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VERITASERUM ── ◦'𖥸'◦ ── ACTO TRES
↳ ❛ quinto año ❜︎
capítulo 29 ╱ ╱ ☕️🕊˚◞𑁍ﾟ

—¡POR ÚLTIMA VEZ, BABUINO PELUDO, NO IRÉ a una cita contigo! —Lily Evans se sonrojó ante su confesión. No era nada nuevo, pero después de que ella cortó los lazos con Severus, notó que James Potter estaba madurando.

Potter se dio cuenta de que para ganarse su corazón tenía que dejar lo que estaba haciendo y limpiar su acto. Y Sirius, Peter y Remus estaban de acuerdo. Incluso Reyna contribuyó al dejar caer pistas sobre lo que le gusta y lo que no le gusta a Lily.

Lily cerró la puerta del compartimiento y se volvió hacia sus amigas con una expresión de ojos muy abiertos. Excepto que había algo diferente en Lily.

Lily Evans se sonrojó.

—¿Te estás sonrojando? —Marlene preguntó descaradamente, incluso Alice cerró su libro de herbología y sonrió ante la vergüenza de segunda mano de su amiga.

—¡Oh, deja de molestarla! Es obvio que le gusta James —Dorcas le dio un manotazo en el hombro a Marlene. Ella también había estado alentando a Potter para que derribara a Lily Evans.

Sonia se rio. —¡Oh, vamos Dorcas, está escrito en toda su cara! —las bromas constantes no ayudaron a Lily en absoluto, en cambio, se puso aún más roja si eso era posible. Casi a juego con sus hermosos y atractivos mechones.

—Está intentando, ¿sabes? Ser mejor —Reyna finalmente habló y Lily buscó a tientas en su túnica.

—Puedo decir... —Lily habló—. Me siento mucho mejor ahora que lo corté. Sé que debería sentirme mal...

—Yo no —murmuró Reyna, ganándose una mirada de '¡ahora no!' de Alice.

Severus y Lily han sido amigos de toda la vida antes de Hogwarts y Reyna sintió una punzada de simpatía. Perder al único ser que llamas tu amigo.

No podía imaginarse perder a Regulus.

—Lo siento —se disculpó Reyna—. No debería haber dicho eso.

Lily levantó una pequeña sonrisa. —No te preocupes, no me ofende en absoluto. Me llamó sangre sucia... alguien con sangre asquerosa.

—¡Ahora escucha, señorita! —Alice se dirigió con severidad—. ¡Ese nombre no debe figurar en este compartimento ni en ningún otro lugar!

—¡Cuando vea a ese murciélago de pelo grasiento, le daré una paliza!

—La violencia nunca es la respuesta —dijo Dorcas sólo para ganar gritos al unísono de la palabra "Cállate" sonando el compartimento.

Dorcas soltó un chillido y se escondió detrás de Alice.

Reyna parecía estar de acuerdo con el plan de hechizar a Snape. La puerta del compartimiento se abre para revelar a Regulus Black, Finn Nott y Rafael Nott.

—¡Reggie!

Todo el verano han estado separados. Su cabello se ha vuelto más largo y ha crecido unos centímetros. El Black abrazó a la chica.

—¡Oh, consigan una habitación! —Marlene gritó molesta.

El de pelo rizado sonrió lentamente y tiró de Reyna por la cintura haciendo que la rubia gritara.

—¡Nos vemos más tarde chicos!

Las Gryffindor, Sonia, Rafael y Finn gruñeron, sabiendo que lo más probable es que los dos se besaran en un compartimento.

. . .

Regulus y Reyna no perdieron el tiempo para encontrar un compartimiento y abrazarse.

El Black no quería nada más que besarla, tocarla, abrazar al amor de su vida y contarle sus problemas y temores. Grimmauld Place no ha sido una estancia agradable.

Sus manos deslizaron un mechón caído detrás de la oreja de Reyna. —Te extrañé mucho.

Sin dudarlo en lo más mínimo, levantó la mano y sostuvo su mejilla. —Te has puesto pálido... ¿está todo bien? —Reyna cuestionó preocupada. Palabras que se filtran como miel en sus oídos.

Él extrañaba escuchar su voz. Regulus levantó la mano y rozó la parte inferior de su labio mientras sus ojos vagaban por su apariencia.

El corazón de Reyna dio un vuelco.

—R-Regulus, ¿qué estás...

—El siguiente compartimento nos oirá —Reyna se sonrojó, cada paso que daba se encontraba contra las puertas del compartimiento.

Cerró la distancia entre los labios que rozaban los de ella. Reyna quería desesperadamente aplastar su boca contra la de él.

Reyna se sentía como un ratón mientras Regulus era el gato.

—Estaremos callados —Regulus murmuró y Reyna envolvió sus brazos alrededor de su cuello, acercándolo para darle un beso.

Después de alejarse, Reyna se sentó en su regazo peinando su cabello mientras la abrazaba.

Sabía que algo andaba mal y Reyna no quería presionarlo. —¿Qué pasa Reggie?

—Mis padres... han estado poniendo todas sus esperanzas en mí. No puedo hacer esto. Esperan que restaure el apellido y me convierta en un Mortífago.

Durante todo el verano, sus padres lo regañaban, lo llenaban de pensamientos de pureza de sangre y le decían que era un honor convertirse en seguidor de Voldemort.

—Encontraremos una manera...

—¡Maldita sea Reyna! No hay forma de salir de esto —Regulus gritó de frustración pero se detuvo cuando notó que Reyna se estremecía.

La culpa inundó sus ojos grises. —Lo siento.

—No lo sientas, estás enojado y asustado —Reyna susurró, enterrando su rostro contra su cuello—. Siempre hay una manera... no te rindas ahora.

Regulus le puso una pizca de besos en la mejilla. —Ya resolveremos algo.