Nuevo comienzo.
Tres semanas después Taehyung estaba paseándose ansiosamente por todo su departamento mientras mordía sus uñas y observaba la pantalla de su teléfono atento a la hora, faltaban cinco minutos para las ocho y a esa hora Jungkook pasaría a recogerlo para ir a su cita, estaba listo desde hace quince minutos y aún no había logrado calmar sus nervios.
Las ultimas dos semanas habían sido agotadoras, pero al fin habían terminado todas las sesiones de fotos para el catálogo de invierno y en una semana más este sería publicado, luego vendría la pasarela y bueno, estaba muriendo, pero todo iba absolutamente de maravilla.
Las sesiones de fotos con Jungkook eran divertidas y le hacían reír tanto a él cómo a todo el equipo de fotografía, incluyendo a Seokjin, se estaba adaptando con facilidad a ese mundo y sintió que quizá eso era lo suyo, decidió que dejaría el pole dance cómo un hobby ya que aún le gustaba y le servía como ejercicio, cuando se lo había comentado a Jungkook este había estado de acuerdo.
Con Jungkook todo iba de maravilla, salían a tomar algún helado o a comer comida chatarra luego del trabajo y siempre se divertían juntos, se complementaban y Taehyung sentía que el vínculo que compartían en la adolescencia aún seguía allí.
Sin embargo no habían tenido una cita oficial hasta hoy, y no podía evitar sentirse nervioso ante lo que Jungkook tuviese planeado, el pelinegro siempre lograba sorprenderlo y sabía que esta no sería la excepción.
Su celular vibró en su mano sacándolo de sus pensamientos y bajó la vista viendo el mensaje de Jungkook donde le avisaba que ya estaba abajo, corrió para tomar su abrigo y verificar su atuendo por quinta vez en la noche y salió de casa asegurándose de que llevaba sus llaves y su billetera.
El Maserati 2020 rojo de Jungkook estaba aparcado frente al edificio y el mismo se encontraba recostado sobre el vehículo, estaba usando una camisa blanca y pantalones negros ajustados, era sencillo pero no dejaba de lucir arrebatador cómo solo el podía y apenas vio a Taehyung acercarse sonrió incorporándose para envolverle en un abrazo cuando estuvo lo suficientemente cerca, el perfume de Jungkook era cómo una especie de droga para el rubio, podría olerlo todo el día y no dudó en devolverle el abrazo fundiéndose junto a su aroma.
—Tan hermoso cómo siempre. —Alagó el azabache mirándole de arriba abajo una vez se separaron.
Taehyung llevaba un jersey de cuello alto negro con pantalones ajustados del mismo color y un grueso abrigo de color crema, los cumplidos de Jungkook siempre lograban subirle el ego un poquito más y le agradecía internamente por eso.
—Muchas gracias. Tú también eres hermoso, Jungkookie. —Y el mayor amaba el calor que abrazaba su pecho cada vez que Taehyung le llamaba así.
—Vamos, te encantará el lugar a donde voy a llevarte. —Le abrió la puerta de copiloto y el rubio subió, una vez que Jungkook encendió el auto habló.
— ¿A dónde vas a llevarme? —Sabía que el azabache no se lo diría pero al menos quería intentarlo.
—Es una sorpresa, Tae. No voy a decirte.
Bien, al menos lo intentó. El camino fue silencioso, solo hablaban lo necesario y se dedicaban a escuchar las canciones que se reproducían en el radio, Taehyung miraba a través de la ventana con la brisa acariciando su cabello y apreciando el paisaje nocturno mientras se alejaban un poco de la ciudad, Jungkook se encontraba atento al camino y a medida de que se acercaban más hacia la zona de la costa donde estaban las playas más despertaba la curiosidad de Taehyung por saber a donde iban.
Luego de cuarenta minutos de camino al fin Jungkook aparcó frente a un famoso planetario que estaba bastante cerca de la playa y sonrió cómo un niño emocionado.
