POV DANIEL

Cuando la vi saliendo detrás de ese puto pijito no pude evitar sentir rabia e ir detrás, para reclamarle que si quería salir yo la acompañaría, pero como siempre terminamos discutiendo y acabo por irse con él. Reconozco que no soy para nada delicado a la hora de decir las cosas y mira que lo intento... Pero es que ¡Joder! ella logra sacarme de mis casillas. Falta que yo le diga blanco para que la cabezota diga negro, siendo eso el pan de cada día. Hay veces que pienso que soy masoquista de cojones, porque pudiendo tener la mujer que yo quiera me he tenido que ir a fijar en una que es mezcla de pitbull cabreado.
Subo al coche y me quedo unos segundos pensativo, mientras veo como mis nudillos se van poniendo blancos por la fuerza que estoy ejerciendo en el volante. Arranco escuchando los gritos de mi hermano diciéndome que me calme, pero realmente ahora no puedo. Tengo la cabeza como una olla a presión y es mejor alejarme, antes que estalle contra quien no se lo merece.
Aparco y entro a uno de mis bares favoritos, bajo las escaleras directamente y me siento en la mesa que suelo ocupar siempre. No tardan ni cinco minutos en traerme una botella y treinta minutos en tener dos mujeres preciosas conmigo. Paso el rato con ellas charlando, bebiendo y riendo. La cosa se va calentando y en poco rato ya las tengo encima de mi bailandome de una manera muy sensual. De repente veo a Britt de pie frente a mi con los brazos cruzados y con cara de pocos amigos. Por un momento pienso que el alcohol ya me ha subido a la cabeza y que me estoy volviendo loco, pero ¡No! Realmente ella está aquí de pie y tan solo quiero que se sienta mal, tal como ella me ha hecho sentir a mí, así que le digo de forma brusca que se largue y como siempre me responde desafiante y se va. Nada más darse la vuelta me doy cuenta que está sola y no puedo evitar salir detrás de ella. Aunque me joda, no podría dejarla y menos por estos barrios. Me alegré al saber los motivos por los que había venido a buscarme y sinceramente me sentí bien y más saber que aún estando con fiebre no me ha dejado solo. La esperanza volvió, pero poco duró. Después de acompañar a todos a la cabaña, decidido volví a casa para hablar con ella y mi sorpresa fue encontrármelos solos y una marca en la cara de él. No soy gilipollas para no darme cuenta que está pasando algo entre ellos, pero al soltármelo de frente me rompió en mil pedazos. Sé que me lo tengo merecido porque no he sido ningún santo y en su momento fui yo, el que intentó jugar con ella.

"Flashback"

Después de chocarme con ella en la discoteca apropósito y que me mandara a la mierda, me encontre con varios colegas en la barra bebiendo chupitos sin parar.

-¡Eh tío! Esa rubia te ha dado calabazas ¿Verdad? -comenta Zack golpeándome en el hombro riéndose- No pierdas el tiempo, esa mujer es de armas tomar y lo sé por experiencia.

Todos se ríen por su comentario, mientras nos enseña un moratón en el estómago. Se ponen hablar entre ellos de lo buena que está sin dejar de reírse por ser la primera vez que una mujer me rechaza de esta manera y reconozco que me deje llevar por mi ego.

-Esa tía no será la excepción, torres más altas han caído. -les suelto con chulería y acto seguido bebo un trago- Acabará conmigo en la cama gritando mi nombre, como todas las demás.

Dicho esto empezaron a apostar entre ellos y fue mi primer gran error.

"Fin del Flashback"

Jamás pensé que ella con el tiempo se acabaría enterando y todo lo que había logrado, se vendría abajo como un castillo de naipes. Me costó meses que me perdonará y cuando lo hizo, prometimos olvidarlo y empezar de nuevo, pero a raíz de eso se volvió más arisca que nunca. Aunque le demostré lo que sentía día a día, me rechazó una y otra vez a pesar de que veía en su mirada que le pasaba lo mismo que a mí. Me ponía excusas diciendo que no estaba para tener relaciones con nadie, pero yo sé que en el fondo tenía mucha inseguridad de estar conmigo. Nunca me lo había echado en cara hasta hoy, cuando me dio a entender que le dolió y no pensé que lo acabaría reconociendo abiertamente. Por una parte, me alegro saber que no me equivocaba y de verdad estaba enamorada de mi, sin embargo por otro lado significa que nunca ha podido olvidar lo que le hice. Britt se va y nos deja solos.

-Sé que no tienes la culpa de nada, pero no he podido evitarlo. -me disculpo a mi manera, pasándome las manos por el pelo.

-Tranquilo, te entiendo más de lo que imaginas. -me contesta seriamente.

No hace falta decirnos nada más, porque aunque yo se que la he jodido, conozco a Britt para saber que él también, dejándonos a los dos en la misma situación. Después de ayudarla a arreglar todo decido irme a dar una vuelta para despejarme. Conduzco al pueblo que solía ir con mis colegas, de vacaciones y solo está a media hora de camino. Entro al único pub que veo abierto, para tomarme un whisky en la barra y relajarme un poco.

-¿Mal de amores? -oigo una voz femenina a mi lado- No tienes pinta de ser de esos- prosigue al no hacerle caso.

Al escucharla giro la cabeza y me encuentro con una rubia con la misma manera de vestir y de peinarse que ¿Britt? Me quedo mirándola unos segundos.

-No estoy de humor, lárgate. -le contesto tajante.

-Brillas por tu simpatía ¿Sabes? -agrega sarcásticamente.

Se levanta y a los cinco minutos, veo una mano con otra copa delante de mí.

-Está la invita la casa, espero verte pronto. -vuelve hablar guiñandome un ojo.

Sin dudarlo, me la tomo y cuando me la termino salgo de allí para volver a casa. Cuando estoy a punto de llegar, me invade una mezcla entre rabia y ansiedad. A partir de ese momento todo se vuelve borroso y de un momento a otro todo se vuelve negro.

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