💫Capítulo ocho: Un rapapolvos merecido, un propósito y una ilusión. [LEIRE]
¿Por qué tenía que ser tan frágil tratándose de él?
Había aprendido a ser fuerte, capaz de todo y muy luchadora. Hasta que se me volvió a derrumbar todo y lo peor, es que no entendía nada. Pensaba que la cercanía que se produjo entre los dos quería decir algo y por lo visto, yo lo malinterpreté todo. Maldita inútil ilusa.
Dieron las once de la mañana y yo no tuve ni ganas de encender el teléfono. Seguía boca abajo en mi cama con los ojos rojos como tomates por no haber parado de sollozar en toda la noche, no fui capaz de conciliar el sueño ni por un instante. ¿Para qué iba a encender el móvil? ¿Para mirar su foto y sentirme peor? ¡Nunca más!
Mi alma no tenía fuerzas ni para escuchar a mi amiga entrar en la habitación.
—¿Leire? —se aproximó hasta mí—. ¿Estás despierta?
—Si —intenté que no se me notara nada.
Mar se sentó sobre la cama, muy cerca de mi torso.
—¿Te encuentras mal? Son las once de la mañana y hace años que no te quedas en la cama hasta tan tarde.
—Estoy bien —le respondí.
—Algo me dice que no dices la verdad. ¿Pasó algo ayer? —expresó con preocupación—. No te escuchamos llegar.
—Fer me trajo un poco tarde y no quise despertaros —me excusé.
«Si fueras más lista y tu amiga íntima te creyera, ¡bravo! ¡te merecerás un oscar y un gran papel como mejor actriz», me abofeteó mi subconsciente por decir la excusa más vista del universo.
Mi amiga me obligó a darme la vuelta y me hizo incorporarme. Se alarmó y se echó manos a la cabeza.
—Ya puedes decirme que te hizo el huevón ese para que estés así porque te juro que lo busco ahora mismo y lo mato —dijo indignada y yo la abracé llorando.
—Él fue muy atento y bonico conmigo.
—No lo habrá sido tanto cuando estás así —siguió de punta. Me secó las lágrimas de los ojos.
—Lo malinterpreté todo —manifesté. Le conté todo con pelos y señales para que entendiera toda la película, o más bien, el cortometraje—. Y si, ayer cuando huí lo hizo porque tenías razón. Sigo enamorada de Fernando aunque haya estado con otras personas.
—Soy tu amiga y no soy tonta. Eso lo sé de sobra —me acarició el cabello—. Vamos a ver, él ha sido legal contigo. Si fuese otro te hubiera llevado hasta la cama sin importarle nada.
—No tengo queja de eso.
—Entonces no te eches a morir tan pronto. ¿Él te dijo que está con ella? —yo negué con la cabeza—. Entonces te levantas, te duchas y te pones bien guapa. Si él estuvo cercano contigo como antes, digo yo que será por algo. Además, ¡qué coño! Si de verdad lo quieres lucha por él, el no ya lo tienes.
—De verdad que no tengo ganas —dije cansada.
—Pues sin ganas vas y lo haces. Enfréntalo y habla con él cara a cara. Vuélvelo a conquistar y el tiempo dirá lo que tendrá que ser. ¡Esfuérzate y espabila! No vas a encontrar otro como él y si la vida te lo volvió a poner en tu camino, eso es por algo. Piensa en el significado real de la prueba o desafío que te acaba de poner delante de tus ojos la vida.
—Tienes razón pero no sé si soportaré de nuevo que me rechace, o me diga que quiere estar en los brazos de otra.
—Pues si lo hace, no te quedarás con la duda, sino feliz porque lo intentaste. Haz que recuerde lo maravilloso que fue mientras erais pareja —me animó.
—¿Sabes que eres la mejor?
—Menos cumplidos y más acción —me dijo firme la señorita Rotenmeier.
Las palabras de Mar siempre sabían a gloria bendita. Eran un aliciente y una vitamina para seguir hasta la meta, sin importar cual sería la resolución.
Justo en ese momento escuchamos el timbre de casa, ambas nos miramos con curiosidad.
—¿Esperas a alguien? —le pregunté.
—No —escuchamos a Jesús como nos decía que ya abría él. El sonido de la puerta nos alertó de cómo se abría y se cerraba pero no se sintió ningún tipo de murmullo que avisase de que alguien había venido o entrado en el interior de la casa.
Dos golpes se sintieron en la puerta de mi habitación.
—Pasa, cariño —lo invitó a pasar pensando que era su amor.
La sorpresa nos la llevamos cuando la puerta se abrió y quién se dejó ver, fue a Fernando.
—Buenos días —saludó desde la puerta y me miró—. ¿Se puede?
Por detrás apareció Jesús haciéndole una seña a su esposa para que saliera. Yo los miré y me sequé las lágrimas. Tenía un aspecto lamentable.
—Si, voy a adelantar una cosa mientras —me dio un beso mi amiga y desapareció al cerrar la puerta junto a Jesús.
Fer se acercó a mí y se sentó sobre la cama.
—Me tienes en un sinvivir, no te llegan ni las llamadas ni los mensajes —me abrazó—. Perdóname por lo de ayer.
—Apagué el móvil —lo abracé con lágrimas—. Perdóname tu a mi, no debí comportarme de esa manera.
—No tienes que pedir perdón. Hiciste lo que sentías y no hay nada más bonito que eso.
—La fastidie, mucho —reconocí—. Pero es que yo... no te he olvidado y sigo sintiendo por ti lo mismo que el primer día.
Me acarició la mejilla.
—Deja que me explique primero y luego hablamos de eso, ¿te parece? —asentí—. Te espero fuera, vístete que nos vamos a almorzar y no acepto un no como respuesta —me ayudó a levantarme de la cama y a continuación, Fer salió de la habitación y cerró la puerta.
Triste me di una ducha rápida, me puse unos pantalones vaqueros y lo combiné con una blusa con lunares y unas sandalias de cuña. Me maquillé un poco y por último lo acompañé con un pintalabios nude color rosa. Cogí el bolso y salí.
—Qué bonita ella —me sonrió Fer y yo me quedé en silencio.
Me cogió de la mano y después de despedirnos de la parejita, me llevó a su casa. Cuando llegamos, me invitó a sentarme en el salón y luego trajo en una bandeja con huevos revueltos con bacón y pan tostado, y para beber, dos infusiones de Té chai. Cuando terminamos y estaba todo recogido volvimos a sentarnos en el sofá y él acortó distancias para estar más cerca.
—Eres muy importante para mí, y la idea de hacerte daño me aterroriza. Ahora solo te pido que me escuches —Fer me contó la historia que vivió con Ingrid y que nunca más caería en su juego.
Ahora entendí el porque se comportó así, a pesar de todo la tenía en su corazón.
—Déjame ayudarte a olvidarla —le pedí nerviosa—. Vamos a empezar desde cero y si vemos que al final no se puede. Seguiremos siendo amigos como hasta ahora.
—Pero, Leire. Sigo insistiendo que no es justo para ti —quiso comportarse de nuevo de forma legal pero yo quería más que eso.
—Que me dan igual los pros y los contras. Solo quiero que pasemos tiempo juntos y el tiempo lo dirá, y si yo veo que no puedes no me voy a alejar por eso. Mucho menos ahora que te volviste a cruzar en mi vida. Tampoco quiero promesas, solo quiero vivir el presente —dije lo que pensaba.
«Y viajar al pasado para luego convertirlo en presente y en un futuro no muy lejano. Y si era más extendido, que fuera para siempre».
—¿Y si la fastidio?
—¿Y si logro que nos conquistemos de nuevo? —le propuse sin titubear.
—Acepto —su respuesta me sorprendió.
—¿De verdad? ¿Lo dices enserio?
—Muy en serio, yo también voy a hacer lo posible para hacerte feliz y corresponderte, y si no sale como queremos —cogió una bocanada de aire—, nuestra unión no se esfumara.
—Me parece perfecto —mi ánimo no mejoró mucho pero al ver una puertecita abierta, me dio esperanzas para luchar por él.
Fernando me apoyó en su pecho y me empezó a acariciar la cabeza.
—Necesito que me prometas que no vas a llorar y menos por mi culpa.
—Lo intentaré —le abracé por la cintura.
—¿Estás más tranquila?
Asentí.
—Si quieres vamos a ver a Canela y luego ya lo que quieras, si no tienes planes claro —propuso.
—Antes de venir tú, mi plan era quedarme en la cama todo el día.
—Entonces... —Fer se levantó y me tendió la mano—. ¿Vamos?
Yo le cogí la mano, cogí el bolso y juntos fuimos a la protectora. Cuando pasamos un buen rato con la pequeña la misma chica que el día anterior nos interrumpió.
—¡Qué alegría qué estés aquí, te iba a llamar ahora mismo —la saludé con la mano mientras Fer jugaba con Canela.
—¡Hola! ¿Ha sucedido algo?
—Necesito que me acompañes a veterinaria, nos urge contratarte. ¿Sigues estando disponible?
La cara se me iluminó y Fer se nos acercó.
—¡Claro que sí! ¿Dónde firmo? —exclamé entusiasmada.
La empleada nos hizo acompañarla a la oficina y me informó que tenía que empezar a trabajar al día siguiente desde las siete de la mañana a las dos del mediodía. Firmé el contrato y ya nos quedamos un ratito con la bebé.
—¿Sabes una cosa? —le preguntó a la perrita—. Tu mamá tiene mucha suerte, podrá disfrutar de ti toda la mañana. No te imaginas cómo la envidio.
«Seguro acababa de entender mal, ¿o...escuché lo que mis sentidos querían oír?».
—¿A qué lo harás siempre que puedas? —se dirigió a mí.
—¿Acaso lo dudas? —le dediqué una sonrisa tímida.
Él negó con la cabeza y se despidió de Canela. Luego lo hice yo con unos cariñitos y salimos de la protectora al coger unas llaves. El resto del día lo pasamos en el centro comercial y al hacerse de noche. Fer me dejó en mi casa.
🐶
VIAJARÍA AL PASADO POR VOLVERTE A ABRAZAR.
SIEMPRE EN MI CORAZÓN Y EN MI MENTE.
SIEMPRE SERÁS ETERNA.
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💞Bonico se refiere a guapo o que alguna cosa es bonito.
💞Seguir de punta es seguir en alerta. Genera enfado.
💞La señorita Rottenmeier es un persona de ficción de la novela infantil Heidi. Es la institutriz severa de Clara.
💞Té Chai es una combinación de té negro con muchas especias de la India: canela, cardamomo, jengibre, clavo de olor, pimienta negra, anís estrella y anís semilla.
💞Palabras totales según word 1654.
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