Capítulo 11
Acomodé mi listón fucsia y bajé por los escalones del departamento...
Ella furiosa, me observó cruzar la calle y deseó hacerme pagar por lo que yo, supuestamente, le había hecho.
Tomé el bus y no me di cuenta de que ella me estaba espiando. El bus partió y Claudia salió de su escondite. Miró el departamento donde yo vivía con mis padres y sonrió.
_ Me las vas a pagar estúpida. Te vas a arrepentir por haberme robado el amor de Joey, pero ahora dejarás de ser un estorbo entre ambos.
Sin ánimos, y de malas ganas, solo pensaba en Joey, en que debía de estar muy enfadado conmigo y que tal vez ya no querría saber nada de mí. Se volvieron a llenar mis ojos de lágrimas.
A esa altura ya no sabía que pensar con respecto a esa foto suya y de esa mujer besándose, y la verdad, casi ya no me importaba. Solo quería que Joey me escuchara y me creyera. Que me creyera que no existía nada entre el poco hombre de Román y yo, pero, veía que los días pasaban y veía más lejana esa posibilidad.
Definitivamente lo había perdido.
Triste, me miré el listón fucsia y recordé, una vez más, que con aquel vestido había perdido la virginidad con él y se me apretó el pecho.
Observándome, yo le sonreí a un cliente al llevarse un libro, que tanto había estado buscando, y sin darme cuenta de que él estaba ahí, a unos cuantos metros de mí, me vio sonreír y me miró perdidamente enamorado. Solo permaneció ahí y me observó y amó con desesperación y locura.
Distraída, regresé a mi hogar. No tenía ánimos de cenar y me encerré en mi habitación, lo que preocupó más a mis padres.
Ida en su recuerdo, recordé su tierna sonrisa, sus besos, abrazos y lo extrañé con todo mi corazón. Las lágrimas escurrieron por mis mejillas.
_ No puedo entender como no me creíste Joey, al igual que yo no te creí cuando tú me decías la verdad...
Tomé su libro con cariño y volví a leerlo del principio. Solo pensé y lo recordé a él y atesoré que me haya regalado aquel libro de amor.
Anhelé tanto volver a verlo.
Concentrada en el capítulo, mi madre entró a verme. Yo le sonreí y ella se sentó en mi cama...
_ ¿No lo has visto, hija?
_ No mamá. Joey no quiere nada conmigo
_ Dale tiempo. Él te quiere
_ Pero no me creyó cuando traté de explicarle que fue ese imbécil quien me besó a la fuerza. Se fue muy molesto conmigo
_ Ya hija, no te atormentes más con eso. Si él no te creyó, es porque tal vez no es el hombre indicado para ti – más tristeza me dio.
_ No mamá, yo lo amo. Todo fue un malentendido. Creo que él tampoco me mentía con lo de esa foto en el diario - se me cayeron las lágrimas - Y yo la muy tonta no le creí. No le creí mamá
_ Hija – mamá me abrazó.
_ Estaba tan celosa que no le di tiempo para que me explicará
_ Al igual que él contigo - la miré y ella me sonrió - Todo se va a solucionar, ten fe – le sonreí un poco más aliviada.
_ Gracias mamá...
Ella secó mis lágrimas y las dos nos sonreímos, cuando de pronto, escuchamos gritos de los vecinos...
_ ¡Incendio!
_ ¡Incendio!
_ ¡El departamento se está quemando!
Asustadas, mi padre entró en pánico a buscarnos.
_ ¡Tenemos que salir de aquí! ¡El departamento se está incendiando!
Aterrada, quedé sin palabras y mi mamá alarmada, yo la tomé del brazo y oímos los gritos desesperados de los vecinos. Sentimos de pronto el fuerte olor a humo.
_ ¡Hay que salir de aquí!
_ ¡Hay que llamar a los bomberos! ¡Rápido!
Mi mamá y yo más que aterradas, mi pensamiento fue Joey y salimos rápidamente de la habitación.
