneando un poco, o esa era la idea porque Remus llevó su mochila y se puso a estudiar. Peter estaba dormido (roncaba con fuerza y la baba le escurría por la comisura del labio). Ambos azabaches estaban sumergidos en sus propios pensamientos, pero de pronto James recordó lo ocurrido con el grupo peculiar de amigos y la actitud de Sirius después de este; estaba seguro que Jones, Kogane y Regulus les ocultaban algo por como actuaron en cuanto recobraron el conocimiento y le dijo a sus amigos que debían vigilar a esos tres, pero solo lo ignoraron y Sirius no insistió aunque le molestó mucho la indiferencia de sus mejores amigos. O al menos dos de tres.
—Sirius —el mencionado se volvió hacia su amigo prefecto, quien no apartaba la mirada de su libro—, entiendo que lo sucedido ese día en el pasillo con Alex, Kogane y tu hermano fue extraño —Remus cerró el libro y ahora sí lo miró—, pero ¿no crees que estas exagerando? El hecho de que dos de ellos sean de Slytherin no quiere decir que en automático hagan cosas malas. Lo ocurrió se debió a lo que le dijiste a Severus en el patio de la torre del reloj y era natural que Alex enfureciera y reaccionara de ese modo ¿no crees?
—Estoy de acuerdo con Lunático —secundó James—. No puedo creer que cometiéramos el error de molestar a Quejicus enfrente de Jones después de lo ocurrió en el baño el año pasado. Si lo recuerdas ¿verdad, Canuto?
Como podría olvidar que una chica desconocida defendiera a capa y espada al fenómeno de Snape con magia elemental y dejándolos a él y a James pegados a la pared con hielo. Aunque en el momento de molestar a Quejicus sí olvidó como se comportaba Jones en esas situaciones, pero sentía que había algo más en lo ocurrido de ese día. Los pensamientos de Sirius fueron interrumpidos a causa de un fuerte golpe en su rostro; el ojigris se incorporó rápidamente y miró ofendido a sus mejores amigos.
Cornamenta también se incorporó y tenía las manos levantadas en señal de inocencia, Colagusano seguía roncando. Así que el responsable era Lunático y en efecto él fue, Canuto lo vio acomodándose de nuevo en su lugar y abriendo su libro de nuevo.
—¿Por qué fue eso?
—Para que dejes el asunto en paz y mejor te pongas a estudiar para los T.I.M.O.'s —respondió Remus regresando su atención a sus estudios
Sirius ignoró por completo a su amigo. Se recostó de nuevo en el pasto y regresó sus pensamientos a Jones y sus amigos.
No le agradaba que la chica estuviera en Slytherin, en especial porque más de una vez le pareció que ella no pertenecía a ese lugar, su carácter encajaba más con Gryffindor. En el extraño caso de que el Sombrero Seleccionador se hubiera equivocado ¿Qué demonios hacía Jones con las serpientes? En sus años en Hogwarts, Sirius nunca se había interesado tanto en una chica; él era un alma libre que salía con todas las chicas que quisiera, ni siquiera se molestaba en conocerlas a fondo, ¿entonces por qué ese repetido interés en Alex Jones? Lo único que sí encontraba lógica en su atención hacia ella era el descubrir qué le veía esa chica al grasiento malhumorado de Snape. Porque, más de una vez, le parecía ver que ella sentía algo por... ese.
Empezó a oscurecer, los Merodeadores recogieron sus cosas y regresaron al castillo. Era la hora de cenar así que se encaminaron al Gran Comedor; al momento de entrar Sirius vio a Jones hablando animadamente con Regulus... y Snape. Eso último lo molestó y se fue pisando fuerte hacia la mesa de Gryffindor ignorando las miradas confusas de sus mejores amigos ante su actitud. Remus siguió la mirada del ojigris y de inmediato entendió, además de darle una idea de porque el interés (casi rayando en la obsesión) del mujeriego del grupo por la chica nueva.
En toda la cena, Sirius no apartó la mirada de Alex, haciendo que la chica se percatara de eso y lo descubriera. En cuanto la latina lo vio, el mayor Black puso su mejor expresión galante a lo que la castaña rodó los ojos y regresó su atención a sus amigos, quienes le lanzaron miradas de odio y fastidio. El ojigris estaba impactado; realmente debía haber algo malo con esa chica como para que reaccionara así al verlo. ¡Él era el chico más popular de Hogwarts, por Godric! ¿cómo era siguiera posible que una chica no quisiera mirarlo?
—Vaya, vaya. Al parecer sí existe alguien que se resista a los "encantos de Sirius Black" —se burló James recargando su brazo sobre los hombros de su hermano del alma al ver lo ocurrido—. Si te atrae Jones debiste decirnos en lugar de esa loca idea de "vigilarla". No creí que las chicas difíciles de conquistar fueran tu tipo, aunque también es comprensible porque no eres alguien que le guste lo sencillo...
