「ღ」Capítulo 40.
—Nunca debí dejar que sacrificaras todo por mi —dice Camille, retirándose los lentes.
El sonido de la operadora del aeropuerto anuncia que el próximo vuelvo estaba apunto de partir, ella nos da la espalda, Ivan se acerca cautelosamente mientras sujeta su muñeca.
—Buen viaje, Harper, gracias por haber formado parte de mi vida.
Tras oírlo ella voltea, lo abraza y me observa atenta. Le sonrío, y cuando terminan toma su maleta y camina en dirección a su representante. Caminamos en silencio y al llegar a la sala de espera, él entrelaza sus dedos con los míos, yo me apego para sentir su contacto.
—¿Estás seguro de esto? —pregunto.
—Lo estoy —responde mientras me observa, él sujeta mi rostro mientras me observa con cariño—. No cambiaría nada si sé que al final tú estarás a mi lado.
La escena termina con un beso de Aria y Zac, las luces descienden y cuando Corbin grita ¡Corte!, sabemos que todo por fin ha acabado.
—¡Estupendo! ¡Un gran trabajo!
La celebración dentro del estudio no se hizo esperar, todos nos dirigimos hasta la parte posterior donde nos esperaba un banquete. Corbin agradeció el trabajo que habíamos realizado.
—Espero verlos a todos en la premier —añade y todos elevamos nuestros vasos de refresco en el aire— ¡Disfruten! Merecen esto por su arduo trabajo.
Camille quiso huir pero Ivan se encargó de hacerla quedar, a primera vista se veía como alguien... odiosa, era el típico estereotipo de una estrella, pero conforme ibas conociéndola descubrías a una persona tímida, estricta para lo laboral, pero estar junto a ella era divertido. Desde que Benjamin había desaparecido también se le veía mucho más relajada, hasta ahora no me había puesto a pensar en como la presión mediática también la había afectado, pero al menos por fin todo iba mejor.
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El gran día había llegado. Después de meses de ensayos, grabaciones y superar obstáculos inimaginables, estaba a solo unas horas de subirme al escenario más grande de mi carrera. Me levanté temprano esa mañana, incapaz de dormir más por la excitación y los nervios. La casa estaba tranquila, pero la energía de la expectativa era palpable en el aire.
Eliot, como siempre, estaba a mi lado, apoyándome. Nos habíamos vuelto inseparables, y la conexión entre nosotros era más fuerte que nunca. En los momentos más difíciles, él había sido mi roca, y hoy no era diferente. Se levantó conmigo y juntos tomamos un desayuno ligero antes de prepararnos para el gran día.
—¿Lista para hacer historia? —me preguntó con una sonrisa mientras me ofrecía una taza de café.
—Más que lista, nerviosa —admití, tomando la taza y sorbiendo un poco para calmar mi estómago revuelto.
—Vas a hacerlo increíble, Zoey. Todos sabemos cuánto has trabajado para esto.
Asentí, intentando calmar mis nervios. La seguridad de Eliot siempre me ayudaba, pero sabía que hoy iba a ser un desafío mayor. Me vestí con la ropa casual que había elegido para el ensayo matutino y salimos de casa, junto a mis padres y Caro, quienes también estaban emocionados y ansiosos por el gran evento. Ivan llegó poco después, la sorpresa para los asistentes sería que él haría de telonero.
El equipo de producción ya estaba en el lugar cuando llegamos al estadio. Las luces, el sonido, el escenario: todo estaba preparado para el espectáculo. Me sentí abrumada por un momento, pero respiré hondo y recordé las palabras de Eliot y mis padres. Podía hacerlo. Lo haría.
El ensayo general fue una mezcla de emociones. Practicamos cada detalle, asegurándonos de que todo saliera perfecto. Mi equipo era increíble, y su apoyo constante me daba la confianza que necesitaba. Cuando terminamos, me tomé un momento para recorrer el estadio vacío, imaginando cómo se vería lleno de fans esa noche.
Nos habían dado el orden de nuestras presentaciones, Ethan iría antes y yo daría el cierre del evento. Era algo demasiado importante y estaba muy ansiosa, pero confiaba en mí y sabía que podría con esto.
La tarde pasó en un abrir y cerrar de ojos. Entre entrevistas, saludos a fans y los últimos ajustes, el tiempo voló. Pronto, llegó el momento de la verdad. Me encontraba en el backstage, escuchando los ruidos de la multitud emocionada que se reunía fuera. La adrenalina comenzaba a bombear, y mis manos temblaban ligeramente.
Cada vez faltaba menos, ver a Ethan brillar encima me generó mucha emoción.
—¿Mis padres ya están en sus asientos? —Ivan asiente luego de oírme.
—Sí, tienen el mejor lugar —responde, orgulloso, ya que él se encargó personalmente de situarlos allí.
—¿Y Caro?
Antes de irme al vestuario la había visto conversar con ellos, pero por la mirada que me proporcionaron supe que no sabían nada de ella desde hace un buen rato. Me preocupé de inmediato, su barriga ya era más visible y las últimas semanas le habían dicho que todo estaba bien con el bebé, pero que llevara rato sin aparecer me generaba una sensación nada grata.
En cuanto entré al baño la vi, estaba dentro de uno de los cubículos temblando. Lucía pálida, demasiado, y al darme cuenta de los papeles llenos de sangre temí lo peor.
—Zoey... —susurra con nerviosismo—, pensé que ya estarías en el escenario...
—¡Ivan, Eliot! —grito y los dos entran corriendo.
Ivan es el primero en entrar y ni bien la ve la toma de la taza y se la lleva corriendo por el pasadizo, trato de seguirla, pero el staff me frena antes de que pudiera llegar a ellos.
—¡Zoey, entras en breve! —anuncia Agustin mientras trata de calmarme.
—¡Debo ir con ella, es mi amiga!
Había comenzado a llorar sin quererlo. No tenía idea de lo mal que ella se pudo haber sentido durante todo el día, y por la expresión de su cara, era obvio que no quería decir nada porque sabía que querría ir a su lado.
—¡Zoey, escúchame! Ivan la llevará al hospital, ella estará bien.
—¡No puedo presentarme!
Comencé a hiperventilarme, mi corazón palpitaba con fuerza, Agustin y los demás tuvieron que correr y de forma disimulada le pidieron a Ethan que hiciera una canción más hasta que lograran estabilizarme.
Eliot se acercó y me tomó las manos, mirándome a los ojos.
—Recuerda por qué haces esto, Zoey —sus brazos me rodean. Solo quiero ir con ella, necesitaba ir al lado de Caro—. Carolina no querría que fueras corriendo y renunciaras a esto, te prometo que todo estará bien, confía en Ivan.
Eliot le explicó la situación a Agustin y este se mantuvo al teléfono con Ivan en todo momento, escucharlo decir que acababan de llegar al hospital y que la estaban atendiendo me trajo algo de consuelo, pero me sentía inestable. No dejaba de pensar en ella.
No se podía prolongar más la presentación de Ethan así que tuve que subir al escenario. Las palabras de Eliot resonaron en mi mente. Las luces se atenuaron, la música de introducción comenzó a sonar, y supe que era el momento. Respiré, sabía que faltaba poco para que empezara a cantar, pero ver a tanta gente comenzó a afectarme, de pronto escuché a una guitarra cerca de mí, giré el rostro y vi a Eliot a mi lado.
—Este es tu sueño. Ahora hazlo tuyo —me susurra, pero logro escucharlo.
La ovación de la multitud fue ensordecedora cuando las luces me enfocaron. Estas me cegaron por un momento, pero rápidamente pude ajustarme a la vista.
Elevé en el aire a modo de saludo, los fans gritaron emocionados. Cerré los ojos, y poco a poco comencé a sentir la energía de los demás que me impulsaba
Te conocí de toda la vida, y siempre supe que eras mi persona favorita.
El destino jugó, nos separó,
pero el hilo rojo nunca se rompió, tu recuerdo mantuve en mi corazón.
Añoraba tus risas y tu voz al cantar,
Las promesas que hicimos en la orilla del mar.
Vivimos cosas muy diferentes, pero el destino nos unió,
Y avivó la llama de ese amor que nunca se apagó.
A medida que iba cantando observaba a Eliot, era su canción, algo que expresaba todo lo que sentía por él y que buscaba decirle desde el fondo de mi corazón.
Las fotos viejas en el desván,
los sueños que nunca se irán.
Y ahora estás aquí, en este lugar,
nuestros corazones vuelven a cantar.
Desentonamos.
Nos peleamos, pero poco a poco nos amamos,
Y hoy se me hace imposible no imaginarte a mi lado.
Bajo las estrellas como en nuestra niñez,
Nuestro amor renació, más fuerte de lo que fue.
El tiempo no borró lo que sentí,
Tu amor siempre vivió dentro de mí.
Bajo las estrellas como en nuestra niñez,
Nuestro amor renació, más fuerte de lo que fue.
Caminemos juntos, tomados de la mano,
Dos almas que el destino ha reencontrado.
En tu sonrisa encuentro mi hogar, caminemos juntos, por la eternidad,
dos corazones que el tiempo no pudo separar.
Cada nota, cada palabra, cada movimiento estaba lleno de pasión y emoción. Los rostros felices y las voces cantando junto a mí me dieron una energía increíble. Estaba viviendo mi sueño, y nada podía compararse con esa sensación.
Al finalizar bajé el micrófono, el público enloqueció, Eliot caminó hasta donde estaba, lo observé, y cuando nos besamos la euforia fue todavía más grande.
La multitud estalló en aplausos y vítores, y sentí una ola de gratitud y amor que me conmovió profundamente.
Continué con el concierto, tocando todas las canciones que había preparado. La recibieron con tanto entusiasmo que me hizo sentir increíblemente orgullosa.
Al finalizar corrí al hospital, en cuanto llegamos Caro se encontraba en la camilla, Ivan estaba a su lado acariciando su espalda.
—¡Zoey! —dice él y ella voltea a verme con lágrimas en los ojos.
—¿¡Estás bien, el bebé está bien!?
—Está fuera de peligro, ambos —añade Ivan, respondiendo por ella—. Pero le han mandado reposo absoluto, si hubiera pasado más tiempo el bebé hubiera nacido, pero posiblemente no habría resistido, es demasiado pequeño y sus pulmones todavía no están bien desarrollados —Caro no hablaba, solo apegaba el mentón a su cuerpo, era obvio que Ivan estaba regañándola—. Necesitan monitorearla hasta el fin del embarazo así que tiene que quedarse en el hospital.
—Zoey por favor dime que pudiste cantar... —suelta ella al final dejándonos a todos en blanco.
Caro se veía demasiado afligida aguardando mi respuesta, la tomé por los hombros y le di un suave cabezazo, ella se quejó, pero inmediatamente la abracé.
—¡Tu pedazo de tonta! —le grité— ¡Tenías que hablar antes si te sentías mal! ¿Qué hubiera pasado si no te encontrábamos?
—No quería mo...
—Cierra la boca o volveré a golpearte —la amenacé—. Caro, eres como mi hermana. No eres, ni serás nunca una molestia para mí.
—Luego les enseñamos la grabación —comenta Eliot desde atrás—. Pero ella deslumbró esta noche.
Ya estando un poco más calmados comenzamos a contarles como había sido la presentación, mis padres llegaron casi una hora después, tratar de sacarlos de entre tanta gente había sido demasiado complicado, pero al llegar, solo abrazaron a Eliot como si no lo hubieran visto en mucho tiempo. Sabía la ilusión que les hacía que él formara parte de nuestra familia, era demasiado pronto para pensar en ese futuro, pero estaba segura que quería que él estuviera allí conmigo.
Caro se tuvo que quedar hospitalizada, nosotros íbamos a verla sin falta y yo me encargaba de llevarle mangas o juegos para que no se aburriera. Eliana se encargó personalmente de monitorearla para evitar que hiciera alguna locura, y ella por primera vez siendo consciente, acató las órdenes que les dieron al pie de la letra.
Por desgracia ella se perdió su baile de graduación, decidí tampoco ir al mío ya que no conocía demasiado bien a mis compañeros, además, prefería pasar más tiempo con ella ahora que no estaba tan ocupada.
Los días siguientes estuvieron llenos de entrevistas y apariciones en los medios, todos querían saber más sobre el concierto. Fue un torbellino, pero Eliot me apoyaba en cada paso que daba y eso hizo que todo fuera más manejable.
Una tarde, mientras regresamos de ver a Caro, recibí la llamada de Agustin, acababan de confirmarle mi permanencia en la empresa. Golden me estaba dando un contrato sumamente importante y querían que empezara a trabajar en mi próximo álbum que sería lanzado mundialmente.
Me quedé sin palabras, sabiendo que esto podía ser una gran oportunidad para mi carrera. Eliot estaba a mi lado cuando tomé la llamada, y pude ver la emoción en sus ojos.
Él me tomó en sus brazos y me hizo girar en el aire, ambos caímos al suelo y no dejaba de chillar de la emoción.
Nos quedamos en silencio por un momento, disfrutando de la paz y la felicidad del momento. Sabía que no importaba lo que el futuro nos deparara, siempre y cuando estuviéramos juntos. Habíamos superado tanto, y estaba segura de que podríamos enfrentar cualquier cosa.
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