Estaba en casa junto a Izan y mi pequeña Canela. Estuve trabajando durante varias horas en una futura portada de un nuevo libro que aún no poseía ningún nombre. A la verita del ordenador, tenía uno de los libros de la presentación. Este era más particular porque estaba dedicado a una persona especial. A ella, a Leire. El ejemplar no pudo llegar a sus manos ya que una personaje me tiró los planes por la borda, quiso llevarse a mi flor con ella pero aunque no lo consiguiera. Terminó produciendo que ella se alejara de los dos, y si... tristemente de los dos. Cuando yo lo único que hice fue retenerla conmigo sin obligarla, no como ella que la llevó allí mediante engaños.

—Foh, creo que ahora sí —exclamé.

—¿Ya lo tienes? —se acercó a mí Izan.

—Creo que para ser la primera muestra no está mal.

—Es bastante resultona, ¿eh? Me gusta a jierro.

Sonreí levemente. La macarena sabía que por ella iba a hacer lo que estuviera entre mis manos. Y si este nuevo libro era un símbolo de amor e iba a narrar toda nuestra historia, no me iba a dar por vencido tan pronto. Aunque tardase un poco más, iba a dar con ella.

—A mi también —me quedé pensativo.

—¿Has sabido algo de ella? ¿O hablasteis?

—Poco, lo último fue el último buenas noches —le respondí.

—¿Cuándo fue eso?

—Anoche, pensaba decírtelo hoy pero... me he liado con esto y ya se me pasó.

—Ennortao que eres —me dio un capón.

—Ay.

—¿Y nada más? —me preguntó el mano suelta.

—De momento no.

—Vaya tela... bueno, pues tendrás que hacer algo para verla.

—Lo pienso hacer —lo afirmé con rotundidad.

—¿El qué? Yo de ti me daría prisa por avanzar aunque sea la sinopsis del libro y así se la muestras cuando la tengas enfrente. Porque, ¿no sabes dónde está, no? —me interrogó.

—No, pero pienso ir al primer lugar donde acudiría yo si quisiera alejarme del mundo entero —abrí una carpeta del word del drive y le puse delante el primer manuscrito, o lo que se dice en mi lenguaje. La sinopsis y un boceto del primer capítulo.

Izan parpadeó un par de veces y abrió la boca atónito.

—Illo, si ya lo tienes escrito —vociferó sorprendido.

—Solo es el primer borrador, quería ir probando y lo hice anoche mientras Canela dormía.

—Anda que no es dormilona la niña —se rio—. Illo, me siento muy orgulloso de ti. Tu no eres de esos que lo demuestran con una cajita de bombones. Tu inicias el libro de vuestra vida. Miarma dame un poco de arte a ver si Anya, cae rendida ante mi poesía de ciudad.

Puse cara de asco al oír su nombre pero tuve que echarme a reír. Izan estaba loco perdido, de verdad que le gustó la zagala.

—Yo es que soy más original, a ver sorpréndeme con tu poesía —le seguí la corriente para reírme un poco.

—Una cervecita antes, ¿no? Necesito inspirarme —sugirió.

—Venga, vamos a la terraza —guardé todo y apagué el ordenador—. Aunque tengo que confesarte que un buen escritor no necesita beberse nada para inspirarse,

—Ese es mi amigo el de los huevos colgando —vitoreó y yo le di una colleja—. Qué buenos consejos me da, mi compadre.

—Ay Izan, el que la tiene como una salchicha. —le guiñé un ojo—. Siempre.

Izan me hizo burla.

—Deja de chincharme, palurdo. Cuando quieras cogemos un metro y hacemos un concurso de medición, a ver quien se ríe primero.

Puse cara de asco y simulé que iba a vomitar.

—Ni de coña, deléitame antes con una frase bonita para conquistar a una chica.

—Illa, seré de pueblo pero te juro que serás lo que más quiero —se inició en el mundillo el poeta.

—Hmm... no me convence —bromeé—. ¿De verdad que eso es lo mejor que le puedes decir?

—Qué te va a convencer a ti... si escribes novelas como un panadero hace bollos. ¡Ay! —hizo un gesto de triunfo—. Ya me inspiré, ya tengo otro.

—Dale...

—La aceituna es mi vida, el aceite mi hogar pero si yo fuese panadero a ti un bollo no te iba a faltar.

—Ojo, qué profundidad. Eso se lo suelta a una bollera —no podía ya parar de reírme.

—Pues más profundo era lo que te iba a soltar...

—Fite tu, ya habla rimando y todo —intentaba provocarle.

—Espera, espera... que allá va.

Izan se quedó en silencio y a los segundos decidió volver a arrancar.

—Ay miarma, ay vida mía. Si yo fuera panadero y tu una obra de panadería. To el bollo te comería.

—¡Noooo! —exclamé ya con lágrimas en los ojos—. Ni se te ocurra decirle eso a nadie que te pegan con el perol en toda la sien y te dejan sin la poca imaginación que posees.

—Pues si eso pasa, me das una poca y solucionado —se rio—. Si me quedó bonito —dijo orgulloso de sus obras maestras.

—Mejor no —fui a la cocina y saqué dos cervecitas—. Es bollera, pero... si se lo dices así. No vas a salir bien librado.

—Pues ayúdame tú —Izan miró la hora—. ¿Pedimos algo de comer?

—¿Ya tienes hambre león? Si son las doce, es la hora perfecta para el aperitivo —propuse otra opción para empezar a picotear.

—Si.

—Ahí tengo frutos secos y fiambre, si quieres ataca —le ofrecí.

—No hombre, a mi me apetece algo más frito —sonrió—. Así de guarreo.

—En el congelador tengo calamares, palitos de mozzarella, croquetas y empanadillas. Aparte el otro día hice lasaña casera y la congelé. Si te apetece puedes sacarla.

—Voy a ver, con tu permiso —Izan abrió el congelador y vio una bolsa de alitas picantes sin abrir—. ¡Wow! ¿Esto puede ser o lo tienes reservado para algún día?

—Lo tenía listo para ti, como te pirra el gochismo. Al lado tienes un taper con nuggets caseros y fingers de pollo que también hice caseros —le enumeré.

—Vaya tela, el nuevo Dabiz Muñoz. Lo único que te falta es la Pedroche —se rio—. Por cierto, ¿qué es eso que tenías entre tus planes?

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MI PEQUEÑA ESTRELLA DEL CIELO.

CANELA.

TE ADORO.

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💞Gocho es alguien que disfruta comiendo mucho y de una forma poco fina, generalmente alimentos pesados y poco sanos que contienen mucha salsa, grasa o azúcar.

💞Dabiz Muñoz es un cocinero español especializado en la cocina de vanguardia.

💞Cristina Pedroche es la mujer de Dabiz Muñoz, es presentadora, modelo y colaboradora de televisión española ligada al grupo de Atresmedia desde que se dio a conocer en 2010.

💞Número total de palabras del capítulo según word 1024.

https://youtu.be/R-n7WeNb1JU

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