T2, Cap 18
— Manuel, Manu. —dice el Martin despertándome.
— ¿Qué queri wn? —miro la hora. — Como se te ocurre despertarme a las 5 de la mañana y más que nada ¿Qué hacis despierto a esta hora? —pregunto confundido.
— No dormí esta noche.
— ¿Y?
— Dejame terminar boludo. —se queja — No pude parar de pensar en lo que me dijiste anoche, de que yo no me podía enfermar y si ese es el caso no tenemos nada que hacer acá. Empaqué nuestra ropa, tengo dinero, fui, saqué comida más agua de la cafetería, vámonos.
— ¿Qué? ¿De qué estai' hablando? Martin, ni siquiera sé si lo que me dijo era verdad o no. —respondo confundido y enojado.
— Lo sé, pero solo hay una manera de saber y no voy a permitir que pasés un momento más aquí para luego quizás enterarnos que fue en vano. ¿Venís? —me extiende su mano.
Suspiro un poco y la agarro, levantándome. Agarro mi maleta y vamos a la ventana.
— Yo bajo primero. —dice el Martin.
Yo asiento, el baja por la ventana, luego mira a sus lados y me avisa que es seguro.
Bajo, seguidamente caminamos hacia la cancha donde era más fácil salir, observo los alrededores mientras el Martin escala la reja y se pasa para el otro lado. Luego yo hago lo mismo.
— Ahora tenemos que correr. —me pasa una botella con agua. — A este punto deben haberse dado cuenta que no estamos. —lo interrumpo.
— Martin, son las 5 de la mañana.
— Lo sé, pero tienen a personas vigilando toda noche por si alguien se escapa, asi que ahora tenemos que correr.
Asiento y empezamos a correr lo más rápido posible.
***
Luego de unos 5 minutos corriendo continuamente descansamos un poco. Yo tomo agua y el también.
— ¿Teni' alguna idea de donde vamos a ir? —pregunto suspirando
— Argentina. —responde y yo quedo sorprendido.
— ¿¿Qué?? ¿Cómo?
— Le dije a mi mamá que me cargara dinero a la tarjeta para ir en bus.
— Y, ¿No va a llamar para saber que pasa en la academia?
— No llamará, te lo aseguro. —responde con seguridad.
— Lo mismo dije sobre mi papá y al final terminó traicionándome. —digo triste.
— Creeme que no querés saber como lo hice para que no llamara. Aparte no es algo que necesités para vivir, de todos modos.
— De hecho, teni' razón, no quiero saber —comento soltando una risa débil.
***
Después de alrededor de una hora caminando y haber tomado un colectivo hacia la estación de buses al fin llegamos.
— Voy a comprar los boletos, che, esperame aquí. —dice el Martin, pasándome las maletas antes de dirigirse al lugar donde se compran los boletos.
— No, iré contigo. —lo detengo asustado.
El Martin asiente y caminamos, para nuestra suerte estaba vacío, así que, el Martin lo compra rápidamente.
Técnicamente tenía permiso de estar asustado, ya que no quería que de repente apareciera un tipo y me llevara como ha pasado antes, con el Martin me sentía seguro, yo solo por mi cuenta, sin importar cuantos poderes tuviera me sentía desprotegido y asustado.
Caminamos y esperamos nuestro bus.
— Se supone que llegará en 5 minutos, así que no estaremos esperamos mucho tiempo. —comenta sentándose conmigo en un banco.
— Nunca en mi vida había visto a una persona comprar un bus rápidamente y tener la suerte de que llegue en 5 minutos. —suelto riéndome bajamente.
— Yo tambien estoy asombrado. —responde riendo tambien. — Para venirme a Chile tuve que esperar casi 2 horas para que llegara, casi todo estaba ocupado.
— Compartiría tu sufrimiento, pero me vine en auto a la academia. —digo sonriendo.
Se ríe y se queda mirando mi cara un momento.
— ¿T... Tengo algo en la cara?
— No. —se ríe. — Nada, me quedé pensando un momento.
— Uff, pensé que tenía migas de pan en la cara o algo. —comento suspirando.
***
El bus llega y nos paramos.
— Dejemos las maletas y subamos. —dice el Martin y yo asiento.
Nos acercamos al sitio donde se dejan las maletas y dejamos que la persona encargada del equipaje las deje en su lugar. Seguidamente el Martin sube primero al bus y yo empiezo a subir, hasta que una mano agarra mi brazo...
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