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「ღ」Capítulo 22.

Ivan: Perdón soy un novio terrible 😞 Sé que te prometí que nos veríamos hoy pero tengo que cancelar.

Zoey: Ah... descuida, yo entiendo.

Ivan: No tienes idea de lo mal que me siento ):

No he hecho más que cancelarte las últimas semanas, pero la audición y Benjamin me tienen locos. Es la primera vez que me presiona de esta forma, la competencia está demasiado fuerte, Victor Miller está audicionando para el mismo papel y él ya tiene experiencia de sobra siendo el protagonista...

Que le ganara sería un BOOOOOM y lo máximo para mí porque dejaría oficialmente los cameos en series y me abriría muchísimas puertas, incluso el coach de Golden dice que he mejorado enormemente, pero no sé, creo que a fin de cuentas también depende mucho de la suerte.

¡Lo siento! Suena como si me estuviera excusando ): de verdad me sienta mal dejarte plantada, prometo compensarte la siguiente vez.

Sky: Descuida, sé cómo es tu trabajo, yo puedo esperar, no te preocupes n.n

Ivan: Eres la mejor novia del mundo ): de verdad prometo que te voy a compensar todo en algún momento.

Sky: Tranqui xd puedo decirle a Caro que hagamos algo.

Ivan: Eso me deja más tranquilo entonces, ¿quieres que te envíe algo? Tus deseos son órdenes, tú pide lo que quieras.

Sky: Graciassss pero estoy bien 💞 cuando nos vemos podemos comer algo juntos 🤗

Ivan: No sé como puedo tener una novia tan linda como tú 🥰 Quizás me vaya tarde a dormir, tengo sesiones con mi coach hasta tarde así que me iré despidiendo ricitos, descansa, duerme bien.

Sky: Ánimo, te quiero 🥰

Visto a las 7:00pm

Dejé el teléfono al lado de la cama y observé el techo. Era consciente de que su trabajo era muy cansado, entre las clases, sesiones de entrenamiento y las grabaciones Ivan terminaba exhausto, valoraba mucho que todavía buscara tiempo para nosotros, pero desde que Eliot se había recuperado del todo y él ya no venía por mi casa lo había empezado a sentir cada vez más distante, incluso cuando estábamos juntos podía darme cuenta de que su cabeza estaba en otro lugar y no en ese momento junto a mí.

—No tiene sentido estar de esta forma, es su trabajo, debes aceptar estas cosas —me dije mientras me ponía de pie.

Salí de mi habitación y pasé por el cuarto de Eliot, toqué la puerta pero nadie respondió y al abrirla vi que no estaba allí. Desde que se había reconciliado con Samantha él había comenzado a ir a sus entrenamientos, en más de una ocasión me había invitado, pero no quería ser el violinista entre dos personas que posiblemente retomarían su relación, si es que ya no lo habían hecho.

Al bajar las escaleras vi a mis padres mirando una película, estaban abrazados y se reían como dos adolescentes, sonreí al verlos, pero luego de colocarme una bufanda tomé mis llaves y fui directo a la casa de Caro.

Toqué la puerta, Eliana, su madre me abrió y me dejó pasar, estaba discutiendo con Caro pero lo poco que lograba entenderle era que no debía llegar demasiado tarde porque habría severas consecuencias.

—Sí, sí, Eliana, ya te oí —grita ella desde la parte superior.

—Esta mocosa me va a sacar canas verdes —comenta su madre y luego sonríe.

—Zoey, cielo, a ver si haces que esa cabezona me escuche por una vez, ¿saldrás con ella? Así me quedo más tranquila.

—Eh... si —le dije, había olvidado que era el cumpleaños de Victor.

Mi respuesta aparentemente no tranquilizó del todo a su madre pero luego de observar su reloj vio que iba tarde a su trabajo así que simplemente me dio un beso en la mejilla.

—Tienen pollo al horno dentro de la estufa si van a comer —me dijo con voz tierna y luego cambió su postura al mirar por las escaleras—, Carolina te lo advierto, voy a llamar y si no contestas a la una en punto te las verás conmigo por la mañana.

Diciendo esto Eliana se fue y me dejó en medio de la sala, subí las escaleras y al entrar al cuarto de Caro la vi tirando cosas del ropero a su cama mientras se probaba outfits frente al espejo.

—Dios que ropa de mierda —se queja— ¿Por qué cuando quiero que mi mentecita trabaje para crear el outfit perfecto no funciona mi cabeza? Oh, ¡Hola Zoey! ¿No ibas a salir con tu cariñito?

—Está... ocupado.

—Wow, wow, espera ¿te volvió a plantar? —dice frunciendo el ceño y pausando todo lo que estaba haciendo—. Van cuatro veces con estas ¿Quieres que lo golpeé? Me da igual si me demanda, nadie se mete con mi chikistrikis.

—Oye, tranquila, no es porque quiera hacerlo —contesto—... es solo que tiene la audición para Zombieworld y pues... está ocupado.

—Bueno... es verdad que sería su primer protagónico si es que llega a agarrar el papel, pero que te deje plantada me parece de mal gusto, de última podría enviarte algo, comidas, flores, un maletín de dinero —dice tosiendo para disimular lo que dijo—, no sé.

—Se ofreció a hacerlo, pero tampoco quiero que piense que soy una aprovechada, le dije que podía esperar a la próxima vez que nos veamos.

—Nena, es que me sienta mal que te esté plantando desde hace semanas ¿Eliot no está en casa?

—Fue a ver a Samantha.

—Si... —habla despacio como tratando de no pisar una bomba en un campo minado— ¿y cómo vas con ese tema? Te ha dicho si han vuelto...

—No quiero hablar de eso —la corto—, me metiste tantas cosas en la cabeza que comencé a malinterpretar la situación.

—Mi pequeña princesa, yo solo dejé la semilla, si comenzaste a regar la planta es porque sabes que hay algo más allí. Como dice la canción: A quién crees que engañas él es lo que tú más quieres ocultarlo tratas es hermoso lo que sientes—y diciendo esto comenzó a bailar de un lado al otro.

Finalmente, luego de media hora revoloteando por su ropa Caro logró encontrar un hermoso conjunto, era una blusa platinada que brillaba con la luz y una falda negra de cuerina que resaltaba aún más sus curvas, ella se sentó en su tocador y se recogió el cabello para comenzar a maquillarse, yo comencé a ver mi teléfono esperando recibir algún mensaje de Ivan para ver si cambiaba de opinión, pero esto nunca pasó.

—Zoey, mi vida ¿quieres ir conmigo al cumpleaños de Victor? Será en el antro que está a las afueras de la ciudad —pregunta luego de un largo rato al verme decaída—. Sé que ya te lo había preguntado en la escuela y me dijiste que no porque tenías planes hoy, pero en vista que tu agenda se liberó, podemos ir juntas. Victor enviará un Uber por mí para no levantar sospechas.

—No sé, dudo que me den permiso.

—Mira, puedo convencer a tu mamá si es lo que te preocupa, te prometo que regresaremos antes de la una a mi casa, ya escuchaste Eliana, desde que le dije que tenía novio, aunque obvie el tema de que es una estrella de la pantalla grande, está insoportable así que no quiero tentar a mi suerte.

Tenía dos opciones: Deprimirme escuchando algún disco en mi antigua radio, o arriesgarme y hacer algo diferente. Caro me observaba ansiosa, esperando una respuesta, no tuvo que hacer demasiado para convencerme, pero el problema eran mis padres. Desde lo que me pasó dudaban de las intenciones de las personas e ir a un antro donde todos eran mayores definitivamente era algo que no les gustaría.

Caro tomó mi teléfono y le marcó a mi mamá, ella no tardó en responder y luego de que hablara con ella un largo rato terminó accediendo a darme permiso. Confiaba en Caro y sabía que ella me cuidaría y no dejaría que nada malo me pasara.

