Despertó con el corazón latiéndole en la garganta ante el sonido familiar que sus oídos percibían. Era la voz de su madre, su madre estaba cantando. Las palabras de la canción que ambos solían tararear mientras jugueteaban en el jardín le atravesaron como cuchillos y le sacaron de su profundo sueño. Se dejó llevar una vez más por la suave melodía mientras los recuerdos de su felicidad venían a él uno tras otro ¿Acaso aún seguía dormido y estaba soñando? ¿Era otro de esos sueños con su madre que solían atormentarle cada noche? Pero ¿Por qué se sentía tan real? ¿Y por qué en lugar de sufrir se sentía en paz y calmado? Se sentía feliz.

Se había pasado todo el día caminando por el bosque sin rumbo fijo, tratando de evitar lo inevitable. Su tío pronto le encontraría y él—En el estado en el cual se encontraba en esos momentos— no podría hacer nada para defenderse. Solo estaba retrasando su final, alargando su agonía. Por otro lado, tal y como lo sospechó, Bum solo le había dado problemas. El omega era débil y lento, le costaba seguir el paso de la caminata y se detenía con frecuencia a descansar, retrasando su ya de por sí escaso avance. Finalmente la noche les alcanzó si haber caminado gran cosa, por lo que no tuvieron de otra que buscar refugio en una caverna mugrosa que encontraron en la base de una pequeña montaña. Lo último que Sangwoo recordaba era caer rendido de cansancio sobre el frio suelo de piedra.

Se detuvo un momento en la oscuridad mientras sus ojos se acostumbraban a la penumbra que le rodeaba, hasta que finalmente las siluetas a su alrededor fueron más claras. Gracias a la luz de luna que se colaba por la gran entrada de piedra, pudo notar que aún se encontraba en la cueva que habían tomado como refugio para la noche. La voz se hizo un poco más fuerte y ahora, con su cabeza menos nublada por el sueño, pudo notar que la persona que estaba cantando no era su madre. El tono era un poco más grave, pero aun así hermosamente dulce, arrastrando las sentimentales palabras de aquella canción de su infancia. Imagine. Su madre y él la cantaban juntos mientras estaban en el jardín, en medio de las hermosas flores y plantas llenas de frutos, aquel tiempo en el que fue feliz. La canción provenía de fuera de la cueva, se levantó y con paso cuidadoso se abrió camino a tientas en la semi-oscura cueva hasta la entrada.

Asomó cuidadosamente su rostro hacia las afueras de la abertura en la mugrosa caverna y entonces lo vio. Ojos cerrados, el suave viento nocturno de la primavera azotando sus negros cabellos, la luz blancuzca de la luna iluminando su rostro, dándole cierto aspecto angelical, como si fuese una criatura fantasmagórica y mística. Bum estaba cantando en medio de la noche la canción de su madre. La suave melodía brotaba de sus labios como un refrescante rio de emociones, de felicidad. Era como si cada parte de él le recordara al alfa aquellos momentos de alegría que ya creía haber olvidado, perdidos en algún lugar profundo de su oscuro ser.

—Imagine there's no heaven, It's easy if you try. No hell below us, above us only sky— Su Corazón se estremeció un poco dentro de su pecho ante la letra de la canción, y por primera vez en mucho tiempo se sintió como en casa, seguro entre los brazos de su madre. Lejos de todo peligro—Imagine all the people living for today... Imagine there's no countries, It isn't hard to do.

Se acercó al omega si pensarlo dos veces y se dejó caer a su lado, acostándose sin previo aviso en su regazo. Bum se detuvo en cuanto lo sintió.

—No te detengas—Dijo Sangwoo al tiempo que cerraba los ojos y se acomodaba mejor en la piernas de un muy confundido Bum—Sigue cantando, por favor.

El pelinegro pareció dudarlo unos segundos, pero finalmente continuó con su canción. Y allí estaban ambos, en medio del silencio del bosque, sin nada más que la voz de Bum y el sonido del viento acompañándolos, cada uno perdido en sus propios pensamientos.

Bum terminó la canción y se quedó en silencio mirando al hermoso hombre en su regazo que aun mantenía los ojos cerrados, por un momento pensó que se había quedado dormido, pero luego de un rato este abrió los ojos, sus miradas encontrándose.

— ¿De dónde conoces es canción? — Preguntó el alfa sin apartar la mirada.

—Mi padre solía cantármela—Las manos de Bum temblaban mientras hablaba, pero aun así le era imposible dejar de ver directo a los adictivos ojos del rubio— Él me dijo alguna vez que la persona a la que más amó en su vida la cantaba mucho. Supongo que estaba hablando de mamá.

— ¿Tu mamá te cantó alguna vez esa canción? — Soltó el alfa curioso, pero se arrepintió en cuanto vio al pequeño pelinegro encogerse un poco.

—No—Respondió titubeante Bum, luchando para que su voz no se debilitara. Falló en ello—No lo recuerdo. Mi madre murió cuando yo aún era un niño.

