Recorro toda la plaza vieja buscándote desesperadamente, anhelando tu presencia, deseando verte allí. Necesito creer que nada ha cambiado, que aún puedo ver tu silueta en las sombras rebuscando entre cartones sucios y tachos de basura, dándole un brillo especial a tanta podredumbre y abandono. Pero no, tú no estás. Hace tiempo decidiste ser feliz. Ahora sólo quedo yo, yo y la tormenta que arrecia poderosa sobre mí. Sólo yo, en medio.de tanto vacío, aferrándome a la nada sin derecho a quejas y reclamos porque nuevamente llegué tarde a la vida de alguien, nuevamente llegué tarde a entender y queriendo tenerte cerca te alejé una y otra vez.

La lluvia sigue cayendo furiosa encubriendo mis lágrimas, disfrazando mi dolor y yo, a pesar de saber, no dejo de buscar. Y es que en cada rincón hay una historia, todo te llama, grita tu nombre y me reprocha por dejarte ir. ¡Hasta el tiempo se sabe molesto y me castiga haciendo más difícil esta despedida!
Ya me voy, me alejó para siempre con la seguridad de que los nubarrones que hoy me acompañan se irán conmigo y todo el gris se pintará nuevamente de color. Los colores que me rodeaban cuando todavía le importaba a alguien, cuando por primera vez me llamaste amigo, antes de volverme un idiota egoísta que mataba todo a su paso. Ahora ya no hay remedio.

Extendiste tu mano con esperanzas tantas veces. Me pediste, me suplicante y yo sólo me reí. Perdóname, no sabía, nadie me enseñó a querer, a sentir. ¡ Es qué no te entendí cuando me dijiste amigo! Pero pasó la vida y me hizo llorar, me obligó a mirar , a comprender y entonces lo supe. Supe que tenía un buen amigo de esos que no creen en tiempos, distancias, ni dolor, de esos que son hermanos del corazón. Y pensé en tantos chicos que no han tenido un amigo como tú, en los muchos que duermen en las calles cubiertos de harapos, esclavos de los vicios, con la única esperanza de un día reunir el valor suficiente para poner fin a su mísera existencia. Pensé en ellos y me llené de coraje, quise hacer, cambiar, vivir.

Me voy también por ellos, salgo definitivamente de tu vida y de la mía porque me encamino a una nueva, esta vez, sin miedos. Gracias amigo, gracias por todo. Seguirás siendo la luz titilante en mi camino oscuro hasta pueda empezar a brillar con luz propia. Hasta tanto trata de olvidar y construye el futuro con ganas, perdóname si puedes.

Quiero creer que me escuchas, que estás feliz. Camino tambaleante pues el viento me arrastra molesto. Pero, ¿qué importan el viento, el lodo, la lluvia, los truenos? Sonrío, el agua me lava, me purifica, me deja en paz.

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Porque enriquecer nuestra vida y crecer es también permitir que otros entren, que caminen junto a ti, es ensanchar el corazón, es recordar que todos merecemos una oportunidad y que esta vida es demasiado bonita para viviría sin amigos.

Sirva este relato de homenaje a una persona increíble y a su obra cyncym