Castigo
Alex ya había experimentado antes silencios incómodos, pero este superaba con creces a todos puesto que ella, Metstli y los chicos estaban callados y asustados; este embrollo era muy gordo y para empeorar la tensión Dumbledore no decía nada. La mente de todos divagaban, a su manera, respecto al tipo de sanción que les impondría el viejo director. La luna llena brillaba con todas sus fuerzas, permitiéndoles así recorrer los terrenos de Hogwarts sin problemas. Llegaron al castillo, Dumbledore abrió la puerta y sin más entró a la escuela seguido por sus asustados estudiantes. Severus ayudaba a Alex y Metstli a andar debido a sus heridas mientras que Sirius hacia lo mismo con James.
«Es cierto que siempre tuve curiosidad respecto a lo ocurrido en la Casa de los Gritos, ¡pero nunca imagine que terminaría involucrándome y metiéndome en serios problemas! ¡Mis intervenciones en el pasado son cada vez peores!»
«Vaya manera de darte cuenta de la gravedad de la situación.»
«¡Ay! Nunca faltan tus comentarios ¿verdad, Xóchitl?»
«Tú eres la que se olvida de nuestra conexión mental.»
«Cállate»
—¿Hay algo que quieran compartirnos? ¿Srta. Jones? ¿Metstli? —preguntó de repente Dumbledore
Humana y loba se tensaron. Gracias a las clases de Oclumancia que Severus le dio a Alex en su época sabían que la "lectura de mentes" era una especialidad del viejo director, ¿pero poder usar la Legeremancia sin ver a la persona a los ojos? Sí que llevaba su poder a otro nivel.
—No, profesor —respondió Alex—. Nada
Dumbledore no dijo nada más y siguieron su camino. Finalmente llegaron a la oficina del viejo director. El anciano profesor se sentó ante su escritorio mientras que Metstli y los adolescentes se pararon ante el director, separados por la mesa; todos estuvieron en silencio, Dumbledore miraba a todos fijamente como si los analizara a detalle haciendo que los adolescentes y la brije se incomodaran más de lo que estaban.
Después de unos minutos de silencio, Dumbledore por fin habló:
—¿Y bien? ¿Quién va a explicarme qué sucedió en la Casa de los Gritos?
Alex, Metstli y los chicos permanecieron callados y mirando a todos lados menos al director. Dumbledore observó a sus estudiantes a la espera de que alguno de ellos hablara, pero nadie lo hizo. Suspiró y le pidió a la latina que ella comenzara. Alex miró de reojo a los chicos, pero al ver que ninguno decía o hacía algo, suspiró y contó su versión de los hechos. El rostro de Severus se mostraba tranquilo, pero por dentro quería gritar todos los maleficios que conocía ¡¿por qué Regulus tuvo que contarle a Alex?! Aunque en esos momentos lo agradecía, la castaña y su mascota aparecieron a tiempo para salvarlo aunque no le agradaba el hecho de que la chica arriesgara su vida por él.
James solo escuchaba y agradecía que Jones pudiera fusionarse con su loba y así salvarlos a él y a Snape, y contener a Remus. En cuanto a Sirius... estaba impactado por descubrir que esa licántropo colorida era Jones junto con su mascota y que Snape se hubiera atrevido a contarle a su hermanito sobre Remus y su "invitación" a la Casa de los Gritos. En cuanto Alex terminó su parte del relato, Dumbledore le pidió que explicara cómo fue que ella y Metstli se volvieron una; lo único que la latina dijo fue que a eso se le llamaba Sincronía Brije y era magia mesoamericana del México Prehispánico por lo que no podía revelar el secreto de dicha magia, a lo que el viejo director comprendió de inmediato y no pregunto nada más.
Alex terminó de hablar y Dumbledore se volvió hacia los tres jóvenes.
—Ahora, Señor Black, por favor explíquenos por qué incitó a su compañero Snape a ir a la Casa de los Gritos en esta noche de luna llena, precisamente cuanto en ese lugar se encuentra su amigo Remus Lupin transformado en hombre lobo
Sirius se quedó callado e inmóvil con la vista clavada en el suelo. ¿Ahora que haría? No podía decirle al director ni mucho menos a Jones que fue para asustar a Snape con el propósito de que dejara de acosar a Remus respecto a su licantropía y además aprovechar para darle una "advertencia" al grasiento de lo que podría llegarle a suceder sino se alejaba de Jones.
—¿Señor Black?
Sirius levantó la mirada encontrándose con la profunda y analítica mirada del viejo director. Tenia la sensación de que podía leer su mente, incluso ver su alma, provocándole escalofríos.
—Señor Black, será mejor que explique la razón de su peligroso actuar de esta noche y espero que sea razonable, ya que involucró (directa o indirectamente) al Señor Lupin y reveló su secreto. Fue difícil convencer a Remus para que viniera a Hogwarts; él creía que no merecía venir al castillo, estudiar y, sobre todo, tener una vida normal. Usted, el señor Potter y el señor Pettigrew le demostraron lo contrario; que podía tener todo lo que él creía tenía privado. Pero con lo de esta noche, me hace pensar que fue un error permitir que alguien con la condición del señor Lupin...
—¡Remus no tuvo nada que ver en eso! —interrumpió Sirius—. ¡Remus no sabía nada de esto! Mi intención solo era darle un susto a Snape haciendo que viera a Remus transformándose en hombre lobo y ya.
—¿Asustarlo? ¿Por qué?
—¡Porque estaba metiendo su ganchuda y grasienta nariz donde no lo llaman!
—Señor Snape ¿podría explicar eso, por favor?
El mencionado se tensó al escuchar a Dumbledore. Ante la situación en la que se encontraban actualmente no era recomendable mentirle, así que no tuvo opción mas que revelarle que, desde hace unos años, había notado que la "enfermedad" de Lupin no era normal, comenzando porque era algo mensual y ninguna padecimiento era así. Fue cuando empezó a observarlo y buscar que clase de "malestar" provocaría sus síntomas. De ese modo fue percatándose, y explicando muchas cosas, que sus sintomatologías eran de licantropía. Sabía que nadie le creería que el prefecto "angelical" de Gryffindor era un hombre lobo por lo que necesitaba pruebas y cual mejor si él mismo como testigo y sus recuerdos.
—Y como eres de esas personas que discriminan a los demás solo por una enfermedad diste por sentado que Remus era un "monstruo", una "bestia salvaje" que no merece ser tratado como un ser humano y querías que lo expulsaran —dijo James enfadado
—¿Y qué esperabas? —exclamó Severus enojado—. Esa actitud es normal en su calaña. ¡Ah, claro! Aquí es el "prefecto perfecto" de Gryffindor, que le permite a sus amigos romper las reglas y hacer lo que quieran. Y lo que es peor ¡sacarlo a pasear en el Bosque Prohibido como su fuera un cachorro inofensivo cuando es una bestia sanguinaria...!
—¡Nunca mas vuelvas a decirle así a Remus! —gritó Sirius
Alex usaba todo su autocontrol para no alterarse. ¿Era enserio lo que estaba escuchando? ¿Por qué esos tres siempre tenían que ser tan idiotas? Ahora, gracias a su estúpida rivalidad, estaban poniendo en riesgo la vida escolar. No ¡Toda la vida de Remus!
—En verdad que no se puede ser TAN IDIOTA
Dumbledore y los chicos, siendo callados abruptamente, la miraron sorprendidos mientras que Metstli se colocó junto a Fawkes, esto se iba a poner feo... si es que era posible que esto se pusiera peor.
—Por lo que estoy entendiendo, este problema solo concierne a Severus y Black. Entonces... ¡¿qué demonios tenía que ver Remus?! ¡Sí, es un hombre lobo PERO TAMPOCO ES PARA QUE LO METAN EN SUS ESTUPIDECES! ¡Gracias a ustedes, imbéciles, el profesor Dumbledore esta considerando expulsar a Remus porque cree que traicionó su confianza! ¡PIENSEN ANTES DE ACTUAR POR EL AMOR DE...!
Alex gruñía y caminaba por el despacho controlando sus impulsos de golpear a los chicos. Severus, James y Sirius miraban boquiabiertos a la castaña. Metstli solo observaba la situación y Dumbledore estaba callado, pero analizaba lo que ocurría ante él. La reacción de la joven significaba que conocía a Lupin en su época y, podía decir, que era una de las pocas personas que genuinamente lo querían a pesar de ser un hombre lobo, una gran amiga.
En cuanto a los chicos. James seguía estupefacto ¿Por qué una Slytherin se preocuparía tanto por su amigo aun sabiendo de su condición? Por lo general las serpientes eran prejuiciosas, pero recordó que era la prima de Evans e hija de muggles por lo que explicaba su comportamiento y ya no dio más vueltas al asunto. Sirius veía fijamente a Jones; vaya, nunca imaginó que ella podría aceptar tan bien el "problema peludo" de Remus e incluso ponerse como loca al ver que existía la posibilidad de que perdiera las oportunidades que se les negaba al resto de los hombres lobo.
Severus estaba impresionado y fascinado. Desde que Alex llegó lo estuvo cuidando y ahora hacia lo mismo con un licántropo como Lupin, eso confirmaba que la latina no se dejaba llevar por las apariencias sino por cómo son las personas. A pensar de estar asustado por el enojo de la castaña, no podía apartar la mirada de ella; sentía su corazón palpitar más rápido por lo que se llevó una mano al pecho sorprendido y preocupado. Otra vez esa reacción ¿Por qué? Su corazón solía latir de ese modo con Lily...
«Entonces... en verdad estoy comenzando a...»
—¿Esta más tranquila, Srta. Jones?
El azabache salió de sus cavilaciones por la voz del profesor Dumbledore. Alex estaba junto a Metstli y Fawkes acariciando las plumas del fénix y, en efecto, estaba calmada. Severus miraba fijamente a Alex, otra cosa que había notado de ella era su facilidad y cariño al tratar a las criaturas mágicas dentro y fuera de clases. La castaña dejó en paz al fénix, miró a los chicos y estos de inmediato se tensaron; la mirada de Alex era fría y sentían que les taladraba el alma. Por fuera se veía tranquila, pero los tres sabían que ella aún seguía enojada y en cuanto salieran de la oficina de Dumbledore tendrían que enfrentar su furia.
—De acuerdo, el único que falta de explicar cómo es que se involucró en el incidente en la Casa de los Gritos es el Sr. Potter —dijo Dumbledore
James contó su parte de la historia con la vista fija en el director, pero sentía la mirada penetrante de Jones clavada en su espalda poniéndolo nervioso. Nunca pensó que hubiera alguien con peor carácter que Evans y, al parecer, sí lo era; probablemente hereditario. Terminó de hablar sintiendo todavía la mirada filosa de la latina sobre él.
«Yo no hice nada, fue Sirius. ¿Por qué me mira así?»
Una vez más permanecieron en silencio. Dumbledore analizaba todas las versiones de la historia para dar un veredicto. No supieron por cuanto tiempo el director estuvo en silencio, pero se sintió como si hubieran pasado años. Por fin, Dumbledore se puso de pie, rodeó su escritorio y miró fijamente a todos.
—Primero que nada. Sr. Snape, Srta. Jones tienen prohibido decirle a alguien sobre la condición del Sr. Lupin
—¡¿Qué?!
—Sí, profesor
—Sr. Snape, el hecho de que su compañero Lupin sea un hombre lobo no lo hace menos humanos que usted o yo. Él es una persona normal con una enfermedad incurable y tendrá que luchar contra los prejuicios y la discriminación saliendo de Hogwarts. Por lo tanto, permítale a su compañero al menos disfrutar sus años en Hogwarts.
Severus estaba molesto porque las palabras de Dumbledore le dieron a entender que él era el malo y los malditos Merodeadores eran los buenos ¡cuando ellos eran lo que le hacían a él la vida miserable! Alex vio la furia en el rostro del chico, tomó su mano y la ira de inmediato desapareció dejando paso a la sorpresa. El azabache comprendió de inmediato que la castaña quería tranquilizarlo y que hablarían del asunto mas tarde en privado o con calma... o la que se pudiera ya que tendrían que contarle a Regulus sobre lo ocurrido y estaba seguro que el menor explotaría, sin mencionar a Lily.
—Como penalización por sus actos, le restare cien puntos a los Señores Snape y Black, y ambos serán suspendidos por un mes. Mientras que a la Srta. Jones y al Sr. Potter les daré cincuenta puntos a cada uno, aunque también recibirán un castigo —todos miraron confundidos al viejo director—. A pesar de sus intenciones, hicieron algo sumamente peligroso; el castigo del Sr. Potter será con Madame Pince, mientras que la Srta. Jones será con Filch ¿entendido? —Alex y James solo asintieron—. Muy bien, ahora mismo irán a la enfermería, necesitamos atender sus heridas lo mas pronto posible. Metstli puede ser atendida por Hagrid, y esperemos que no sean heridas graves.
»Sr. Snape. Sr. Black, escribiré a sus familias esta noche y mañana a primera hora del día regresarán por medio de la Red Flu en los despachos de sus respectivos jefes de casas...
—Disculpe, profesor
—¿Sí, Srta. Jones?
—Usted sabe bien que en Hogwarts no existen los secretos y todos querrán saber por qué Severus y Black fueron suspendidos. Se podrían enterar de que Potter y yo estuvimos involucrados y...
—Le preocupa qué clase de excusa se puede dar para ocultar este incidente, mas que nada por la condición del Sr. Lupin
—Exacto
Dumbledore pensó por un momento antes de hablar:
—Los dos se adentraron a altas horas de la noche en el Bosque Prohibido para tener un duelo. Con el historial de su rivalidad nadie dudaría de esa historia, aunque también se acreditarán un gran regaño por parte de sus jefes de casas y familias
Severus y Sirius se estremecieron. Oh, claro que serían regañados por sus respectivas familias, pero quién sabe si saldrían vivos de eso y regresarían a Hogwarts en una pieza.
El director por fin dio por terminado el asunto. Llevó a Alex y James a la enfermería, diciéndole a Madame Pomfrey que las heridas de los chicos fueron "daños colaterales" del duelo entre Snape y Black. La sanadora permitió que Metstli se quedara en la enfermería con Alex y a primera hora del día le enviaría una nota a Hagrid para ir por la brije y curarla. Dumbledore acompañó a Severus y Sirius a sus respectivas Salas Comunes, no era conveniente dejarlos solo ni por un segundo ya que se corría el riesgo de que ambos adolescentes pelearan. Una vez dejados a sus estudiantes en la tranquilidad de sus casas, el viejo director regresó a su despacho a escribir las cartas a las familias Snape y Black.
«Espero que algún día esos dejen a un lado sus diferencias y luches como aliados.»
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—¡¿QUÉ TÚ Y MI HERMANO QUÉ?!
—Reg ¿no quieres gritar mas fuerte? Creo que no te escucharon en Italia
Regulus se había quedado dormido en un sillón en la Sala Común a la espera de sus amigos. Severus lo despertó y en cuanto el menor vio al azabache no pudo evitar saltar del sillón y abalanzarse sobre el mayor en un gran abrazo. En cuanto Severus lo tranquilizó, llevó a Regulus a su habitación y le contó lo ocurrido sin omitir detalle alguno; si había una persona en todo Hogwarts que merecía saber la verdad era él.
El menor caminaba alrededor de la habitación del mayor (curiosamente) como león en enjaulado, sus emociones eran un caos: estaba feliz porque Severus estuviera bien, pero enojado por su imprudencia, asustado por saber que fue atacado por un hombre lobo y lo que hubiera pasado si Alex, Metstli y hasta Potter no hubieran llegado a tiempo para salvarlo de convertirse en un licántropo o... Ese último pensamiento hizo estremecer a Regulus haciendo que sus emociones, ya de por si alteradas, se pudieran peor. Otra cosa que preocupaba al menor (y nunca admitiría en voz alta) era Sirius. Desde que su hermano mayor fue seleccionado a Gryffindor la relación con sus padres (énfasis su madre y que ya era mala desde antes de pertenecer a la casa de los leones) era inexistente, ahora que tuviera que pasar un mes solo con ellos...
«Primero he de preocuparme de que Sirius siga con vida en cuanto llegue a casa y encare a nuestros padres.»
—Estas preocupado por Black ¿cierto?
Regulus detuvo su andar y se volvió hacia Severus. El mayor no estaba enojado, sino que en su rostro se reflejaba la empatía y comprensión.
—¿Qué? ¡Por supuesto que no! —negó el menor, aunque no engañó a Severus porque un leve rubor apareció en sus mejillas delatándolo—. Desde que Sirius entró a Hogwarts dejo de quererme y cuando yo llegué comenzó a tratarme como a un completo desconocido...
—Pero eso no ha eliminado el cariño que le tienes a tu hermano —puntualizó Severus. Se levantó de su cama y se acercó al menor, tomándolo por los hombros y haciendo que lo mirada al rostro—. Por mucho que odie a Sirius Black sigue siendo tu hermano y precisamente esa es una de las razones por la que lo odio; gracias a la rival entre Gryffindor y Slytherin, y porque tú estás siguiendo los pasos de tu familia y él no, fue que por lo que ambos se distanciaron. Pero siguen siendo hermanos y, ambos lo admitan o no, aún se quieren y se preocupan uno por el otro.
»Por lo que me has contado, a tu madre nunca le ha temblado la mano al alzar la varita contra ustedes y lanzarles maleficios, por lo mismo de que es entendible que estés asustado por tu hermano; temes que en cuanto ponga un pie en esa casa lo pierdas para siempre. Sé que es tarde para advertirle a Dumbledore, pero ¿por qué no le escribes a algún familiar preguntándole si pueden aceptar a tu hermano con ellos durante el mes de suspensión? Así estarás más tranquilo.
Regulus se quedo quieto mirando fijamente a Severus, ocasionando que el mayor se incomodara con su silencio.
—Uh... ¿Reg?
—¿Quién eres tú y qué hiciste con Severus Snape?
—¿Qué?
—No es normal que él se preocupe por Sirius
El mayor rio ante lo dicho, al parecer el estar en una situación peligrosa hizo que dijera esas cosas. Aunque, pensándolo bien, hasta para él era extraño preocuparse por uno de sus némesis.
—Por cierto, Sev. Estas muy tranquilo a pesar de tu situación
—¿De que hablas?
—Habló que tendrás que lidiar con los regaños, no solo de tu madre, sino de Evans y Jones, sin mencionar en el tipo de castigo que tu madre te podría dar. Recuerda que en las vacaciones de invierno te prohibió leer tus géneros literarios favoritos por ocultarle tu vida en Hogwarts, así que ahora que lo sabe y que la razón de la suspensión es un "duelo nocturno en el bosque prohibido"... empieza a agradecer que nunca se enterará de que en realidad fue porque estuviste cerca de un hombre lobo y casi te convierten en uno o... —Regulus se pasó un dedo por el cuello a la vez que hacia un ruidito de desollar con la boca.
Severus se puso pálido al escuchar eso. Estaba mentalizado respecto a las posibles reacciones de su madre ante sus actos y los castigos a enfrentar ¡pero se olvidó por completo de Alex y Lily! La castaña dejó escapar un poco de esa cólera en la oficina de Dumbledore y supuso que ella se contuvo porque estaban ante el director y no era buena idea hacer alguna "locura" en su despacho, pero eso no significaba que ella dejaría el asunto así nada más. En cuanto a Lily, al igual que Regulus, no podía ocultarle nada por lo que también le contaría la verdad; pero si se enfadaría ante el rumor de su suspensión, y en cuanto se entere de la verdad... podía empezar a considerarse hombre muerto.
