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Capítulo XII

Suspiró frustrado mientras se secaba el pelo. Era viernes y JiMin estaba más que dispuesto a ir a una estúpida fiesta y YoonGi, como su cuidador personal, debía seguirlo para que el pequeño no haciera cosas malas.

—¿Ya estás listo? —preguntó el chico animadamente, apareciendo por la entrada del gran baño de la habitación que compartían.

—Sí, lo estoy —contestó entre dientes para después dejar el secador a un costado del lavamanos y desenchufarlo.

—Bien, vámonos. —El peli-anaranjado lo tomó por el antebrazo y tiró de él hacia fuera del baño para después salir rápidamente de la habitación.

—¡JiMin! —Los dos se voltearon para mirar a la pequeña niña que le sonrió a su hermano.

—Ahora no molestes, MinAh —dijo el recién nombrado, quien soltó el brazo de YoonGi y bajó por las escaleras.

—Nos vemos después —le dijo a la niña y movió su mano para despedirse, a lo que ella frenéticamente imitó el gesto con una gran sonrisa. Después de todo, la niña no era tan mala.

—¿Podrías apurarte? Voy atrasado.

Rodó los ojos ante el comentario de JiMin, pero de igual manera lo seguió para salir de la casa y encaminarse hasta el auto. Vio que JiMin subió al vehículo, así que lentamente abrió la puerta del asiento de copiloto, pero se detuvo antes de poner un pie dentro del auto. JiMin lo miró unos segundos y luego chasqueó la lengua.

—No es el mismo auto —dijo entre dientes el otro, respondiendo a una pregunta que no fue formulada. YoonGi entrecerró los ojos hacia el chico.

—Bien... —dijo lentamente mientras se subía al auto.

—Lo siento por esa vez —murmuró el contrario cuando encendió el vehículo y lo puso en marcha.

YoonGi no le contestó y solo le envió una rápida mirada al otro para darle a entender que lo escuchó. Observó por la ventana para ver los autos pasar por su costado.

—¿Siempre sales de fiesta? —preguntó para mantener algún tipo de conversación.

—La mayoría de las veces. —JiMin le envió una rápida mirada—. Creo que esa es una gran parte del porqué estás aquí.

—Deberías estar más concentrado en tu futuro.

—Y tú deberías vender drogas para ganarte la vida, pero estás aquí conmigo —contraatacó el peli-anaranjado mientras se estacionaba alrededor de glamurosos autos.

No le contestó y solo bajó del auto dispuesto a alejarse lo más posible del menor. No le gustó para nada su comentario.

Lo primero que vio cuando entró por la puerta de metal fue un montón de gente saltando, las luces recorrían todo el lugar y un espeso humo viajaba por entre las paredes. A lo lejos pudo ver la barra de bebidas, así que fue hasta ahí. Se sentó en el primer taburete que encontró disponible y apoyó los brazos sobre la mesa de cerámica.

—¿Qué quieres? —preguntó el chico que se encontraba desde el otro lado de la barra.

—Dame una cerveza —pidió con simpleza y luego se giró para ver la multitud bailando.

De reojo vio que el barman le pasó la lata cerrada de cerveza. YoonGi sin mirarlo la tomó y la abrió para luego llevársela a los labios.

Se supone que tenía que estar pendiente de JiMin, pero el chico se le escapó. Bueno... En realidad, él fue el primero en huir.

Cuando terminó de beberse la lata de cerveza se paró del taburete y buscó con la mirada al peli-anaranjado. Al no verlo empezó a moverse entre la gente.

A lo lejos pudo distinguir la cabellera anaranjada de JiMin y cuando estuvo más cerca se dio cuenta que este conversaba con otro chico animadamente. Se detuvo ahí y movió unas cuantas veces la mano para llamar la atención del chico y este rodó los ojos, aunque de igual manera se separó del desconocido y se acercó a YoonGi.

—¿Qué quieres? —dijo el menor cuando estuvo a unos pasos de YoonGi, quien dio una media sonrisa y luego se encogió de hombros.

—Nada. Solo quería molestarte.

JiMin refunfuñó, chasqueó la lengua y se giró para partir, pero después volvió a voltearse.

—Por tu culpa perdí a mi ligue de esta noche —articuló de mala gana y YoonGi rio un poco.

—Te dije que tuvieras cuidado con las enfermedades.

JiMin lo miró molesto—. No puedo ir y preguntarle al chico si tiene una enfermedad, YoonGi. ¿Acaso te gustaría que te preguntara si tienes VIH?

—Si fueras tú no me molestaría —se burló.

—Para de idioteces. —JiMin lo miró serio y le pegó en el pecho. El chico se volteó y caminó hacia el lugar donde antes conversó con el desconocido.

YoonGi lo seguió con las manos en los bolsillos y se paró a su costado. Vio cómo JiMin miraba a su alrededor, casi como si escaneara a su próxima presa.

—¿Cómo sabes quienes son homosexuales? —se atrevió a preguntar mientras le echaba una rápida mirada al montón de chicos que JiMin veía desde hace un rato.

—No lo sé —contestó el otro sin mirarlo.

—¿O sea que solo vas y te les tiras?

—No me tiro sobre ellos —dijo JiMin, mirándolo de reojo—. Un momento...

Desvió rápidamente la mirada a donde observaba el pelo-anaranjado, pero no se percató de nada inusual, así que posó su mano en el hombro del chico.

—¿Qué...?

—¿Me harías un favor? —preguntó el chico, interrumpiéndolo.

Miró detenidamente los ojos ajenos, los cuales no dejaron de verlo con súplica. YoonGi se encogió de hombros y el contrario sonrió con alivio.

—¿Qué quieres?

JiMin puso ambas manos sobre sus hombros e intentó controlar su respiración. Pareció realmente nervioso, incluso aterrado.

—Bésame —murmuró el peli-anaranjado, frunciendo las cejas con preocupación.

YoonGi se quedó quieto y miró los ojos del chico.

No otra vez. Con JungKook bastaba.

—¿Estás ebrio? —murmuró sin apartar la mirada del contrario para ver si ocurría algún otro cambio en él.

JiMin pestañeó unas cuantas veces y luego miró detrás de sí. Cuando volteó YoonGi sintió inmediatamente cómo saltaba sobre él y atacaba sus labios. Por acto reflejo sus manos fueron hacia los muslos de JiMin para sostenerlo y dio unos cuantos pasos hacia atrás con la intención de mantener el equilibro. Cerró sus ojos al darse cuenta que la gente se volteó a mirarlos. Los labios de JiMin estaban sobre los suyos, pero ninguno de los dos se movió.

—Por favor, bésame —susurró JiMin para después apegar más los labios a los suyos.

¿Me harías un favor? Al recordar las palabras de JiMin movió los labios lentamente y al segundo sintió como el chico le correspondía tímidamente. Lo afirmó mejor por el trasero para que no se cayera y sintió que los brazos ajenos se apretaban más en torno a su cuello.

El beso se volvió más salvaje y feroz, casi como si JiMin de verdad necesitara besarlo. YoonGi le correspondió con la misma intensidad, dándose cuenta después que pareció casi como una competencia, solo entre ellos dos.

Ya para cuando sintió que la gente empezaba a cuchichear a su alrededor se separó de JiMin lentamente y lo dejó en el suelo. Se miraron por un momento a los ojos y luego el peli-anaranjado le dio una media sonrisa un tanto asustada, se volteó para mirar por detrás de sí y volvió a verlo.

—Vámonos de aquí. —JiMin lo empujó suavemente por el hombro, pero YoonGi no pudo quitar su mirada de los asustados ojos ajenos.

—¿Qué...?

Un fuerte golpe en el hombro lo interrumpió. Por lo mismo dio unos cuantos pasos hacia atrás para verse de frente con un chico que no conocía.

—¿Qué te pasa?

El extraño no le contestó, en vez de eso le pegó un fuerte golpe en la barbilla, haciendo que retrocediera otros dos pasos. Miró al desconocido atentamente con la intención de descubrir qué le pasaba, pero las manos de JiMin sobre su pecho le detuvieron.

—No lo hagas, YoonGi —murmuró el menor casi de manera suplicante.

YoonGi miró furioso al extraño, pero no alejó las manos del peli-anaranjado.

—Le romperé la cara. ¿Cómo se atreve a golpearme de la nada? —Alejó las manos de JiMin de su pecho.

—Es mi exnovio —dijo el contrario entre dientes e intentó buscar su mirada.

—¿Tu exnovio o tu ligue? —preguntó ahora cruzándose de brazos.

—Mi exnovio —susurró el otro con desgano.

Le envió una rápida mirada al chico que estaba a unos metros por detrás de JiMin, quien rio con ironía.

—Me alegra no estar contigo. Ahora sé que te restriegas contra todos.

Sin poder evitarlo YoonGi le pegó un golpe en la cara, haciendo que el chico cayera al suelo. Con elegancia se subió sobre el desconocido y le dio otro golpe, pero en seguida sintió que las manos de JiMin se posicionaron en sus hombros y lo intentaron alejar del sujeto.

—Nunca más vuelvas a hablar así de él —dijo entre dientes sin prestarle atención al chillón de JiMin, quien no dejaba de decir su nombre y pedirle que dejara al otro chico.

—¿A ti qué te importa? Solo ligará contigo por esta noche. Deberías empezar a cobrar, JiMin.

YoonGi le pegó dos fuertes golpes más, haciendo que saliera sangre de la nariz contraria. La gente que estaba a su alrededor se empezó a mover excitada por la pelea.

—Es mi novio. Si te llego a escuchar de nuevo hablando mal de él yo mismo te mataré, ¿entiendes? —dijo antes de levantarse y dirigirse a la salida del local.

—YoonGi. ¡YoonGi! —A pesar de escuchar los gritos de JiMin no se detuvo y caminó hacia el vehículo del peli-anaranjado.

Cuando estuvo a un costado del auto esperó pacientemente a que JiMin llegara y quitara la puta alarma.

—Gracias. —Levantó la cabeza para mirar al chico que sonreía ampliamente. Rodó los ojos y entró al auto al escuchar el sonido de la alarma desactivarse.

Lo que tenía que hacer por ese chico...

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