¡Ay mi Dios! Porqué das tan pesadas cargas a pequeños hombros.

Porqué más sufrimiento para el que ya ha sufrido.

Porqué más desiluciones a un corazón ya roto.

Porqué permites que engañen a quien no engaña.

Porqué el que tiene; más recibe y el que no tiene nada más pierde.

Tu misericordia es grande Señor, aunque a veces parezca que no.

Las cargas te hacen más fuerte,
el sufrimiento te cambia y cuando se cree que algo ya no vuelve, Dios te demuestra que sí y en tu camino lo pone.

Dios da las peores batallas a sus mejores guerreros, y si estos guerreros la ganan la recompensa es muy grande, lo que todos quisieran y ya;
no sufrir más, descansar y ser feliz hasta la eternidad.

Dios es grande, es poderoso
todas sus obras son justas
y te enseñan algo más
incluso cuando crees
que ya es el final.

Él siempre te acompañará
y no lo dejes de lado
porque más que un Dios
es nuestro perfecto padre.

Que ama y amará
proteje y protegerá
guía y guiará
en todo momento
a cada uno de sus hijos,
a cada una de las ovejas de su rebaño.