— ¿Un planetario? —Preguntó el rubio con una sonrisa, Jungkook no le respondió y solo bajó del auto rodeando este para abrirle la puerta al chico.
—Creí que querrías conocer a Venus. —Respondió el azabache con una sonrisa tímida extendiéndole una mano para que saliera del auto.
Caminaron a través del estacionamientos del lugar con las manos entrelazadas entre sí, el clima era húmedo debido a la brisa de la costa pero no dejaba de ser frío gracias a que se acercaba el invierno, afuera no había demasiada gente y Taehyung se percató de que el planetario lucía más grande a medida de que se acercaban, cuando llegaron a la puerta el hombre de seguridad les miró y el pelinegro alzó el rostro.
—Soy Jeon Jungkook. —Cómo si fuese una palabra mágica el tipo se hizo a un lado abriendo las grandes puertas y dejándoles pasar, por dentro era aún más grande y hacía un poco más de frío.
Caminaron por un amplio pasillo hasta el final del lugar en el que se veían unas escaleras, Taehyung no dejaba de explorar el lugar con la mirada sosteniendo la mano de Jungkook con firmeza sintiéndose cómo un niño emocionado. Cuando llegaron al inicio de las escaleras un hombre con aspecto de científico se acercó a ellos dedicándoles una sonrisa.
—Ustedes deben ser Jeon Jungkook y Kim Taehyung, yo soy Park Bogum y les guiaré en esta experiencia. —Explicó el hombre con una sonrisa cálida, ambos chicos le prestaron suma atención.
— ¿Alguna vez habían visitado un planetario? —Ambos negaron con la cabeza. —Bien, les aseguro que será una gran experiencia. Síganme.
Siguieron al hombre de bata blanca subiendo las escaleras y mostrando un gran espacio abierto, en este espacio el techo era alto con una gran pantalla de proyección en forma de cúpula, las paredes tenían grandes ventanales y habían demasiadas butacas, algunas pantallas esparcidas y un centro de control con demasiados botones, tanto Taehyung cómo Jungkook estaban boquiabiertos.
—Pueden tomar asiento. —Ofreció el hombre dirigiéndose a la parte donde se encontraban los controles.
Jungkook y Taehyung se sentaron en un sitio cualquiera, después de todo eran los únicos allí aparte de Bogum, perdieron al hombre de vista y minutos después volvieron a escuchar su voz a través de algunos altavoces.
—Buenas noches, bienvenidos al planetario. Les explico que, un planetario es un lugar donde se realizan presentaciones astronómicas dedicado a mostrarles más del universo que nos rodea al público general, y en el que es posible observar recreaciones del cielo nocturno en diversos lugares de la tierra y en diferentes momentos del año. —Explicó Bogum con voz calmada y dichas estas palabras las luces parecieron apagarse y la cúpula sobre sus cabezas brilló.
Enseguida observaron una perfecta recreación del cielo nocturno estrellado, los ojos de Taehyung brillaron y Jungkook estaba más atento a las reacciones del rubio que a nada.
El cielo parecía moverse sobre ellos mientras Bogum hablaba de cada una de las constelaciones, planetas y demás cosas del sistema solar y todo lo que había allá arriba, sin embargo Jungkook estaba ansioso esperando un planeta en específico, Taehyung se mantenía sosteniendo la mano del pelinegro aún, sintiendo su pecho oprimirse por la emoción y por lo hermoso que lucía todo a sus ojos.
Las estrellas brillaban demasiado y los planetas se veían tan magníficos que el rubio no podía cerrar la boca y sólo se sentía más ansioso con cada minuto que pasaba.
—Venus. —Sonó la voz de Bogum cuando en la gran pantalla se enfocó un planeta que a simple vista lucía blanco pero también tenía tonos naranjas cómo si fuese lava caliente. —Es el segundo planeta del sistema solar en orden de distancia desde el Sol, el sexto en cuanto a tamaño, ordenados de mayor a menor. Al igual que Mercurio, carece de satélites naturales y es el segundo planeta en terraformación. Recibe su nombre en honor a Venus, la diosa romana del amor. También es el planeta más caliente del sistema solar.
Tanto Jungkook cómo Taehyung escucharon atentos sin apartar la vista de la superficie, el menor sintió su corazón latir en su pecho a medida de que Bogum hablaba y por alguna razón sentía sus ojos llenarse de lágrimas.
—Taehyung. —El mencionado se sorprendió cuando escuchó al chico llamarle. —Jungkook me pidió que te dijera que tienes muchas similitudes con el planeta Venus, destacas entre varios y eres especial, hermoso cómo ningún otro y quemas tanto con el sol, porque eres brillante aunque no puedas verme, y a todos puedes cegar con tu belleza, cómo la diosa Afrodita eres provocativo y es imposible no caer ante ti, estuviste años escondido detrás de dos imágenes fuertes y maravillosas. Pero nadie es más fuerte y maravilloso qué tú. Porque eres incluso mejor siendo solo tú, sin máscaras ni personajes, eres el mejor solo siendo Kim Taehyung. Te ama mucho, Jungkook.
En ese momento, Taehyung ya se encontraba llorando con la vista fija sobre Jungkook, las palabras retumbaban en su corazón y no podía dejar de pensar en lo maravilloso que era el chico que tenía enfrente, había pasado toda su vida pensando que era miserable, que la suerte nunca estaba de su lado y que no tendría nada bueno jamás, pues ahora veía su recompensa.
La razón de sus años de sufrimiento se encontraba frente a él, dicen que lo que hoy es decepción, mañana tendrá explicación, su explicación era Jeon Jungkook. A pesar de todos los años que trató de odiarle, alimentando aquel rencor, ahora le miraba y no podía estar más agradecido con él, porque aún sin saberlo le había salvado y le había devuelto su vida, le había ayudado a conocerse a sí mismo y por sobre todo, a aceptarse.
Porque Taehyung no necesitaba esconderse detrás de ningún personaje para brillar. Y Jungkook le había hecho entender eso.
. . .
Para cerrar con broche de oro Jungkook había reservado una suite en uno de los hoteles más hermosos de Seúl, volvieron alrededor de las doce de la madrugada después de haber ido a cenar, durante la cena la tensión sexual se volvió palpable y Taehyung estaba deseando ver la otra sorpresa que había preparado el pelinegro.
Cuando estuvieron frente al hotel Jungkook se bajó y Taehyung le imitó, el pelinegro casi le lanzó las llaves al valet parking y jaló del brazo del menor arrastrándolo hasta el interior del edificio, una vez estuvieron solos en el ascensor no pudieron mantener las manos quietas y fue Taehyung quién se abalanzó sobre Jungkook besándole con un deseo y una pasión desenfrenada que había estado conteniendo las últimas semanas.
Sus bocas calientes colisionaban juntas, su habitación quedaba en el último piso y cuando llegaron y las puertas del ascensor se abrieron caminaron a tropezones hasta la puerta de la habitación sin abandonar el beso, Jungkook rebuscó en sus bolsillos la tarjeta que abría la puerta y a tientas consiguió abrir pateando la madera y jalando a Taehyung al interior, lo apoyó contra la puerta y una vez más permitió que sus labios resbalaran hasta su mandíbula en un camino de besos húmedos, Taehyung jadeó sintiendo la yema de los dedos picarle con la ansiedad de querer tocar algo de piel.
Sus bocas volvieron a encontrarse cómo si fuese la primera vez y sus lenguas se enredaron queriendo conocer más del interior del otro, el beso era desordenado y caliente, Jungkook mordió con suavidad el belfo de Taehyung y este dejó que sus dedos se colaran bajo la camisa del pelinegro acariciando la piel tibia con suavidad.
—No sabes lo mucho qué te extrañé... Lo mucho que te soñé, y que anhele este momento... —Susurró Jungkook contra la boca contraria y Taehyung amaba la forma en que su aliento tibio le acariciaba.
