11
Muriel compraba algunos dulces en la tienda de conveniencia, se le había hecho costumbre que la fecha próxima a su periodo hubieran unos cuantos en su cómoda, en caso de que la pena la inunde.
- ¿Ya escucharon? -murmuró una señora a otras
- Yo lo oí, pero no sabía si era verdad.
La chica que conocía bien a las mujeres mayores por haberles ayudado con su mandado un par de veces se acercó a ellas.
- Yo también quiero saber -le susurro con una sonrisa.
- ¡Muriel! -exclamó trágica una de ellas con la mano en su pecho- casi me das un infarto -las cuatro rieron.
- Deberían comprar sus cosas, aprovechen que estoy aquí y las ayudo a llegar a su casa.
- Déjanos comentar sobre la vida de otros, es lo único que nos queda.
- Háganlo mientras compran -tomó la lista en la mano de una de ellas y la leyó.
- El Hijo de los Han salió a una cita hoy -muriel se quedó quieta escuchando- se veía muy atractivo, se veía mayor.
- ¡Ah!, eso, vino a buscar a mi nieta en la mañana, a ella le gusta desde que eran pequeños, espero que se comprometan, ese niño es el ideal para cualquier mujer.
- Por lo que escuche habían salido antes.
- Sí, en la secundaria, salieron tres veces, pero por alguna razón hace unos días, Ji Sung fue a buscarla y pedirle una cita.
- Que romántico -Muriel puso sus ojos blancos.
En su cabeza había miles de preguntas, aquella niña era la misma que la molestaba cuando era pequeña, ¿por qué Han salió con ella después del daño que le hizo?
La campanilla de la tienda sonó avisando la entrada de alguien más, me metió entre pasillos, y al ver a la chica al fondo fue directo a ella.
- Te encontré -le dijo y las mujeres quedaron viendo el porte de aquel que se cubría hasta el rostro.
La chica levantó su mirada desde los pies hasta llegar a los ojos que se veían como medias lunas por la sonrisa que llevaba.
- ¿Me extrañaste? -ella se acercó para verlo mejor y al reconocerlo empuño su mano golpeando levemente su brazo- ¡Ah!, ¿y eso porque fue? -sobó el lugar del golpe.
- ¡Llegaste a Corea hace ocho meses y recién me vienes a ver! -el volvió a sonreír está vez bajando su mascarilla.
- Yo también te extrañe, Noona -le dijo y tomó sus hombros para abrazarla- no sabes cuánta falta me hiciste.
Las mujeres que estaban observando reconocieron al chico y la cercanía con Muriel, por lo que en silencio y gestos entre ellas les dejaron solos en ese momento.
Ella, comenzó a subir lentamente sus manos hasta abrazarlo correspondiendo, acomodó su cabeza en su pecho y se dejó invadir por los sentimientos que despertaban junto a la llegada de Jungkook.
Mire mi teléfono con el chat de Ji Sungie abierto, había leído mis mensajes pero no respondió ninguno, lleva casi un mes sin verme.
- Canal tres -escuche pero no reaccione- Muriel, Canal tres -dijo
- Si -alargue la palabra y subí el volumen del micrófono equivocado.
- ¡Niña! -grito y a todos nos hizo saltar en nuestro lugar- Micrófono tres -repitió ofuscado y recién ahí solté mi teléfono y puse atención en lo que hacía.
Mi jefe estaba realmente molesto por lo sucedido, nunca había cometido un error de este tipo, y todo por culpa de Ji Sung.
Me veo reverenciando una y otra vez pidiendo disculpas, prometiendo que no se va a repetir, pero mis superiores solo se desquitan por su mal día conmigo, gritándome cosas que nunca me han dicho y siento que ya no puedo controlarlo más.
Estalló en llanto y comienzo a decir cosas que nunca creí decir, "merezco mejor trato", "el horario es una porquería para el pago", o "debo aguantar las tocaciones de algunos sonidistas más viejos" son algunas frases que escupo entre llantos. Y finalmente "renunció" grito y salgo de la oficina destrozada completamente.
¿Dónde te metiste Ji Sungie?, no sabes cuánta falta me has hecho últimamente.
Estoy sacando mis cosas del pequeño y mínimo espacio en un rincón, el mismo que usó para comer, desayunar, cenas y otras veces, dormir.
Mis colegas me miran como si yo hubiera cometido el error, otros murmuran lo valiente que fui, y otros simplemente les da igual.
Agarré mis cosas en una caja y caminé por el largo pasillo hasta el elevador para subir y finalmente salir de ese lugar.
En mi departamento estoy sumida en la tristeza, sentada en el piso de mi sala, con mis rodillas pegadas a mi pecho y viendo la nada, escucho el timbre pero no reaccionó.
¿Y si es Hannie?... Solo así mi mente despierta y terminó por abrir, encontrándome una inesperada visita.
- Hola Eonnie -levanta su mano para saludarme
- Lisa -susurre y trague pesado, siento, que esto será un problema.
- ¿Puedo pasar?
- Oh, sí, lo siento -abrí la puerta- ¿Quieres un café, té, agua?
- Agua está bien -tomo la jarra y vierto el contenido en un vaso largo- gracias.
- Toma asiento -dije y me senté en una esquina del sofá- perdón, pero, ¿Qué haces aquí? -ella bebé el agua y se pone nerviosa, sonriendo forzosamente.
- Muriel, quiero decirte que, lo que siento por Jungkook es en serio amor -la miro extrañada- desde que lo ví me pareció el chico más tierno del mundo, y mi corazón late desenfrenado cuando lo pienso.
- Lali...
- Y creo que él también siente algo fuerte por mi -interrumpe rápido- por qué si no fuera así, me habría dicho hace tiempo lo de ustedes -¡carajo!
- ¿Cómo supiste?
- Hace días, muchos para ser exactos, fui a verlo a su casa, y ustedes salían del elevador directo a su carro, él te beso y sonrió y luego subieron para salir.
- Lo siento.
- No, yo lo siento -no entendí- lamento mucho que Jungkook juegue contigo de esta manera, si bien, me está engañando contigo también creo que no es nada importante, es como en un matrimonio, si el hombre no le presenta los papeles de divorcio a la esposa, nunca se separara de ella.
- Creo que no lo estoy entendiendo -sonrió.
- Eonnie, te creí más inteligente -dijo con una sonrisa, la chica tierna que había llegado a mi departamento desaparecía lentamente con cada palabra- eres solo la amante. Mañana se publicará nuestro romance, alguien posteo en un canal fotografías de nosotros y tuvimos que confirmar nuestra situación, lo que quiere decir, que si sale a la luz su romance, solo serás la amante de mi novio y yo, la buena chica que lo perdone por amor.
- ¿Por qué?
- Ya te lo dije, Kookie nunca me dijo de ustedes, así que yo llevaré lo nuestro a otro nivel -se levantó del sofá arreglando su ropa- nos vemos pronto en los countdown -sentí caer algo frío sobre mi cabeza -que no se te olvide tu lugar -dejó el vaso vacío en la mesita y mi cuerpo estaba mojado por el agua fría que había derramado.
Me digne a llorar solo cuando escuché la puerta cerrarse y el silencio me hizo compañía.
- Ji Sungie ... -susurre, es todo en lo que pienso
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