Consciente de tu propósito,
un día bajaste al mundo.
Sabías que morirías
Pero eso no te detuvo.

Es la prueba definitiva
de tu infinito amor,
de que quieres conmigo
una íntima relación.

No puedo olvidar eso,
y no puedo obviarlo.
Tú nos amas a todos,
tengo que gritarlo.

Como un humano,
rodeado de tu creación,
viviste durante años
enseñando con pasión.

Luego llegó la hora
y fuiste entregado.
Nos burlamos de Ti,
sin piedad te maltratamos.

Te escupimos y golpeamos,
la cruz tuviste que cargar.
Nuestros pecados allí
en el madero fuiste a dejar.

Te coronamos con espinos,
tus manos atravesamos,
destrozamos tu costado,
tu tumba custodiamos.

Pero ese no fue el final.
Volviste a la vida
sólo tres días después,
y la muerte fue abatida.

Eres Dios, fiel y justo.
Tú venciste, y hoy reinas;
contigo estoy seguro,
la tormenta amainas.

Consciente de tu propósito,
un día bajaste al mundo.
Moriste y resuscitate,
esa verdad hoy difundo.