Capítulo XXIII
Estaba extraño, definitivamente. No podía apartar la mirada del chico de cabello negro que estaba concentrado en un gran libro a la vez que jugaba con su lápiz.
—JungKook.
El aludido alzó la mirada y elevó las cejas en un modo de preguntarle mudamente qué quería.
—Mi examen será en unas horas —se excusó el otro de inmediato—. Tengo que estudiar todo lo que pueda.
Se sintió mal, lo admitía. El chico le ponía el mayor empeño a sus estudios, pero él estaba ahí, prácticamente desparramado sobre el verde y bien cortado pasto de la universidad mientras el pelinegro no sacaba la vista de su libro ni aunque dijera que TaeHyung se acercaba.
—¿Estudiaste mucho con TaeHyung?
El chico chasqueó la lengua y alzó la cabeza para verlo—. No molestes, YoonGi. Tengo que estudiar.
Suspiró al darse cuenta que el chico no mantendría alguna conversación con él, así que sacudió la mano en alto cuando vio a NamJoon a lo lejos. El chico no pareció darse cuenta que le hacía señas hasta que gritó su nombre.
—¿Qué hacen? —preguntó NamJoon y se sentó a un lado de JungKook.
—Está estudiando —habló al darme cuenta que el pelinegro no levantó la vista de su libro.
El rubio asintió y luego miró sobre su espalda. Pareció realmente ido.
—¿Qué pasa con ustedes dos? —interrogó y cruzó sus piernas y brazos.
—Me besé con TaeHyung.
Miraron al pelinegro, quien tomó el libro y lo dejó sobre el suelo. Luego se llevó las manos a la cara y las piernas al pecho, casi como si quisiera esconderse.
—Hice algo con Jin —murmuró el rubio, haciendo que ahora dos pares de ojos estuvieran sobre él.
—¿Qué...?
—No sé —se apresuró a responder NamJoon—. Se emborrachó. Bueno... En realidad nos emborrachamos y luego desperté en mi camioneta...
—¿Podrías ser más claro? —interrogó y el chico se llevó las manos a la cara.
—Creo que tuve sexo con Jin —susurró el rubio, se agarró el cabello y tiró de este.
—¿Creo? —preguntó extrañado.
—¿Qué dijo él? —NamJoon miró al pelinegro y se encogió de hombros.
—Quedamos en que no diríamos nada —admitió el contrario mientras miraba sus zapatillas.
—Entonces ¿por qué nos dices? —cuestionó y el chico chasqueó la lengua.
—Tenía que decírselo a alguien.
YoonGi miró rápidamente a JungKook, quien no dejó de ver al rubio.
—¿Eres gay? —susurró el pelinegro sin apartar la vista del otro.
—No lo sé. Nunca me había pasado algo así con un chico —respondió NamJoon y frunció el ceño.
—¿Qué mierda estás pensando? —interrogó cuando vio que JungKook bajó la cabeza y se mordió el labio inferior—. No es tu culpa.
—No debes pensar eso —se apresuró a decir el rubio—. Además, te besaste con Tae, ¿no? Eso quiere decir que el chico tampoco debería protestar mucho. ¿O lo obligaste a que...?
—¡No! —se apresuró a responder el menor y luego susurró—: Él me besó.
—Tae besando a un chico es extraño —dijo divertido el rubio—. Entonces ¿ahora... ?
—No —interrumpió JungKook y negó suavemente con la cabeza—. El viernes estaba todo bien y no pasó nada extraño hasta hoy en la mañana. Soy tan estúpido. Iba a saludarlo, pero...
—¿Qué hizo? —YoonGi cortó de inmediato.
—Simplemente me dijo que no le hablara, que cometió un error y que lo lamentaba —contestó JungKook con los ojos cerrados.
—¿Por qué TaeHyung es así contigo? No lo entiendo —empezó diciendo el rubio—. Siempre se relacionó bien con la gente, muy simpático. Nosotros siempre supimos sobre ese extraño pensamiento de él. No se peleaba con todos los chicos gays, simplemente le aterraba verlos, pero no hacía más que apartarse. Sin embargo, ahora que llegaste tú te tira toda la mierda y juro que no lo entiendo.
YoonGi miró detenidamente la reacción de JungKook, pero este no hizo más que bajar la cabeza y recoger su libro.
—¿Creen que me odie? —preguntó el pelinegro.
—¡¿Qué más da si te odia?! Se está pasando.
—Me gusta TaeHyung —susurró JungKook, interrumpiéndolo.
—JungKook... —murmuró el rubio, sorprendido.
El aludido se levantó sin decir nada, echó el lápiz a su mochila y apretó el libro con sus manos. Cuando el chico dio dos pasos para alejarse curiosamente chocó con TaeHyung, quien se acercaba junto a HoSeok. El pelinegro no dijo nada y solo se alejó.
—¿Qué le pasa a JungKook? —preguntó HoSeok y apuntó hacia donde se fue el susodicho.
—Es hora de su examen —contestó con simpleza y el pelinegro asintió.
