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Epilogo Cap - 4

- ¡Póngame medicamento doctor! – Camila exigía con poca paciencia estirando la bata del médico.

- Es demasiado tarde señorita, usted quería un parto natural, sin medicamentos que drogaran a su bebe, pero en cuestión de 10 o 15 minutos nacerá y se olvidara del dolor ¿ok? – el hombre sonaba asustado y trataba de zafarse del agarre de Camila.

- Amor, tienes que aguantar un poco más – pedía Lauren recibiendo una mirada de odio de parte de su esposa, no estaba para ánimos, tan solo quería que ese dolor tan grande en su cadera desapareciera ¡Ya!

- ¡Tu debiste tener los bebes! – gritaba la morena sintiendo una nueva contracción clavándose en su cuerpo, ni el dolor de un mazo golpeándola en esa zona podía compararse a lo que sentía en esos momentos...

Lauren la observaba, definitivamente ella no podría tener un bebé ¿tanto dolía? ¿y si se desangraba? Ya no sufría esa enfermedad, pero aún seguía ese gran temor a la sangre.

- Los tuyos van a ser más bonitos Camz – dijo de manera tierna, tratando de suavizar el mal humor que Camila tenía en esos momentos y el nerviosismo que a ella misma invadía.

- ¡Solo sáquenlos! – gritaba la embarazada con las piernas ya posicionadas sobre las estructuras de fierro que dejaban sus piernas abiertas y una vista no muy bonita de su entre pierna dilatada con un par de bebes a punto de salir por ese pequeño orificio.

Gemelos.

Lauren casi se desmayaba cuando recibió la noticia meses atrás, y aunque era de esperarse por el hecho de que Camila tenía un mellizo, ninguna de las dos estaba preparada para eso.

- Camila por favor... - Lauren trataba de calmarla en vano, pues la morena parecía no entender nada de lo que decían, tan solo se dejaba llevar por el dolor, pujando muy fuerte cuando una contracción la atacaba.

- ¡Creo que ya vienen! – el doctor se posicionó entre las piernas de una sudorosa Camila – enfermera – llamó a la asistente para que le pasaran algunos instrumentos que la ojiverde reconocía por las muchas cintas y libros que vio referentes al parto – puje Camila, puje – el hombre la animaba a esforzarse mientras Lauren trataba de mantener sujeta la temblorosa mano de su esposa.

- ¡Duele mucho! – gritaba la morena arañando la mano de la ojiverde.

- Ya casi... ya casi... - indicaba el médico.

*Fuera de la sala de partos*

- ¿Por qué esta gritando tanto? – Lisandro no entendía porque Camila insultaba de esa manera. Tener un bebe es un motivo de felicidad, no de enojo.

- Tener un bebe duele – comentó Dinah sobando los hombros del pequeño y recordando lo doloroso que había sido traer a su propio hijo al mundo – pero en cuanto nazca se le pasará, ya verás...

La rubia observaba de reojo a Normani que parecía bastante nerviosa, probablemente también era su primera experiencia en un parto, quería sentarse a su lado y explicarle que todo estaría bien, pero por supuesto no se atrevería.

Ya había tenido bastantes oportunidades y las había desperdiciado, ya no podía obtener ninguna más, lo sabía, por eso tan solo se dedicaban a observarla en silencio, rogando porque algún día la incomodidad de estar juntas desapareciera y así al menos aspirar a ser su amiga, como lo eran en el instituto, no le importaba tener que guardar sus sentimientos con tal de tenerla cerca...

Tal vez la historia se estaba repitiendo, tal vez ahora le tocaba ella sufrir por amar en silencio, por amar a alguien que ya no puede amarte. Tal vez era ella ahora a la que le tocaba comprender que "hay amores destinados a no ser correspondidos".

- Tranquilos todos – Alejandro interrumpió viendo el nerviosismo que había en la salita de espera – cuando di a luz a mi hijo dolió, pero es mi mayor bendición – habló fingiendo voz de mujer y adjudicándose el parto, ganando la risa de los presentes, incluso de sus padres.

- Eres un payaso – lo reprendió de manera cariñosa el Sr. Cabello.

- Un idiota, esa cabeza de tu hijo salió de mi vagina y no es precisamente una cabeza pequeña – dijo Dinah midiendo el cráneo de Alejandrito, Ángela por su parte escuchaba esa nueva palabra "vagina", más tarde la investigaría en internet, así sabría de donde es exactamente que salen los bebes.

- ¿Puedo pasar a ver a mi mama? – preguntó Lisandro tratando de ignorar las bromas, el realmente estaba preocupado por Camila y su bienestar.

- Todo va estar bien – Normani lo abrazó y lo obligó a sentarse junto a ella y Ángela, ahí junto a la pequeña el niño soportaba mejor los gritos de Camila, junto a ella le gustaba más como era todo, era su mejor amiga, ella siempre sabía que decirle y siempre estaba sonriendo, además era la niña más inteligente que él conocía.

- Algo está pasando – dijo el Sr. Cabello – ya no escucho a Camila, tampoco el llanto de ningún bebé – indicó a los demás.

- E-es verdad – Dinah tartamudeó al hablar, no le gustaba para nada el silencio que estaba reinando en ese momento el lugar, una opresión en el pecho la invadía y no estaba sola - ¿Qué le está pasando, Alejandro? – se dirigió a su ex esposo a sabiendas de la conexión que solo el podía lograr con la morena.

- Yo n-no se... no siento nada – respondió el castaño con preocupación, pues no sentía nada, no sentía los nervios de su hermana como minutos atrás o la ligera ansiedad que la invadía durante cada contracción.

- ¿Familiares de Camila Cabello? – una pequeña enfermera hizo aquella pregunta con la que siempre iniciaban las noticias trágicas.

- Soy su hermano ¿Qué pasa? – Alejandro fue el único que logro reaccionar después de algunos segundos de silencio, tenía miedo, no quería escuchar que algo malo había pasado.

- Acompáñeme por favor...







4/6

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