「ღ」Capítulo 18.
La sensación de algo pesado sobre mi cuerpo terminó despertándome. Al abrir los ojos pude ver el rostro de Eliot muy cerca del mío, tuve que parpadear varias veces para entender qué estaba haciendo él en mi habitación, pero tras despertar correctamente recordé lo que había pasado la noche anterior.
Comencé a sentirme nerviosa. Es decir, de niños hubo varias veces donde dormimos juntos ya que hacíamos pijamadas, pero la situación era diferente ahora, y aunque tratara de ver al niño que conocí me era imposible hacerlo.
Eliot era demasiado apuesto. Tenía unas pestañas largas y envidiables, su piel era tersa, sus labios eran carnosos, y su físico era envidiable. Tal vez cualquiera en mi situación hubiera buscado llevar las cosas a otro peldaño, pero la simple idea de que estas tonterías estuvieran rondando mi mente me descuadraba por completo. Tenía novio. Lo amaba, y Eliot solo era un muy querido amigo de la infancia...
—Duérmete —lo escucho que dice aún con los ojos cerrados.
—Pe... pensé que dormías —respondo sintiendo mi rostro arder.
—Lo hacía, pero cuando desperté y me di cuenta que me observabas fijamente, quería ver qué era lo que hacías.
Blanqueé los ojos luego de oírlo, él rió pero aún mantuvo su brazo alrededor de mi cuerpo.
—Y... yo debo irme.
—¿No me darás un beso de buenos días? —suelta de pronto.
—No seas payaso —susurré mientras observaba al otro lado.
Esta vez logré deslizarme hasta el borde, aunque le estaba dando la espalda a Eliot podía sentir su mirada sobre mí y eso generaba que mi corazón latiera con prisa. Su teléfono que estaba sobre el escritorio comenzó a sonar, Eliot me pidió que lo tomara y al hacerlo vi el nombre de Ivan en la pantalla.
Sentí como una espina se clavó en mi corazón.
No había pasado nada entre nosotros, pero dormir con un chico que no es tu novio era algo que jamás imaginé que haría.
—¿Qué quieres? —lo escucho que dice cuando finalmente contesta— Son las... ocho —completa luego de ver la hora en su celular—. Ivan, ¿qué piensas, que soy tu groupie? —Eliot voltea a observarme y luego sonríe— Bueno, como entenderás, estoy algo adolorido así que, patrón, me tomaré el día de hoy si no te molesta. Voy a colgar, adiós.
Tras finalizar la llamada Eliot se sienta encima de la cama, todavía me observaba, y a diferencia de otras veces, no lograba descifrar que es lo que buscaba transmitirme.
—Zoey, ¿me ayudas con algo?
—¿Con qué?
—Pues con la férula no tengo demasiada movilidad —añade mientras alza el brazo— ¿Me ayudas a cambiarme?
—¿Disculpa?
Eliot comenzó a reírse con fuerza ya que mi cara debió de ser todo un poema. Ahí me di cuenta que solo me estaba molestando, aunque lo dijo con tanta seriedad en sus palabras que de ser alguien más hubiera malinterpretado toda la situación.
—Iré a ayudar a mamá —anuncié antes de salir corriendo del cuarto.
Cuando estuve al otro lado me permití respirar con normalidad, Eliot siempre tenía esa capacidad de hacer que mi mente volara a otros lugares, pero algo que debería entender es que todas las personas podrían malinterpretarlo si se jugaba de esa manera.
Antes de ir a la cocina me puse un buzo para estar más cómoda, busqué mi celular pero no lo encontré por ningún lado, y ahí fue cuando recordé que lo había olvidado en la mesa de la cocina. Era sábado así que papá estaba en casa, al llegar a la cocina los saludé, tomé mi teléfono, revisé las notificaciones, pero el último mensaje que tenía era de Caro que me estaba contando la cita que había tenido con Victor.
Una mueca de desilusión se formó en mi rostro, por suerte le estaba dando la espalda a mis padres ya que había ido al refrigerador a tomar la caja del jugo de naranja.
Al girar el cuerpo me senté y mi padre comenzó a aclararse la garganta, mi madre ni siquiera le prestaba atención, ella estaba ocupada terminando de servir el desayuno, aunque cada tanto veía que le dedicaba una mirada.
Sin embargo, antes de que él comenzara a decir lo que quería el timbre de la puerta sonó, los tres nos miramos confusos, no esperábamos ninguna visita, menos un sábado por la mañana. Mamá fue en dirección a la puerta, la oímos conversar con alguien y al cabo de unos segundos ella volvió mientras sostenía un ramo de flores, luego el siguiente en llegar fue Ivan que traía otro ramo entre sus brazos.
—Buenos días, Señores Walker.
Comencé a toser, el jugo que había tomado se desvió de su camino, mi padre hizo lo mismo, ya que justo acababa de tomar un sorbo de su café.
—¿Ivan? —él me observó y luego caminó en mi dirección para entregarme el otro ramo de rosas rojas que se veía ligeramente más elaborado.
—Perdonen la interrupción, sé que es temprano, pero vine a buscar a Eliot para que me acompañe al set, yo me encargaré luego de llevarlo a la clínica para su chequeo.
—¿Y las flores que? —pregunta mi padre con el ceño fruncido mientras me observa como diciendo que las aleje de mí.
—Quería agradecerles lo que han hecho por Eliot —dice y luego introduce una mano dentro de sus jeans—. Le traje esto Sr. Walker, es una entrada VIP para usted y su familia en el resort Heaven para que puedan disfrutar de una tarde agradable.
—¡Qué detalle! —chilla mi madre prácticamente arrebatándole las entradas a mi padre— Pero siéntate querido, no puedes ir a trabajar con el estómago vacío.
Sin hacer caso a las miradas que mi padre le proporcionaba Ivan tomó asiento a mi lado, de forma disimulada acarició mi pierna con uno de sus dedos, pero bastaba con que la distancia fuera así de corta para que mi padre quisiera sacarlo a patadas de la casa. No había algo que él odiara más que los músicos, crecí escuchando que jamás debía de estar con uno, y había hecho exactamente lo contrario.
Las pisadas en las escaleras llamaron mi atención, al desviar el rostro vi Eliot entrando, este al darse cuenta de que Ivan estaba allí suspiró de cansancio y luego me observó y sonrió. Él pasó por detrás y tomó la otra silla para sentarse a mi lado izquierdo.
No entendía que se traían los dos, pero el ambiente volvía a sentirse tenso. Con el único que papá no reaccionaba mal era Eliot, pero esto ya parecía una competencia de quien asesinaba a quien primero con los ojos.
Eliot trató de tomar el cuchillo con su mano derecha pero este termina resbalando, al parecer le dolía el más mínimo movimiento de los dedos en esa mano.
—Zoey, ayuda a Eliot por favor —dice mi padre sin despegar la mirada de Ivan.
Eliot hizo una mueca de dolor y volvió a dejar el tenedor en la mesa, pero antes de que pudiera tomar los cubiertos para cortar el tocino de su plato Ivan, pasó los brazos por encima y los tomó primero.
—Descuida Zoey, yo lo ayudo —sonrió y Eliot blanqueó los ojos.
Miraba a mamá pidiéndole ayuda pero ella simplemente se hacía la que no me observaba aunque claramente podía ver como una sonrisa se escapaba cada tanto de su boca. Papá estaba del todo menos contento, la buscaba con los ojos pero ella fingía tampoco darse cuenta. Estaba disfrutando de toda la situación.
En cuanto terminamos Eliot se quedó en la cocina tomando su medicina y yo acompañé a Ivan a la puerta, al salir se aseguró de que mi padre no estuviera merodeando por los alrededores y depositó un fugaz beso sobre mis labios, al darnos cuenta de que Eliot venía guardamos una ligera distancia, y cuando él comenzó a avanzar en dirección a su vehículo Eliot también me tomó por sorpresa ya que depositó un beso en mi mejilla. Mi corazón comenzó a palpitar, pero este me sacó la lengua y luego comenzó a ir en dirección al auto.
La mañana acababa de comenzar, pero estaba más que exhausta.
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Traté de contactar a Caro todo el día pero mis mensajes simplemente entraban en la bandeja y ella no los leía, me había dicho que saldría con Victor, pero por lo general nunca pasaban tantas horas sin que obtuviera una respuesta.
Tras volver a ver el celular lo dejé a un lado y me recosté en la alfombra de la sala. En momentos como estos desearía ser más sociable, Caro era la única persona con la que pasaba los fines de semana, y cuando no lo pasaba con ella la pasaba con mis padres, pero estos habían ido a una fiesta de uno de los compañeros del trabajo de papá así que posiblemente no regresarían hasta la madrugada.
El reloj daba las nueve. Eliot tampoco había vuelto, no sabía exactamente en que ayudaba a Ivan, pero lo que no dejó de darle vueltas en la cabeza era lo que le dijo la noche anterior sobre una deuda que tenía pendiente. Ivan no se veía como una persona que cobrara favores, menos a su familia, pero... de los padres de él no sabía absolutamente nada, y lo poco que había escuchado de ellos, no era algo demasiado bueno tampoco.
Prendí la tele, comencé a ver una película pero comencé a cabecear producto del sueño así que decidí irme a dormir a mi cuarto. Al llegar allí apagué las luces y me tumbé sobre la cama, volví a tomar el celular y Caro hasta ahora no me había respondido. De pronto, un mensaje de Ivan me llegó, la puerta de la parte de abajo sonó y me puse de pie para ver si él y Eliot iban llegando, pero únicamente vi a Eliot dirigirse a la cocina.
Ivan: Hola preciosa ❤ ️ dejamos a Eliot en tu casa y yo estoy dirigiéndome a la mía pero estoy demasiado cansado y tengo que volver a levantarme temprano.
Ten lindos sueños, hablamos mañana ;) Te quiero ricitos 🥰
Zoey: Oww ): tenía ganas de verte por llamada, pero no importa, entiendo que estás muy cansado.
Ten dulces sueños 🤗 hablamos mañana, te quiero mucho más!
Al llegar a la planta baja vi a Eliot tratando de abrir una bolsa de Burger King con una sola mano, en cuanto me observó me dedicó una sonrisa.
—Ey, justo mi persona favorita —dice mientras extiende la bolsa en mi dirección.
—Me siento usada —digo falsamente ofendida mientras abro la bolsa.
—Te dejaré darle una mordida si quieres.
—No gracias, ya cené.
—¿Y tus padres?
—Salieron de fiesta —añadí mientras alzaba los brazos como si estuviera bailando.
—¿Y por qué tú no saliste con Caro?
—Porque anda con el novio.
—Que triste tu sábado —suelta mientras le pega un mordisco a la hamburguesa.
—¿Y qué me dices del tuyo?
—Pues yo si tenía planes —tras decir esto alza la férula—, pero como entenderás, con la mano hecha mierda no puedo hacer nada.
—Perdón Don popular, olvidé que la gente normal si tiene vida social.
Al girar en dirección a las escaleras escuché que Eliot hacía algunos ruidos por la cocina, él no tardó en alcanzarme, pero me seguía a algunos pasos de distancia. Al llegar a mi habitación él entró y se quedó observando nuevamente las fotos que tenía colgadas, luego sus ojos se enfocaron en el poster de Ivan, una mueca fugaz surcó sus labios, pero luego se sentó a mi lado en la cama.
—¿Qué traes? —pregunto, él se remueve incómodo.
—Nada, solo me siento cómodo.
—¿En mi cuarto? La primera vez que entraste dijiste que un unicornio vomitó aquí.
—Es muy rosa y lleno de peluches que te siguen con los ojos, sí, pero... no sé —dijo encogiéndose de hombros—, me siento cómodo, es todo. Creo que de una forma inconsciente todavía lo siento como un lugar seguro por el tiempo que estuve aquí.
—No te voy a ayudar a cambiarte la ropa —suelto, este comienza a reír.
—Mierda, me descubriste.
Eliot comenzó a reírse pero luego poco a poco su risa se apagó. A diferencia de otras veces el silencio que había aparecido entre los dos se tornó extraño. Era la primera vez desde que regresó que esto pasaba, y aunque él fuera demasiado directo, en esta ocasión parecía que le costaba hablar.
—Escucha... ayer estaba un poco... bueno...
—¿Drogado? —inquiero con cierta molestia, él asiente.
—Creo que hablé de más, ojo, con esto no quiero decirte que... me arrepiento de haberte contado mis cosas, es solo que... resulta un poco vergonzoso que esa imagen del Eliot perfecto que tenías en tu cabeza se desmorone —soltó buscando hacerse el gracioso.
—Eliot, veía como te comías los mocos, nunca tuve una imagen de un Eliot perfecto —contesto para hacer que se relaje, él ríe por mi comentario.
—Yo solo... quería darte las gracias por escucharme, Zoey. Aunque no fuera de una forma completamente intencional, quería decírtelo. Sé que la forma en la que he estado llevando las cosas desde hace algún tiempo no es la correcta, pero... esta vez me quiero esforzar.
—Me alegra oírlo —respondo con sinceridad mientras lo observo—. Todavía quiero tenerte por aquí mucho tiempo.
Eliot sonrió, revoloteó mi cabello, yo me quejé inmediatamente y coloqué mi mano encima de la suya para que parara. Al tocarnos sentí una sensación cálida, él sujetó ligeramente mis dedos y ambos nos observamos de forma atenta. Eliot se había comenzado a acercar, sentía mi corazón palpitar de una forma completamente diferente a como lo hacía con Ivan y no pude evitar sentirme mal por eso. Mordí mi labio de forma inconsciente, Eliot se detuvo a mitad de camino, como si hubiera entrado en razón y retrocedió sin ser brusco.
Rompió el contacto entre nosotros y sentí un extraño vacío dentro de mí.
—Descansa, nos vemos mañana.
Y diciendo esto se puso de pie y salió de mi habitación mientras cerraba la puerta tras de sí. Al marcharse me tiré sobre la cama y coloqué un brazo sobre mis ojos, me tomó tiempo calmarme pero finalmente lo conseguí.
Es mi amigo, me lo repetí una y otra vez.
Eliot siempre debía ser únicamente eso para mí.
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