Siempre me he preguntado
qué fue lo que viste en mí
para que vinieras hasta aquí
y entregaras tu vida así.

He intentado comprenderlo
sin llegar a ningún puerto.
¿Quién soy si no un pecador?
¿Quién si no un grano de arena?

¿Cómo puedes hablar de justicia
si perdonas a todos, pecadores?
¿Por qué nadie recibe su merecido
si hemos cometido atrocidades?

¿Basta con aceptar Tu verdad?
Eso es lo que Tú nos dices.
¿Cómo puede eso ser suficiente
para que borres cicatrizes?

Te lo cuestioné una y mil veces
pero nunca me respondiste.
Pensé que no me escuchabas,
que me abandonaste, que te fuiste.

Pero decidí confiar en Ti.
Tú ves el panorama completo,
siempre sabes lo que haces
y todo lo haces con acierto.

Hoy sé que ese era el paso
que esperabas que diera.
El paso de confiar en Ti,
para que mi fe despertara

Y ahora lo entiendo bien,
que no es una injusticia.
Sí, el amor y el perdón,
son Tu forma de justicia.

Gracias a ese regalo
ya no somos cautivos.
Basta con recibirte, y
podemos ser salvos.

Te lo cuestioné una y mil veces
pero nunca me respondiste.
Ahora sé que no era necesario,
tenía la respuesta justo en frente.