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9 de enero

—¡¿Enloqueciste, mujer?!

—No quieres gritar más fuerte ¡creo que no te escucharon en la Patagonia!

Alex y Metstli estaban conversando, o más discutiendo, en la habitación de la primera; menos mal que a la latina se le ocurrió colocar un hechizo silenciador porque sino tendría a todo Slytherin ante su puerta ante esos gritos. La chica le estaba contando a la brije sobre su conversación con Regulus Black después su reunión con Dumbledore, como la loba más de una vez había metido en problemas a su humana por usar su conexión esta prometió no volver a usarlo (al menos mientras estén en el pasado) y por eso no escuchó esa conversación en la Sala de Menesteres.

—Lo único que agradezco de esto es que al fin entendiste que no debes acercarte emocionalmente a NADIE

—Me lo dices como si no fuera consiente de eso. ¡Claro que lo he intentado!

¡Ay, ajá!

¡Ah no, bueno! ¡Gracias por la confianza!

—¡Ambas sabemos que cuando se trata de Snape estas en las nubes!

—¿Podrías dejar de criticarme y ayudarme, por favor?

—¿Quién dice que te estoy criticando?

La discusión se interrumpió por unos toquidos en la puerta, el encantamiento silenciador hacía que los sonidos del interior no salieran no con los de fuera. Alex abrió y se sorprendió de ver quién era.

—¿Narcisa? ¿Qué...?

—Regulus quiere hablar contigo —dijo sin mas la rubia fastidiada. No le gustaba ser la lechuza de nadie, aun tratándose de su primo favorito

Antes de que la castaña pudiera siquiera darle las gracias, la rubia se fue. Una vez pasada la sorpresa, Alex salió de su habitación y bajó a la Sala Común; Narcisa no le dijo dónde encontrar al chico así que empezaría por ahí. Para su buena suerte, Regulus estaba sentado en un sofá junto a la chimenea.

—Hola Reg

—Alex, hola

El menor le hizo un ademan a la latina para que sentara junto a él, a lo que la mayor aceptó de inmediato.

—¿Qué pasa?

—Sé que acorde ayúdate a alejarte del "Príncipe Mestizo", pero eso tendrá que esperar

—¿Por qué?

—No quiero que este triste en su cumpleaños

Alex quería darse de golpes contra la pared ¡el día anterior habló con Severus respecto a su cumpleaños y gracias a sus reuniones con Dumbledore y Regulus se le borró de la mente. El chico no se sorprendió de la reacción de la chica, era natural que tuviera cosas más importantes en qué pensar, aun tratándose de la persona que más quería.

—¿Tenías algo pensado para ese día? —preguntó Regulus

—Buscar el Salón de Té Rosa Lee Teabag de Hogsmeade y pasar un rato —contestó Alex—. Después, obviamente porque es el cumpleañero, dejar que Severus decidiera el resto de las actividades

—Es un lindo detalle. ¿Y de regalo de cumpleaños?

—Su madre me ayudó por medio de cartas en cuanto regresamos a Hogwarts. Esta guardado en mi habitación y listo. ¿Tú ya tienes su regalo?

—Por supuesto que sí. Lo único que me preocupa es qué hacer ese día, lo que dices que dejar que él decida me parece bien, pero quería que fuera algo especial porque seria la primera vez que lo celebra como se debe...

—¿Cómo?

Regulus se tensó y desvió la mirada apenado, de nuevo habló de más. Alex no necesito pensarlo demasiado, la vida de Severus nunca fue fácil ni feliz por lo que el celebrar su cumpleaños no era algo que lo emocionara mucho incluso ahora que las cosas mejoraron. Pensó por un momento qué podrían hacer, pero sus pensamientos se interrumpieron por un codazo en sus costillas, cortesía de Regulus. Una lechuza color pardo entró a la Sala Común y se detuvo en la mesita de centro ante ellos y les tendió una pata. Los dos adolescentes se miraron confundidos, Alex tomó la carta, Regulus le dio un bocadillo para lechuzas que siempre había en la Sala Común para este tipo de cosas y el ave se fue sin esperar respuesta. Eso desconcertó a los jóvenes. Alex revisó la carta y de inmediato reconoció la letra, era el Sr. Rickman. Abrió la carta y entre ella y Regulus la leyeron:

Queridos Regulus y Alex:

Espero que estén teniendo una excelente semana de clases, les escribo con respecto al cumpleaños de Severus. Me puse en contacto con el director y sus jefes de Casa (hablé también con la de Lily) para pedirles autorización de salir del castillo y pasar el fin de semana en casa para celebrarle a Severus. Se preguntarán porque se necesita el fin de semana completo, pues... digamos que le tenemos una celebración algo... excéntrica, pero que sé le gustara demasiado.

Los espero en la oficina de Dumbledore el sábado a las 8:00 a.m. para recogerlos a los tres. No le digan nada a Severus, el profesor Slughorn irá a buscarlos a esa hora y los llevara a la oficina del director.

Hasta el sábado.

A.R.

Alex y Regulus se miraron estupefactos ¿Qué planeó el Sr. Rickman? Bueno, tendrían que esperar hasta el sábado para averiguarlo. La latina guardó la carta y se puso de pie.

—¿A dónde vas? —preguntó el chico, también levantándose

—Voy a ver a Lily —respondió la chica, caminando hacia la salida de la Sala Común—. No sé si le llegó una carta como esta o si McGonagall le avisó. Así podremos organizarnos...

—¿Organizarse para qué?

La castaña miró al frente y casi se caía de espaldas al ver de quien se trataba,

—¡Severus! «¿por qué apareció, literalmente, de la nada» Hola ¿dónde estabas?

—En la biblioteca estudiando, hasta que aparecieron el cuarteto de idiotas

—Creí que por los T.I.M.O.'s los Merodeadores estarían ocupados

—Lupin sí, pero sus "queridos amigos" no. Como sea ¿qué harán que piensan organizarse?

«¡Demonios!»

—Bueno...

—Nunca podemos ocultarte nada ¿cierto, Sev? —intervino Regulus, yendo hacia sus amigos y colocándose junto a la chica—. ¡Ni siquiera podemos organizar una sorpresa de cumpleaños! ¡Que triste!

Las mejillas de Severus adquirieron un leve tono rosado mientras que Alex perdía color ¿qué demonios estaba haciendo Regulus?

—Oigan, de verdad se los agradezco —se apresuró agradecer el azabache—, pero no es necesario...

—¿Cómo que no? ¡Claro que es necesario, Severus! —aseguró el menor—. Ya es tiempo de que disfrutes y te diviertas ¿verdad, Alex?

—Es cierto

El color en las mejillas de Severus se intensificó. Exageraba un poco al pensarlo, pero ¿qué había hecho para merecer unos amigos como ellos y Lily? Alex ya no pudo ir a hablar con Lily sino hasta más tarde.

—¿Qué crees que haya planeado el Sr. Rickman? —preguntó la pelirroja

Ella y Alex estaban en los sanitarios en un cambio de clase, antes de hablar se aseguraron de que no hubiera moros en la costa (humano y fantasma).

—Lo único que puedo decir es que, probablemente, haya invitado al Sr. Burton —supuso la castaña

—¿Por qué lo dices?

—Porque en la carta venía la palabra «excéntrico» y solo se me ocurre una persona a la que le queda muy bien esa definición

—De ser cierto, Severus estará muy feliz

Lily soltó un suspiro llamando la atención de su prima.

—¿Estás bien? —preguntó preocupada Alex

—Sí. Es solo que... es la primera vez que veo a Severus tan feliz. Nunca pudo serlo gracias a su padre y ahora que él salió de su vida y la de su madre me alegra ver que ellos al fin viven en paz. Y estoy segura de que Sev ya no querrá unirse a Quien-Tú-Sabes...

—¡¿Qué?! ¿Cómo que Severus quería unirse a Voldemort?

—¡Sh! —rápidamente Lily revisó el baño y fuera de esta asegurándose de que no hubiera nadie. Una vez asegurado el lugar, la chica se volvió molesta hacia su prima—. ¿Estás loca? ¡¿Cómo se te ocurre decir su nombre?!

—Lily, ya se los dije, yo no...

