La convivencia con los chicos Woods no estaba resultando. En tanto Alizze no dejaba de repetir lo que sucedió con el gato. Ellos y nosotros dos nos encontrábamos en la sala, mientras el pequeño televisor trasmitía una vieja película de vaqueros, cada uno ocupaba su espacio en el amplio sofá de vinil.

intuí que los hermanos preferirían regresar a su casa, pero nuestras respectivas madres se encontraban entretenidas y nos habían enviado a mirar un rato televisión después de la merienda.

Ninguno en aquella estancia estaba por socializar.

Alizze, inquieta, no dejaba de mover las piernas, yo a su lado comenzaba a sentirme nervioso, y no lo pense mucho antes de tomar la decisión de subir por una de sus muñecas con la esperanza de distraerla. Mi hermana nunca fue de sentarse por horas a ver televisión, ni siquiera los muñequitos que pasaban los fines de semana en la mañana lograban mantenerla quieta por mucho tiempo.

―Voy por Lulu, espérame aquí, vuelvo pronto ―le dije asegurándome de tener su atención y comprensión antes de levantarme del mueble. Los hermanos, sentados juntos en el otro extremo del mueble parecían estar atentos a la película.

Enfile escaleras arriba directo a la habitación de mi hermana y luego de vacilar frente a algunas de sus muñecas, agarre una con largas trenzas rosadas, aunque estaba seguro de que aquella no era Lulu, me dio igual, lo que quería era tranquilizar a Alizze.

No se que esperaba cuando me lance escaleras abajo con la muñeca en una mano y dando bandazos sobre una de mis piernas, pero nunca lo que vi, aunque cuando estaba por alcanzar el ultimo escalon escuche lo que estaba seguro se trataba del llanto de Alizze.

Giré en la esquina adentrándome a la sala y casi corrí el espacio que me separaba de ella. Alizze sollozaba con fuerza y hacia pucheros mientras miraba a Hunter Wood de pie frente a ella. Yo no tenia ojos para nada mas mientras la incredulidad se mezclaba con el enojo.

―¿Por que lloras, Alizze? ―No lo pensé mucho para darle un pequeño empujón al vecino y colocarme frente a mi hermana que no decía nada, solo gimoteaba con la mirada hacia abajo.

Hunter Wood no opuso resistencia a mis tratos, pero permaneció cerca. Con un vistazo a su hermano menor supe que se encontraba donde mismo lo había dejado.

―Mira hermosa, traje a Lulu ―El llanto de Alizze no intensifico, pero ella no levanto la mirada, solo agarro la muñeca con una de sus manos y la pego a su pecho.

―Tu hermana se altera de nada, que le pasa? ―dijo Hunter y se gano una mirada directa mia. No iba a perder el tiempo explicándole a ese extraño que seguramente le grito a Alizze porque ella no se comportaba y reaccionaba como una chica de dieciséis anos promedio.

―No es tu asunto, mantente lejos de ella ―Hunter chasqueo la lengua con descaro y Milo se puso de pie. Fue cuando le dedique al menor algo de atención, su expresión abstraída de minutos atrás había cambiado por una de interés, y yo senti un escalofrio de incomodidad bajo su fija mirada ambarina, aun así no le retire la mirada, y me fije la rápida mirada que le dedico Hunter.

―Mi...

No lo pensé mucho para aclararle al mayor que lo quería lejos de Alizze.

―No me oíste? Dejala en paz!

Ante mis palabras Hunter hace una mueca de fastidio.

―Vamonos, Milo. ―Hunter Woods camino en dirección a la cocina y su hermano lo siguió. Minutos después mama, Alizze y yo despedimos a la familia