—¡No me atrae Jones! —aclaró el chico, quitándose de encima el brazo de su mejor amigo—. Insisto en que algo raro paso ese día. Además ¿no les parece extraño que una chica quiera estar con Quejicus, aparte de Evans?
—Sirius, no seas dramático —interrumpió Remus comenzado a cansarse de la terquedad de su amigo—. Admite de una buena vez que te gusta Alex y listo
—¡Que ella no me...!
El mayor Black regresó su atención hacia la latina y se calló al verla con mayor atención. Es cierto que la chica era linda, pero algo tenía que la hacía muy atractiva; podría ser su personalidad. Era la única muchacha de Hogwarts (sin mencionar a Evans) que no se veía interesada en él. Y debía reconocer que le parecía... fascinante.
Terminaron de cenar y los Merodeadores regresaron a la Torre de Gryffindor; James, Remus y Peter conversaban animadamente de lo que harían en la próxima visita a Hogsmeade mientras que Sirius veía a Jones regresar a las mazmorras en compañía de su enemigo y hermano menor.
—¿Qué tanto miras a Alex, Black?
El aludido se volvió encontrándose de frente con Lily.
—¿Qué te hace pensar que veía a tu prima, Evans?
—No te hagas el tonto, Black. O al menos más de lo usual. —la pelirroja se acercó a él haciendo que el chico retrocediera asustado, más de una vez había sufrido la ira de la prefecta y era de temer—. Alex no va a ser una más de tus conquistas, por lo que no pierdas tu tiempo
—No era lo que...
—Te conozco muy bien, Black. Así que déjala en paz, a ella le gusta alguien más
—¿Qué? ¿Pero quién...? ¡Por favor dime que no se trata de Snape!
Por tratar de defender a su prima, Lily se dio cuenta tarde que habló de más. Se alejó de Sirius y regresó a la Torre de Gryffindor. El mayor Black se quedó de pie en el vestíbulo procesando lo que Evans le acababa de decir. ¡Alex Jones enamorada de Severus Snape! ¡¿Alguien pudo enamorarse de Quejicus?! Eso explicaba porque era tan protectora con él ¡pero aún así era una cosa completa y absolutamente irreal! ¡¿Cómo era posible que una persona quisiera a ese grasiento?! ¡El tipo parecía que ni sentimientos tenía!
Aturdido por tal revelación, Sirius regresó a la Torre de Gryffindor; ignoró a las personas que lo llamaban en la Sala Común e incluso a sus mejores amigos quienes, preocupados por su actitud, lo vieron subir a su dormitorio. Los tres Merodeadores se miraron y siguieron a su amigo, encontrando al mayor Black recostado en su cama dándole la espalda a la puerta.
—Canuto ¿estás bien? —preguntó James, acercándose a su mejor amigo
Sirius no respondió. Con un flojo movimiento de varita cerró las cortinas de su cama dándole a entender a sus amigos que quería estar solo. Esa actitud del ojigris solo inquieto al resto de los Merodeadores; ahora sí James y Peter empezaban a creer la loca idea de Sirius de que Jones y Regulus les hicieron algo mientras estaban inconscientes, mientras que Remus solo negaba con la cabeza; el enamoramiento era algo nuevo para el mujeriego y tal motivo actuaba de ese modo. Al día siguiente hablaría con él para ayudarlo.
El dormitorio estaba en calma, los cuatro Merodeadores dormían plácidamente a pesar de los fuertes ronquidos de Peter. O al menos tres de los cuatro amigos. Sirius no podía dormir, su mente aún pensaba en Alex.
Obviamente no la conocía, solamente sabía que era la prima de Lily, venía del extranjero (por su forma de hablar estaba seguro que era latinoamericana, pero no sabía exactamente de dónde) y desde que llegó se volvió amiga de Snape. Bueno, algún defecto debía tener Jones y ese era querer pasar todo su tiempo con el tenebroso de Quejicus, aunque también últimamente la veía pasar tiempo con Regulus y eso era extraño porque su hermano menor seguía al pie de la letra las ridículas creencias de su familia. Eso hizo que su atención hacia Alex creciera más ¿cómo logró hacerse amiga de un Slytherin que venía de una familia que tenía como ideología que los nacidos de muggles eran basura y los muggles animales salvajes? Realmente esa extranjera era única.
Sirius se hartó de dar vueltas en la cama; se levantó, sacó el Mapa del Merodeador del baúl de Remus y la capa invisible de James, recogió su varita y en silencio salió del dormitorio. Eran extrañas las ocasiones en las que uno de ellos deambulara solo por Hogwarts, pero eran esas veces en las que necesitaban estar solos y Sirius aprovecharía para poner en orden su mente... y corazón. Nunca una persona había logrado alterarlo de esa manera, ni siquiera su familia con sus ideologías; algo tenía Alex Jones que ahora no podía dejar de pensar en ella. Esto le estaba causando problemas, a pesar de llevar la capa invisible de James eso no lo volvía intangible y más de una vez estuvo a punto de chocar contra una armadura o estatua, atravesar un fantasma y, lo peor, toparse con Filch y la Sra. Norris. Tenía el Mapa del Merodeador ante sus ojos, pero no lo veía en realidad.
—Jones ¿qué rayos me hiciste? —murmuró Sirius
Llegó a la Torre de Astronomía, se quitó la capa dejándola a un lado de él, en el suelo, junto con el mapa y su varita. Se recargó en la baranda y miró el cielo estrellado. El viento soplaba gentilmente, alborotando su cabello haciéndolo lucir atractivo; el chico se apartó el cabello del rostro riendo irónicamente; con semejante visión estaba seguro que todas las chicas de Hogwarts estarían gritando como locas. Las imaginaba perfectamente, abrazas unas a otras chillando y saltando de la emoción ante la "hermosa imagen" del chico más atractivo de la escuela. Veía a todas y les sonreía arrogante a las Gryffindors, Ravenclaws, Hufflepuffs, incluso a las Slytherins... entonces divisó a Alex; la chica le lanzó una mirada de fastidio soltando un bufido, puso los ojos en blanco y se alejó de ahí yendo al lado de Snape, quien abrazó a la chica y sobre la cabeza de ella le lanzó una mirada de superioridad.
Sirius salió de su fantasía de golpe. Miró a su alrededor, seguía en la Torre de Astronomía. Se pasó una mano por el cabello y respiró profundamente un par de veces para tranquilizarse. ¿Qué demonios acababa de ver? En realidad, imaginar. ¿Por qué incuso debía pensar en Jones en brazos de Snape? ¿Y por qué Quejicus le sonrió de esa manera? ¿Acaso ese grasiento lo estaba retando? Claro, conocía perfectamente a esa oscura serpiente y estaba cien por ciento seguro de que hechizó a Jones para que se interesara en él y esa mirada burlona era porque Snape quería probar que incluso un desadaptado fanático de las Artes Oscuras como él podía conquistar a una chica y quien mejor que su "amiga".
—No sé a que estas jugando, Snape. Pero meter en esto a una chica es muy bajo, incluso para ti —murmuró para sí mismo Sirius—. No estoy seguro de lo que siento por Jones, pero ten por seguro que no dejaré que la lastimes.
Con esa determinación, el chico recogió sus cosas, se puso la capa invisible y regresó a la Torre de Gryffindor.
=====VTVTVTVTVT=====
—¿Ahora qué estas tramando, Canuto?
—¿Eh?
Los Merodeadores estaban en el Gran Comedor a mitad de su desayuno cuando James se dio cuenta de que Sirius miraba con odio hacia la mesa de Slytherin, miró en esta dirección descubriendo que esa hostilidad matutina iba dirigida hacia Snape, quien estaba acompañado, como siempre, por Jones y Regulus; eso fue suficiente para Potter, puso los ojos en blanco, bajo su tenedor y se volvió hacia su hermano del alma, quien ni enterado de lo que hacían sus mejores amigos.
Sirius miró confundido a James ante su pregunta; se volvió hacia Remus y Peter esperando que alguno de los dos le explicara, pero grande fue su sorpresa al descubrir que ambos también lo miraban con suspicacia.
—¿Y a ustedes qué les pasa? —preguntó el ojigris
—Nosotros podemos preguntar lo mismo —dijo Remus—. Desde que llegamos no has despegado la mirada de la mesa de Slytherin y no es difícil adivinar a quiénes estas mirando tanto. Habla de una vez ¿qué te traes entre manos, Sirius?
El mencionado miró dudoso a sus mejores amigos, últimamente no lo tomaban enserio con todo lo que decía y hacía, y estaba seguro que esta vez no sería la excepción; pero, vamos, eran sus mejores amigos ¿qué podía pasar? Les contó su caminata de la noche anterior y su "visión". Los cuatro amigos permanecieron en silencio, el cual incomodó a Sirius, este estaba por decirles algo cuando de repente recibió un fuerte golpe en la cabeza acompañado de estruendosas risas.
—¡Canuto, amigo, ahora sí perdiste la cabeza! —dijo James entre risas
—Sirius Orión Black, eso es lo más absurdo y ridículo que he escuchado en toda mi vida —dijo Remus sobándose el puño con el que golpeó a su amigo
—Cielos, Canuto, no creí que el enamorarte podría tener ese loco efecto en ti —comento Peter. James paró de reír y él, Sirius y Remus miraron perplejos al robusto chico que los miraba confundidos por su reacción—. ¿Qué?
Ninguno dijo nada. Lunático, Colagusano y Cornamenta miraron atónitos a Canuto, quien estaba igual o más impactado que ellos. ¿Amor? Apenas el día anterior sus amigos lo molestaban diciendo que le atraía Jones ¿y ahora le decían que estaba enamorado? ¡Eso ya era una LOCURA!
—¿¡Están locos?! ¡Yo no estoy enamorado! —gritó Sirius, golpeando con fuerza la mesa y poniéndose de pie
El Gran Comedor quedo en silencio y observaban fijamente a Black. Por primera vez en su vida, Sirius odiaba ser el centro de atención; su cara estaba roja y muy probablemente toda la escuela escuchó su grito. Recogió su mochila y huyó del lugar seguido por sus mejores amigos. Lily miró a Alex, Severus y Regulus; los tres Slytherin estaban igual de confundidos que todos los demás. La latina y el azabache miraron al menor quien se encogió de hombros mostrando la misma confusión que sus mejores amigos.
El tema del día en Hogwarts fue la declaración de Sirius Black «¡No estoy enamorado!» acompañado de su ruda reacción en la mesa de Gryffindor.
—No sé porque tanto alboroto por lo que hizo Black —dijo Severus de camino a Cuidado de Criaturas Mágicas—. Todo el mundo sabe que el mujeriego de Sirius Black no ama absolutamente a nadie que no sea a él mismo y a sus amigotes
—¿En verdad Sirius es incapaz de querer a alguien más allá de una "conquista"? —preguntó Alex sorprendida
—Black se creó esa fama por estar coqueteándole a todas las chicas de Hogwarts, y sí, eso incluye a Slytherins. Incluso hay rumores de que lo ha hecho con algunos chicos, pero la mayoría de sus "presas" son mujeres.
—¿Significa que hasta intento algo contigo? —preguntó Alex asombrada y preocupada a Lily
—Solo una vez, fue en tercer año —admitió la pelirroja—. Pero al día siguiente de eso él y Potter aparecieron en el Gran Comedor con moretones y eso provocó que McGonagall descontara veinte puntos a cada uno y un mes de detención. Supongo que fue cuando Potter empezó a fijarse en mí y al ver que su "hermano del alma" se atrevió a coquetearme causó esa pelea
—Aunque ese día fue feliz para mí al ver a ese par de payasos golpeados por ellos mismos, no me agrada el hecho de que los Merodeadores te pusieran el ojo encima —dijo Severus—. Lo único que hacen es jugar con los sentimientos de las personas y eso es lo más bajo que un ser humano puede hacer
—Vaya, se nota que te juntas mucho con un Hufflepuff y una Gryffindor —comentó juguetona Alex
—Esto no tiene nada que ver con las casas. —aclaró Severus deteniéndose, sus amigas hicieron lo mismo—. No es correcto manipular emocionalmente a alguien porque solamente le dan falsas esperanzas y felicidad, los cuales al final se transforman en dolor y miseria
Alex y Lily miraron estupefactas a Severus. La latina iba a preguntarle porque decía eso, pero de inmediato comprendió y se quedó callada. Las primas se miraron apenadas y después a su amigo, ahora entendían un poco más la razón por la que Severus odiaba a los Merodeadores. La castaña iba a decir algo, pero el grito del profesor Kettleburn llamándolos la detuvo. Las primas no volvieron a tocar el tema por temor a incomodar al azabache, quien de inmediato captó lo que sus amigas hacían y se los agradecía; expresó más de lo que hubiera querido, pero le ayudó a desahogarse un poco de la carga emocional que llevaba años cargando en su pecho.
Los tres amigos trabajaban tranquilamente con el Bowtruckle asignado que no se percataron que un par de ojos grises los miraban fijamente, o más bien a Alex y Severus. Sirius estaba tan concentrado en ellos que no escuchó a James llamándolo sino hasta que sintió un fuerte ardor en su mano derecha. Sin darse cuenta sujetó con fuerza al Bowtruckle y este lo rasguñó para liberarse. Remus rápidamente le revisó la mano y se la vendó con su pañuelo.
No solo en Cuidado de Criaturas Mágicas, en cada clase que Gryffindor compartía con Slytherin, Sirius no apartaba la mirada de Jones y Snape. Esto no paso desapercibido para sus mejores amigos y para cierta pelirroja, los cuatro tenían el mismo pensamiento: a Sirius le gustaba Alex y le molestaba verla junto a Severus.
Esto se pondría feo... muy feo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro