No me vengas con cuentos,
que yo sé de historias.
Estoy regulando mis intentos de romper muros, así que estate atento.

Sé que te flipa mi vello rasurado,
que a tu lado cicatrice
y moje más rápido,
que te pertenezcan mis tres labios
o cuando gimo
y me pongo a cuatro.

Soy la cura y la enfermedad al mismo tiempo, tu insomnio
y si no nos dejan soñar, no les dejaremos dormir, o eso dicen.

Mi verborrea es un sin vivir,
como los días sin ti,
quiero enredarme en tu ombligo
y quedarme dormida en mi amanecer favorito, la línea de tu espalda.