Ya no lo aguantó, ya no soportó su escandaloso llanto.
¡Que ya deje de llorar y gritar!
Por favor que alguien lo calle.
Ese niño no deja de llorar, esta torturándome, lo se.
Su llanto agonizante me persigue, en cada rincón del mundo he de escucharlo.
Su sonido penetra mis oídos, generando escalofríos a mi cuerpo.
No se calla y enloquezco.
¡Que alguien lo calle por favor!
Se que me sigue, se que esta al acecho.
Ese niño quiere vengarse de lo que yo le he hecho.
Pero no era mi intensión, yo no sabía que seria un niño.
Yo solo acepté el trabajo, como siempre, sin preguntar.
Me dijeron: estará en el río y tu lo debes matar.
-¿Como quiere que lo haga? -Eso pregunte. -¿le disparo, lo ahogo o que?
-Asfixielo que sufra, ya tiene usted el dinero. - eso respondieron.
Al llegar al río, ahí estaba, debe ser una confusión me dije.
Revise el dinero para mirar la foto y si era él.
Me le acerque en silencio y de repente me vio.
Brinque, lo tome del cuello y al suelo callo.
Su llanto, sus pataletas las recuerdo.
Yo solo apretaba y apretaba, luego soltaba de su cuello.
-Hacedlo sufrir. -dijeron. - Ya usted tiene el dinero.
El niños lloraba y gritaba en su agonía
Yo poco a poco lo asesine.
Hoy recuerdo su llanto y por eso viene para, llevarme al mismo infierno.
Escuchó su dolor, escuchó como grita, que alguien lo calle.
No es mi culpa que lo hayan mandado asesinar sus propios padres.

Estos versos de mi propia mente corrompida sirvieron de inspiración para el cuento:
El llanto del niño.
También de  mi inspirada y loca cabeza y que lo encontraran en mi perfil.