¿Venís?
Capítulo 4 - El ciclo.
Escrito por mioniii.

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Después de terminar de explicarle lo que le estaba pasando a su amiga, nos dice...

— No mames... Esto... ¿Me están fregando... — asustado pregunta — ¿Cierto?

— Me encantaría decirte que si pero no... —digo decepcionado.

— ¡Entonces tenemos que ir a buscarla!
¡Tenemos que...! —dice y el Martin pone sus manos en sus hombros.

— Tranquilo, tranquilo... No podemos hacer nada más que callarnos che. —baja su voz. — No sabemos de ninguna entrada y no creo que seamos las únicas personas de esta academia que saben que hay una especie de laboratorio debajo... Hasta que no sepamos como llegar, por qué lo hacen o si lo hacen en un órden... —yo lo interrumpo.

— ¡Eso! ¿Que estudiantes están al lado tuyo de tu habitación?

— Ehmm, no lo sé... Pero en las puertas salen los nombres.

— Entonces tenés que salir y ver...

— P... Pero... ¿Y si hay alguien fuera? —dice asustado.

Yo me paro, veo por el ojo mágico de su puerta y no veo a nadie.

— No hay nadie.

El mira la puerta asustado.

***

— Si pasa algo, gritá lo más fuerte posible y nosotros saldremos. —dice Martin y Juan acepta preparado para salir.

— 3... —dice el Martin.

— 2... —dice Juan cerrando sus ojos.

— 1. —digo yo finalmente.

Sale y cerramos la puerta inmediatamente.

— Espero que no pase nada. —digo suspirando.

— Yo igual. —dice preocupado — Pero creo que todo estará bien, espero.

Escuchamos unos golpes en la puerta y abrimos.

— Los vi. —dice Juan y entra.

— Dinos.

— En la habitación de la derecha. Alfred F. Jones. —dice y yo cierro los ojos decepcionado.

— ¿Qué pasa? —me pregunta el Martin.

— Alfred... Es el chico que vimos la otra noche. —digo mirándolo a los ojos.

— ¿Qué chico? —dice Juan.

— Otro como Catalina. Tu amiga.

— Entonces... —dice el Martin y los dos nos miramos a los ojos. —Quizás...

— Esta cosa tiene un orden, y... —el Martin continúa la frase mirando a Juan.

— Vos sos el siguente.

— ¿Qué? ¡No! Yo no quiero que me hagan eso...

— Por eso... Mañana trata de quedarte en tu habitación lo más posible y en la noche trae una frazada y... quédate a dormir en nuestra habitación.

— Suena bien, pero... Si no es mañana será mañana o pasado. Tarde o temprano van a atraparlo. —dice Martin.

— Entonces... Vas a tener que dejarte.

En ese momento su cara se torna en preocupada.

— N... ¡¡NO!! ¡¡NO!! Yo no... No...

El tipo estaba tartamudeando del miedo.

— ¡Tranquilo! 1, te van a escuchar, 2, yo hablé con Alfred, el que estuvo ahí y se veía perfectamente bien, aparte, si fuera algo malo ya los pacos hubieran cachado que algo pasa en esta academia, ¿No creen? —digo yo intentando calmar a el y a mi.

— Me quiero ir de este lugar. —dice Juan.

— Yo tambien boludo, pero ni recagando mis papás me creerían que me quiero ir porque hay un laboratorio abajo de la academia donde experimentan con alumnos —dice decepcionado.

— Pensándolo bien mi papá tampoco e incluso me convencería a quedarme con las típicas weás de que "Tienes que aprender" y eso... —suelto un "pfff".

— Estamos atrapados acá entonces...

Antes de decir cualquier cosa la puerta de Juan intenta ser abierta...