—¡Lo digo porque sabes que en Hogwarts hay hijos de mortífagos y por ende personas que quieren unirse a sus filas después de graduarse! ¿Sabes de lo que son capaces de hacerle a una hija de muggles por atreverse a decir su nombre?

—¡Que lo intenten! Pero no estábamos hablando de eso, estábamos hablando del cumpleaños de Severus

—Tienes razón. Sea lo que sea que tenga pensado el Sr. Rickman estoy segura que a Sev le encantara

—Opino lo mismo

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9 DE ENERO

Severus estaba plácidamente dormido en su cuarto cuando de repente algo entró a su dormitorio, se subió a su cama y empezó a darle lengüetazos. El chico se removió tratando de quitarse lo que sea que estuviera encima de él.

—¿Qué diablos...? —el azabache abrió los ojos y miró con odio a quien tenía encima—. ¡METSTLI!

Estas son las mañanitas, que cantaba el Rey David. A los muchachos gruñones se las cantamos así...

Severus se levantó tirando en el proceso a la loba, que solamente bajó de la cama riendo. El chico se puso su bata y sus pantuflas y corrió detrás de la molesta criatura mágica. Entraron a la Sala Común, el chico agradecía que todavía fuera temprano y fin de semana porque nadie lo vería así... de pronto se escucharon pequeñas explosiones y el aire se llenó de colores ¿qué rayos...?

—¡Sorpresa!

El chico se detuvo de golpe a la vez que Metstli corría a los pies de Alex. En la Sala Común, con unos pequeños cohetes de cumpleaños expulsando serpentina y confeti, estaban las latinas, Regulus y ¿Narcisa?

—¡Feliz Cumpleaños, Severus! —felicitaron los presentes

Severus, atónito, se acercó a ellos.

—¿Qué? ¿Qué es todo esto?

—Sigues dormido, Snape —dijo Narcisa—. Es tu cumpleaños, tontito

La rubia le entregó al azabache un paquete mediano envuelto en papel verde estampado con pequeñas serpientes plateadas. El chico la aceptó todavía sorprendido de ver ahí a la menor de las hermanas Black; es cierto que tenía un agradable trato con ella, pero no era tan intimo como con su primo Regulus. Severus estaba por abrir el regalo de Narcisa cuando se abrió la entrada de la Sala Común dejando paso al profesor Slughorn.

—¡Buenos días, mis queridos estudiantes! —saludó muy animado el jefe de casa a sus serpientes—. Me alegra ver que estaban levantados, en especial los tres alumnos que necesito

—¿A quienes necesita, profesor? —preguntó Seveus

—¡Pues a ti, muchacho! Y también a la Srta. Jones y al joven Black

—¿Yo? —repitió el azabache. Bajó la mirada y deseó que el agua del Lago Negro entrara a la Sala Común y lo ahogara ¡estaba en pijama, bata y pantuflas!—. Uh... de acuerdo, solo permítame ir a cambiarme rápido

—Pero no tardes mucho, muchacho

Como alma que lleva el diablo, Severus corrió a su habitación y se cambió de ropa. En el proceso se tropezó o golpeó con algún mueble, nunca le había pasado algo como eso ya que era alguien ordenado. Una vez listo (asegurándose de que se veía bien y no hizo alguna extraña combinación de prendas) regresó a la Sala Común encontrándose a todos como los dejo. Slughorn indicó a Alex y los chicos que lo siguieran; los tres amigos se despidieron de Narcisa (el azabache le agradeció por el regalo) y Metstli.

Recorrieron los pasillos en silencio y con calma, pero esta desapareció de Severus al ver darse cuenta de dónde estaban. Le preguntó a Slughorn por qué iban al despacho del director, pero su jefe de casa no contestó; le preguntó a sus amigos, pero lo mismo: nada. Llegaron ante la gárgola, Slughorn dijo la contraseña y todos subieron las escaleras, el profesor tocó tres veces la puerta, el profesor Dumbledore indicó que pasaran, en cuanto lo hicieron fueron recibidos por un estrepitoso gritó:

—¡Sorpresa!

