Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6


Narra Lauren:

- ¡WOW! No puedo creerlo – dijo Normani sorprendida después de que le conté todo lo que había pasado con Camila el día anterior – pero se va a casar ¿Qué le pasa?

- No lo sé Mani... creo que solo le entretiene la situación. Ya sabes, a ella le gustan las chicas, no sería la primera vez que hace esto de estar con un hombre mientras a escondidas satisface "ese lado oscuro" – comenté con cierta diversión – lo importante aquí es como debo proceder. Dame ideas...

- Ok... - dijo pensativa – creo que no debes de tocar mucho el tema del "pasado". Aceptémoslo fuiste patética rogándole que regresara contigo, a nadie le gusta alguien que hace eso – comentó con burla y comencé a sentirme enojada al recordar esa penosa parte de mi vida – enfócate en lo que eres hoy... demuéstrale que eres la mejor ahora, que tienes a mujeres y hombres a tus pies. Dijiste que por un momento lució celosa, yo recuerdo que era muy posesiva contigo y tal vez ese instinto siga ahí. Explótalo, has que se muera de celos...

- Me gusta tu forma de pensar... - dije levantando mi palma para chocarla contra la de ella creando un ¡Plap!

- ¡Lo sé! soy demasiado inteligente... - respondió de forma divertida, pero de un momento a otro su sonrisa de desvaneció, presentí lo que vendría a continuación, pues ese gesto nostálgico siempre tenía que ver con una persona en especial – Oye... y ¿no te dijo nada de Dinah? – preguntó con cierta timidez.

- No... - respondí con pena, me dolía saber que mi amiga a pesar de tanto tiempo seguía manteniendo sentimientos por la rubia, la comprendía perfectamente, pues yo también continuaba sintiendo cosas por Camila, como odio y rencor – pero sabes que ella se casó con el hermano de Camila y tiene un pequeño hijo...

- Lo se... solo me ataca la curiosidad. Hace tanto que no se de ella – dijo con un toque de tristeza.

- Las mujeres bonitas son la tumba... - pronuncie aquella frase que mi abuela le dijo una vez a mi hermano menor como un consejo para el futuro, sin pensarlo quedó como anillo al dedo para mí, claro que en ese entonces nadie se imaginaba que a mi también me iban las chicas, ni siquiera yo.

- Y bueno... ¿A qué hora la veras? – preguntó cambiando el tema. Lo cual agradecí internamente, no me gustaba ver a mi amiga triste.

- Después de la hora de comer ¿Te encargas de mis pendientes? – pedí haciendo un puchero, a lo que Normani aceptó rodando los ojos para después salir de mi oficina mostrándome el dedo medio.

El resto de la mañana la pasé haciendo ediciones a fotografías y a un par de vídeos de unas preciosas gemelas que uno de mis fotógrafos había hecho en un parque cercano. El trabajo era parte de la publicidad de una empresa de productos para niños que habían firmado un jugoso contrato, para que nosotros nos encargáramos de todas sus imágenes y pequeños filmes. Durante todo el rato me fue imposible sacar a Camila de mi cabeza pues ella tenía un mellizo, inevitablemente comencé a imaginarla con él en su infancia... mi mente parecía estar enlazando cualquier cosa que tuviese que ver con ella para recordarla.

- Hola... - mi secretaria me sacó de mis pensamientos cuando sus ojos azules se asomaron por la puerta – es hora de comer ¿No saldrás? – me preguntó, y agradecí de tenerla cerca, siempre se preocupa por mis horarios de comida y también me recuerda no trabajar en exceso, aunque en eso no suelo hacerle mucho caso.

- Podríamos comer juntas... a menos que ya tengas planes – ella sonrió ampliamente - ¿Sushi? – sugerí al ver su entusiasmo y sin más llamamos para que lo trajeran la oficina.

Debo admitir que por un rato Camila salió completamente de mi mente. Gracias por eso Carolina. Ella había desabotonado un poco su camisa para estar más cómoda y era imposible no mirar su escote, la naturaleza la había dotado muy bien. En definitiva era una hermosa chica... Alargamos el almuerzo más de lo debido, pues nuestra plática era bastante interesante y porque me gustaba ver sus ojos azules entusiasmados al hablar de política. Todo estaba bien hasta que la secretaria de Normani interrumpió, avisando sobre la llegada de cierta morena con planes de casarse. Decidí que Carolina debía quedarse un rato durante "la reunión".

