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Epílogo

—¡Levántate! —gritó el chico y le quitó el control de la televisión.

—JiMin... —dijo con pesar—. Solo tranquilízate, ¿sí?

—¡¿Cómo podría tranquilizarme cuando...? —El timbre de la entrada fue el único que se atrevió a interrumpir a Park JiMin. Ni siquiera YoonGi lo hacía.

Se paró del sofá para acercarse a la puerta y al abrirla dio paso a una criatura de unos cinco años que saltó hacia el interior de la casa. YoonGi, ante la presencia, no hizo más que saltar sobre el sofá sin quitar su vista del niño que le sonrió ampliamente, sintiéndose abrumado por la criatura.

—¡YoonGi, bájate del sofá! Lo mancharás —Hizo oídos sordos al regaño de JiMin y apuntó hacia el pequeño que le sonreía a ambos.

—¿JungKook? —preguntó. Se bajó del sofá y se acercó al pequeño.

—¿Qué pasa?

YoonGi dio un grito y se dejó caer sentado en el sofá al ver al alto chico aparecer por la puerta.

—¿Pero qué mierda... ?

—¡Hola! —vociferó TaeHyung mientras entraba a la casa con una cantidad de bolsas y cosas.

—¿Quién es? —Apuntó hacia la pequeña criatura que se abrazaba a la pierna de JungKook.

El pelinegro tomó al niño en brazos y lo alzó para darles una gran sonrisa. Fue solo cuando TaeHyung se puso a su costado que se dignó a responder.

—Nuestro hijo.

—Ese niño es igual a ti —murmuró JiMin a un costado de YoonGi, impactado.

—Pues es mío —exclamó JungKook y dejó al niño en el suelo.

—¿O sea que...?

YoonGi le envió una rápida mirada a TaeHyung para obtener alguna respuesta razonable. El chico sonrió y dejó las cosas en el suelo para dejarse caer en el sofá.

—Sí, YoonGi —habló lentamente el castaño—. Lo tuvo con una mujer.

—Infiel —susurró JiMin al costado de YoonGi, haciendo que se asomara una suave sonrisa en sus labios.

YoonGi se acercó al sofá y se dejó caer a un costado de TaeHyung.

—No estuve con una mujer —articuló el pelinegro con pesar a la vez que se dejaba caer en un sofá disponible.

—¡Claro que lo hizo! —chilló el castaño a su costado, pero con cierto tono divertido.

—Amor... —empezó JungKook sin quitar la mirada cálida de su pareja.

—Simplemente fue y regaló semen —comentó TaeHyung con humor.

YoonGi frunció el ceño y sintió a JiMin apoyarse en su pierna derecha.

—¿Alquilaron un vientre? —preguntó JiMin con el ceño fruncido.

YoonGi pasó sus manos por la cintura de JiMin y lo atrajo más hacia sí mientras compartía la misma expresión que su novio.

—Lo hicimos —formuló JungKook, quien se encogió de hombros.

JiMin y YoonGi asintieron porque era interesante, especialmente proviniendo de sus amigos que no veían desde hace años.

—¿Cómo decidieron quién daría la esperma? —cuestionó mientras apoyaba la cabeza en el brazo de JiMin.

—Lo hicimos con un juego —dijo TaeHyung con diversión.

—¿De verdad son tan infantiles como para hacerlo así?

—¿Por qué reclamas? Salió guapo. Míralo. —TaeHyung apuntó a su hijo, quien jugaba con las bolitas que colgaban del árbol de Navidad.

—Tú eres el único que ve guapo a JungKook —bromeó, haciendo que JungKook le lanzara una pelota decorativa.

El pelinegro se posicionó sobre la alfombra a un costado de su hijo para jugar con él y para desarmar el árbol de Navidad que fue adornado por JiMin.

El timbre sonó a lo lejos y luego se escucharon unos fuertes golpes contra la puerta. JiMin se levantó con el ceño fruncido y abrió la puerta para dar paso un hombre rubio que hablaba por teléfono y llevaba bolsas entre las manos, las cuales puso sobre la mesa del comedor, donde estaban todos los servicios completamente ordenados por JiMin.

—¡Ven ahora mismo! —chilló NamJoon a la persona que estaba del otro lado del teléfono.

El hombre se paseó de un lado a otro por el lugar sin dejar de gritarle a la persona que estaba del otro lado del teléfono, ni siquiera se detuvo considerando que estaban ellos ahí, mirándolo con el ceño fruncido.

—Feliz Navidad —dijo el rubio una vez cortó la comunicación. No pareció tener ningún tipo de expresión en concreto cuando se sentó en el sofá.

—¿SeokJin no viene contigo? —preguntó JungKook mientras ordenaba las pelotitas del árbol de Navidad que desordenó su hijo.

—No hables de él. Apenas lo vea...

—¿Dónde está? —preguntó YoonGi, cortando el monólogo de NamJoon.

—En una cirugía —musitó con pesar—. ¡¿Cómo puede estar en una cirugía si es Navidad?! ¡Tiene que estar con su esposo y amigos!

—Está trabajando, NamJoon. No deberías ser tan duro con él —habló JiMin mientras se sentaba a un costado de TaeHyung y jugaba con el niño.

—Debería estar conmigo. Es un insensible —reprochó el rubio y pataleó unas cuantas veces sobre la alfombra.

—No quiero hablar de tu vida amorosa, NamJoon —articuló JungKook mientras se acomodaba mejor en el suelo y doblaba las piernas.

—¿Alguien sabe de HoSeok? Intenté contactarme con él para invitarlo, pero no me responde las llamadas —dijo JiMin mientras se levantaba y se dirigía a la cocina.

—Está en Australia —contestó NamJoon mientras abría las bolsas que habían sobre la mesa con la finalidad de sacar cosas para comer.

—¿Australia? —preguntó YoonGi sorprendido.

—Está terminando su carrera allá, pero yo sé que terminará creando una distribuidora de galletas —comentó JungKook mientras le quitaba a NamJoon lo que tenía en las manos para comer.

—Es una pena que esté tan lejos —comentó YoonGi antes de adentrarse a la cocina y después de ver cómo NamJoon golpeaba a JungKook por sacar su comida.

—YoonGi —llamó JiMin mientras revolvía una gran olla—, ¿podrías pasarme la sal?

De inmediato obedeció y le alcanzó el pote de sal a la vez que se ponía a un costado de él, haciendo chocar su cadera con la de JiMin con diversión mientras este movía la cuchara dentro del líquido caliente.

—JiMin —susurró y acercó su rostro al hombro del nombrado.

—¿Qué? —preguntó el otro sin tomarle mucha atención mientras añadía más cosas a la olla.

—¿Qué tal si hacemos lo que hizo JungKook y TaeHyung?

El chico se detuvo y alzó la mirada para observarle.

—¿A qué te refieres? ¿Al niño? —Apretó los labios y asintió al ver que JiMin no cambió mucho su expresión—. No lo sé. Creo que sería difícil coincidir... No creo que funcione.

YoonGi hizo una mueca y dirigió su vista hacia el contenido de la olla. Chasqueó la lengua y se permitió observar como hervía el líquido.

—¿Y si adoptamos? —JiMin levantó la mirada hacia él y lo miró a los ojos por unos segundos para luego sonreírle.

—Estaba esperando que me lo pidieras —murmuró y volteó su vista hacia la comida.

—¿Qué? —Le sonrió a su novio—. ¿Por qué no lo comentaste antes?

—No lo sé... Pensé que tendrías miedo. —JiMin se encogió de hombros, pero tenía una sonrisa en el rostro.

—¿Miedo? —Frunció el ceño con diversión—. Claro que no.

—Entonces podríamos intentarlo —dijo el otro y le dio una rápida sonrisa.

—¿Por qué quieres adoptar en vez de tener un hijo como JungKook y TaeHyung? —Siguió a JiMin, quien salió de la cocina.

—Porque no quiero que un niño pase por lo mismo que pasaste tú —habló el contrario y le dio una cariñosa sonrisa antes de acercarse a los chicos que conversaban en el sofá.

El tema no se habló mucho más, pero no bastaron más palabras por el momento. Con lo hablado YoonGi ya podía sentir su pecho cálido por el cúmulo de emociones agradables.

—TaeHyung, ¿qué pasó con tus padres? —preguntó NamJoon mientras se acomodaba en el sofá, aquel sofá blanco que JiMin insistió tanto en comprar, pero en el cual casi nunca lo dejaba sentarse porque lo podía ensuciar.

—¿Mis padres? No hablo con ellos desde hace años —respondió el castaño sin asomar ninguna mueca en su rostro.

—¿Años? ¿Por qué? —preguntó YoonGi y se sentó frente a TaeHyung.

—Cuando se enteraron que estaba con JungKook me cancelaron las tarjetas de créditos. Me desheredaron, dejaron de pagar mi universidad y me echaron de casa. —El hombre chasqueó la lengua con diversión.

—¿En serio? —interrogó con preocupación.

—No es del todo malo —habló JungKook y le dio una mirada de reproche al castaño.

—Mis padres quieren que vaya a casa para que puedan conocer al niño, pero aún no quieren que JungKook aparezca por allá. Es triste, pero creo que después se acostumbrarán. —TaeHyung le dio una sonrisa a su hijo, quien jugaba otra vez con los adornos del árbol de Navidad.

YoonGi le envió una rápida mirada a NamJoon, quien tecleaba con rapidez en su celular y de vez en cuando sonreía.

—¿Qué te pasa? —preguntó a la vez que JiMin salía de la cocina diciendo que la cena estaría en unos minutos.

—SeokJin no está en ninguna cirugía —comentó sin apartar la mirada de su teléfono.

—¿Entonces dónde está? —interrogó y el rubio levantó la mirada para sonreírle ampliamente.

—Estaba en el aeropuerto recibiendo a HoSeok. Vienen hacia acá —dijo el otro con una gran sonrisa.

YoonGi arrugó la frente al escuchar al niño llorar y se volteó para ver cómo JungKook lo levantaba del suelo.

—Te dije que tuvieras cuidado con él y que no lo dejaras jugar con los adorno —reclamó TaeHyung y quitó al niño de los brazos de JungKook.

—Solo se tropezó con la alfombra —comentó el pelinegro y acompañó su explicación con pucheros mientras perseguía a su esposo, ya que el castaño se movió por la sala para tranquilizar al niño.

Versus

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