T3, Capítulo 25
¿Venís?
Capítulo 25 - Esta vez no les voy a dejar salirse con la suya.
Escrito por mioniii.
—-
— ¡Manuuel! —dicen los 3 al unisono, era la Catalina y el Juan.
Se abalanzan sobre mi abrazándome.
— Hola... —saludo confundido.
— Escuchamos que volvieron y no podíamos esperar a que se hiciera de noche para venir a su habitación. —comenta Catalina.
— ¿Por qué de noche?
— Porque no podemos salir de nuestras habitaciones y la noche es el mejor momento para hacerlo. Y bueno, ¿Dónde está Martin?
— No sé, salió a buscar... Una cosa —digo con los ojos entrecerrados.
— ¿Q...ue cosa? —pregunta Catalina.
Cruzo mis brazos y digo.
— Una cosa. No crean que no me he olvidado de su traición.
— Sabía que se iba a acordar. —comenta el Juan a la Cata.
— Mira Manuel, no tenemos porque darles información a ellos, hay un virus por toda la academia y ahora no tienen con que amenazarnos.
Los miro con una cara confundida.
— Los pueden amenazar con darles la cura si hacen lo que ellos dicen. —comienzo a fruncir el ceño.
— No hay cura, ¿No sabías? —pregunta la cata confundida.
— Supimos cuando Alfred s... —dice el Juan y rápidamente se tapa la boca.
— ¿Cuando el Alfred que...? —pregunto preocupándome.
El Juan suspira, mirándome con cara de pena.
— Cuando Alfred se sentía muy mal, fue a reclamar por una cura, ya que, había hecho todo lo que ellos le pedían y le dijeron la verdad, que era una mentira para mantenerlos bajo su control y si tuvieran la cura, ellos no tendrían miedo de estar en la misma habitación para enfermarse. Rápidamente lo echaron y nos lo vino a contar, los demás días notamos que no estaba en la hora del almuerzo, ni desayuno, hasta que fuimos a su habitación... —dice Catalina comenzando a sollozar.
— ¿Y?
Pregunto y comienzo a sentir como mis ojos empezaban a empaparse, ya que, en el fondo, sabía la respuesta.
— Y lo encontramos muerto. —termina Juan.
Comienzo a llorar, tapando mi boca con mi mano.
— ¿Có... Cómo saben que murió? —comienzo a respirar rápidamente intentando limpiar mis lágrimas.
— Su cuerpo estaba completamente gris y no se movía. —responde Catalina con la voz entristecida.
Suspiro un momento.
— Puta la wea... —digo desesperandome. — Las van a pagar, esto no se va quedar así.
Me levanto limpiándome las lágrimas y me dirijo a la puerta.
< Esta vez no les voy a dejar salirse con la suya. >
Abro la puerta y choco con alguien, al ver su cara era el Martin. Sin previo aviso, lo abrazo, recostando mi cabeza en su pecho.
***
Después de decirle lo del Alfred, se queda pensando.
— Si pudieramos hacer algo, lo haríamos. —dice Juan.
— De hecho si. —respondo pensando. — ¿Tienen algún celular con cámara?
— No Manu, Iván prohibió todos los celulares para que ningún alumno hiciera lo que nosotros queríamos hacer.
Paso mis dedos por mi pelo desesperado.
— ¡No puede ser WEÓN! —grito llorando otra vez.
— Yo tengo uno. —suelta Juan.
— ¿Qué? ¿Cómo? —pregunta el Martin completamente desconcertado.
— Cuando llegué a la academia mis papás me dieron 1 teléfono aparte, recargado con dinero para que los llamara. Y cuando pidieron los teléfonos les di ese, obvio que le saqué la tarjeta, pero todavía tengo el mío.
Por un momento mi cara se torna a una sonrisa.
— No importa. —suelto quitando la sonrisa de mi cara. — Voy a matar a Iván.
— ¿Quéee? —preguntan los tres casi saltando de donde estaban.
— Ha hecho muchas weás malas y es hora de que pague. —respondo enojado.
— Manu, matarlo no te va a dar nada, todos los demás están muriendo y tenemos la oportunidad de hacer algo por ellos, si lo matas la muerte de Alfred va a ser en vano, si lo exponemos al mundo no solo va a ser el fin para el, si no para todas las personas que están detrás de esto.
Medito un poco y suspiro.
— ¿Juan donde está tu celular?
Todos muestran una cara de entre alivio y felicidad, continuamos por empezar un plan.
N/A:
Perdónnnn:( se me olvidó actualizar ):
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro