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—¿Qué necesitas? —me preguntó Luke, una vez que logró observarme.

—No preguntes, sólo sé que soy una idiota —sonreí —. ¿Trajiste auto?

—Claro que sí, el de mi padre. ¿Por qué?

—Necesito que me lleves a un lugar. Está a dos horas de aquí, y necesitaremos flores.

—¿El cementerio? —giró para verme.

—Sí.

—¿Por qué, si se puede saber?

—Larga historia. Ya lo sabrás.

—Oh.


* * *



—¿Falta mucho? —le pregunté a Luke, mientras observaba pasar los campos por mi ventana.

—No. Tan sólo media hora —respondió él.

—Eso es mucho.

—Claro que no.

—Detente —Luke me miró, pero detuvo el auto —. Iré a comprar flores —dije mientras sacaba dinero de mi bolsillo izquierdo.

—¿Para quién?

—Creo que te equivocaste —él frunció el ceño —. La pregunta sería para quiénes, no para quién —y salí del auto.


* * *


—¡Es para la izquierda! —grité yo.

—¡No, derecha! —gritó Luke.

—Yo lo sé, el cementerio está hacia la izquierda.

—¡Claro que no! ¿Quién es el que conduce?

—Tú.

—Exactamente —me sacó la lengua.

—¿No sería más fácil preguntarle a alguna persona que está pasando? —dije, como si fuera obvio. Luke abrió el vidrio, y llamó a una chica que estaba cerca de él.

—Hola, ¿podrías decirme hacia que lado del camino está el cementerio? —dijo él. La chica señaló hacia la izquierda.

—¡Ja!, ¡Te lo dije! —grité, señalando con un dedo a Luke.

—No discutan, ¿sí? —dijo de golpe la chica, con acento extranjero —. Una pareja tan linda como ustedes no tiene que separarse. Y aún menos por un estúpido cementerio.

—No... no... no somos... ya sabes... —dije yo, probablemente, en un arrebato de estupidez.

—Oh, sí lo somos —dijo Luke —. ¿No, mi algodón de azúcar? —me abrazó.

—¿Acaso me dijiste algodón de azúcar? ¿Me estás diciendo gorda?

—Eh, adiós —dijo Luke, mientras cerraba la ventanilla, y retomaba el camino —. ¿Para qué lado era?

—¡LUKE! —grité frustrada.

—Ya, ya, era un chiste —sonrió.


* * *


—Aún no sé a quiénes estamos viniendo a visitar —dijo Luke, mientras caminábamos del estacionamiento hacia el cementerio.

—Y no lo sabrás hasta en un rato. Sé paciente —repliqué.

—Sabes que no lo soy —sonrió.

—Bueno, pues ahora lo tendrás que ser —dije, mientras pasaba por la reja que divide el cementerio, del estacionamiento.


* * *


—Hola, ¿podría decirme a dónde se encuentran los difuntos Mary Elizabeth y Chase Adams? —pregunté.

—Claro, ahora te lo digo —respondió la recepcionista. Buscó entre unos papeles, y se detuvo en la hoja número treinta y dos —. Sección C, esquina junto al árbol.

—Gracias.

—Por nada. Tengan un lindo día.

Nos encaminamos hacia la sección C, al principio caminando, y luego casi corriendo. Cuando llegamos, pude observar que sus tumbas estaban algo gastadas, y las flores que había traído hace dos años aún seguían ahí, secas. Ni siquiera se habían molestado en sacarlas cuando ya no tuvieran vida. En sacarlas de las tumbas de mis padres.

Me senté al lado de las dos tumbas, y las acaricié con los dedos.

—Mamá, papá... el año pasado me olvidé de su aniversario de muertos, ¿cómo pude hacerlo? Soy una idiota —dije yo.

—T, creo que ya debes contarme qué sucede —dijo Luke. Ya hasta me había olvidado que él estaba allí. Se merecía una buena explicación.

—Mira, voy a comenzar del principio —asintió —. Había una vez, una familia muy, muy feliz. Eran cuatro personas: Padre, madre, hija e hijo. Se querían mucho. Hasta que un día, todo cambió —la expresión en la cara de Luke había cambiado —. Mamá y papá murieron en un asalto a un banco, y mi hermano se quedó con mis tíos apenas fallecieron. No lo he visto desde entonces, por lo que él no sabe que tiene una hermana —tragué saliva —. Un año después, yo fui adoptada por una encantadora pareja, que ya tenían una hija. Esa hija es Grace —cerré los ojos —. Y esa ha sido mi familia desde aquel día.

—Oh, T, lo sien... —lo interrumpí.

—Sé que lo sientes. Pero aún no me dejaste terminar —frunció el ceño —. Bueno, con respecto de dejarte de hablar... yo no quería hacerlo. Una persona incorrecta se enteró de lo que te conté, y juró contárselo a todos si no te dejaba de hablar.

—¿A quién te refieres con "persona incorrecta"? —preguntó.

—Eso ya no importa —dije, mientras me pasaba un mechón de cabello por detrás de la oreja.

—Sí, sí importa.

—No...

—T, dijiste que habría chocolate... —oh.

—Fue Gemma. Ella es la persona incorrecta —y con eso logré se sonríera.


N.A:

VERDAD O RETO YA NO ES MÁS UNA HISTORIA CORTA, BC WATTPAD ME ENVIÓ UN MENSAJE DICIENDO QUE LA CATEGORÍA DE MI HISTORIA ERA INCORRECTA, Y QUE DEBÍA CAMBIARLA. But yo no la cambié, lo hicieron ellos xD

Bueno, gracias por los 44.1K de leídos, los 3.9K de votos, los 718 comentarios, y todo el apoyo que le han dado a esta novela :'D

El final está cerca :c

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