YoonGi recibió una cómplice mirada del rubio y luego este último se pasó las manos por la cabeza y se recostó en el suelo.
—Ya empezará mi siguiente clase —avisó y se levantó del suelo para caminar hacia los edificios de la universidad.
—¡YoonGi! —Se giró hacia el chico que corrió hacia él.
—¿Dónde estabas?
—Jin tenía un problema. —JiMin pasó delante de él para adentrarse a la sala de clases.
—¿Qué problema? —preguntó y se sentó en uno de los puestos desocupados.
—¿Me creerías si dijera que Jin y NamJoon tuvieron sexo? —susurró el chico y se apegó a su costado para que nadie los escuchara.
—¿Jin te dijo eso?
El chico asintió y luego lo miró confundido—.¿Por qué no pareces sorprendido?
—Ya lo sabía —admitió y JiMin abrió la boca, ofendido.
—¿Cómo lo supiste? —Se encogió de hombros y le dio una rápida sonrisa al darse cuenta que el contrario se puso histérico por saber—. Me lo contó NamJoon.
JiMin frunció el ceño—. Quedaron en que no se lo contarían a nadie.
YoonGi sonrió y jugueteó con uno de los lápices de JiMin.
—Entonces ¿por qué tú lo sabes?
El peli-anaranjado chasqueó la lengua y asintió, dándole la razón. El profesor hizo acto de presencia en la sala de clases y dejó una gran pila de papeles sobre la mesa. Cuando reconoció al hombre puso una de sus manos en el muslo de JiMin para que este le prestara atención.
—¿Volvió a insistirte?
No pudo evitar que una risa burlona se escapara de sus labios cuando vio que el chico comprendió de qué hablaba.
—Le dije que tenía novio y que él me dijo que no lo hiciera —susurró por lo bajo, pero él lo alcanzó a escuchar.
YoonGi rio burlonamente, luego apoyó el codo sobre la mesa y sobre la mano la cabeza para quedar más cerca de la cara del chico.
—¿Sí? ¿Quién es tu novio ahora?
El chico de hebras anaranjadas rodó los ojos, pero apoyó los brazos cruzados sobre la mesa para acercarse a él.
—Ahora tú eres mi novio, YoonGi —dijo el otro y elevó las cejas con diversión.
—¿Crees que alguien creerá eso? —preguntó sarcástico, pero el chico le sonrió ampliamente.
—¿Después de lo que sucedió en la cafetería crees que alguien lo niegue?
Suspiró y cerró los ojos, admitiendo la derrota. Para su sorpresa. JiMin se atrevió a darle un rápido beso en los labios para luego mirarlo con una sonrisa. YoonGi se sentó correctamente y miró hacia la gran pizarra. No supo cómo sentirse.
La clase avanzó bien y, aunque no entendió la mayoría de cosas que habló el profesor, de igual manera la clase se pasó rápido. Solo fue el momento en el que sintió una mano en su muslo cuando notó que el tiempo se detuvo. Miró de soslayo a JiMin y este tenía una gran sonrisa, pero miraba concentrado el pizarrón. YoonGi decidió que no importaba, así que tomó uno de los lápices que estaba sobre la mesa para jugar con él.
Cuando sintió que la mano de JiMin subió y se apegó más a su piel se sintió rígido y optó por apartar los dedos del peli-anaranjado de su hombría, pero el chico no pareció querer hacerlo. Incluso tuvo el valor de meter la mano cuidadosamente por debajo de sus pantalones, sin siquiera desabotonar el pantalón.
—JiMin —susurró entre dientes, pero el aludido solo apegó más su silla a la de él.
La mano ajena se movió, provocando que sus brazos se fueran hacia adelante y se apoyaran sobre la mesa con fuerza. Con el mayor disimulo que pudo cruzó los brazos e intentó acercarse a la mesa al darse cuenta que JiMin no se detendría.
Cerró los ojos y suspiró cuando el chico movió más la mano por sobre su bóxers para despertar a su miembro. No era lo que quería, definitivamente. Lo último que deseaba era correrse en una sala de clases llena de gente, así que optó por sacar la mano de JiMin de sus pantalones y entrelazó los dedos ajenos con los suyos para luego poner ambas manos sobre la mesa.
—Solo lo hago para que no me toques. No te hagas ilusiones —dijo divertido cuando vio las cejas alzadas del chico y su mirada confundida.
—Que insensible eres. Me rompiste el corazón. —JiMin soltó su mano y puso cara de tristeza, pero inmediatamente notó que se burlaba.
Le dio un empujón por el hombro y el contrario se fue hacia el lado contrario, movió las manos en el aire y cayó al suelo. Sí, cayó al suelo.
YoonGi se levantó de inmediato y ayudó a JiMin a levantarse , pero el chico no pareció querer hacerlo.
—Espera, espera. Duele.
—¡Hey! ¡¿Qué hace la famosa parejita?! —Cerró los ojos al escuchar la demandante voz del profesor—. ¡Salgan de mi clase!
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