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Descubrimiento

Lily y Regulus buscaban a Severus y Alex por todo el castillo. La pelirroja salió corriendo detrás de su prima y en el camino se encontró con el ojigris, le contó lo sucedido en el patio de la Torre del Reloj y de inmediato fueron a buscar a sus amigos. Durante la búsqueda, Regulus maldecía a su hermano y sus amigos ¿por qué no podían dejar en paz a Severus? Desde un principio el azabache nunca se había metido con ese cuarteto de idiotas, sino que eran ellos los que se metían con él ¿por qué? Esa ha sido la incógnita por años, pero eso no era importante en esos momentos, debían encontrar a Severus lo antes posible. Conociéndolo el chico sería capaz de...

La Gryffindor y el Slytherin fueron a los invernaderos. Buscaron en todos, pero ni rastro de ellos. Llegaron al último y vieron una cuerda rota colgada del techo. Ambos se miraron asustados y entraron como alma que lleva el diablo al invernadero. Corrieron hacia donde estaba colgada la cuerda y el miedo desapareció dejando paso a la tranquilidad, peor también a la duda: Severus y Alex estaban acostados en el suelo, abrazados y profundamente dormidos. Regulus se acercó con cuidado a sus amigos para despertarlos y se dio cuenta de que la latina tenía empañados los lentes y manchados, al parecer había llorado y estaba seguro que la causa de esto fue el azabache.

—¿Qué sucedió aquí? —preguntó Lily, rompiendo el silencio—. ¿Qué estaban haciendo?

—No lo sé —respondió Regulus—. Solo hay un modo de saberlo

El menor Black movió un poco los hombros de sus amigos a la vez que los llamaba. Poco a poco Severus y Alex despertaron; lo primero al ver cada uno fue el rostro del otro, lentamente se sonrojaron al verse así, gritaron y se incorporaron alejándose del otro a causa de la vergüenza.

—En el nombre de Salazar Slytherin ¿qué rayos pasó aquí? —interrogó Regulus—. Espero que Evans y yo nos estemos haciendo una idea errónea respecto al porque de esa cuerda

El azabache y la castaña miraron hacia donde el menor señaló y eso ocasionó que el color en el rostro de Severus desapareciera de inmediato. Al ver su reacción, Regulus se pasó una mano por el rostro a la vez que Lily se cubría la boca con las manos.

—¡¿En qué mierda estabas pensando, Severus Snape?! —gritó Regulus, sujetando por el cuello de la camisa al mayor—. ¡Si esto se debe a lo que hicieron el estúpido de mi hermano y sus matones amigos ES DEMASIADO!

—¡No fue solo lo de hoy, sino de siempre! —respondió Severus, liberándose del agarre de su mejor amigo y alejándose un poco de él—. Los Merodeadores, Tobías... todo —el azabache guardó silencio unos segundos antes de seguir—. La verdad... hace mucho tiempo que tenía pensado hacer eso, aunque no de este modo —las chicas y el menor Black miraron boquiabiertos a su amigo ¿hace cuánto que Severus tenía pensamientos suicidas?—. La gota que colmó el vaso fue cuando el imbécil de Black dijo que lo mejor que podía hacer esa morir, no pude evitar recordar la vez que Tobías me dijo algo parecido cuando era apenas un niño pequeño. Estuve a punto de hacerlo de no ser porque Alex llegó a tiempo a detenerme —miró a latina con el agradecimiento reflejado en sus ojos—. Muchas gracias por salvarme, Alex. Por todo. —se acercó a la latina y la abrazó

La castaña estaba quieta sin saber qué hacer o decir. Estaba feliz por Severus, lo estaba llevando por el camino correcto ¡pero la situación se le estaba saliendo de las manos! Si continuaba así sería muy difícil su partida, no sabría cómo explicarle sin que revelara que ella en realidad venía del futuro.

«¡Dios! ¿ahora qué hago?»

Lily veía enternecida la escena entre su prima y hermano conteniendo las lágrimas de felicidad. En cuanto a Regulus... tenía los mismos pensamientos que Alex; esto estaba mal, no podían dejar que las cosas siguieran así. Se levantó y carraspeó llamando la atención de sus amigos.

—Será mejor irnos antes de que la profesora Sprout nos encuentre aquí y pregunte qué está sucediendo —lo último lo dijo señalando la cuerda cortada aún colgada de la viga.

Severus y las chicas estaban de acuerdo con Regulus, se levantaron y salieron a hurtadillas del invernadero. En el camino de regreso al castillo la pelirroja y el ojigris regañaron al azabache mientras que la castaña estaba perdida en sus pensamientos: nunca imaginó que llegaría a tener un acercamiento tan intenso con Severus como ese, por mas que le alegrara su corazón debía poner distancia y apresurarse a volver a su tiempo antes de que las cosas empeoraran. Necesitaba hablar con Dumbledore y saber si el viejo director había encontrado algo que la regresara a su época o si podía ayudarle en algo para agilizar la investigación.

—¡Tex!

La latina salió de sus pensamientos al escuchar a Severus. Levantó la mirada encontrándose con el Hufflepuff en las escaleras de entrada a Hogwarts.

—¡Hola amigos! —saludó Tex—. ¿Dando un pequeño paseo por los jardines?

Los cuatro amigos se tensaron ante la pregunta, lo bueno fue que Regulus respondió primero y le respondió que sí, además de "dar un paseo a la orilla del Lago Negro". Los cinco estudiantes entraron al castillo y pasearon por los pasillos.

—Me alegra oír eso —dijo Tex—. Escuché sobre lo que le hicieron los Merodeadores a Severus y me preocupé. Estoy más tranquilo al ver que no estas solo —el Hufflepuff posó su mano sobre la cabeza del azabache y le alborotó el cabello

—¡Tex, te he dicho que no hagas eso! —replicó Severus apartándose de él, pero el chico lo atrapó abrazándolo por los hombros con un brazo y con el otro siguió alborotándole le cabello

—¡Ow, que lindo! ¡Quejicus ya tiene novio!

Los cinco amigos se detuvieron, dieron media vuelta y fruncieron el ceño al ver a los Merodeadores. Quien hizo el comentario fue Sirius. Lily y los chicos miraron con odio a Black y Potter, por lo que nadie se percato de la mirada asesina que Alex le estaba dirigiendo a Sirius a excepción de Remus que gracias a sus instintos lobunos sintió el peligro.

—¡Lárguense de aquí! —gritó Lily—. Esta vez fueron muy lejos

—¡No hables por todos, Evans! —aclaró James, levantando las manos—. Eso fue cosa de Sirius, aunque si lo disfrute

—Serás...

—Potter, es mejor que tú y tus amigos se vayan —dijo Tex, deteniendo a la pelirroja sujetándola del hombro

—Hogwarts no les perteneces, por lo mismo no puedes decirnos a dónde podemos ir y a dónde no —dijo Sirius

—Ignórenlos —dijo Regulus, sujetando a Severus del brazo—. Lo mejor es que nosotros nos vayamos

—¡Ha! De las pocas veces que te escucho decir algo coherente, hermanito

—¡No me digas así! —el menor Black se volvió hacia sus amigos—. Vámonos

Apenas estuvieron a tres metros de distancia de los Merodeadores cuando Sirius gritó:

—¿Pensaste en la sugerencia que te hice, Snape? —los cinco amigos se detuvieron abruptamente—. En serio, le harían un favor a la humanidad si...

Sirius se calló abruptamente porque de repente sintió extraño su cuerpo. De repente este se tensó, como si le hubieran arrojado un Petrificus Totalus, pero igualmente se sentía diferente; pareciera que su cuerpo se moviera por sí solo. Antes de que Sirius pudiera siquiera decir algo, fue arrojado contra la pared siendo igualmente inmovilizado con unas argollas que salieron de la misma pared.

—¡Sirius! —exclamaron sus amigos

James y Remus se acercaron a su amigo, pero el mismo fenómeno que movió a Sirius hizo que ellos y Peter fueran arrojados al otro lado del pasillo. Lily y los chicos miraban estupefactos lo ocurrido sin comprender lo que sucedía, el único que tuvo una idea fue Severus gracias a su experiencia anterior en los baños a finales del curso pasado. Se volvió hacia Alex y comprobó que, efectivamente, ese extraño fenómeno lo estaba ocasionando ella; pero al verla mejor sintió su corazón detenerse al ver en su rostro la marca de una serpiente con las fauces abiertas y abarcaba toda la parte izquierda a lo largo de su rostro y el ojo izquierdo paso de café oscuro a rojo. La mirada de odio que le lanzaba a Black le heló la sangre.

Alex pasó junto a sus amigos, sacó la varita y se paró ante Sirius que la miraba con terror. ¿Qué le sucedía a Jones? ¿Qué era esa extraña marca en su rostro? ¿Por qué uno de sus ojos cambió de color?

—J... ¿Jones?

La latina apuntó su varita al cuello del mayor Black provocando un estremecimiento en el chico.

—Nunca. Escúchame bien. NUNCA te vuelvas a meter con Severus y de paso con ninguno de mis amigos —Alex clavó su varita en el cuello de Sirius tan fuerte que empezó a salir sangre—. De hacerlo haré que desees nunca haber nacido, Black. Es más, creo que quien debería dejar este mundo... eres tú

Todos los presentes miraron asustados a Alex. ¿Qué carajos...? Severus tuvo un mal presentimiento; corrió hacia Alex, la abrazó por detrás y la alejó del mayor Black.

—¡Alex, detente! ¡No sé te que ocurre, pero tú no eres así Y ESTE NO ES EL MODO DE SOLUCIONAR LAS COSAS!

La castaña forcejeó con el azabache tratando de quitárselo de encima. De pronto alrededor de Alex comenzó a formarse un aura oscura y a temblar con violencia; Severus y los demás no entendían qué le pasaba a la chica. La llamó de nuevo, ella lo miró sobre su hombro y el azabache vio con horror que sus ojos ahora eran completamente rojos y brillantes. Una energía maligna salió de Alex haciendo que Severus la soltara y saliera disparado contra la ventana y se desmayara por el impacto. Salió alrededor de la latina más energía maligna que se veía como si estuviera en medio de una ventisca alejando a todos de ella. La marca tenebrosa de su rostro resaltaba demasiado e igual brillaba con mucha intensidad.

Esa misma energía alcanzó a Lily y los Merodeadores arrojándolos contra las paredes y noqueándolos por el impacto. Se encontraban en uno de los pasillos menos transitados del castillo, por lo que nadie escuchaba lo que ocurría y por ende no podían ayudarlos.

Alex estaba completamente fuera de control; la energía maligna que desprendía estaba haciendo que las ventanas temblaran amenazando con romperse.

—¡Alex!

La latina miró hacia su derecha, donde provenía la voz; Metstli corría hacia ellos y se veía agitada y preocupada. La loba llegó con ellos y vio con horror a su humana dominada por su poder tenebroso, vio el pasillo y su miedo aumentó al ver a Lily, Severus y los Merodeadores desmayado; con cuidado se acercó a ella con cautela, y la llamó.

—¡Alex, reacciona! ¡No dejes que te controle! ¡Tú controlas el poder, él no te controla a ti!

Por un momento pareció que las palabras de la loba tenían efecto sobre la castaña porque su expresión se relajó un momento, pero de inmediato regresó tener el rostro desencajado por la furia. Se abalanzó contra Metstli, pero no dio ni dos pasos cuando alguien la detuvo sujetándola de la muñeca. Alex miró furiosa sobre su hombro encontrándose con Tex; a pesar de ser dominada por la energía maligna la latina no pudo ocultar su asombro al ver que el chico también tenía en su rostro la marca de serpiente en la parte izquierda a lo largo de su rostro y el ojo izquierdo paso de azul a rojo.

Tex atrajo a Alex hacia él y la abrazó con ternura. La latina esta vez no forcejeó, se sentía segura en los brazos del japonés, como cuando abrazaba a Harry o a Ron; un abrazo de hermanos que transmitía todo su amor y preocupación hacia ella. Lentamente la latina correspondió el abrazo y se calmó; la energía maligna desapareció, devolviendo la tranquilidad al lugar, la marca desapareció y sus ojos regresaron a ser cafés oscuros.

—¿Estas mejor? —preguntó el Hufflepuff sin soltarla

La Slytherin asintió y él suspiró aliviado al sentir su respuesta.

—¡Por Salazar Slytherin ¿qué carajos acaba de pasar?!

Alex y Tex se separaron y se volvieron hacia un estupefacto Regulus Black. La castaña sintió su corazón detenerse al ver a su amigo ahí de pie, ¿no se suponía que tendría que estar desmayado como los demás? ¿Cómo era posible que él sí estuviera consciente? ¡Había visto todo! ¿Ahora qué haría?

—Así que esa era la razón de tu bloqueo mágico —La latina y el menor Black miraron al japonés. El Hufflepuff miró a ambos Slytherin y explicó con calma—: Tu familia materna trató de cortar toda relación con ese... hombre y para eso selló parte de tu magia con la intención de ocultar la tenebrosa que heredaste de él

—Tex. —la chica estaba sin palabras por lo que acababa de presenciar—. La marca... tu ojo...

—¡Hola! ¡También estoy aquí! —reclamó Regulus—. ¡Dejen de hablar en clave y explíquense de una maldita vez qué mierda sucede!

—Primero hay que asegurarnos de que Lily y los demás estén bien y borrarles la memoria —indicó Tex—. Esto es demasiado peligroso y el riesgo aumentó ahora que lo sabes, Reg. Pero puede ser beneficioso para Alex y para mí tener a un confidente

Tanto Alex como Regulus miraron sorprendidos a Tex ¿Qué estaba tramando?

—Lo que sea que vayan a hacer, háganlo rápido. Alguien viene —advirtió Metstli con las orejas en alto y miraron al otro lado del pasillo

Rápidamente, Tex sacó su varita y apuntó a Severus y los cinco Gryffindors inconscientes.

—¡Mobilicorpus!

Los cuerpos de Lily y los chicos se incorporaron como si tiraran de ellos unas cuerdas invisibles atadas a las muñecas, el cuello y las rodillas. Sus cabezas colgaban como las de unas marionetas y estaban levitando a unos centímetros del suelo y los pies les colgaban. Al verlos así, Alex y Metstli no pudieron evitar recordar cuando en el tercer año de la latina Remus, y después Sirius, le lanzaron ese hechizo a Severus inconsciente y lo sacaron de la Casa de los Gritos.

Tex indicó a Regulus, Alex y Metstli que lo siguieran. Los cuatro se fueron llevando con cuidado a Severus y los Gryffindors inconscientes. A tiempo entraron a un aula vacía. Con delicadeza Tex recostó a Lily, Severus y los Merodeadores en el suelo, y uno por uno les fue borrando la memoria. Nadie hablaba, solo se escuchaba al Hufflepuff recitar el hechizo y sus pasos mientras Regulus, Alex y Metstli lo veían trabajar. Minutos después el japonés terminó y se acercó a sus silenciosos amigos.

—¿Ahora sí me van a decir, por el amor de Merlín, qué pasó hace unos minutos? —preguntó entre molesto y sarcástico el ojigris

La latina y el japonés se miraron incómodos. Lo qué pasó era algo que ni ellos entendían tomando en cuenta que acaban de descubrir algo impactante: eran parientes, sino que otra cosa podía explicar que tuviera el mismo poder tenebroso que Voldemort.