—Dios, Jungkookie... Te extrañe tanto... —Los labios del rubio le besaron el cuello y una sonrisa boba adornó sus labios.
Sus manos iban ansiosas de aquí para allá y sentía la piel en llamas, cómo si estuviesen ante algo desconocido aunque sabían que se conocían perfectamente en todos los sentidos. Las manos de Jungkook se posaron en los hombros del contrario despojándole del grueso abrigo que cayó al suelo con un golpe seco. El aire era pesado en la habitación y el vaho tibio de Taehyung se derretía en la mejilla del pelinegro mientras le besaba allí.
Taehyung sentía que el suéter de cuello alto estaba ahogándole y Jungkook no perdió tiempo para tomar los bordes y sacárselo sobre la cabeza. El pelinegro se tomó su tiempo para examinar al contrario y a sus ojos Taehyung era tan maravilloso cómo una constelación. La piel tersa del rubio se erizaba ante el contacto con las manos del pelinegro y jadeó en señal de satisfacción.
Porque hace tanto había anhelado volver a ser sostenido de aquella manera y sabía que nunca nadie lo sostendría tan fuerte cómo Jungkook y mucho menos le daría esa seguridad.
Jungkook no solo le desnudaba el cuerpo, le desnudaba el alma y eso era lo mejor de todo.
Las manos de Taehyung se enredaron en el cabello ajeno mientras los labios de este se envolvían al rededor de uno de sus pezones sácandole un gemido ahogado, se sentía tan caliente y desesperado cómo si volviese a ser solo un adolescente hormonal.
Jungkook era consciente de lo mucho que había cambiado el cuerpo de Taehyung pero seguía sintiéndose familiar bajo sus manos y no se había dado cuenta de cuanto le había echado de menos hasta ese momento. Le marcó la piel y apreció la suavidad de esta tocándole con tanta delicadeza cómo si de cristal se tratase.
—Perdóname por no haber llegado antes... Por haberte abandonado, y por todo lo que tuviste que pasar solo... —Las palabras le acariciaban el pecho y abdomen a Taehyung quien se sentía mareado y sintió lágrimas agolparse en sus ojos.
—Ya pasó Kookie... Lo importante es que estás aquí ahora. —Cerró los ojos y apoyó la cabeza contra la puerta alzando las piernas para que Jungkook pudiese quitarle el pantalón mientras besaba sus muslos.
—Déjame amarte... Déjame adorarte, por siempre, o el tiempo que me lo permitas. —Taehyung sonrió en respuesta ante las palabras del pelinegro.
—Entonces será por siempre.
Jungkook se incorporó y le tomó de los muslos alzándole del suelo haciendo que enrollara las piernas alrededor de su cadera y le besó con la boca abierta, disfrutando de la calidez que transmitía su cuerpo desnudo y estaba volviéndose loco por poder sentir piel con piel, los brazos de Taehyung se aferraron alrededor de su cuello y un gemido murió en su garganta cuando los labios suaves de Jungkook chuparon y mordieron el espacio entre sus hombros y cuellos, el pelinegro dio unos pasos hasta la cama y le dejó sobre su espalda en el colchón.
—Vamos Jungkookie, necesito verte. —Comentó el rubio ansioso mientras comenzaba a desabrochar los botones de su camisa.
Jungkook se mantuvo quieto observando sus manos temblorosas desnudarle y el pecho se le hinchó de todas las emociones que le recorrían pero en especial, de la felicidad que sentía de poder volver a tenerle junto a él. Porque cuando había estado a punto de perder las esperanzas la vida volvió a juntarles.
La camisa cayó al suelo acompañando las otras prendas y Taehyung jadeó cuando los abdominales marcados del pelinegro quedaron a la vista, su piel blanca y lisa llamándole para marcarla, Jungkook se encargó de desabrochar sus pantalones y deslizarlos por sus piernas hasta el suelo, volvió a posarse sobre el rubio apoyando los antebrazos a cada lado de su cuerpo y volvió a besarle. Taehyung acarició su espalda rozándole con las uñas de vez en cuando consiguiendo que jadeara.
Amaban la sensación de sus pieles juntas y se sentía tan bien que parecían haber nacido para estar juntos, cómo si fuesen piezas de un mismo rompecabezas que encajaban perfectamente.
Chasquidos eran provocados por sus lenguas y Taehyung sentía el hormigueo en sus labios cada vez que Jungkook se apartaba para tomar aire, su erección dolía y arqueó la espalda cuando el pelinegro juntó sus caderas haciendo que sus entrepiernas de rozaran.
—Te deseo tanto. —Confesó con un jadeo el mayor en su oreja y ronroneó complacido.
—He esperado seis años para tenerte de vuelta... —Susurró el rubio derritiéndose ante la mirada profunda que el contrario le dedicó.
— ¿Alguien más te ha tocado así, Tae? —La pregunta le tomó por sorpresa pero negó casi avergonzado con la cabeza.
—No podía... No podía imaginar a alguien más, solo tú Kookie. Fuiste el primero y serás el único.—Jungkook sabía a lo que se refería y no pudo evitar esbozar una sonrisa.
Las manos del pelinegro se engancharon en el borde de su ropa interior y tiró de ella haciendo que el aire frío golpeara su erección, gimió, el contrario observó fascinado las gotas de presemen que escapan del miembro del rubio y llevó una mano ansiosa hasta la polla dura envolviéndole.
—K-Kookie... —Las manos de Taehyung se aferraron a sus hombros cuando comenzó a masturbarle y le observó atento a cada una de sus reacciones.
Las manos de Jungkook sobre su cuerpo debían ser una de las maravillas del mundo y no entendía como pudo vivir tanto sin aquel tipo de contacto, estaba desesperado ansiando correrse de una vez por todas pero sabía que aún no era el momento, cuando Jungkook se inclinó hasta su erección el mundo le dio vueltas, el aliento del pelinegro acarició la carne tibia y cuando sus labios se cerraron al rededor de la cabeza de su polla creyó que podría llorar.
Jungkook amó probarle, su lengua se deslizó ansiosa por toda su extensión amando su sabor tan exquisito como recordaba, podría pasar todo el día allí porque amaba cada cosa de Taehyung y esa era una de sus favoritas, engulló su erección hasta que la sintió acariciar su garganta, aguantó las arcadas y movió la cabeza de arriba abajo cuando Taehyung le jaló el cabello.
—K-Kookie... N-No sigas, y-yo... —No era necesario que Taehyung completara la frase para que Jungkook entendiera, sintió su cuerpo temblar y separó sus labios dejando un hilo de saliva que lamió después.
—Sigues siendo tan sensible, Tae. —Habló el pelinegro con voz ronca antes de chupar dos de sus dedos.
Hizo que el rubio abriera más las piernas y sonrió al ver su entrada, le rozó con los dedos húmedos oyendo jadear al contrario e introdujo uno de sus dedos con cuidado, el interior estaba caliente y apretado, su propia polla palpitó dolorosamente y tuvo que poner todo de sí para mantenerse sereno y no lastimar a Taehyung.
—Hmm... Kookie, más... —Gimió el menor cuando Jungkook ya deslizaba su dedo con facilidad en el interior.
Sin más, introdujo un segundo dedo sintiendo cómo se adaptaba de a poco, los movió con suavidad y luego fue aumentando el ritmo, escuchó un gemido agudo por parte del rubio y supo que había dado con su punto, le sostuvo con la otra mano manteniendole quieto en su lugar mientras le follaba con los dedos.
—K-Kookie...
Retiró sus dedos y estos fueron reemplazados por su lengua, el chico bajo el se retorció y volvió a tirarle del cabello, sus piernas temblaban y el estaba demasiado entretenido jugando en su interior, suspirando complacido. Su lengua se deslizaba al rededor del nudo de nervios y le empapaba con su saliva generando sonidos sucios. Taehyung tenía la respiración agitada y la sensación era tan buena que se sentía en las nubes, sus dedos volvieron a penetrarle mientras seguía lamiendole con esmero, haciendo que se sintiera tan al borde que no aguantaba, quería correrse sintiéndolo dentro.
—P-Por favor Jungkook, t-te necesito dentro. —El pelinegro se incorporó y le observó hecho un desastre.
A los ojos de Jungkook Taehyung era lo más hermoso del mundo y tenerle allí debajo pidiendo por el no era cosa de suerte, ni de dinero, ni nada de eso, porque su suerte podría acabarse al igual que su dinero y Taehyung seguiría allí, porque eso era cosa de sentir. Se amaban, y eso era lo que hacía todo posible.
Taehyung observó atentamente cómo Jungkook se deshacía de su ropa interior y perdió el aliento, en cierta parte era cómo su primera vez, ambos estaban desesperados, cómo si nunca hubiesen tocado a nadie y no conociesen más allá de ellos mismos, Taehyung tembló cuando Jungkook volvió a juntar sus cuerpos y la erección del pelinegro acarició su entrada.
Le quería, le deseaba tanto en aquel momento que era abrumador, sus caderas se movieron casi por inercia queriendo tener más del contacto y sentía cómo si su piel pudiese arder en llamas en cualquier momento, la mano del pelinegro se abrió paso entre sus cuerpos y posicionó bien su erección contra la entrada del rubio, movió sus caderas introduciéndose lentamente y cuando la cabeza estuvo dentro sintió que dejaba de respirar, Taehyung se quejó y cerró los ojos con fuerza sintiendo su interior arder, el tamaño de la polla de Jungkook era demasiado en comparación con sus finos dedos.
—Sh... Ya pasará... —Susurró Jungkook inclinándose para besar sus mejillas y todo su rostro justo cómo lo hacía antes y Taehyung jadeó a medida de que le sentía más profundo.
—Kookie... —Estaba temblando y Jungkook sentía que volvía a ver al Taehyung de dieciséis años bajo él.
Cuando estuvo dentro totalmente se quedó quieto dejando que el rubio se adaptara a la intromisión y mientras se dedicó a repartir besos por toda su piel, escuchó a Taehyung gemir y sus caderas se movieron contra el.
—M-Muévete... P-Por favor, muévete... —El dolor había pasado a un segundo plano y ahora Taehyung solo quería lo follara con fuerza.
Las caderas de Jungkook se movieron y salió casi por completo de su interior para volver a entrar, se movió lento al principio tratando de marcar un ritmo a sus embestidas y segundos después tuvo a Taehyung jadeando y gimiendo mientras arañaba sus brazos. Sus cuerpos chocaban con violencia, el sudor resbalaba por sus frentes y los sonidos ahogados retumbaban el habitación, el aire se había vuelto pesado y estaban sumidos en aquella burbuja que era creada por el placer que sentían por sus cuerpos friccionándose.
Las manos no se mantenían quietas y las bocas tampoco, se besaban con ímpetu, mordían y chupaban las pieles queriendo marcarse, queriendo dejar pruebas suficientes de aquel encuentro, Taehyung lloriqueaba cada vez que Jungkook rozaba aquel punto tan sensible y solo quería más y más.
—M-Mierda Tae... Te sientes tan bien... —Jungkook jadeaba con la boca abierta sintiendo su miembro resbalar con facilidad.
—S-Sí... M-Más Kookie, no pares... J-Joder estoy tan cerca... —Jungkook le besó, queriendo compartir todo lo que sentía en aquel momento en ese beso.
Porque nunca se habían sentido más libres, más completos que en ese momento, porque ahora no les faltaba nada y lo único que podría hacerles daño era separarse, Taehyung era un universo que Jungkook quería conocer, siendo solo él.