- Pasa Camila – dije al momento que abrí la puerta de mi oficina para darle paso adentro.

- ¡Hola Lolo! – saludó con una gran sonrisa. Pobre ilusa, espero borrarla en poco tiempo.

- Toma asiento, Carolina va a tomar nota para ahorrarme tener que darle toda la información después – comenté siguiéndola hasta el escritorio, no pude evitar alegrarme por la cara de incomodidad que puso al verla sentada a un lado de mi lugar con esa apariencia tan despreocupada que había tenido durante todo el almuerzo.

- Pensé que iba a tratar estos asuntos solamente contigo – dijo sin disimular su desagrado por mi secretaria mientras tomaba asiento.

Carolina se limitó a sonreír educadamente, pero la conocía bien para saber que su mirada era similar a la que me dedicaba cuando le daba órdenes furiosas cuando había mucha tensión y estrés por el excesivo trabajo. Probablemente la estaba golpeando y maldiciendo interior.

- No me sobra el tiempo para volver a repetir los asuntos tratados durante las citas de trabajo – respondí ligeramente cortante ganándome esta vez una mirada furiosa de Camila. Sin duda iba ser una reunión entretenida.

Comenzamos a ver las locaciones que teníamos en los complejos playeros de Cancún y la Riviera Maya, pues son en los que la morena había puesto especial atención la última vez. Ella me pasó los datos de algunos lugares privados, a los cuales su novio tenía acceso debido a sus amigos o socios de trabajo. Mi mandíbula se tensó al darme cuenta que el tipo tenía bastante dinero para conocer a gente con playas privadas.

"Estúpidos niños mimados" pensé. Sabía que Camila disfrutaba de la fortuna de sus padres y su futuro siempre estuvo asegurado, su prometido debía tener la misma historia pues no se nota mayor que yo, y es prácticamente imposible poseer una gran riqueza a nuestra edad, al menos que seas Mark Zuckerberg.

Yo he trabajado desde los 15 años, claro que eran empleos de medio tiempo en mi época del instituto, a los 20 años comencé esta empresa fotográfica de la mano de Normani, ambas parecíamos zombies tratando de mantener nuestras notas en la Escuela Activa de Fotografia y haciendo que nuestro proyecto marchara bien. A mis 24 años cuento con un hermoso departamento en el centro de la ciudad y mi adorado Challenger que me lleva a todas partes, además, puedo darme algunos lujos como ir de vacaciones a lugares paradisiacos o poner gasolina Premium. Pero creo que mi pequeña fortuna no se compara con la de Camila y su prometido. Pero tengo el orgullo de decir que todo lo que tengo lo hice yo misma, no nací en una cuna de oro.

- Bueno supongo que es todo – dije al finalizar de escoger tres lugares. Dos locaciones que podíamos conseguir nosotros y la tercera era de un amigo de Logan...

- Llamaré a los dueños para saber que fechas tienen disponibles – avisó Carolina recogiendo sus apuntes del escritorio.

- Si, será mejor que te vayas de una buena vez – habló Camila de forma déspota, estuve a punto de reprenderla por su manera tan grosera de dirigirse, pero entonces recibí un apasionado beso de parte de mi secretaria. No sé si lo correspondí o no, todo fue bastante rápido, pero no me negué, eso es seguro.

No era la primera vez que compartíamos besos. Supongo que Carolina ya no soportaba la actitud de la morena y quiso molestarla de esa manera. Espero funcione, eso me agradaría mucho.

- Mh mh, gracias – pronuncie con una sonrisa, después de aclarar mi garganta y alejar un poco la confusión. Mi secretaria me sonrió coquetamente y salió de la oficina sin despedirse de Camila – no puedes estarle hablando de esa manera a ninguno de los empleados de esta empresa – le llamé la atención a la morena, tratando de fingir que aquel beso no había estado fuera de lugar.

- Vete a la mierda – dijo levantándose para después dirigirse a la salida de la oficina. Parecía realmente furiosa y sonreí ¿Qué se siente una pequeña cucharada de tu basura? Antes de abrir la puerta para salir me dedicó una mirada, como esperando algún tipo de explicación.

- Arregla con Carolina la siguiente reunión – solté con seriedad, esperando que no se hubiera dado cuenta de la sonrisa que tenía antes. Eso probablemente delataría mis intenciones...

El portazo que dio al salir hizo que diera un pequeño brinco del susto. Quede bastante satisfecha, sin duda la venganza se sentía muy bien... y esto era solo era el inicio.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro