Cap. 1: El concurso.
Canción: ¿Cuando empezaré a vivir? - Enredados soundtrack.
Cruzo la puerta saliendo definitivamente del edificio. El sol me pega de frente en la cara y cierro mis ojos con fuerza a causa de la cantidad increíble de brillo. Un empujón a mi lado me desequilibra y me obliga a caminar con los ojos entrecerrados hasta una esquina donde haya menos luz. Lo que faltaba para completar mi mal humor.
Busco entre mi bolso el pequeño folleto que me dieron al salir. Un rectángulo de papel blanco, algo que es tan pequeño para lo que sus palabras repercuten en mí:
"La academia de artes de la ciudad de Crown los invita a participar en su concurso.
Una vista hacia el arte y un pedazo del corazón de una historia.
Eres totalmente bienvenido/a a formar parte y ganarte 1000$
¡No pierdas la oportunidad!"
Chillo de la emoción al volver a leerlo. A pesar del pésimo día de hoy, esto es lo único que es capaz de alegrarme en cuestión de segundos. Este es el pequeño impulso que necesito para mi carrera, para empezar a hacer la artista que tanto he soñado ser.
Pero antes de emocionarme, tengo que ir a la ciudad que tanto me ha costado llegar.
Me giro hacia el edificio con mala cara recordando lo que pasó hace tan solo unos minutos. A pesar de que era algo bastante evidente, saber que no me dieron el préstamo igual me deprime aunque soy consciente de que fui muy ingenua al intentarlo. Las imágenes de mis pinturas no eran garantía suficiente para alguien que necesita pagar el boleto para ir a la ciudad del concurso. Nada puede asegurar que me ganaré ese premio.
Pateo el bote de basura a mi lado cayendo en la realidad otra vez. Necesito el dinero para poder viajar. No tengo suficiente para costear el pasaje y es bastante necesario estar allá para participar.
Cierro los ojos y respiro hondo. Lograré conseguir ese dinero, estoy segura. Debo dejar de perder el tiempo y darles más espectáculo a las personas que al abrir los ojos se me quedan observando con gestos curiosos y miradas burlonas.
Camino a mi casa organizando la cantidad de ideas que tengo en mente. Primero tengo que investigar sobre en qué voy a enfocar mi pintura teniendo en cuenta el territorio de Crown, un pueblo que se caracteriza por la naturaleza y los pocos usos de electricidad. Es el sitio perfecto para un retiro espiritual. Si no logro ganar el concurso estoy segura que igualmente este viaje no será en vano.
Entro a mi departamento tarareando una canción que suena repetidas veces en mis audífonos. Tiro la chaqueta que tenía hace unos momentos en el suelo y camino unos pasos hasta el espejo. Sonrío al ver mi reflejo. Mi cabello color chocolate que está a la altura de mi barbilla se mueve siguiendo el movimiento de mi cabeza, mis grandes ojos verdes brillan con intensidad y es en este momento que me fijo en que la emoción que tengo desde que encontré ese folleto, salta hasta por mis poros.
Me paso una mano por las mejillas y al rato caigo en cuenta del maquillaje que traía puesto. Me acerco al espejo con los ojos bastante abiertos.
Bien, ahora se vislumbran las pecas que me rodean la nariz y reposan sobre mis mejillas a pesar de que todavía queda una delgada capa de maquillaje cubriéndolas.
Busco mi portátil y no pierdo tiempo para buscar imágenes de la ciudad de Crown. A duras penas consigo sentarme antes de concentrarme totalmente en las vistas. Observo muchas aldeas, parques sencillos, monumentos de piedra... Todo es tan hermoso, pero... falta algo. No puedo hacer mi obra sobre esto.
Visualizo fotos de un bosque y sonrío al verlo. Hay algo muy bueno sobre los bosques. Con su inmensidad no se logra divisar su totalidad. Si hay algo que he aprendido de esto es, que muchas obras de la naturaleza pasan de vista, y es el sitio perfecto para encontrar algo mágico que pintar.
Sonrío imaginando mis manos pintando las hojas de los árboles. Tengo el sitio, ahora todo lo que tengo que conseguir es el dinero para pagar ese pasaje.
Pero antes de buscar en el periódico algún trabajo de un par de días, escucho unos toques en mi puerta. Me sobresalto y giro rápidamente al pasillo que está lo suficientemente oscuro para hacer que esta escena parezca terrorífica.
Carraspeo y me levanto de mi asiento con un poco de miedo. Abro la puerta sin prisas, incluso escucho un pequeño chirrido al abrir. Estoy tan ansiosa para encontrarme con... Nada.
No hay nadie en el pasillo de los apartamentos. Ni el gato de la señora Cali que pasa de puerta en puerta como siempre hace. Todo está solitario.
Bajo la vista confundida y lo que encuentro en el suelo me descoloca un poco. Un sobre blanco reposa en la alfombra azul de la entrada y mis nervios solo se incrementan aún más.
Esta parece la típica escena de una película de terror, y ahora es mi turno de cumplir mi papel.
Con curiosidad más que cualquier otro sentimiento, tomo el sobre en mis manos y antes de volver a entrar, reviso que nadie esté cerca.
Lo primero que noto es lo abultado que está el sobre, lo segundo es el poco peso que tiene. Sin intenciones de darme más misterio, rompo el pedazo de papel sin el más mínimo cuidado.
Un grito ahogado sale de mi boca al observa el fajo de billetes dentro de él. Aquí está absolutamente todo para el pasaje, incluso sobra para pagar mi hospedaje ¡No lo puedo creer!
No sé cómo llegó a mí, pero la verdad no me importa, lo único que me emociona es que ¡Me voy a Crown!
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