—Bien —susurra para que mi padre no la escuche—, pero en cuanto regresen quiero que Zoey me envíe un mensaje, le diré al ogro que ella se quedará a dormir en tu casa.

Ambas sonreímos y luego de finalizar la llamada Caro me ayudó a ponerme la peluca, me prestó un vestido corto negro que brillaba, unos tacones bajos ya que no sabía caminar si eran demasiado altos, y una chamarra de cuero negra.

A las ocho en punto vimos a un auto Deluxe fuera de la casa de Caro, dudamos de si era el dichoso Uber o no, pero Victor le pasó los datos del conductor a Caro y le confirmó que sí era el vehículo que había enviado. Salimos de la casa asegurándonos que mis padres no estuvieran cerca y nos metimos dentro de este prácticamente corriendo. Todo el automóvil olía a nuevo y los asientos estaban tan limpios y brillosos que parecían recién sacados de la concesionaria.

A medida que nos fuimos alejando un poco del centro de la ciudad vimos que el camino era boscoso, Caro y yo nunca habíamos venido para este punto y teníamos un poco de miedo, pero conforme nos íbamos acercando a el antro pudimos ver como el camino se iluminaba y la fuerte música nos dio la ansiada paz que necesitábamos.

Bajamos, el lugar era enorme y tenía la apariencia de un antiguo palacio que combinaba con lo moderno, se podía ver la gente bailando en el primer piso, y arriba en el segundo se podía ver a algunos grupos distribuidos.

—¿Para que lado tenemos que ir? —le pregunto hablando fuerte para que pueda escucharme.

Caro tomó su celular, comenzó a caminar conmigo por el lado derecho donde había una puerta de marco dorado, el imponente y enorme sujeto nos observó de arriba abajo mientras bajaba un poco sus gafas negras.

—Identificaciones.
—Victor Miller —responde Caro batiendo su cabello en el aire, el sujeto sonríe y luego abre la puerta para dejarnos pasar.

La puerta por donde ingresamos iba a una sección de escaleras oscura que tenía luces de neón moradas, los vidrios de las paredes te permitían ver la primera planta, pero al ver como algunas chicas se tomaban fotos prácticamente mirándonos entendí que este no mostraba esa especie de pasadizo oculto donde estábamos nosotras.

—¿Victor es un narco o que? —pregunto, Caro rie.
—Para que el guardia nos dejara pasar tuvo que darle un incentivo —dice ella mientras frota sus dedos en el aire haciendo referencia al dinero—, de otra forma nunca hubiéramos podido entrar, este lugar por lo que me dijo tiene una lista de espera de medio año y solo si eres lo suficientemente importante pueden dejarte separar un evento.
—Bueno, creo que el dinero en manos equivocadas podría ser algo peligroso.
—Y que lo digas, pero por el momento será mejor disfrutar de lo que esto nos puede proporcionar —añade mientras guiña un ojo.

Sorry for party Rocking resonaba en todo el lugar, al llegar a la planta superior cruzamos la puerta de color morada y nos recibió la enorme barra con licores que se veían ridículamente caros. El lugar estaba mucho más vacío que la primera planta, había aproximadamente cincuenta personas bailando y un poco más alejado se podía ver a Victor sentado en uno de los sillones de color blanco mientras se reía con otros chicos que reconocí de algunos programas de televisión.

—Señoritas, buenas noches —se nos acerca un hombro alto, perfectamente peinado y que olía a loción de afeitar— ¿me permiten sus abrigos? De esa manera podrán disfrutar de la velada.

—Gracias —respondimos ambas al unísono.

Caro avanzó al frente, los chicos que estaban en la pista volteaban a observarnos y eso me ponía demasiado nerviosa, tenía miedo de que descubrieran que éramos dos menores dentro de un lugar así y dieran aviso a la policía.

—¡Preciosa! —grita Victor y sus amigos voltean en nuestra dirección.

Algunas chicas que estaban en los otros sillones nos observan de pies a cabeza con visible fastidio, no era necesario que nos dijeran algo pero se notaba que deseaban que desaparezcamos de ese lugar en ese mismo instante.

Victor se acercó a nosotras, el olor a licor llegó automáticamente a mi nariz y tuve que desviar el rostro de forma disimulada. Besó a Caro de una manera tan horrenda que prácticamente vi a su lengua removerse en su garganta, y no contento con eso apretó su trasero de una manera nada disimulada. Sentía asco, pero mi amiga parecía que ni siquiera se inmutaba.

—Ey ¿Sky verdad? —luego de terminar su indecente saludo reparó en mi presencia—, me alegra que vinieras, Caro me había dicho que no sabía si podrías venir.

—¡Hola! feliz cumpleaños —me acerco a saludarlo y este me abraza con fuerza.

—Un gusto —un muchacho con un corte muy pegado se acercó a donde estaba y Victor aprovechó esto para llevarse a Caro al sillón—. Mi nombre es Dylan Klein, aunque posiblemente ya me conoces —dice con una sonrisa dejando ver un diente que traía incrustación de diamante.

—Que tal —le digo, un poco molesta por su soberbia—. Sky, un placer.

—Claro que me acuerdo de ti, eres la... fan de Ivan White, ¿no?

—Podría decirse que sí —sonrío y él parece no entender que no quiero hablar con él.

—Déjame invitarte algo.

—No, descuida, estoy bien.

Caro volvió hasta donde estaba y me jaló a la pista de baile, le agradecí por librarme del tal Dylan porque estaba a punto de tener un ataque.

—¿Qué fue ese espectáculo de hace rato? —le pregunto al dar una vuelta.

—Está un poco mareado, eso es todo.

—Caro, está ahogado en alcohol, espero que sea solo alcohol.

—Ay Zoey, es su cumpleaños, tiene derecho a divertirse —dice ella moviéndose al compás de la música.

—Señoritas —un mozo se acerca a nosotros con dos copas—, el joven Victor les envía esto.

Al voltear a observarlo, el nombrado alza una botella de whisky en el aire mientras comienza a hablar con sus amigos.

—Yo... no bebo, gracias.

Sky, vamos, diviértete un poco, además estás conmigo.

Caro tomó la copa sin dudarlo y saludó a Victor con esta en la mano, yo tomé la mía y la imité, los amigos de él habían comenzado a verme mal y en esta situación no quería tentar a un ebrio que podría dejarnos sin transporte de regreso.

Di un sorbo, el amargo licor recorrió mi garganta y retuve las ganas de toser, Caro dio un grito y comenzó a saltar, el mozo vino por nuestras copas cuando terminamos y comencé a sentirme un poco más suelta luego de algunos minutos.

—¡Eso! —grita ella mientras me sujeta de las manos— Vamos Sky, vamos Sky.

Luego de un rato el mozo volvió, pero esta vez le pedí que me trajera agua, no estaba acostumbrada a tomar alcohol, incluso la cerveza me sentaba mal, y tomar otra copa más podría dejarme en el borde de poder mantenerme en pie o no.

El Dj felicitó a Victor por su cumpleaños y todos los del club comenzaron a corear su nombre, sus invitados estaban eufóricos, saltaban y la temperatura del ambiente comenzó a aumentar automáticamente. Nos acercamos a la barra, el barman nos preguntó que queríamos, le pedí otro vaso con agua y abundante hielo, pero Caro se pidió una margarita.

—Ya vengo, iré al baño.

—¡Oka! —respondió alegre, el alcohol había hecho efecto— Te espero mi princesa.

En cuanto crucé las puertas del baño pude ver a dos de las invitadas de Victor, las muchachas se quedaron calladas luego de mirarme, me acerqué al espejo y limpié un poco el maquillaje de mis ojos ya que el sudor había hecho de las suyas.

—Son unas oportunistas —suelta una finalmente, la observo por reflejo mientras limpio el sudor de mi cuello.

—¿Perdón? —pregunto, y aunque temblaba de miedo me armé de valor.

—Tú y la zorrita esa solo busca gente famosa —escupe con odio—. No forman parte de nuestro círculo, entiéndanlo de una vez.

Su amiga le dio la razón y ambas se fueron del baño, me tuve que agarrar del lavadero porque estaba demasiado nerviosa, pensé que me harían daño, y al no tener cerca a Caro no sabía qué era lo que podría pasarme.

Al salir vi nuestros vasos en la barra pero no había rastros de Caro por ningún lado. Observé mi teléfono, eran las doce y media, teníamos media hora para llegar. Pasaron diez minutos más y no había rastro de ella, di un sorbo a mi vaso de agua, el barman se acercó y le pregunté si la había visto, me señaló escuetamente con el mentón una puerta de color negro que estaba a la derecha.

Extrañada caminé hasta allí, empujé la puerta y vi que había un pasadizo con varias habitaciones que tenían números. El lugar era insonoro, la música de afuera no alcanzaba a oírse. Pegué mi oído a una de las puertas que no tenía llave y comencé a escuchar unos gemidos. Me espanté al oír el nombre de Caro y salí prácticamente corriendo de nuevo a la barra.

Al llegar le pedí que me diera más agua, había comenzado a sentirme extraña, mi cuerpo quemaba y mi cabeza daba mil vueltas. Dylan no tardó en acercarse y le pidió un trago al hombre.

—Oye, ¿no quieres divertirte un poco? —pregunta y apenas pude entenderlo.

—Caro —susurro.

Dylan me tomó de la mano y me llevó en dirección a la puerta, se dirigió a uno de los cuartos, la abrió, me estaba forzando a entrar pero comencé a gritar el nombre de mi amiga y esta salió de la habitación rápidamente con la ropa a medio poner.

—¿¡Qué haces hijo de puta!? —grita mientras le mete una patada.

Caro me tomó de la muñeca y se encerró conmigo dentro de la habitación, escuchábamos que Dylan tocaba la puerta furioso, Caro tomó mi teléfono, la vi que hablaba con alguien, yo no entendía qué era lo que estaba pasando, mi cuerpo estaba ardiendo como si tuviera fiebre pero sabía que no podía ser eso.

—Dios, perdón Zoey, perdón.

La oigo decir mientras llora, ella se quedó allí abrazándome y no sé cuánto tiempo pasó pero escuché que volvían a golpear la puerta. Caro abrió y vi como Eliot se acercaba a mí mientras acariciaba mi rostro.

—¿Qué le dieron? —escucho que le pregunta.

—No sé, yo... —chilla ella, estaba temblando.

—Escucha, hablaremos mañana, ayúdame a sacarla de aquí.

Tengo pocos recuerdos de lo que pasó después, las imágenes iban y venían, pero vi que Eliot y Caro me subían a un taxi, lo siguiente fue que estaba viendo el techo de su cuarto. Ambos me observaban, él se veía muy molesto con ella y le dijo algo que no llegué a entender, escuché el teléfono sonar incansablemente, Caro se fue del cuarto y nos dejó solos.

—Me quema —le dije mientras buscaba sacarme el vestido—, tengo mucho calor.

—Tranquila —me dijo—, ya volverá Caro para ayudarte.

No me importó lo que dijo, me quité la ropa y me tumbé de espaldas en la cama, Eliot observaba al lado contrario, me tapó como pudo con una sábana, pero terminé sujetando su mano, él me observó.

—Zoey, duerme —susurró con voz ronca, estaba sonrojado.

—Eliot —le dije y tiré de él.

Su pesado cuerpo cayó sobre el mío, nuestras frentes estaban pegadas y nuestros labios estaban a penas a unos cuantos centímetros de distancia.

No recuerdo más después de eso, pero al volver aabrir los ojos vi a Caro a mi lado, y Eliot no estaba en la habitación.

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