Lynn y Luna
El sonido del seguro de su puerta le daba confirmación de lo que estaba a punto de pasar. Y a pesar de saber eso, no se encontraba nervioso ni mucho menos. Al contrario, se encontraba alegre y muy tranquilo, al igual que ellas o al menos eso pudo percibir en cuanto ambas se sentaron junto a él en su cama.
Dejaron que el silencio predominara, pero no era un silencio incomodo, era uno que llenaba sus almas de calma y paz, sabedores de lo que estaba por ocurrir, inclusive, un poco ansiosos.
Lincoln se encontraba con la mirada alzada, viendo ese reflejo en el que los tres aparecían, pero no podía quitarle la mirada de encima al reflejo de aquellas dos hermosas mujeres que se encontraban junto a él, ambas dibujando unas ligeras sonrisas, aquellas con las que le daban a su hermano menor autorización de hacer eso para lo que estaban ahí.
Ya no había marcha atrás, y los tres lo sabían, pero no querían dar marcha atrás. Lincoln lo supo al voltear a ver a cada una de ellas que simplemente con sus expresiones le daban a entender que era hora.
Se desentendió nuevamente, cortando el contacto visual y mirando otra vez al frente, aunque no por mucho, pues rápidamente, Lynn tomaba su rostro de su barbilla para que el peliarcoiris la voltease a ver, e inmediatamente plantarle un suave y delicioso beso en los labios, a lo que no opuso resistencia.
Pasaban los segundos, los minutos y sus rostros no se separaban. Era cuestión de tiempo para que la temperatura en esa oscura habitación iluminada solo por la leve luz exterior que se filtraba por la ventana de ese armario de blancos adaptado se elevara, y así seria.
Sin despegar sus rostros, Lincoln comenzaba a despojar a Lynn de su chaqueta, dejando al descubierto su figura resaltada por el polo ajustado que seguía vistiendo, mientras Luna hacia lo propio con la chaqueta de cuero de Lincoln, ella también habiéndose despojado de la suya.
El beso entre Lynn y Lincoln había terminado. Ahora era el turno de Luna de probar los labios de su hermano menor. Pero antes de unir sus rostros, Lincoln tomó iniciativa. Sujetó la blusa purpura de Luna para quitársela, dejando al descubierto su vientre y sus pechos solamente ocultos por ese sostén purpura copa B. Y Lynn, dispuesta a no quedarse atrás, despojaba de su polo a Lincoln para estar en igualdad de condiciones, pues habiéndolo hecho, permitía que los labios de su hermano se fundieran con los de Luna, continuando ella a quitarse su jersey deportivo, también dejando al aire su torso ligeramente marcado, despojándose rápidamente también del sostén blanco con el que ocultaba sus atributos.
Mientras Lynn se desvestía, el beso entre Luna y Lincoln los excitaba más, al punto que el mismo Lincoln volvió a tomar la iniciativa, algo que a ambas agradó, para quitarle el sostén a Luna y esta, al desentenderse de esa prenda, arrojaba a Lincoln hacia atrás para que se recostara sobre la cama. Se intentó levantar, sin embargo, la misma Luna se lo impedía colocando su mano sobre su apenas marcado pectoral izquierdo, sin ejercer ningún tipo de fuerza, pues el entendía inmediatamente que ahora ellas tomarían las riendas de la situación.
En esa posición solo podía ver sus espaldas, las cuales se encontraban finamente marcadas, la de Lynn un poco mas que la de Luna debido a la cuestión del deporte.
Vio como esta última soltaba su cabello, ocultando parte de su espalda, y ambas procediendo a quitarse su respectivo calzado para después ponerse de pie y ambas quitarse las prendas inferiores.
Luna lentamente bajaba sus jeans negros, agachándose y que de esa forma comenzaran a resaltar sus glúteos; mientras que Lynn, por el contrario, rápidamente se despojaba de su pantalón deportivo. Ahora ambas solo vestían con sus respectivas pantaletas, las cuales Lincoln no tuvo tiempo de admirar, pues tan rápido se habían quitado los pantalones, lo hacían con esta prenda.