Ambos sabían que se pertenecían desde el principio, que desde que se habían conocido estaban destinados a vivir así, en brazos del otro y a ser todo el uno para el otro, porque nada se sentía mejor que ellos juntos. No era algo solo físico, habían sentimientos, sentimientos más fuertes de los que cualquiera pudiese conocer y que solo aumentaban la intensidad de cada simple roce.
Las embestidas de Jungkook se volvieron desordenadas, demasiado bruscas, ambos desesperados por liberarse, el pelinegro envolvió la erección contrario y no apartó la vista de Taehyung queriéndole ver cuando llegara, cuando le hiciera tocar el cielo por efímeros segundos, queriendo grabarse su expresión en el alma, los sonidos se volvieron más fuertes y Jungkook se agarró con la otra mano al cabecero de la cama aumentando el ritmo, el culo de Taehyung le apretaba tan bien que solo era cuestión de tiempo antes de que se viniera a chorros en su interior.
—J-Jungkook... —Ambos sabían que estaban cerca y sus mentes ya comenzaban a nublarse, el orgasmo formándose en la parte baja de sus vientres.
—J-Jodida mierda Tae... —Jungkook gimió cuando Taehyung le apretó en su interior y se corrió en su mano, siguió follándolo en su orgasmo hasta que sintió el latigazo de placer por su propio cuerpo.
Se derramó en su interior, jadeando y moviéndose hasta el último momento, su cuerpo tembló y se dejó caer junto al rubio quien se arrastró perezosamente hasta su pecho.
—Te amo, Jungkook. —Susurró contra su pecho alzando la vista para verle.
Y el pelinegro podía ver la seguridad en sus palabras a través de sus ojos y no pudo evitar sonreír, porque el también le amaba, demasiado e incluso antes de saberlo.
—Yo también te amo, Tae. Lo he hecho desde hace años.
Y cerraron la confesión con un beso, por primera vez en mucho tiempo Taehyung se sentía completo, sentía que todo su sufrimiento valía la pena y que volvería a repetirlo todo si eso significaba terminar así con Jungkook, porque el pelinegro le miraba cómo si fuese lo más maravilloso del mundo siendo solo el mismo. Los ojos del rubio brillaban y ni siquiera las estrellas lucían tan hermosas cómo sus fanales.
Para Jungkook Taehyung no era Venus, era la galaxia entera.
Y se pertenecían tanto.
Un mes después.
— ¡¿Dónde están los malditos zapatos?! —Gritó Seokjin por novena vez en la noche corriendo de aquí para allá detrás de vestidores.
El desfile de la nueva colección de invierno había comenzando y Taehyung se encontraba parado junto a uno de los vestidores con su ropa puesta pero descalza, he allí la razón por la cual Seokjin estaba a punto de tener un colapso nervioso.
—Taehyung, sales en dos. —Avisó una de las mujer a cargo de la organización y el ahora pelirrojo Taehyung asintió.
— ¡Hyung salgo en dos! —Gritó el rubio en dirección al pelirosa y le escuchó lloriquear.
— ¡Esta mierda no me puede estar pasando enserio! —Taehyung le observó correr y no pudo aguantar la risa mientras caminaba hasta los vestidores, allí en el suelo en una de la esquinas estaban los famosos zapatos.
— ¡Los encontré! —Tan rápido cómo un rayo Seokjin ya se encontraba a su lado obligándole a sentarse y tomando los zapatos para ayudarle a ponérselos.
Escuchó cómo la música de la primera pasarela paraba y sintió la bilis subirle a la garganta ya que venía su turno. —Hyung, voy a vomitar.
—Oh no, por supuesto que no lo harás. —Una vez el pelirosa terminó de ajustarle los zapatos se incorporó esparciéndole un poco más de polvo en la cara, las manos del pelirrojo sudaban.
—Recuerda que eres la estrella hoy, debes brillar. —El pelirosa le ayudó a ponerse de pie y le examinó.
Llevaba pantalones negros de pinza y un suéter con cuello v blanco, un abrigo tejido de color azul marino y cadenas plateadas que adornaban su atuendo, el pelirosa le dedicó una mirada de aprovación y lo empujó cuando la segunda canción comenzó a reproducirse.
Taehyung se posó detrás de los otros modelos y les observó subir a la pasarela uno por uno, y solo pensó en que Jungkook estaría esperándole ansioso entre el público, tomó una respiración profunda y Seokjin le dió una palmada en el hombro indicándole que subiera.
— Suerte. —Le dijo su hyung con una sonrisa que devolvió.
Y cuando Charli XCX cantó «I was bussy thinkinʹ ʹbout boys, boys, boys.» Salió a la pasarela, se sintió cegado por las luces, pero al mismo tiempo se sintió cómodo.
Avanzó con elegancia, tal y cómo le habían enseñado y los flashes atacaron a medida de que avanzaba. La voz de Marco habló desde el podio y sonó orgullosa.
—Kim Taehyung. La imagen de esta nueva colección y el nuevo Gucci Boy.
En el medio de la pasarela se topó con uno de sus compañeros y se dedicaron una mirada acompañada con una sonrisa a modo de saludo y avanzó hasta el final de la larga pasarela acompañado de la música y las palabras de Marco acerca de su atuendo, pudo ver a Jungkook de reojo con esa mirada orgullosa y no necesitó nada más.
Al final de la pasarela paró posando cómo le habían enseñado y apenas y enseñó los dientes con una sonrisa sexy, posó de espaldas y se retiró cuando la canción se estaba acabando, todos subieron en fila dando el cierre a la pasarela y escuchó al público aplaudir.
Y Taehyung sentía que había encontrado su lugar, lo que quería hacer y se encontraba allí, sobre las pasarelas, con Jungkook mirándole orgulloso desde el público, le ayudaba a sentirse completo.
Cuando volvió a los vestidores Jungkook estaba junto a Seokjin sosteniendo un ramo de flores y una caja de sus chocolates favoritos. Era lo más cliché del mundo, pero a Taehyung le encantaba.
Seokjin fue el primero en abrazarle y felicitarle, luego le siguió Jungkook. —Felicidades mi amor, no sabes lo orgulloso qué estoy, sabía que esto era lo tuyo, te amo tanto.
Taehyung correspondió el abrazo y se apartó un poco buscando sus labios para besarle cortamente sin poder borrar la sonrisa de su rostro. —Te amo tanto, Jungkookie. Te agradezco muchísimo lo que has hecho por mi, si no hubiese sido por ti, nada de esto sería posible.
Jungkook le abrazó de vuelta y decidió dejar que aquel contacto dijera todo, que la emoción llenara cada vacío existente, porque Taehyung era cada día más brillante siendo solo el, porque se había roto pero ahora estaba cómo nuevo, porque había caído pero se había levantado y había aprendido que lo más importante de todo es ser uno mismo.
Brillar siendo uno mismo.
Porque ya no era más Venus, ahora solo era Kim Taehyung. El Gucci Boy.
Porque sobre la pasarela, sólo se brilla.
. . .
aHHHH NO SABEN LO FELIZ QUE ESTOY DE AL FIN HABER TERMINADO ESTO.
Tenía muchas ganas de enseñarles y espero que les haya gustado, les cuento que esto era una idea para u fic pero debido a que tengo muchos proyectos en ejecución decidí dejarlo como una historia corta. Esta historia podría tener una continuación pero todo depende.
Esto es un agradecimiento por los 6k de seguidores y quiero agradecerles por todo el apoyado que me han dado desde que empecé a escribir aquí en wattpad, porque a pesar de que no tengo millones de seguidores, siento que tengo a los mejores y lo más fieles, gracias por apoyarme siempre y enviarme mensajes bonitos, les aprecio a todos y cada uno de ustedes, siempre estarán en mi corazón, siempre seré su mami Edén y ustedes serán mis hijxs hermosos, mis wonders. Los amo un mundo gente.
Gracias por tanto.
Edén. ♡
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