«¿Por qué las mujeres tienen un carácter tan aterrador?»
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«¿Qué tan bien conozco a mi gente?» pensó Alex
La noticia de que Severus Snape y Sirius Black fueron suspendidos de Hogwarts por un mes se esparció como pólvora a primera hora de la mañana siguiente. Todos conversaban respecto al duelo que ambos rivales llevaron a cabo la noche anterior en el Bosque Prohibido y teniendo como consecuencia que Alexandra Jones, James Potter y Remus Lupin terminaran en la enfermería. En cuanto amaneció, Dumbledore fue a buscar a Lupin y lo llevó a la enfermería contándole en el camino lo ocurrido. Dejó a su alumno al cuidado de Madame Pomfrey y se llevó a Metstli con Hagrid. Se especulaba que Black había llevado a Potter como segundo y Snape a Jones, mientras que Lupin sería réferi, pero en algún punto del duelo las cosas se descontrolaron provocando que los hechizos volaran por todas partes y dañaran a sus acompañantes.
En cuanto ingresó a la enfermería, Remus se deshizo en disculpas tanto para James como para Alex, con la chica más porque estaba asustado de su reacción al estar al corriente de su condición de licántropo.
—Remus, ya basta —dijo la latina. El castaño se calló y bajó la mirada apenado—. Ya sabía de que eres un hombre lobo
—¡¿Qué?! —exclamaron estupefactos ambos Merodeadores
—Pero ¿cómo...?
—Hemos estudiado a los hombres lobo y con eso no fue difícil descubrirlo
—Si ya lo sabías ¿entonces por qué...?
—¿Sigo siendo amable contigo? —Remus asintió—. Porque sigues siendo el mismo chico gentil y maduro que conocí desde que llegue a Hogwarts «sin mencionar que conozco a tu yo adulto y que no has cambiado en nada». El saber tu condición no ocasionó ningún cambio. Eres el mismo, con un "problema peludo" mensual, nada más.
James y Remus estaban anonadados. Hija de muggles o no, primas de Lily o no, Slytherin o no, Alex se tomó muy bien la noticia y les alegró ver que tenían una amiga en quien confiar, que guardaría el secreto y nunca juzgaría a Lupin.
—Por eso es que existe el dicho «Nunca juzgues a un libro por su portada»
Los tres pacientes se volvieron hacia la puerta sorprendiéndose y asustándose al descubrir que no estaban solos en la enfermería.
—Tex
El Hufflepuff escuchó sobre lo ocurrido y fue de inmediato al ala del hospital a ver a Alex, escuchado por accidente la revelación de que Remus Lupin era un hombre lobo. Alex, James y Remus miraban asustados a Tex. El japonés entró y rio al ver las reacciones de todos.
—Tranquilo, Lupin. No le diré nada a nadie y tampoco te trataré diferente por lo que eres
—Pero...
—Ya he hablado contigo en varias ocasiones y hemos tenido la oportunidad de estudiar y hacer los deberes juntos. No somos íntimos amigo, pero te conozco lo suficiente como para saber que nunca atacarías a alguien a propósito y por lo mismo tú serías la última persona en quien hubiera creído que fuera un licántropo, mas que nada por los rumores y estereotipos qué hay sobre la especie
—¿Ves, Remus? —los chicos se volvieron hacia Alex—. Todos los que te conoces saben que no eres peligroso. Es cierto que no puedes ir por ahí revelando tu condición ni tampoco mencionarlo cuando conozcas a la gente; pero puedes confiárselo quienes te conozcan y sabes que jamás te juzgarán ni te abandonaran
Remus miró boquiabierto a Alex sorprendido ante sus palabras. Luego se volvió hacia James y luego a Kogane. Las palabras de la latina eran parecidas a las que sus amigos le dijeron cuando descubrieron su naturaleza y enseguida decidieron convertirse en animagos para acompañarlo en esas noches. El castaño sintió algo recorrer sus mejillas, revisó y de dio cuenta de que eran lágrimas, no se percató de que estaba llorando.
