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Yōkai

La sacerdotisa Dai inoue ayudo a acabar con los yokais y otras criaturas que hacían o atacaban a los humanos, ella tenía un poder espiritual que mataba o hacia dormir a estos seres, pero ella extermino a cada uno de ellos, pero la Miko Dai no pudo derrotar al Daiyokai Sesshomaru el cual se desconoce que paso con él y, donde se ubica.

Aome Higurashi ahora una universitaria, estudiante de medicina. Ella Siempre había tratado de volver a la época feudal pero no había podido, parecía que el pozo estaba sellado, intento tras intento, hasta que perdió toda esperanza que su corazón albergaba, y se propuso olvidar a inuyasha. Desde que habían vencido a Naraku, ella había vuelto a su época sin poder despedirse de sus amigos. Ahora Aome ya había madurado y trataba de meterse en su cabeza que lo que había vivido era algo que jamás volvería a pasar, con tan solo un año que le faltaba estudiar en medicina, Aome se sentía tan emocionada, porque faltaba poco para que ella pudiera ejercer aquella profesión, puesto que la medicina se le daba muy bien, ahora debían a hacer un trabajo de su escuela, en el hospital Dai hospital ella y dos de sus compañeras iban a ser pasantes de dicho hospital.

La joven pelinegra se encontraba más que nada feliz estas actividades siempre la emocionaban, pero por alguna razón cuando estaba entrando al hospital sentía una gran tristeza, algo le recordaba a la época feudal.

— ¡Aome!—. Grito una joven de cabello café oscuro corto hasta los hombros y ojos chocolates, vestía el mismo uniforme de la mencionada.

—Ya voy Akemi—. Respondió la aludida siguiendo a su compañera y amiga de su escuela, otra joven solo las seguía y suspiro al ver que sus dos compañeras estaban tan energéticas como siempre.

Entraron al hospital y se dirigieron al área donde se les había dicho, un doctor las acompaño y les empezó a explicar los funcionamientos de aquella área y les había propuesto darles un recorrido a las tres jóvenes, quienes aceptaron, cuando el doctor les empezó a dar el recorrido por aquel gran hospital una enfermera se acerco y le dijo algo al médico, el cual les pido disculpa a la chicas y, les dijo que volvería en un momento, el doctor se retiro, pero Aome, sintió otra vez esa presencia y mintió a sus amigas diciendo que se iría al baño, camino por los largos pasillos siguiendo discretamente al doctor quien entro en una habitación, donde se encontraba un paciente, Aome se asomo con cuidado por la puerta y pudo escuchar lo que el doctor decía:

—Realmente me molesta verte así, me pregunto si alguna vez atacaste a algún humano, aun cuando eres un yokai eres un humano... pereces tan tranquilo que dudo que puedas hacernos daño—. Suspiro el médico, se acerco al supuesto paciente para ver que tenía.

En aquella cama estaba un joven de unos 25 años, con sus ojos cerrados y su larga cabellera plateada, su piel blanca, su rostro reflejaba tranquilidad, en sus mejillas tenía unas rallas moradas y en su frente tenia la marca de una media luna. Aome se sorprendió al verlo tan débil y vulnerable, no pudo evitar hacer ruido por ver aquella escena que tenia frente a sus ojos, el doctor se percato de ello y miro a la joven que parecía sorprendida.

—¡Sesshomaru!—. Susurro algo exaltada, llevándose ambas manos a la boca, no podía imaginar como el medio hermano de su gran amor estaba postrado en aquella cama.

—Señorita, no debería porque estar aquí—. Reclamo el doctor algo angustiado.

—Do... Doctor usted... ¿Qué hace aquí Sesshomaru?—. Ella no sabía con que palabras decir lo que estaba viendo, temía que la tiraran a loca.

—¿Lo conoce?, creo que dirían que el hospital está loco, pero... él es un yokai que durmió la Miko Dai, y ahora está en este hospital donde debemos mantenerle vivo, pero aun cuando la Miko está muerta el sigue dormido—. Suspiro el doctor y miro al Daiyokai. —No sabemos qué hacer, no muestra algún signo de que vaya a Despertar—.

—Sí, le conozco... Me creerán loca pero, yo pude viajar a la época feudal pero hace años que no puedo ir allí a ver a mis amigos—. La pelinegra sonrió y se acerco a Sesshomaru. —Espero poder despertarlo—.

Ella podía no manejar bien su poder espiritual como antes, pero él podía saber que paso con inuyasha, coloco sus finas manos en la frente del gran yokai y cerro sus ojos, el doctor solo la observo, no entendía lo que la joven hacia, Aome trato de quitar aquella barrera espiritual que hacia dormir a Sesshomaru, ella desprendió una luz blanca de sus manos y se pudo notar como esa luz chocaba con una barrera que poco apoco logro desaparecer, en ese instante Sesshomaru abrió sus ojos dejando ver aquellos ojos dorados y por impulso agarro a la joven del cuello, pero pronto la soltó, no tenía la suficiente fuerza, trato de hablar pero su voz no salía, su garganta estaba tan seca.

—¿Qué has hecho? ¿Cómo ha...? No importa es ¡Magnifico!—. Dijo el doctor emocionado que no sabía que decir.

—No lo hice por usted, lo hice porque quiero saber que paso con mis amigos—. Aome estaba seria y su voz era fría.

—Entiendo y hare algo que está en contra de mi contrato en este hospital... pero cuando caiga la noche puedes llevártelo, ya que yo no quiero que le gobierno se entere de que él ha despertado y, que le hagan experimentos—. Confesó el doctor, Aome sonrió.

Sesshomaru la miro con desprecio y desconfianza.

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