Aun de espaldas a su hermano, estaban dispuestas a dejarlo admirar la parte posterior de sus cuerpos. Ese hermoso par de glúteos frente a el poco a poco hacían que Lincoln comenzara a sentir su pantalón más apretado.
Se sentaban de nuevo e inmediatamente volteaban a ver al del mechón multicolor.
Se encontraba inmutable, listo para encarar aquello que estaba a punto de llegar, pero aun no era el momento.
Lynn se recostaba a su lado, pegándose a él lo mas posible para que sus torsos pudieran sentir la sensación uno del otro, mientras nuevamente procedían a besarse. Y al tiempo que estos últimos lo hacían, Luna aprovechaba para desabrochar el pantalón de Lincoln.
Había notado inmediatamente como el pene de su hermano evidenciaba su excitación.
Procedía a descubrir la zona pélvica de Lincoln, arrastrando pantalón y ropa interior por igual. Rápidamente se alzaba el mástil, listo para la batalla.
Lynn y Lincoln terminaban el tiempo de besos. La primera se levantaba para sentarse en la cama. Ambas tomaban de las manos a Lincoln para que este también lo hiciera, y ya estando junto a ellas, él y Luna se dieron un rápido beso antes de empezar a hacer el amor.
- Así que... ¿quién primero? -Preguntó Lynn tímidamente, tratando de ocultar el deseo y la ansiedad por entregarse a su hermano-.
- Las ansias te delatan, hermana -respondía Luna felizmente-. Adelante, es todo tuyo.
Ante eso, Lynn trataba de contener su felicidad. Tenia el deseo, las ganas, la esperanza de al fin sentirse como una mujer. Y el ingrediente extra que le daba una sazón especial a ese momento, es que estaba a punto de lograrlo con alguien que de verdad ama.
No perdió tiempo y se coloco frente a Lincoln, que se hallaba recostado sobre sus codos en la cama. Al fin se encontraban frente a frente.
A sus ojos, ella parecía lo mas cercano a una diosa. El verla de ese modo frente a él lo "animaba" cada vez más y más. No podía despegar la mirada de ese escultural cuerpo con el que estaba a punto de hacer el amor.
Lynn se apoyo en los hombros de Lincoln, haciendo que este, por inercia al ejercer más presión sobre sus brazos, algunos de los músculos de su torso se marcaran más, lo cual notaron ambas chicas, haciendo que la excitación de ellas también fuera en aumento.
Le querían dar agilidad a la situación, pero eso no era motivo para dejar de lado el romance que se puede generar en una situación así. Es por eso por lo que ninguno de los dos fue directo al punto, así que, para incrementar el deseo sexual de los dos, Lynn comenzaba a acercar su intimidad poco a poco al miembro de Lincoln, y este a sabiendas de lo que su hermana quería, comenzó a frotarlo ligeramente por fuera.
Los dos comenzaban a sonar cada vez mas excitados, evidenciado por los tenues gemidos que ambos hacían cada cuando, siendo los de Lynn más recurrentes y los que se escuchaban más placenteros.
Con cada movimiento en el que la vagina de Lynn frotaba suavemente el pene erecto de Lincoln, la humedad en esta zona se estaba haciendo mas y mas presente, provocando que Lynn mostrara cada vez mayor excitación, y Luna, quien no podía pasar por alto lo que veía, excitándose también, frotaba suavemente su vagina, deseando quizás con algo de egoísmo, que Lincoln pudiera complacer rápidamente a su hermana menor para poder continuar ella.
También se había recostado en la cama, viendo como sus hermanos jugaban antes de pasar al acto. Jugueteaba con sus dedos, introduciendo uno de ellos cada cuando para seguir excitada. Frotaba su clítoris cada vez más y más, deseando ya tener a su hermano dentro de ella para hacerla gozar, hacerla sentirse en el paraíso... hacerla sentir mujer.
En cambio, Lynn y Lincoln estaban por terminar el juego que le antecedía a la penetración. Ambos ya se encontraban completamente excitados. La intimidad de Lynn ya estaba lubricada, al igual que el miembro de Lincoln, por lo que, después de descansar un par de segundos, Lynn se ponía de pie para acomodarse mejor al momento de introducirse el pene de su hermano menor.
Lincoln seguía recostado, solo viendo el actuar de Lynn, que con ternura tomaba el miembro, haciendo que el glande rozara su clítoris antes de la completa penetración. Habiendo hecho eso solo unos pocos segundos, estaba lista para sentir a su hermano en su interior. Lentamente acomodaba el pene de Lincoln debajo de ella mientras comenzaba a descender provocando que este se introdujera cada vez más en su vientre.
Al fin lo tenia todo adentro. Estaban listos para comenzar a hacer el amor, Lincoln y Lynn.
Se recostó sobre Lincoln, haciendo que ambos torsos estuvieran de nueva cuenta en contacto, ella quedando cara a cara con el del mechón multicolor y con el que una vez más se besaba, esta vez, acompañado de las placenteras sensaciones que estaban teniendo los dos. Lincoln golpeaba cada vez con mas fuerza el interior de su hermana, perdiendo toda clase de inseguridad, si es que aún tenía algo.
Continuaban besándose mientras los movimientos de cadera de Lincoln no disminuían, no quería decepcionar a Lynn.
Separaban sus labios y se veían mutuamente, sin detener las embestidas que le propinaba. Esta se dejó caer sobre su cuerpo, y él rápidamente la abrazaba, estrechándola con mas fuerza a medida que volvía a incrementar la intensidad de las penetraciones.
Lynn jadeaba mas y mas fuerte. El placer que sentía en ese momento era indescriptible, solo siendo comprendido por él y por Luna, quien se había comenzado a masturbar por la excitación de ver a sus dos hermanos menores hacer el amor.
Introducía tres dedos de su mano en su vagina, mientras con la otra se palpaba suavemente sus senos, imaginando que era Lincoln quien los tenía entre sus manos, y sabía que así sería en unos momentos, excitándola más, mientras ellos seguían con lo suyo.
De reojo, Lincoln observó a Luna. Pudo notar lo excitada que se encontraba, pero también entendió que ella también quería sentirse justo como se estaba sintiendo Lynn, tan complacida, tan feliz. Sabia que Luna se encontraba ansiosa, y con la mirada, le pidió ser paciente. Pues estaba dispuesto a complacerlas a las dos a como diera lugar.
Habían pasado algunos minutos desde que Lynn y Lincoln habían comenzado. La posición en la que se encontraban no había cambiado, es por eso por lo que Lincoln se esforzó para sentarse en la cama, haciendo que la chica en la cual estaba dentro quedara sentada sobre su regazo, subiendo las piernas a la cama para estar en una mejor posición y seguir haciéndolo.
Ambos ya se encontraban exhaustos, pero no estaban dispuestos a detenerse sin haber llegado hasta las últimas consecuencias.
En esa posición, Lynn tomo la cabeza de su hermano y la colocó entre sus pechos, pidiéndole que los probara, a lo que Lincoln no se negó, y comenzó a lamer tímidamente la base de sus senos, dirigiéndose poco a poco al pezón.
Su lengua rodeo el pezón, pasándola por la areola un par de veces antes de empezar a jugar con este.
Rozaba una y otra vez con su lengua el tieso pezón de Lynn, y después continuaba con el otro seno, alternado de esta forma entre uno y otro.
Para Lynn esa era la mejor sensación que podía sentir. Estaba entregada en cuerpo y alma a alguien que de verdad la amaba, alguien al que por fin ella podía hacer feliz, hacerlo gozar.
Lincoln detenía el festín que se estaba dando con los pechos de su hermana para colocar su rostro junto al de ella, sintiendo la suave piel de su mejilla; y Lynn por su parte, podía sentir que el picor de los pequeños pelos faciales de su hermano le provocaban un lindo cosquilleo.
Al fin, ambos sentían que el final se acercaba. Lynn se aferraba con mas fuerza a la espalda de Lincoln, provocándole algunas heridas sin importancia, pues estaba mas concentrado en lo que vendría, con la inquietud entre hacerlo o no. Pero no dudo en decirlo, pues al fin, era su cuerpo y ella debería ser quien decida.
Así, entre jadeos, le mencionó:
- Lynn... me... me vengo.
- Hazlo... hazlo, por favor... yo, yo también -le respondía también evidenciando el esfuerzo que había realizado-.
- ¿Estas... estás segura...?
- ¡Hazlo de una vez!
Y tal como le había pedido, no se contuvo y lo dejo salir todo, al tiempo que ella también lograba el orgasmo, llenado su vientre con su semen, sintiéndolo tan cálido dentro de ella, cayendo rendida sobre él al instante, agradecida de que al fin pudo lograr sentirse como lo que era, una mujer, una mujer con deseos y necesidades y la cual encontró felicidad al hacer el amor con su hermano menor, con aquel que amaba a ella y a todas sus hermanas, dispuesto a lo que sea con tal de hacerlas felices.
La tomó gentilmente y la recostó a su lado, dejándola descansar, casi dormida, a la expectativa de su otra hermana, que ya se encontraba ansiosa de sentir ya a su hermano dentro de ella, de sentir sus manos tocando sus pechos suavemente mientras embiste su interior.
Se encontraba algo exhausto, pero no podía fallarle a Luna, pues en el momento en el que vio sus ojos, supo que ella también lo deseaba, lo deseaba incluso mas que otras de sus hermanas. Solo necesitaba un poco de descanso. Duró recostado en la cama alrededor de medio minuto, solo lo que la mirada de Luna le permitió, pues aquellos ojos los reconocía bien, y tanto el cómo ellas sabían que no podía resistirse a eso.
Ante eso, no pudo mas que solo sonreírle, diciéndole con esa expresión que su turno había llegado.
Esto hizo que, casi saltando de la cama, con una emoción inexplicable, poniéndose de pie rápidamente y colocándose frente a Lincoln recostado, quien pensó que seria similar a como lo hizo con Lynn, sin embargo, la rockera tenia en mente otra cosa, puesto que lo tomaba de ambas manos, tirando de él para que también se pusiera de pie, justo frente a ella.
La distancia era inexistente. Sus cuerpos se mantenían en un constante tacto. Ella podía sentir los nada voluminosos firmes pectorales de Lincoln, mientras que, a él, el sentir en su piel los suaves senos de Luna contra él habían provocado que su miembro se alzara en toda su gloria una vez más, algo que Luna no necesito ver para darse cuenta.
Solo se encontraban ahí, contemplándose el uno al otro, más allá de sus cuerpos, sus rostros.
Lincoln no podía separar su mirada de la bella sonrisa que su hermana había formado con sus perfectos labios. Observaba también como esas lindas mejillas se habían tornado carmesí por la excitación, quedando marcadas esas pecas que los tres en esa habitación compartían. Y al final, estaba ese par de ojos cenizos. Cada vez que Luna parpadeaba sentía como la sensualidad de su hermana se apoderaba más de él.
Dejaron al fin de concentrarse en la mirada del otro, y pudieron hacerlo en lo que estaba a punto de suceder. Pero como con Lynn, todo empezaba cuando Luna se arrojó a los labios de su hermano para con los suyos, fundirse en un apasionado, candente y húmedo beso.
Lo rodeaba rápidamente con sus brazos, estrechándolo cada vez con mas fuerza, mientras el la tomaba suavemente de la cintura. Entre ellos prácticamente no había nada, habiendo juntado sus intimidades. El pene de Lincoln rozaba con la vagina de su hermana mayor, provocando la excitación de esta, la cual cada vez mas iba en aumento. No la podía comparar con la excitación que sentía al momento de estarse masturbando, tirando del cabello de Lincoln quien caso omiso hacia al dolor generado por los tirones de Luna mientras ese beso entre los dos no paraba.
Ambos jugueteaban con la lengua del otro, en instantes dentro de la boca de Luna, y en otros, dentro de la de Lincoln, a la par que las manos de este último pasaban lentamente a la parte posterior de Luna. Los podía sentir tan suaves y redondos. Eran perfectos.
- Puedes apretar si quieres, hermano -decía, despegándose un momento de la cara de Lincoln-.
No hizo falta una segunda insistencia. Hacia lo que le habían permitido, intensificando su agarre al mismo tiempo que la pasión en ese beso aumentaba.
Y fue después de un par de minutos que ambos supieron que estaban listos para el momento culminante.
La humedad de la intimidad de Luna empapaba el miembro erecto del peliblanco, y sin perder más tiempo, se disponían a comenzar, sin embargo, el momento no seria como con Lynn, no. Cada una de ellas era especial, y cada una merecía un trato distinto, por lo cual, al hacer el amor, tampoco podría recaer en la repetitividad.
Y esta vez, por iniciativa de la castaña, la posición seria otra. Luna se volteaba para darle la espalda, y se inclinaba, apoyándose en el escritorio, quedándose expuesta, incitando a Lincoln a penetrarla.
Esa posición la hacia ver tan indefensa, pero también, tan hermosa. Las partes de su hermana no eran lo que mas le llamaba la atención, ni lo eran esos magníficos glúteos que se cargaba, era esa bella espalda ligeramente marcada.
Así que, tomándola firmemente por la esbelta cintura que tenía, cuidadosamente lo introducía, lentamente hasta tenerlo dentro completamente, pues es lo que ella deseaba.
Lentamente comenzaba a mover su cadera de adelante hacia atrás. Cada segundo que pasaba tomaba más confianza para golpear el interior de Luna, en algo que ella deseo desde el principio, tornándose cada vez más intenso.
Él no cesaba en sus movimientos ni en su ímpetu, provocando que Luna reaccionara cada vez mas frecuente, soltando ligeros gemidos de satisfacción. Y mientras mas era la pasión, mas era la intensidad de las embestidas de Lincoln hacia su hermana, quien, valiéndose del agarre de la cintura de Luna, aprovechaba para dar mas fuerza a la situación.
Los minutos pasaban y ambos seguían en esa posición, con la firme intención de no detenerse hasta terminar.
Ya no faltaba demasiado, y por eso, Luna llevo las manos de él hacia sus pechos, quería sentir su tacto en ellos, sentir el cómo debían ser tratados. Y no estaba equivocada. La suavidad con la que Lincoln los frotaba era tan relájate. Tiernamente tiraba de los pezones, pero sin provocarle molestia alguna, pues, al contrario, eso lograba excitarla más.
Siempre deseo el poder sentir como con gentileza y mucho tacto, gozaban de ellos, pues mas allá de su función biológica, esos eran los que le permitían sentirse de verdad como una hermosa mujer. No dejaba de jugar con los pezones ni de apretarlos cuidadosamente cada cuando, y fue ese jugueteo lo que llevaba la situación a su clímax.
- Lu... Luna, me... yo -decía agitadamente-...
- Si, sí. Hazlo... hazlo hermano.
Y también con ella. Del mismo modo que con Lynn, explotaba dentro de Luna, apretando por inercia esos pechos que no había soltado, vaciándose en su interior, provocándole esa cálida sensación al interior de ella que la hacía sentir tan feliz.
Se separaban, ella apenas pudiendo mantenerse en pie, solo lo suficiente para que todo lo que tuviera que salir, lo hiciera, mientras el, daba un par de pasos hacia atrás para sentarse en la cama, fatigado.
Tiraba del brazo de Luna para que esta tomara lugar junto a él, también exhausta, pero feliz, inmensamente feliz. Se recargaba en Lincoln, con los ojos cerrados y una tibia sonrisa, indicándole lo satisfecha que había quedado, y, a la par, sentía lo mismo del otro lado de su cuerpo, pues Lynn seguía el ejemplo de Luna, queriendo agradecerle el haberle hecho sentir tan bien, hacer que sintiera la belleza de las relaciones humanas, y, aunque esta no fuera la mas ortodoxa, era lo que los hacia sentir bien, y para ellos, eso era suficiente.
Los tres se dejaban caer hacia atrás, abrazadas las dos de Lincoln, y este las rodeaba también con sus brazos para hacerles saber que nunca las dejaría, que él las protegería, porque las ama, a ellas, y a todas.
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