"Y aprendí a ser...
O mejor dicho, me  hicieron...
Me hicieron tus tratos, tus manías, tus dudas y miedos."
elo90dg

—¡Algún día te van a romper el corazón, algún día te vas a enamorar y vas a sufrir! ¡Eso te lo garantizo! Te pasaste Ernesto. ¡Te pasaste!

Esa era Andrea, la mejor amiga de mi novia, bueno, exnovia Lucía, quien trás el clásico: ¡Te odio!, dio un portazo y se largó de mi vida para siempre. Después de ella, el desfile se hizo eterno y el drama inundante. Para las ocho de la noche yo era sólo un cuerpo inerte sentado en una silla recibiendo insultos de todos.

Y esa hora ya los por qués habían dejado de tener sentido pues no aplican razonamientos a los horrores del corazón, cuando el alma está tan rota ¿cómo  le explicas? Sin embargo sigo repitiendo ese momento una y otra vez. Repasando cada detalle, sintiendo los olores, analizando cada palabra.

Es qué no entiendo ¿Cómo se puede pasar  de ser el hombre más feliz del mundo a creer que no vales nada?¿Qué sentido tiene que un instante cambie toda tu vida?

¡Maldición! La escena vuelve a mi cabeza para atormentarme:
La puerta entreabierta, risas y gemidos, la cama deshecha, Lucía revolcándose, ¡en el día de nuestra boda!, con Enrique. ¿Qué quién es Enrique? Duele demasiado para cómo para contarlo.

El horror dibujando su rostro, las excusas, su cuerpo semidesnudo que ahora me asqueaba, la cara inerte de mi hermano. Y las vergonzosas lagrimas que no paraban de salir empapando mi cara.  Todo pasó demasiado rápido.  Quise gritar, reclamar, golpear pero no tuve fuerzas. Sólo alcancé a mirarla a los ojos.

—Por favor —susurró y levantó la vista hacia mí con lo que creo fue una mirada triste y desventurada .

—Por favor —repitió llorando—Todos están allá afuera. ¡Me muero Ernesto, me muero si...!

—Cállate Lucía, hazte un favor y cállate —fue lo único que pude decirle antes de salir por la puerta sintiéndome sin aire.

La vida se me estaba escapando, me  sentí miserable, poca cosa.  Esa mujer se burló de mí,de lo nuestro, me rompió en pedazos, en mil pedazos y se atreve a suplicar. ¡Qué me pueden importan  los cientos de invitados, o la familia y amigos! ¡Qué dé la cara! ¡Qué asuma lo que ha hecho!

" Comienza el show" me dije mientras caminaba en medio de una risotada histérica dispuesto a que  estallara la bomba de una vez pero el pasillo era demasiado largo y su cara seguía apareciendo en mi cabeza: "Por favor, por favor". Al llegar al salón las palabras brotaron solas en un sinsentido que por un tiempo me cobrará  factura:

—¡Amigos! La boda se cancela, gracias por venir y perdonen las molestias —ese fue  mi discurso.

Después hubo de todo, desmayos, gritos, murmullos y miradas de desdén, su  padre me rompió las costillas y su carita de dolor hizo el resto. Yo era el villano, el tipo malo. En estos dramas a alguien hay que odiar, ¿o no? Así que los insultos fueron constantes, nadie preguntó o se cuestionó.¡Tantos planes, tanto futuro y todo quedó en nada!

Ahora estoy solo, sin amigos, sin  familia, sin ella, pensando en que mañana comienza el resto de mi vida y aún continuo sentado en el mismo lugar. El esmoquin desarreglado y sucio en el piso, el puño sangrando, el espejo roto, la vista perdida y la mueca de dolor en mi cara son todo mi entorno. 
Me niego a creer que termino así. ¡Tengo que confiar!

¡Dios! ¿Estas mirando? ¡Ayúdame! —grité con esperanza, tomé una hoja de papel y cuál catarsis alocada las palabras comenzaron a salir:

¡Cuánta razón mi querida Andrea! Me enamoré y tu amiga me rompió el corazón, lo peor es que todavía quiero entender. Sí, estoy sufriendo, de hecho duele como el demonio. Ella era mi princesa, el centro de mi vida  y no tengo ni idea de cómo voy a seguir ahora.

Pero los corazones se recomponen Andy, la vida tremenda como es sigue atrevida marcando el paso, ella no espera y nos conduce por lugares nuevos. Nos extiende su mano y nos mira  optimista, nos recuerda que recomenzar es también increíble y que podemos lograrlo.

Son las dos de la madrugada, me levanto y recojo lo que quedó de mi pobre espejo, me miro esperanzado, tomará tiempo, lo sé, pero me voy a levantar y con el tiempo un día, estoy seguro, volveré a escribir votos de amor y a creer en las promesas.

"Recogí los trozos más allá del dolor, crecí, confié, amé y mi corazón volvió a latir con fuerzas"