—No estamos seguros —comenzó a explicar la loba al ver a su humana y recién descubierto pariente callados—. Pero lo primero a notar es que acabamos de descubrir que Alex y Tex son parientes. No estamos seguros si medios hermanos, primos o qué podrían ser...

—¡¿Qué carajos?! —exclamó Regulus—. ¡¿Cómo puedes asegurar eso solo con lo qué pasó en el pasillo?!

—Porque el poder que revelamos solamente pudimos heredarlo por la misma persona —respondió serio Tex

—¿Por quién?

—Tom Marvolo Riddle. Mejor conocido como... Lord Voldemort

Regulus se quedó mudo ante esa revelación, mirando intercaladamente a Alex y Tex. Seguramente no escuchó bien, porque lo dicho era completamente inverosímil. ¿Ellos? ¿Parientes del Señor Tenebroso? Todo el mundo sabía que el mago tenebroso más peligroso de la historia no tenía familia.

—Respecto a Voldemort y sus mortífagos, no se necesita contraer nupcias para engendrar hijos —aclaró Tex—. Solo basta con abusar sexualmente de una mujer... o engañarla —luego se volvió hacia Alex—. Tenía el presentimiento de que tú y yo fueron familiares, lastima que sea por medio de él. Pero también explica tu bloqueo mágico

—¿Qué quieres decir? —preguntó la latina

—Tu familia (no sabría decir si biológica por parte de madre o adoptiva) debe saber que eres hija de Voldemort y para protegerte sellaron la magia que heredaste de él, de esa manera nunca podría encontrarte —la expresión de Tex se tensó y soltó un suspiro antes de continuar—. Desafortunadamente no funcionó, de lo contrario no se habría liberado esa energía maligna en el pasillo por medio de tus emociones. Controló muy bien los míos, pero es lo mismo: el bloqueo mágico no puede ocultar la magia tenebrosa heredada.

Alex miró sorprendida a Tex; es cierto que ella misma se hizo una hipótesis de que la razón del bloqueo mágico tuviera algo que ver con su parentesco con Voldemort, pero nunca se espero descubrir que el Hufflepuff pudiera ser su familiar. Eso ocasionó que una duda surgiera en su mente: ¿podría ser que Tex Kogane fuera su padre biológico? Ella fue criada por muggles que no les gustaba la magia, revisó el árbol genealógico de ambos lagos y no encontró indicios de que en alguno de ellos hubiera rastro de sangre mágica. Y era lo más lógico con respecto a su parentesco con Voldemort. Si resultaba cierto que Tex era su padre biológico ahora no solo tendría que mantener la distancia con Severus sino con el japonés también.

Regulus estaba boquiabierto. Tex y Alex ¿parientes? Recordaba que esos dos dijeron que sus magias se reconocieron, pero nunca imaginó que era porque ambos fueran hijos ilegítimos del Señor Tenebroso. Metstli permanecía callada analizando todo lo ocurrió; bueno, con esa revelación las cosas empezaban a tener sentido.

Tex aprovechó el silencio para hablar:

—Hablaremos de esto con más calma esta noche, en la Sala de Menesteres

—¿Conoces la sala? —preguntaron Alex y Regulus

El Hufflepuff sonrió burlonamente a los Slytherins.

—¿Enserio creen que son los únicos en descubrir los secretos de Hogwarts?

Ni Alex ni Regulus dijeron nada más. Lily y los chicos poco a poco despertaron. Alex, Metstli, Regulus y Tex se inventaron una excusa respecto a lo ocurrido en el pasillo (la latina tuvo que controlarse para no liberar su energía maligna de nuevo, aunque tenía muchísimas ganas de romperle la cara a Sirius). El mayor Black iba a agredir verbalmente a Severus de nuevo, pero su hermanito intervino y con eso Tex, Lily, Metstli y los tres Slytherins se fueron del aula.

Grandioso ¿Qué más tendría que pasarle a Alex en el pasado?

Para su mala suerte, eso pronto lo descubriría por medio de Lucius Malfoy.

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