Una vez asegurado de que el tema estaba estando, Tex se acercó a la cama de Alex y empezó a hablar con la latina, teniendo cuidado de no revelar datos importantes; seguía pendiente lo de su bloqueo mágico y existía la posibilidad de que ambos fueran parientes y por lo mismo debían seguir investigando, pero por ahora lo dejarían para después; Alex debía cuidarse e igualmente asegurarse de que Severus siguiera convida porque en el camino vio a Evans llamándolo y por su lenguaje corporal estaba seguro que estaba metido en un lio.
Y hablando de los tres amigos...
Lily salió de la Torre de Gryffindor, como alma que lleva el diablo, en cuanto escuchó el rumor del duelo nocturno entre Severus y Black. Necesitaba asegurarse de que su hermano estuviera bien a la vez de darle la regañada de su vida y, tal vez, castrar al imbécil de Black porque definitivamente eso fue obra suya. En cuanto diviso a ambos Slytherins llamó a Severus y Regulus, quienes en cuanto escucharon a Lily se congelaron.
—¡Severus Snape! ¡ESTA VEZ TE METISTE EN UN PROBLEMA ENORME!
—Díganme algo que no sepa —murmuró el azabache al menor a la espera de la furia roja que se acercaba a ellos
Lentamente, ambos Slytherin dieron media vuelta encarando a Lily. Severus tenía cerrados los ojos con fuerza a la espera de los gritos y/o golpes de su hermana, pero en su lugar sintió unos brazos rodear su cuello y escuchó un llanto cerca de su oído derecho.
—¿Qué...?
—¿Y ustedes se atreven a decir que las mujeres somos complicadas? ¡Dios! No puedo creer que tan estúpidos pueden llegar a ser ustedes, los hombres, para demostrar su valía, hombría o la mierda que sea
—Vaya, en verdad Evans estaba muy asustada por ti, para que no cuide su lenguaje —bromeó Regulus
—Cállate, Reg —dijo la pelirroja. Soltó a Severus y se volvió hacia el menor—. Dame una razón UNA, y muy buena, para no dejarte sin hermano mayor. Todo esto, obviamente, fue su culpa ¡así que no me pidas que no le haga nada...!
—En realidad, mi intención sí es pedirte que no le hagas nada, porque tendrá más que suficiente con lo que le espera en casa. Es menos peligroso enfrentarse a Quien-Tú-Sabes que a mi madre
Lily miró sorprendida a Regulus, se volvió hacia Severus esperando encontrarse algún gesto que dijera que el menor estaba exagerando, pero para su asombro, no fue así.
«Bueno, creo que eso explicaría un poco su actitud.»
El azabache observó su entorno, tomó a Lily de la mano y se la llevó a la primera aula vacía que encontró, seguidos por Regulus. La pelirroja miró confundido a su hermano del alma y le preguntó por qué se metieron ahí. Con duda, a causa del miedo por su reacción aunque ya la conocía a la perfección, le contó lo que en verdad sucedió. En cuanto terminó se cubrió el rostro con los brazos a la espera de la furia roja, pero extrañamente no pasó nada. Bajó los brazos y vio su rostro inexpresivo, eso en lugar de tranquilizarlo lo puso más nervioso y con razón. Lily caminó hacia la puerta, la abrió, se asomó asegurándose de que no hubiera nadie, la cerró, sacó su varita, hechizó la puerta para que nadie pudiera entrar y/o salir y tampoco pudieran escuchar lo que ocurría dentro del aula. Severus y Regulus se miraron preocupados por las acciones de la pelirroja.
—Uh... ¿Lily? —llamó Severus con duda—. ¿Estás...?
—¡SEVERUS TOBÍAS SNAPE PRINCE!
—Fue un place conocerte, Sev
—Gracias, Reg
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