Capítulo 59
Narra Camila:
- Hola... - saludé casi con timidez a Dinah una vez que llegué al trabajo. Acababa de dejar a Lisandro en la escuela y gracias a la plática que había tenido con Lauren y al buen sexo que tuvimos toda la semana mi humor estaba realmente en los cielos. Decidí que era tiempo de hablar con mi mejor amiga.
- Mila... - murmuró casi sorprendida de verme frente a ella – yo...
- Shhh, no necesitas decir nada – la interrumpí antes de que comenzara a disculparse – Lamento haber actuado así... - dije arrepentida. Ella era mi mejor amiga por sobre todas las cosas y tal vez debí ser más comprensible con lo que estaba pasando.
- Yo entiendo perfecto Camila, fui muy imbécil, pero realmente estaba confundida – dijo mientras yo tomaba asiento frente a su escritorio.
- ¿Y cómo vas con eso? – pregunté con duda, no quería escuchar que seguía teniendo sentimientos revueltos, pues aún estaba de por medio mi hermano.
- Causé un desastre, pero realmente amo a Alejandro y lo sabes – aclaró y por supuesto que lo sabía, siempre los había visto perderse en la mirada del otro, comerse a besos y dedicarse las palabras más lindas que existían.
- ¿Él sabe lo que pasó?
- Elegí no decírselo, aunque creo que realmente ya lo sabe – dijo y suspiré, las mentiras jamás llevaban a nada bueno.
- Debes contárselo, él te ama y sabrá entender, sobre todo si estas arrepentida – le aconsejé de la mejor manera posible, pensando en ella y en mi hermano, pensando en el bienestar de ambos y de Alejandrito.
- Tengo miedo de hacerlo, no soportaría perderlo... tu sabes que el jamás cometería adulterio y no sé si sea capaz de perdonarlo – dijo con angustia en la voz. Sabía que mi hermano podía ser algo duro a veces, pero dudaba que él estuviera dispuesto a renunciar a Dinah, después de todo iba a mudarse de ciudad, abandonar la empresa de nuestros padres para estar más cerca de ella, para no arriesgar su futuro al lado de su familia.
- Creo que es un riesgo que debes tomar, tarde o temprano se enterará, porque yo no estoy dispuesta a mentirle por ti – dije, y aunque podía sonar algo dura, realmente no podía mentirle a mi hermano en algo así, el simple hecho de ocultarle cosas me colocaba ansiosa, y guardar un secreto como ese sería prácticamente mi tumba – piénsalo, has algo lindo para él, váyanse de vacaciones si es necesario, aprovecha un buen momento para hacerlo, pero confío en que el permanecerá a tu lado pase lo que pase.
- ¿Tú crees? – preguntó con duda.
- Si – respondí tajante, porque en realidad estaba convencida de eso.
- Muchas gracias Mila, en serio te extrañé, no vuelvas a hacerme eso – expresó levantándose de su silla y cruzando hasta mí lado, sentando su voluptuoso cuerpo en mis piernas y escondiendo su rostro en mi cuello. Sentí sus lágrimas mojar mi hombro e inmediatamente comencé a llorar, no podía ser insensible ante sus emociones.
- Yo también te extrañaba mucho – dije sincera envolviendo su cintura en un abrazo, su cabello estaba sobre mi rostro y aunque algunos se metían en mi boca era la mejor sensación. Realmente los días alejada de mi amiga me habían afectado en cierta manera, pues estaba acostumbrada a convivir con ella cada día de mi vida y cuando no lo hacíamos nos llamábamos por teléfono como locas. Parecía que no podía sobrevivir sin ella – Dinah... – traté de llamar su atención, necesitaba su opinión – necesito mostrarte algo – dije empujando un poco el peso de su cuerpo para que se levantara. Ella lo hizo y se sentó a la orilla de su escritorio justo frente a mí. Con timidez busqué en mi bolso hasta que encontré aquella pequeña cajita azul para entregársela con mis temblorosas manos.
- ¿Qué es esto? – Preguntó con cara de disgusto, típico de ella – oh ¡Dios mio! – gritó llamando la atención de algunos de los trabajadores – OHH DIOS MIO – definitivamente ahora todos estaban mirándonos, pero no me importaba, me sentía sumamente orgullosa – ¡es un anillo de compromiso! – expresó levantándose y junto con ella a mí para dar pequeños brinquitos abrazadas - ¿Se lo vas a proponer? ¿Estas segura? ¿Y si te dice que no?
- ¡Oye! No me des tantos ánimos... - le dije insegura, pues aunque dudaba mucho que Lauren no quisiera estar conmigo de la misma manera que yo, existía la duda si era el momento adecuado para ella... pero para mí desde el momento en que habló de embarazarme no había mas que esperar que dar el último paso al compromiso total. Lo anhelaba, quería que fuera mía por todas las leyes, que firmara su "sentencia de muerte" a mi lado.
- Esa idiota esta perdidamente enamorada de ti... - dijo tomándome del rostro con sus grandes manos – no dudes ni por un segundo que te ama... ha soportado toda tu mierda y aun así sigue teniendo esa cara de tonta cada vez que te mira – explicó haciendo que soltara el aire que retenía en mi pecho. Su opinión era muy importante para mí.
- Eso espero... ¿y qué te parece el anillo?
- ¿Cuánto te costó? – preguntó.
- Me costó tu parte de la empresa – bromee ganando un golpe en mi brazo – la verdad fue una suma algo elevada – dudé en decirle, pues me parecía algo banal gastar tanto dinero en un símbolo así, lo único que yo necesitaba era tener un "te amo" de sus labios para sellar un compromiso, pero sabía que ella era más romántica y esperaba ese tipo de detalles – 200 mil pesos. Es hermoso ¿no?
- Definitivamente es hermoso y definitivamente podría comprarle su primer auto a Alejandrito con ese dinero, pero en el amor no hay precio, solo lo mejor. El anillo que me dio tu hermano era más costoso – aclaró ella con cara presumida, yo solo reí.
- Si acepta le daré el anillo de la abuela para el matrimonio – dije recordando como ella me lo había devuelto a los pocos días que nos habíamos reencontrado, era un anillo muy especial para mí el cual le había dado con todo el amor que le tenía cuando me enamoré de ella la primera vez. El día que me dijo que no lo quería mas había roto por completo mi corazón, pero ahora comprendía que sus sentimientos en esos momentos no eran los mejores por mí, quería que lo tuviera consigo de nuevo. Ese anillo era la prueba de nuestro amor.
- Me parece muy lindo, yo siempre supe que camren era real – dijo ella y negué con la cabeza por seguir con ese juego de nombres que nos había dado en el instituto - ¿Cómo se lo vas a proponer?
- La llevaré a la biblioteca donde nos conocimos, este fin de semana viajaremos para que sus padres conozcan a Lisandro y me parece la forma más adecuada – le conté.
- Quien diría que ese sexy trasero venía con una faceta romántica incluida – me dijo meneando las cejas de forma picara.
- No sabes todo lo que este trasero ha hecho últimamente – bromee palmeando mi cadera y dirigiéndome a mi escritorio. Me sentía la mujer más feliz del mundo.
Tan solo esperaba que ella dijera que sí.
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4/7 (el cap 7 es el final)
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