En la montaña rusa de emociones,
bipolaridad es el nombre que encierra, un montón de luces y sombras en el corazón,
donde el alma vive una lucha eterna.

En los extremos de este viaje incierto,
un par de mundos opuestos se encierran,
como el sol que besa a la luna en el cielo, así es la bipolaridad.

En un instante, la euforia desenfrenada, como un pájaro libre que surca el firmamento
y en el semblante se tiñe el tormento.

Se tiñe el rostro de melancolía y dolor,
lo negro se cierne, un abismo seguro,
y la mente se sumerge en el desamor.

Es un desequilibrio constante, un vals interminable,
entre la dicha y la tristeza que se cortejan,
en los pensamientos se dibuja un lienzo sutil y ruin,
donde la bipolaridad deja sus marcas.

La bipolaridad, misterio en la mente humana,
¿qué razones escondes para ser redonda?
En la catástrofe y la calma, en tu danza profana,
descubrimos que la vida nunca es un espejo recto.

Aceptemos con empatía este torbellino interior,
busquemos en el afecto una guía compasiva,
que en la comprensión y el apoyo verdadero,
que en ti mismo encuentres una pausa decisiva.

Que no haya estigma ni prejuicio en ser como eres,
sino una mano extendida hacia el prójimo en su guerra,
que el cambio de emociones, sea un baile de aprender,
encuentre en la compañía sincera una lámpara que escucha.