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Capítulo 7

Taehyung corrió tanto hasta sentirse bastante fatigado. Por un momento tropezó con una raíz, cayendo de rodillas en las cuales se incrustaron algunas piedras pequeñas. Chilló y se puso de pie con dificultad, le restó importancia y siguió corriendo, como si de sus pesadillas estuviese escapando.

Después de unos minutos miró a su alrededor, no conocía nada, estaba perdido. Respiró entrecortadamente y sintió de nuevo el hambre, esta vez era enserio, tenía demasiada hambre pues nunca degustó aquellas manzanas que Jungkook le había ofrecido. Su desgaste físico ya empezaba actuar: se sentía débil, algo estresado, triste, su cabeza dolía debido a tanto llorar y aparte de eso lastimado.

Siguió con su camino lentamente hasta que, poco a poco, sus energías se fueron agotando causando así un desmayo que lo hizo golpear su cabeza contra una roca.

×

Minutos antes

Jungkook dejó de mirar a Jimin y se puso de pie ya alarmado.

—Iré tras Taehyung, tú ve por el tal Yoongi —Ordenó Jungkook recibiendo un "sí" de parte de Jimin.

Jungkook salió a correr aun divisándolo y agarró aire para poder llamarlo.

—¡Taehyung! —Gritó mientras trataba de alcanzarlo pero se detuvo en seco al no volver a ver rastro de él.

Ha desaparecido en un parpadeo

Frunció el ceño y se flexionó para desplegar su alas, empezando a volar por encima del bosque, después de unos minutos de sobrevolar por la capa verde que formaban los frondosos árboles, no halló rastro de Taehyung. Frunció sus labios y se acercó despacio a la tierra hasta que pudo divisar una pequeña silueta moviéndose y finalmente cayendo al suelo. No lo pensó más y voló en picada hasta aterrizar fuertemente al suelo levantando algo de tierra de este por el impacto y el aire provocado.

—¡Taehyung! —Su voz nació alarmada y se acercó al cuerpo del brujo viendo como de su cabeza brotaba sangre, algo de miedo se instauró en su pecho y con extremo cuidado tomó a Taehyung entre sus brazos.

Donde lo llevare, de seguro Taehyung no quiere volver a la cabaña y yo tampoco quiero eso.

Sus alas volvieron a desplegarse y aletearon emocionadas por volar de nuevo, cosa que está vez hizo con más suavidad y lentitud, no quería que por su culpa es pequeño brujo terminara cayendo y muriendo al instante.

No sobrevolaba a tanta altura pero sí con la suficiente rapidez y agilidad.

Pasaron diez minutos de silencio, a excepción de los pequeños quejidos que soltaba Taehyung de vez en cuando. Jungkook estaba algo estresado, no sabía qué hacer con el chico de sus brazos, pero como si el universo lo estuviera escuchando, ante él pronto apareció una cabaña bastante desgastada y pequeña, su techo parecía a punto de colisionar, la madera estaba podrida, la maleza parecía ser su pintura y de seguro habrían un montón de insectos.

Perfecto.

Sonrió y entró a esta restándole importancia a la suciedad, acostó a Taehyung en una esquina y se hizo a su lado para tomar su cabeza y apoyarla en su regazo. Pasó levemente sus dedos por la herida en su cabeza y está mágicamente empezó a cerrarse. El único problema de su poder curativo es que el dolor no se iba.

Hizo un mohín e inconscientemente empezó a acariciar el cabello de Taehyung, vió como este esbozaba una pequeña sonrisa y sonrió igual. Su rostro ahora se veía pacífico.

—Iré por comida... Ya vengo —Susurró Jungkook y se puso de pie alejando a Taehyung con suavidad para no despertarlo, salió de la cabaña, mordió sus labios y desplegó sus alas para elevarse por encima del bosque, nuevamente esperando buscar una zona de frutas o de vegetación.

Los árboles parecían escasos de frutos y algunas vallas que habían logrado encontrar eran altamente venenosas. No se rindió y siguió sobrevolando hasta dar con un gran arbusto de fresas.

Guardó sus alas y se dispuso a tomar todas las frutillas que pudo -comiéndose algunas de paso- con ayuda de su camisa las pudo cargar y siguió caminando por los alrededores.

Se sorprendió cuando siguió encontrando más arbustos pero estos de otras vallas como arándanos y cerezas.

Emocionado siguió cosechando pero cuando su camisa ya no pudo contener más, decidió regresar a aquella cabaña.

×

Taehyung frunció levemente su ceño al sentir punzadas en su cabeza, abrió sus ojos y notó que se encontraba en un lugar totalmente diferente.

—¿Uh? ¿D-donde estoy?—Tartamudeó pero jadeó al sentir un gran dolor en la coronilla de su cabeza, chilló y se sentó pegando sus rodillas a su pecho las cuales tenían algunos raspones.

Todavía sentía hambre y eso lo ponía aún más estresado. De repente los recuerdos de lo que había hecho hace ya varios minutos u horas lo atormentaron. Había golpeado a su hermano... Y le había dicho cosas hirientes que jamás creyó decir.

Empezó a sollozar y supo que todo lo que había dicho su hermano era cierto, él era débil y no podía salir de su casa por lo mismo. Era vulnerable e ingenuo, se sentía inservible y un estorbo.

Sus lágrimas brotaron con más fuerza y su cuerpo tembló. Ya no quería llorar, sus párpados pesaban y dolían, pero simplemente no podía dejar de hacerlo. Tantas sensaciones juntas lo hacían sentirse extraño e indefenso. Tenía miedo y no sabía exactamente de qué.

El recuerdo de su madre llegó y nunca se detuvo a pensar en cuánto la extrañaba.

—Mami... —Jadeó éste escondiendo su rostro en sus rodillas y como si su cabeza quisiera matarlo en ese instante, las imágenes de sus padres siendo asesinados frente a él lo torturaron.

Pequeños gritos en medio de su llanto resonaron en toda la cabaña haciéndolo sentir aún más solo.

Jungkook acababa de llegar pero al momento de entrar escuchó un fuerte llanto, frunció su ceño y buscó con la mirada hasta ver a Taehyung hecho un ovillo mientras lloraba tal cual un grifo abierto. Sintió su pecho estrujarse y se adentró caminando en puntitas, dejo caer las frutas lo cual abrumó a Taehyung haciendo que levantara su rostro con el claro susto reflejado en sus ojos, Jungkook vió como sus mejillas se encontraban empapadas de lágrimas y, aunque por dentro no quisiera, se arrodillo frente a él y lo abrazó

—No llores, ¿sí? No es tu culpa, es mía —Acarició su espalda esperando a que el llanto cesara, pero en cambio este se incrementó.

El castaño correspondió a su abrazo y se aferró a él con fuerza haciendo puños sus manos sobre la camisa de Jungkook, empezó a negar con la cabeza ante una inexistente pregunta y escondió su rostro en la curvatura del cuello del azabache.

—No... Y-yo te invité a pasar —susurró este entre sollozos sintiéndose altamente culpable— Mi hermano no me querrá, y si... ¿Y si ahora me odia? Yo lo lastimé.

Jungkook frunció sus labios y no paró de acariciar su espalda, soltó un sonoro suspiro y negó, pues no sabía lo que había pasado allí adentro, tragó y separó un poco a Taehyung para observarlo a los ojos.

—Sabes... Eso no importa ahora, ¿sí? Mejor come algo y descansa un momento. Luego hablaremos los dos y buscaremos una solución. Yo te voy a ayudar. —Jungkook se separó de él y con algo de inseguridad y timidez limpió sus lágrimas con sus pulgares, le extendió una fresa la cual se veía jugosa y le sonrió.

Taehyung asintió sintiendo como Jungkook lo separaba con lentitud, limpió un poco más el resto de sus lágrimas y tomó la fresa para morderla con suavidad y sentir su jugo acariciar su lengua. Su estómago gruñó de nuevo y terminó de comer el resto de un sólo mordisco.

Jungkook lo vió y rió tomando otra, empezó a comerla junto al brujo y ambos por fin se sintieron más cómodos.

×

Ya empezaba a oscurecer y ambos chicos habían salido en busca de hojas grandes para lograr dormir cómodos. Taehyung ya se encontraba cansado debido a que habían caminado alrededor de tres horas, pero por suerte su hambre ya se había calmado, al llegar a la cabaña ambos tiraron las hojas en el suelo acomodándolas como si de una cama se tratase, el brujo suspiró y pasó sus nudillos por sus párpados ahora sintiendo como el sueño empezaba a dominarlo.

—Jungkookie... —Dijo inconscientemente, era la primera vez que lo llamaba de esa manera.

Jungkook escuchó como lo llamó y le fue imposible no sonrojarse, gruñó y alzo la mirada viendo a castaño.

—Dime.

—Vamos a dormir ya, estoy cansado —El castaño dijo con un puchero a lo que el azabache asintió.

—Bien... —El hada se recostó encima de la hojas y vió a Taehyung allí— No tenemos con que cubrirnos.

Taehyung rió bajo y sintió como sus mejillas empezaban a teñirse de un rosa pálido.

—Jungkook...¿nos abrazamos? —Rió nervioso y al igual que el pelinegro se recostó en las hojas.

Jungkook sintió sus mejillas arder aún más, en realidad sí quería abrazarlo pero no le parecía algo muy correcto, sin embargo, decidió alejar esos pensamientos y fingiendo desinterés se encogió de hombros para después asentir con una sonrisa. Ambos chocaron sus miradas con algo de incomodidad, pero Taehyung fue quien tuvo la iniciativa y se acercó a él para abrazarlo por el torso y esconder su cabeza en la curvatura del cuello del cuerpo ajeno.

Jungkook lo vió bajo suyo y chasqueó su lengua tratando de apeciguar la vergüenza que tenía en ese instante. El castañito que lo estaba abrazando generaba en él sensaciones extrañas y nuevas para él, pero sentía el impulso se acercarse aún más.

Pasó sus brazos por la pequeña cintura del menor y lo abrazó con suavidad cerrando sus ojos.

Sólo porque hace frío, solo por eso...

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