En el despacho no solo estaba el profesor Dumbledore, estaba con él Alan Rickman, su madre y... ¡¿Tim Burton?! Al ver al director de cine, Severus y Alex no pudieron evitar gritar emocionados.

—¡Feliz Cumpleaños, mi joven amigo! —felicitó Burton acercándose a Severus tendiéndole una mano para estrechársela

El joven enseguida la aceptó conteniendo lo más que podía la emoción, primero Navidad y ahora su cumpleaños. En serio ¿qué había hecho para merecer esto? ¡Porque no creía merecerlo!

—Respira, muchacho. Respira —dijo Burton al ver a Severus estático ante él

—¡Lo siento! —dijo de inmediato el chico—. Pero ¿qué hace usted aquí? ¡No me malinterprete! Me alegra verlo, junto con el Sr. Rickman y mi madre, pero ustedes dos tienen cosas más importantes que hacer que venir hasta acá solo para desearme un feliz cumpleaños

—¡Por favor, muchacho! Lo dices como si no merecieras celebrar tu cumpleaños —dijo el cineasta

Gracias a la práctica "obligatoria" de ocultar sus sentimientos, el azabache logró disimular su tristeza ante las palabras del Sr. Burton. Obviamente el cineasta no las dijo con malas intenciones porque hace poco que lo conoce, pero aun así...

Al ver el ánimo de Severus, Alex intervino:

—¡Sr. Rickman! Para que estén aquí es porque tienen organizado algo para Severus ¿cierto?

El actor enseguida captó las intenciones de la latina y contestó:

—¡Claro que sí! De hecho, tenemos algo especial preparado en casa

—¿Qué? —exclamó sorprendido Severus

En ese momento se abrió la puerta del despacho del director y entraron McGonagall y Lily.

—¡Feliz Cumpleaños, Sev! —felicitó alegremente Lily yendo hacia su amigo y dándole un fuerte abrazo

—Muchas gracias, Lily —dijo el festejado correspondiendo gustoso el abrazo

¡Ay, claro! Con Lily no entras en estado de shock —"reclamó" Alex

—Lo siento —dijo Severus terminando el abrazo con la pelirroja y volviéndose hacia la castaña—. Es solo que ese tipo de acciones afectivas no son muy comunes en Slytherin

—¿En serio? Que amargados

—Eso y porque estaba con la guardia baja ya que enviaste a esa escoba con patas a despertarme y fui tras ella para darle su merecido...

—Lamento la interrupción, joven Snape —cortó Dumbledore, poniéndose de pie—. Pero creo que tienen cosas que hacer ¿no es así? —el director miró a Rickman y Burton—. Por eso pidieron autorización para dejar salir a estos cuatro jóvenes durante este fin de semana

—¿Qué? ¿Todo el fin de semana? —preguntó sorprendido Severus

Como respuesta, el director les tendió una claqueta. Alan, Tim y Eileen la tocaron; los cuatro amigos enseguida captaron que era un Traslador y rápidamente se acercaron a los adultos y colocaron un dedo en la claqueta. Una luz azulada salió del objeto cubriendo a los siete pasajeros desapareciendo del despacho del director. Una vez pasada la horrible sensación de la aparición por Traslador, los cuatro amigos abrieron los ojos descubriendo que estaban en el jardín trasero del Sr. Rickman siendo recibidos por Rima.

—¡Feliz cumpleaños, Severus! —felicitó la mujer abrazando al adolescente, después de asegurarse de que Alan y los demás llegaron bien

—Muchas gracias, tía Rima —contestó el chico correspondiendo el abrazo

—Vamos, entren. Todo esta listo —dijo Rima, separándose del festejado

Severus iba a preguntar, pero se interrumpió al ser repentinamente vendado de los ojos. Alex y Regulus le dijeron que era para asegurar la sorpresa y ellos mismos lo llevarían con cuidado. Lento y con cuidado, todos entraron a la casa; la latina y el menor Black sujetaban al azabache cada uno de una mano guiándolo por la residencia. El chico estaba impresionado ante tanta molestia ¡y eso que todavía no veía lo que planearon para él! De repente unos deliciosos olores inundaron las cosas nasales del cumpleañero; le pareció que era una mezcla de diversos platillos, parecido a los del Gran Comedor.

Alex y Regulus se detuvieron haciendo que Severus hiciera lo mismo. Le indicaron que se quitara la venda; el azabache lo hizo y en cuanto vio lo que tenia ante él no pudo evitar soltar un jadeo de asombro: el salón principal estaba adornado con temática gótica (con un toque del arte de Tim Burton), al centro una gran mesa con sus platillos favoritos (era demasiada comida para siete personas, a su parecer) y cerca de esta otra mesa llena de regalos. Severus apartó la mirada del lugar volviéndose hacia sus familiares y amigos,

—Todo esto... ¿lo hicieron por mí? ¿Por qué?

—Cariño ¿Cómo preguntas "por qué"? —Eileen se acercó a su hijo y lo abrazó con todo el amor que tenia—. Nunca tuviste la oportunidad de tener una celebración de cumpleaños por como eran las cosas antes, pero ahora que tenemos una nueva oportunidad para vivir felices y tranquilos quiero darte todo lo que antes no podía. —besó la frente de su hijo y se separo un poco de él para mirarlo a los ojos—. Te mereces esto y más, mi niño

—Más de acuerdo no podíamos estar en con tu mamá, Sev —dijo Lily. La Sra. Eileen se hizo a un lado y la pelirroja abrazó al azabache—. Siempre quise hacer algo como esto en tus cumpleaños, pero era lo mismo, no era posible hacerlo y se quedaron como ideas en mi mente. Gracias al cielo ya no hay impedimentos y puedes hacer lo que quieras sin temor —se acercó al oído de su hermano ya que eso quería decírselo en privado—. Sé que encontraras a la persona correcta que te amara por como eres y te mostrara lo que aún sigues sin percatarse: que vales mucho y te mereces lo mejor del mundo

—Lily

Severus se esforzó con controlar las lágrimas, pero gracias a las palabras de su madre y hermana ya no pudo aguantar más. Abrazó con fuerza a Lily y se permitió llorar, llorar como nunca lo había hecho en su vida puesto que en ese gesto también liberara los sentimientos que nunca pudo expresar: felicidad, tristeza, ira, frustración. El azabache era un mar de emociones, para su buena suerte las personas que lo rodeaban no lo juzgaban por llorar, todos comprendían su sentir y lo apoyaban en ese momento.

Los adultos miraban enternecidos la escena ante ellos, mientras que Alex y Regulus se miraban entre ellos preocupados. Esto complicaba las cosas; todos los presentes (sin excepción) se volvieron parte fundamental en la vida de Severus ¿ahora qué harían para que se olvidara de la latina? Su preocupación aumentó cuando de pronto el azabache se acercó a la castaña de la abrazó.

—Gracias por aparecer en mi vida, Alex —agradeció el festejado—. Eres lo mejor que me ha pasado

La latina sintió un vuelco en el corazón a la vez que las lágrimas se acumulaban en sus ojos. Estaba feliz porque estaba dándole un mejor rumbo a la vida de Severus, pero igualmente temía que ella fuera la causante de su desvío hacia las Artes Oscuras al momento de su partida. Ella amaba al chico con todo su corazón, pero no podía dejar que las cosas siguieran empeorando. Estaba por alejar al Severus cuando vio de reojo a Regulus mirándola seriamente y sutilmente negando con la cabeza; no era el momento, así que Alex correspondió el abrazo liberando sus lágrimas, las cuales podían fácilmente confundirse que eran de alegría y no de tristeza.

La única que entendió la verdad del llanto de la latina era Eileen; ella esperaba que la chica se quedara con su hijo para siempre, pero después de que ella le revelara que no era del futuro la hizo pensar ¿igualmente estaría con Severus a pesar de la diferencia de edad y que él fuera su profesor? La mujer rezaba que así fuera. Su hijo sufrió demasiado desde que era un niño, merecía ser feliz.

Por fin Severus y Alex se separaron y la fiesta de cumpleaños comenzó. Ese fin de semana fue el más feliz para el azabache; no solo por la fiesta, sino porque en verdad todos se esmeraron en que disfrutara su cumpleaños.

Desafortunadamente, esa era solo la calma antes de la tormenta.

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