Ahogados, vimos las llamas avanzar sin cesar y corrimos hasta el pasillo.
_ ¡¿Cómo rayos está pasando una cosa así?!
Eso fue lo que todos nos preguntamos y los vecinos corriendo, algunos trataron de impedir las llamas y al humo, que contagiaba todo el lugar. Todos querían arrancar, lo que nos complicó la huida.
Comenzaron a caer algunas tablas de los techos y todos gritando, el fuego corría por todas partes, lo que nos hizo entrar a todos en pánico y yo pensé en Joey y mi corazón se llenó de miedo.
Todos corrían y nosotros al fin pudimos salir.
De pronto, recordé mi preciado libro, el que había dejado olvidado en mi cama y rehusada a perderlo, me devolvía buscarlo.
_ ¡No, Stephanie!
_ ¡Hija!
Subí rápidamente por las escaleras y el fuego avanzaba sin consideración por todas partes. No me importó, solo pensaba en encontrar el libro, nuestro libro...
Los bomberos al fin llegaron y comenzaron a apagar rápidamente el departamento, que ardía en llamas. Rescataron a algunos vecinos y mis padres lloraban desesperados por querer ir a rescatarme.
El humo comenzó a sofocarme y tosiendo, no lograba encontrar mi libro. De pronto, todo se tornó en niebla y sin temor, lo seguí buscando, mientras que el fuego no cesaba.
El humo fue más sofocante y comencé a toser muy agitada. Una tabla cayó frente a mí, lo que me alarmó por completo.
Pensé en Joey, en mi amado Joey y vi de pronto mi libro y corrí a recuperarlo, mientras que las llamas consumían parte de toda mi ventana.
Vi atemorizada aquel amenazante fuego y con el libro, en mi pecho, retrocedí de pánico.
_ ¡Sáquenla! ¡Sáquenla por favor! – mi padre gritó más que desesperado y un bombero lo detuvo.
_ Cálmese, estamos haciendo todo lo posible, señor
_ ¡Es mi hija la que está ahí dentro! ¡Sáquenla!
_ ¡Sálvenla!...
<<Amor, mí amado Joey...>>
Mareada, traté de escapar y tosiendo sin parar, el humo me consumió por completo. Lo amé con todo mi corazón y sin poder hallar la salida, no pude más y me desmayé, sin soltar su libro de mi pecho.
Los bomberos no podían detener aquel incendio y pidieron con urgencia más refuerzo...
Caminaba ido, cuando vio de pronto pasar una sirena de bomberos y a todos correr a ver un edificio el que ardía en llamas y él sintió un dolor en su pecho. La preocupación lo abordó.
De pronto escuchó a un tipo decir que un edificio, el de la calle Antonio Moraga, se estaba incendiando y Joey se alarmó, ya que aquel departamento era donde yo vivía con mis padres y temió por mí y corrió rápidamente hasta allá. Solo pensó en mí.
Vio a mis padres llorar y se acercó rápidamente a ellos. Mi madre sorprendida, lo tomó del pecho y él se desesperó.
_ ¡¿Dónde?! ¡¿Dónde está Stephanie?! - preguntó con temor.
_ ¡Mi hija! ¡Mi hija está atrapada ahí dentro! - sus oídos se agudizaron y abrió los ojos de temor.
_ ¡No! ¡Mi niña! ¡No!
Corrió sin pensarlo, al edificio, frente a mis padres.
_ ¡Joey, espera!...
El humo lo ahogó y las llamas no se detenían. Joey tosió y vio muchas tablas tiradas y cruzadas por los pasillos y trató de buscarme. Con aquel humo toxico, era casi imposible, pero a él no le interesó.
El fuego de pronto se intensificó y mis padres lloraron con agonía.
_ ¡No, mi hija!
_ ¡Sálvenlos! ¡Mi hija y su novio están ahí adentro!
_... Lo siento, pero ya no podemos entrar
_ Lo sentimos
_ ¡No!
_ ¡Muchachos!
Mareado, no podía encontrarme y tosiendo, otra tabla se le cruzó y vio la que era mi habitación.
Solo pensó en mí, en nuestros besos y en nuestra noche, juntos y solo anheló encontrarme, y ahogándose, de pronto me vio tirada desmayada en el suelo y corrió a socorrerme.
_ ¡Stephanie!
Desmayada, Joey me cargó rápidamente en sus brazos, y ahogado por aquel tóxico humo, me miró y me amó con locura; me llevó en sus brazos y me sacó de allí, antes que el fuego lo consumiera todo.
Mis padres llorando desconsolados, los vecinos también lo lamentaron y Claudia escondida en un callejón, rogó porque Joey saliera vivo.
De pronto, Joey salió, conmigo, de aquel edificio, ya casi destruido por las llamas, y yo desmayada en sus brazos, mis padres corrieron a socorrernos.
_ ¡Joey!
_ ¡Mi hija, mi niña está viva!
_ ¡La salvaste, hijo! ¡Has salvado a nuestra hija!
_ ¡Mi niña!
Él volvió a toser y mareado, mi padre lo abrazó y él sonrió débil. Luego me miró perdidamente enamorado.
_ Mi niña, no podía. No puedo dejarte, no podía. No podía perderte así, no. La amo, señor
_ Lo sé hijo
Él volvió a toser débil y nos llevaron de urgencia al hospital. Mis padres le estuvieron agradecidos, a Joey, por haberme salvado la vida.
Joey me miró y yo aún no recobraba el conocimiento. Él me amó perdidamente y tomó mi mano.
_ Vamos niña mía, despierta. Abre tus ojitos por favor, mi amor
Me miró con amor y acarició mi pálido rostro.
Desperté lentamente y lo vi a él junto a mí y mi corazón se aceleró. Me llené de felicidad y se me cubrieron los ojos de lágrimas.
_... Joey, eres tú, estás aquí - me sonrió.
_ Si amor mío y no me volveré a separar de ti jamás - se me cayeron las lágrimas.
_... Perdóname por no haberte creído
_ No, tú perdóname a mí. Fui un tonto. Me puse tan celoso cuando ese estúpido te besó
_ Mi Joey. Yo solo te amo a ti, a nadie más
_ Lo sé niña mía- le sonreí aún emocionada - los dos hemos sido unos tontos y por eso nos distanciamos como lo hicimos, pero eso no va a volver a pasar mi hermosa. Te lo prometo
_ Mi Joey - me sonrió y se acercó más a mí.
_ Te amo mi niña bella - me sonrió tierno - Mi propuesta sigue en pie - le sonreí - ¿Quieres irte a vivir conmigo a mi casa?
_ Es lo que más quiero, pero mis padres con esto que acaba de pasar, no los puedo dejar solos, así como así
_ Tranquila, de eso no te preocupes mi amor. Ya veremos qué hacer. Tus papás no se quedarán sin donde vivir – me sonrió, yo le acaricié su mejilla y él me miró perdidamente.
_ Mi Joey
_ ¿Entonces qué dices tesoro? ¿Aceptas vivir con este pobre artista, que te ama con todo su corazón?
_ Si Joey, si acepto irme a vivir contigo
_ ¡Si, niña mía! – me dijo lleno de alegría y miró el libro que yo sostenía. Me sonrió.
_ Es que yo no podía perderlo. Este libro significa mucho para mí
_ Lo sé amor mío. Este es nuestro vinculo que nos unirá por siempre – le sonreí amándolo con todo mi corazón.
_ No quiero perderlo por nada, nunca
_ No lo harás
_ Aún no termino de leerlo por segunda vez. Quiero leerlo contigo – volvió a sonreírme.
_ Claro mi amor. Lo leeremos juntos todas las veces que quieras
Me dijo, me sonrió tierno y nos besamos y abrazamos fuerte.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro