Epilogo Cap - 3
Narrador:
- ... el 15 de Marzo dará alumbramiento, creo que sería muy bueno si fueran – explicaba Alejandro Jr a su padre.
- No creo que sea buena idea, tu hermana ha dejado bien claro que no quiere tener algo que ver con nosotros – se quejaba el Sr. Cabello sosteniendo en su regazo a Alejandrito, su nieto – incluso tu renunciaste a nuestra empresa para irte con ella...
- Esto no se trata de orgullo, papa, son sus nietos, ni siquiera han ido a conocer a Lisandro – comentaba Alejandro Jr viendo a su padre juguetear con su hijo.
- ¡Porque ella no nos quiere ver! – dijo casi en un grito el mayor de los hombres en la oficina asustando al pequeño - ¿Cómo se supone que llegue como si nada el día del nacimiento de mi nieto?
- Alguno debe ceder y no será ella, deben aceptar que ustedes han sido quienes se han equivocado ¡por favor! Mira a mi madre, hundida en llanto todo el tiempo ¿Por qué crees que es? ¡También está harta de todo esto!... se supone que somos familia y aunque no nos llevemos tan bien no deberíamos estar tan distanciados... solo piénsalo, tengo que irme, Dinah me va matar si no llego a tiempo...
- ¿Cómo va todo con ella? – preguntó el padre interesado.
- Mientras Alejandrito este bien, nosotros lo estaremos... - dijo con una sonrisa y llamando a su hijo para salir de aquella ostentosa oficina, les esperaban algunas horas de viaje. Habían salido el fin de semana a visitar a los abuelos, aprovechando el tiempo que le correspondía a Alejandro para pasarlo con el pequeño.
Se habían divorciado...
Contra todo pronóstico el amor que tanto se habían profesado y cuidado no sobrevivió a esa infidelidad que Dinah cometió 2 años atrás.
Él lo intentó, claro que lo intentó, puso todo de su parte, dio su perdón más sincero pero algo cambió en su ahora ex esposa, no volvió a ser la misma, no pudo volver a amarlo como antes o quien sabe... tal vez nunca lo amó.
Dolió, dolió al principio, aun dolía de vez en cuando, pero no podía quedarse hundido en ese lugar, tenía que ver por el mismo, era un hombre bueno y atractivo que merecía una segunda oportunidad y la encontró en la hermosa secretaria de Lauren: Carolina.
Aunque al principio Camila no había estado de acuerdo en esa relación no pudo impedir nada, ya que Alejandro le dejó claro que era su decisión y no le importaba lo que la rubia secretaria hubiese hecho en el pasado, incluso si ese pasado incluía a Lauren.
- Papa, ponme videos de pepa – Alejandrito pedía a su padre incapaz de descifrar que había oprimido en la pantalla para que solo se reprodujeran videos aburridos de tutoriales de como maquillarse.
Con paciencia Alejandro encontró los capítulos favoritos de su hijo y junto a el trató de disfrutarlos, aunque le parecía una caricatura muy extraña. Las horas pasaron en carretera de forma amena, al castaño le encantaba pasar el tiempo con el pequeño, el máximo posible, pero estaba por llegar uno de esos momentos incomodos, vería a Dinah, y aunque ambos trataban de decir que su relación como divorciados era buena en realidad solía ser extraño reencontrarse.
- Llegamos a casa enano – avisó a su hijo estacionando su coche fuera de la residencia que había quedado en manos de Dinah después de la repartición de bienes.
- Ok... - Alejandrito también sabía que su tiempo al lado de su padre había terminado. En silencio ambos bajaron del coche para después tocar el timbre de la gran casa, ya no era suya, hace mucho tiempo había dejado de entrar sin tocar, ya no era parte de la vida de Dinah, de su novia de 3 años, de su esposa otros 4... - ¡Mami! – aunque el pequeño estaba triste por terminar el fin de semana al lado de su padre realmente había extrañado a su madre, por eso es que cuando la vio abrir la puerta vestida en aquella bata de seda para dormir se abalanzó a sus brazos recibiendo un gran abrazo de bienvenida – mami te extrañé mucho...
- Yo también te extrañé amor – dijo Dinah sintiendo los bracitos de su pequeño envolverla con amor – hola Alejandro – saludó al castaño que permanecía de pie afuera de la residencia.
- Hola Dinah, lamento haber tardado un poco – dijo apenado por la hora que era.
- Esta bien, pero no debe repetirse – respondió con seriedad, no es que le desagradaba que su hijo pasara tiempo con su padre, pero las cosas habían cambiado mucho y el proceso de divorcio no fue precisamente el mejor, pues recibió constantes ataques por parte de Alejandro, logrando hacer que el juicio por la custodia del pequeño fuera incluso hostil.
La rubia sabía que tal vez el comportamiento que su ex esposo había experimentado durante ese proceso se debía a la no aceptación que tenía sobre finalizar la relación, pues estaba enojado y muy frustrado por no poder tener a su familia como siempre había querido, eventualmente su comportamiento cambió, sobre todo cuando inició su relación con Carolina.
- Esta bien, no te preocupes, tendré más cuidado – dijo Alejandro a modo de disculpa – nos vemos enano, cuídate mucho, mañana te llamo ¿ok? – se despidió de su hijo sin entrar a la casa.
- Esta bien papa ¡te quiero! – gritó el pequeño al ver su padre subir a su coche.
- ¡Yo también te quiero! – respondió antes de arrancar.
Entre preguntas como había estado su fin de semana y algunas otras sobre cómo se encontraba sus abuelos Dinah se dirigió hasta la habitación del pequeño, casi era medianoche y Alejandrito debía dormir pues al día siguiente tenia escuela, como todos los lunes, aun así se dio el tiempo para contarle un cuento corto y consentirlo con besos y abrazos pues ella también lo había extrañado durante su ausencia.
No le gustaba estar sin su hijo, le desagradaba tener demasiado tiempo para ella sola, para pensar y golpearse mentalmente por los errores cometidos.
Normalmente aquellos fines de semana - cada quince días - que Alejandrito pasaba con su Padre ella lo utilizaba para ver detrás de una pantalla como esa chica que un día fue su amiga durante el instituto era feliz al lado de ese nuevo hombre que había entrado a su vida, "Val", incluso Camila solo tenían buenas palabras acerca de él.
Le gustaba ver las imágenes de Normani y el hombre para castigarse mentalmente por haber sido tan cobarde durante mucho tiempo, desgraciadamente cuando se dio cuenta del error cometido ya era demasiado tarde, la de piel oscura se había cansado de esperar algo que nunca iba a pasar, se había decidido por vivir la vida junto a su pequeña hija, sin necesidad de alguien a su lado, pero justo cuando más convencida estaba de que la soledad era la mejor compañía –al menos como pareja- llegó aquel bailarín apuesto y caballeroso dispuesta a conquistarla sin que ella misma se diera cuenta.
Dinah pudo ver en primera persona como Val entraba la vida Normani poco a poco, pues ella intentó hacer lo mismo, ganarse de nuevo a la que un día fue su amiga, pero con muy diferentes y catastróficos resultados comparados con los de Val.
La había perdido...
La tuvo tan poco tiempo, apenas y un par de besos compartidos cuando eran adolescentes, algunas noches traviesas durante la universidad y una muy devastadora aventura en su vida de adultas que duró apenas algunas semanas...
Era todo lo que tenía de ella, era todo el tiempo se había compartido, y aun así, siendo muy poco, la torturaba por las noches, esas noches que pasaba en soledad, y no una soledad por decisión propia, más bien una soledad que no respetaba, que no pedía permiso... Dinah no podía estar con alguien más, un día lo amo a él, al que fue su esposo, pero también la amaba ella, ambos se habían llevado su amor y no lo habían devuelto, pero tal vez así debía ser, definitivamente no podía estar con los dos, no podía hacerle daño a los dos, los amaba demasiado...
Sobre todo a ella...
3/6
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