Música, alcohol, drogas, recuerdos y dolor.
La música a todo volúmen y yo aquí sentado solo en esta mesa.
Las luces apagadas en el reservado.
Una mesa abarrotada de licores, polvo blanco y unos largos tabacos de los que te hacen volar.
Las pastillas recorren todo el lugar y yo aquí viendo a todos bailar.
Canto con la canción que esta sonando mientras las lágrimas recorren mi rostro, pues el alcohol y la mezcla de estupefacientes no re han borrado de mi delirante mente.
Canto sin que me importe que cualquiera me vea lorar.
El alcohol recorre mis venas esta Mierda aun no desaparece mis penas y mucho menos tu rostro, ni aquel recuerdo que quema mi ser.
La música sigue sonando y la soledad me sigue acompañando.
La soledad y tu recuerdo son mi compañía en esta noche.
Noche que se ha vuelto sombría.
Observo la mesa, me pregunto:
¿que valor puede tener todo lo que en ella hay?
¿De que sirve tener todo lo que se quiera y pueda tener si no tengo tu amor?
Lo que me queda es tu maldito recuerdo que me consume el alma como si fuese un ácido que me destruye desde dentro.
El alcohol y la mezcla de drogas que cubren mi mesa no deshacen la mezcla de sentimientos en mi ser.
Sentimientos que van desde el amor hasta la ira, la tristeza y el dolor.
La melancolía no cesa y yo sigo cantando a todo pulmón a ver si llorando se me acaba este amor.
¿Pero como se me acaba?
¿Como saco tus ojos de mi mente y el deseo que me quema de querer estar rozando tu piel?
Aquí estoy con la música a todo volumen, sentado en medio de la oscuridad odiándome porqué no dejo de amarte.
Con las ganas de arrancar tu recuerdo sin importar que con el arranque mi corazón.
Sin importar que al deshacerme de él también me deshaga de partes de mi ser.
Aquí estoy borracho, bajo los efectos del alcohol gritando tu nombre en los espacios sin letras de esta melancólica canción.
Gritando al infinito que tu regreses o que se lleve también este maldito sentimiento tan abrazador.
Podría maldecir el día que te conocí, pero no.
Podria maldecir aquel tuneo de amor donde por vez primera te bese, pero no.
Podría maldecir aquella tarde donde fue nuestra primera vez.
Aquella donde mi cuerpo temblaba y el tuyo me deseaba.
¡Pero no!
¡Maldita sea! Pero no puedo maldecir ninguno de esos días.
Pues como podría maldecir cada uno de esos momentos que tanto ame, esos momentos donde fui feliz?
No. No podía hacerlo.
Pero si puedo maldecir este sentimiento que me esta matando.
Podría maldecir a todo este alcohol y toda esta droga que no logran sacarte de mi ser, no logran borrar el amor que siento por tí.
Maldita sea pero no logran borrarme tu nombre.
Tu nombre, ese que solo quiero pronunciar una vez más a tu oído mientras estamos en medio de de las estrella sobre tu cama o la mía.
Maldita sean todas estas cosas a las cuales me entregue para olvidarte y solo he logrado recordarte.
Aquí estoy llorando, borracho drogado, con la música a todo volúmen sonando y yo como todo un poseído gritando tu nombre y cantando.
La mente me da vueltas.
Y vueltas yo le doy a las ideas.
¿Pues como?
¿Como hago para que regreses y te quedes a mi lado?
Miserable.
Miserable soy sin encontrar aun una solución.
Pues mientras yo deliro entre las drogas y el alcohol tu solo te alejas más.
Y maldita sea sin mirar atrás.
Hierba, polvo y pastillas son mis consejeras.
El alcohol el amigo que me ayuda a pensar.
Y mientras espero que con la mezcla de todos poder ver animales fantástico y las estrellas.
No logro ver colores cicodelicos.
Lo único que logró ver son nuestros recuerdos.
Tus abrazos, tus besos.
Tus patadas en la cama mientras dormias.
Esas largas noches en la que despierto cuidaba de tu sueño.
¡Maldita sea pero queriendo olvidarte solo recuerdo!
Recuerdo tus besos, esos ojos color madera tan bellos.
Recuerdo y recuerdo cada momento, cada caricia.
El sabor de tus labios y el de tus pechos.
La suavidad de tu piel y la de tu cabello.
Aquí estoy en medio de alcohol, música y drogas olvidando que te tengo que olvidar.
Aquí estoy lanzando al olvido que debo olvidarte.
Pero aquí estoy en medio del alcohol recordando.
Tenindo delirios contigo.
Delirios, delirios de un borracho enguallabado y dolido.
Recordando tus manos y esa linda encantadora en tus labios.
Recordando tus piernas y nalgas.
Recordando como mis manos paseaban por la suavidad de tu piel morena.
Este amor me envenena, pero su veneno es lento.
Llevándome a una muerte llena de agonía y dolor.
La muerte que hoy me produce tu adios.
Me entregue esra noche a las lujurias de la vida para olvidarte, para borrar de mi mente tu nombre y solo he logrado recordarte.
Recordar cada momento a tu lado.
Intente acelerar esta muerte y lo único que he alcanzado es que sea más lenta y agonizante.
¡Destino cruel,!
dime tú
¿por que yo esto he de sufrir?
¿Para que permites que mi mente y corazón se llenen de amor sin en tus caprichos solo he de quedar?
¿Acaso querias tenerme así llorando perdido en las vanidades de la vida sufriendo y recordando?
La música soñando esta, y aqui estoy yo drogado, borracho, cantando, llorando y recordando.
Recuerdo en medio de soledad, cantando tu nombre.
Una mesa aun repleta de polvo, hierba y alcohol.
Con este amor que siento por tí totalmente vivo y tu recuerdo presente.
Pues el alcohol me explica que te amoy que jamás te podre amor mio olvidar.
Pues te amo (maldita sea) y ya.
Jonathan Cordero.
17 de octubre 2020
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