Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Conociendo a Malak

     Levanta el teléfono pero nadie responde del otro lado. Laila sigue preguntando quién es, qué necesita. Pero la persona al otro lado de la comunicación sigue sin responder. Ella sabe que hay alguien, le escucha respirar. Se dispone a insistir una vez más para obtener respuestas, pero la persona al otro lado de la línea cuelga la llamada. 

    Camina hacia el baño y se hecha un vistazo en el espejo. Retrocede unos pasos asustada por la imagen que le devuelve el espejo. El reflejo no le pertenecía al suyo, sino al de la mujer que la atosigaba en sueños, Amunet. Se acerca una vez más al espejo, cautelosa, atenta a cada detalle. No, debía de habérselo imaginado, seguro proyectaba sus sueños porque el reflejo que ahora veía, sí era el suyo. Su pelo negro enmarcando su rostro de una forma juvenil, corto. Sus ojos, que contaban todos los secretos que pudiera contener no se parecían en nada a los de la mujer, intrigantes, penetrantes y avasalladores. Laila hace una mueca tras intentar poner una mirada intimidante y no conseguirlo. Si, definitivamente había sido el cansancio. Se lava la cara para despabilarse y regresa al cuarto para vestirse. 

     Hoy tenía bastantes planes, iba a conocer sus calles, la gente, pasearía por las zonas no turísticas al principio. Tras terminar de ponerse todo lo necesario para sobrevivir al caluroso Egipto, gorra, protección solar y ropas frescas pero que la cubrieran un poco, sale de su habitación y se encuentra un sobre con su nombre escrito en el mismo. La letra era preciosa. Lo levantó y abrió para leer lo que fuera que le quisieran decir "Espero que te hayan gustado las flores. Disfruta del día de hoy. Nos veremos pronto, Malak". Dejó la nota sobre la cama y salió con ese nombre en la mente. Por un lado le daba terror conocer a esa persona, pero por el otro, se encontraba increíblemente intrigada por quien sería. El vestíbulo del hotel estaba bastante vacío. Y ahí sentado, igual que el día anterior, estaba Ángel, como si no hiciera nada más que quedarse ahí. ¿Es que ese muchacho no tenía una vida? Como si supiera que hablaba de él, se levanta y se acerca a ella para saludarla. 

— Hey, Laila, ¿cómo estuvo tu noche? ¿Pudiste pegar el ojo? El jet-lag a mí no me dejó dormir mucho. Y eso que la habitación es un lujo. 

— La verdad que sí es un lujo, y yo no tuve inconvenientes, pero Ángel, escúchame, no puedo hablar contigo ahora, quiero aprovechar el día al máximo. 

— ¿No puedes o no quieres? —dice en un tono de voz que demuestra que le ha dolido. 

— Empieza a transformarse en un no quiero, así que dame un poco de espacio por favor, se siente raro que siempre estés ahí. —da media vuelta y apura el paso para no darle la oportunidad de que le dé más charla. En esas apuradas, choca contra alguien y casi cae al piso. Para su fortuna, el sujeto del colapso tenía buenos reflejos y pudo sujetarla antes de que eso sucediera.— Lo siento —dicen al unísono, y ella agrega que la verdad es que no lo había visto. 

— Sí, lo he notado —La mira y sonríe. Laila lo observa por unos segundos. Tez morena, ojos y cabellos tan negros como la oscuridad misma. Una vez que el muchacho nota que ella ya está estable, la suelta. —Debí tener más cuidado, te notabas algo apurada y no me hice a un lado —Mira hacia donde se encontraba Ángel mirándolos, se veía que estaba tenso, se lo notaba en cada una de las fibras del cuerpo — Lo siento si interrumpí algo con tu novio. 

— ¿Con él? —Laila suelta una risa divertida al darse cuenta que hacía referencia a su incordioso vecino de vuelo. —No, apenas lo conozco, no es mi novio ni nada. 

— Bueno, entonces me siento un poco mejor. Me gustaría, si no es una locura, invitarte a tomar un café o lo que quieras como para aprovechar este choque y en cierto modo disculparme. Por cierto, me llamo Malak, y tu nombre es...

—Laila —responde ella mirando confundida primero a Ángel que sale del hotel con apariencia visiblemente molesta, y por el otro a este nuevo muchacho, cuyo nombre firmaba todas las notas que le llegaron. —Malak... —dice su nombre como saboreándolo —¿tú has enviado las cosas a mi cuarto? 

— Si... suelo enviar cosas a chicas que no conozco —en su rostro se nota como trata de contener una risa— Supongo que debe de haber sido cosa del hotel, pero ¿crees en el destino? 

— La verdad es que no soy de creer mucho en el destino, pero últimamente estoy comenzando a creer un poco más. 

     La condujo durante unas cuadras hasta una confitería en donde la invitó a un desayuno. Ella se mostraba algo reacia a dejarle pagar por todo, pero el insistió, y ya que aún no había podido pasar por una casa de cambio, no andaba con mucho dinero como para pagar. Luego de eso fue su guía personal durante algunas horas hasta que tuvo que retirarse, le contó algunos datos curiosos sobre ciertos edificios o lugares. Durante todo ese tiempo, Malak no dejaba de preguntarle por gustos personales, de dónde era y demasiadas cosas sobre ella. Realmente parecía interesado en ella. Laila no podía quitarse de encima una sensación desagradable. Algo iba mal. Notaba la mirada de alguien sobre su espalda, pero cuando volteaba para ver quién era no se encontraba con nadie. Como si desapareciera por arte de magia. 

     En un momento del paseo, Laila le preguntó si se hospedaba en el hotel. El joven le confesó que no, pero que había algo que lo había llamado a entrar. Como si algo lo hubiera atraído. Laila le consultó si sabía que era. Y él simplemente encogió de hombros. No podía asegurar el motivo, simplemente sintió que era hora de entrar a ese nuevo hotel, y añadió a modo de broma, que quizá el destino lo había hecho ingresar para conocerla. Después de eso le sonrió y tras despedirse de ella, se fue caminando para atrás con las manos en los bolsillos. Le deseó suerte con el desconocido que parecía estar siempre donde ella estuviera. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro