Aquel día sábado eran cerca de las seis de la tarde. Para sorpresa de YoonGi, había otra fiesta a la cual tenía, o quería, asistir JiMin, así que él tenía que estar detrás del chico bonito.

—¡Príncipe!, ¿cuándo saldrás de la ducha? —se burló a gritos hacia la puerta blanca de madera.

—¡Ya voy!

JiMin abrió la puerta y caminó hacia su armario con una toalla envuelta en su cintura. YoonGi rodó los ojos al verlo y se adentró al baño para darse una rápida ducha. Mientras el agua tibia caía sobre él pudo recordar cómo despertó esa mañana... con JiMin a su costado. No era la primera vez que dormían juntos, ni tampoco la primera vez que sintió un calor ajeno apegado a su cuerpo, pero algo fue extraño. Desde el beso todo era extraño...

—¡Si quieres puedes invitar a JungKook! —gritó JiMin a través de la puerta cuando YoonGi se secaba el cuerpo.

Se envolvió en una toalla, salió del baño y pasó hasta su armario. JiMin estaba recostado en la cama de YoonGi y tecleaba en su celular.

—¿Será algo grande? —preguntó después de cerrar la puerta del armario para cambiarse tranquilamente.

—En realidad, será algo pequeño —dijo el peli-anaranjado mientras YoonGi se ponía los jeans negros bien apretados que Aaron le obligó a comprar.

—¿A qué te refieres exactamente con 'pequeño'? —cuestionó y se puso una camiseta un tanto suelta de color roja.

—Seremos solo nosotros.

—¿Quiénes son 'nosotros'?

La puerta inmediatamente se abrió, mostrando a JiMin con expresión seria—. Mi grupo de amigos.

—¿NamJoon, el castaño, el otro castaño y el pelinegro?

El chico frunció el ceño, pero de igual manera asintió lentamente.

—¿Así que no eres bueno aprendiendo nombres? —El contrario se apoyó en el marco de la puerta.

—Exacto. Agradece que tu nombre no es muy difícil o sino te diría príncipe —dijo desinteresadamente mientras tomaba un par de calcetas y pasaba a su lado para sentarse en la cama.

—¿Debería estar agradecido? —preguntó JiMin con un deje de burla mientras apagaba la luz del armario y caminaba hacia su cama.

YoonGi se recostó en la cama después de ponerse los calcetines y tomó su celular para enviarle un mensaje a JungKook.

—Debemos irnos ya.

—¿A la fiesta? ¿Ahora? —cuestionó con apremio mientras se levantaba de la cama.

—Te dije que solo seríamos nosotros. —JiMin se encogió de hombros.

YoonGi suspiró sonoramente y caminó hacia el peli-anaranjado. Por suerte, ya se secó el cabello y se perfumó mientras estaba en el baño.

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—Dime que no es cierto —murmuró al ver la botella de licor que tenía el pelinegro en una de sus manos—. JungKook, deja de beber.

El aludido no le contestó, en vez de eso tomó la botella de vidrio y se la llevó otra vez a la boca para beber de ella.

Indefenso, se veía tan indefenso ese estúpido chico.

—YoonGi, te toca. —Giró su cara hacia NamJoon al escuchar que lo llamó.

—¿Qué?

Le dio una rápida mirada a los chicos que estaban a su alrededor. Estaban ahí atentos a un estúpido juego.

—Debes darle un reto a SeokJin —dijo otra vez el rubio.

Miró rápidamente al castaño y asintió para salir de su ensoñación.

—Eh... —meditó por unos breves segundos—. Siéntate junto a NamJoon por toda la noche.

Para sorpresa de YoonGi, todos guardaron silencio y lo miraron atentamente. Ante ello, mostró su ceño fruncido y los chicos rápidamente miraron a SeokJin.

—Un trato es un trato, ¿no? —musitó JiMin, quien estaba a un costado de YoonGi.

SeokJin refunfuñó y de mala gana se movió entre JungKook y TaeHyung para sentarse al lado del rubio.

—Y dale la mano —agregó, mirando rápidamente al castaño.

—¿Qué mierda te pasa? —dijo SeokJin a la vez que levantaba la barbilla en su dirección—. No le daré la mano a este imbécil.

—SeokJin —regañó un chico pelinegro que YoonGi no reconocía.

SeokJin volvió a refunfuñar y abrió la mano para que NamJoon pusiera la suya encima. El rubio miró atentamente la extremidad del castaño y no dijo nada después de unos segundos.

—¿Por qué me castigan a mí? —gruñó NamJoon y les envió una pesada mirada.

NamJoon gruñó con desagrado, pero de igual manera de dio la mano a SeokJin.

—Bien... —empezó diciendo lentamente el pelinegro desconocido—. YoonGi, te toca girar la botella.

Movió la mano sobre el recipiente de cristal para que este girara sobre las tablas de madera de la casa de NamJoon. Cuando la botella se detuvo todos miraron al peli-anaranjado que estaba a su costado.

—YoonGi, tienes que ponerle el reto. —NamJoon sonrió burlonamente al hablar.

—¿Yo? ¿Otra vez?

—Debes darle opciones —agregó TaeHyung para después sacarle la lengua a JiMin, burlesco.

—Bueno... —pensó un momento mientras veía la botella.

—Besas a YoonGi o los dos se esconden en el armario y se quedan ahí toda la noche hasta que nosotros despertemos mañana —se apresuró en decir NamJoon al darse cuenta que YoonGi no hablaba.

—¿Qué? —susurró YoonGi y miró rápidamente al chico que estaba a su costado.

No se percató antes, pero apenas se volteó para mirar a JiMin se dio cuenta que este estuvo todo ese tiempo compartiendo la botella con JungKook, lo que señalaba que estaba un tanto borracho.

—Trato —dijo JiMin y lo empujó por un hombro para que lo mirara.

—JiMin... —susurró entre dientes.

El chico no hizo más que acercarse y YoonGi se echó hacia atrás, pero el chico de cabellos anaranjados se subió encima de él y lo aprisionó contra el suelo.

—JiMin, para —musitó cuando notó que el chico acercó la cara a la suya.

—Ya lo hicimos antes. ¿Qué más da? —murmuró el contrario en su oído para después acercarse a sus labios y besarlo.

Cerró inmediatamente los ojos para no ver al resto de los chicos que estaban a su alrededor. Solo pudo percatarse de cómo abría su boca ante los labios ajenos y por lo mismo soltó un pequeño grito ahogado. Maldición... ¿por qué a mí? Se suponía que solo cuidaría de este imbécil, ¿no?, pensó de inmediato.

Cuando sintió que los labios de JiMin se movieron contra los suyos inconscientemente abrió la boca para besarlo con más comodidad, casi de la misma manera como se besaron el día anterior.

Con bastante autocontrol evitó tocarlo, simplemente mantuvo sus manos apoyadas contra la madera del suelo para no sujetar al otro por la cadera y apegarlo.

Solo pasaron unos cuantos segundos antes de separarse. JiMin se sentó como si no hubiera pasado nada y YoonGi se levantó lentamente del suelo para enfrentar las miradas de todos los chicos que no dejaron de mirarlos.

—¿En serio lo hicieron? —murmuró JungKook sin dejar de trasladar sus ojos de YoonGi a JiMin.

—¡No lo puedo creer! —estalló NamJoon, moviendo las manos y soltando a SeokJin.

—Perdiste el trato —avisó YoonGi de manera seria mientras elevaba la cabeza para observar las manos de los dos chicos.

—¿Eso importa ahora? ¡Ustedes se besaron! —habló NamJoon atropelladamente—. ¡Dos hombres!

—¿Qué pasa con eso? —consultó SeokJin casi con molestia.

—¡Ah! Se me olvidó que JiMin era gay. —Todos se detuvieron y miraron atentamente al rubio que pareció sumamente eufórico.

—¿Qué mierda dijiste? —preguntó esta vez JiMin, haciendo que YoonGi cerrara lentamente los ojos. Después de todo, fue su culpa que NamJoon se enterara.

—YoonGi me... —NamJoon se interrumpió a sí mismo y le dirigió una rápida mirada.

De reojo pudo ver cómo JiMin se volteaba a verle con el ceño fruncido. YoonGi suspiró sonoramente y luego le envió una sonrisa nerviosa al chico. El peli-anaranjado soltó un largo suspiro y luego asintió.

—Algún día tenía que decirles, ¿no? —dijo JiMin mientras se encogía de hombros.

—No lo puedo creer —soltó lentamente TaeHyung para luego levantarse y desaparecer por la cocina.

JiMin soltó el aire que contenían sus pulmones y luego le arrebató la botella que tenía JungKook para tomarse un gran trago.

—JiMin... —murmuró cuidadosamente el chico de cabello negro, del cual aún no sabía el nombre, mientras se levantaba e iba detrás del castaño.

—Lo siento —susurró YoonGi hacia el peli-anaranjado y este se encogió de hombros nuevamente.

Todos guardaron silencio hasta que la voz de un JungKook totalmente borracho resonó en el lugar.

—Le soltaste la mano a SeokJin —dijo JungKook, apuntando hacia NamJoon—. Tendrán que pasar toda la noche encerrados en el baño.