El alfa sabía el dolor que estaba atravesando el pelinegro, después de todo él también sabía lo que se sentía perder a su madre, era un dolor que te destrozaba desde dentro y que a veces no te dejaba dormir. La extrañabas día y noche. Alargó su mano y acarició la mejilla del más pequeño, haciendo que este se sobresaltara un poco por lo sorpresivo de su acción.

—Desearías que estuviese ahora contigo ¿Verdad? —Habló suavemente el rubio— Tu madre, la extrañas ¿No es así?

Bum asintió conteniendo sus lágrimas. Tenía muy pocos recuerdos de su madre—Ella había muerto cuando él era muy pequeño— pero todos ellos eran memorias infinitamente felices. La extrañaba cada día más. El cariño de una madre es algo que una vez que pierdes, jamás volverás a encontrar. Estuvieron así un tiempo, hasta que Sangwoo rompió el silencio:

—Sera mejor que regresemos dentro, pronto nos quedaremos dormidos— Se puso de pie y le tendió su mano sana a el omega quien la tomo luego de dudar un poco.

Esa mañana despertaron en los brazos del otro y ninguno de los dos pudo recordar cómo habían terminado dormidos de esa manera. O al menos fingían no recordarlo. Bum fingía haber olvidado como se acercó en la oscuridad al alfa dormido a su lado y Sangwoo fingió olvidar como le había envuelto con sus brazos en cuanto le sintió cerca. Si ambos fingían que nada había pasado, todos estarían felices ¿Verdad?

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La extrañaba. Jodidamente lo hacía.

Había noches como esa en las que no podía dejar de pensar en ella. En su voz, en sus ojos, en sus cabellos, en sus labios, en su cuerpo. En todo eso de ella que nunca le perteneció. Era una de esas noches en las cuales se perdía en el alcohol, intentando olvidar...olvidar tantas cosas. Pero nunca lo lograba, sin importar cuanto lo intentara nunca la podía olvidar. Ni a ella, ni a él, ni a nadie. Su pasado siempre le perseguía y le atrapaba, impidiéndole seguir adelante, agarrándole de los tobillos y arrastrándolo hacia la oscuridad.

La recordó cantando. La recordó cantando y riendo en el jardín. Esa era la única imagen que quería recordar de ella. No quería recordar las demás, sobre todo las últimas, las que solían perseguirle en sueños. Tarareó la canción que ella siempre cantaba, esa misma que él le cantaba a Bum cuando aún era pequeño. Él se parecía mucho a ella. A la mujer que tanto amó. A su adorada pero inalcanzable hermana. A la mujer que mató y destruyó con sus propias manos. A la mujer cuyo recuerdo, varios años después en una noche de tragos, le hizo matar a su nueva esposa y casi asesinar y violar a su propio hijo, uno niño de poco más de 4 años. A la mujer que rompió su corazón y por la cual sintió el mayor amor de su vida. Un amor prohibido.

La amaba y la odiaba. La amó desde que eran jóvenes, pero la odió cuando no le escogió, cuando se fue con ese imbécil de Oh Minho. En ese momento la odió mucho, más de lo que habría podido odiar a alguien en su vida. Y por eso la destruyó. La destruyó a ella y a su felicidad. La hizo suya y luego la mató.

Soltó una profunda carcajada histérica y psicópata. Él la hizo suya y luego la mató.

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Su hijo había perdido la cordura. Esa era la conclusión a la que Yang Ho-Seo había llegado luego de ver a Seungbae murmurando histéricamente en un rincón de la celda en la cual le habían confinado. Le estuvo visitando diario desde que su omega murió y cada día parecía estar en peor estado que el anterior. Murmurando locuras durante el día y proclamando su venganza a gritos durante la noche. A veces, al verle de esa manera, incluso se arrepentía de su decisión. Algunas veces—Solo algunas veces— Deseaba haber escogido la felicidad de su hijo por encima de la suya.

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Seungbae quería venganza y ya sabía cómo lograrla ¿Quémejor manera de destrozar a Ha-Neul que matando a la persona que más amaba enel mundo? Tal vez era hora de hacer una tregua momentánea con el enemigo yempezar a maquinar un plan. Bum tenía que morir y él se encargaría deasesinarlo con sus propias manos.

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Holi, vengo con un nuevo capitulo (Un poco mas largo que los anteriores en compensación por la tardanza) y esta historia se pondrá un poco mas dramática de aquí en adelante.

La canción que canta Bum se llama "Imagine" y es de Jhon Lennon *Pueden verla en multimedia con la letra en español*

Lo prometido es deuda, mi querida parabatai, este capitulo también va dedicado a ti 

Probablemente desaparezca por unas semanas debido a que me voy de vacaciones al pueblo de mi madre y allí no hay conexión a internet, pero haré lo posible por publicar durante ese tiempo. No prometo nada.

Gracias por leer, comentar, votar y apoyar esta historia. Los amo y me alegran dia a dia.

- Beth -