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Capítulo 58

Narrador:

- No seas tan dura – pedía Lauren a Camila, ambas se encontraban exhaustas en la cama después de un largo día al lado de Lisandro en el parque, la ojiverde había tenido la idea de salir todos juntos para compensar los días de pesado trabajo que le impidieron atender a sus dos amores como debía, ahora estaban recostadas, vestidas apenas en ropa interior después de una larga ducha juntas.

- No quiero verla, es todo – la morena se aferraba a la decisión tomada un par de días atrás. Dinah había llamado insistentemente desde que Camila decidió trabajar algunos días desde casa, aprovechando también para atender a Lisandro mientras Lauren salía de su compromiso laboral.

No era su intención cortar la amistad con su mejor amiga, pero sí que necesitaba tiempo para no echársele encima por haber fallado a Alejandro. Camila conocía a su hermano mejor que nadie, sabía que era uno de los pocos hombres en que se podía confiar ciegamente, sensible y valiente como ninguno.

- Un error lo puede cometer cualquiera – Lauren trataba de hacerla razonar. La morena también había sido infiel, ambas lo sabían y aunque la situación era diferente esas acciones acarrearon el mismo dolor, pero haber cometido errores nunca ha significado que los demás al cometer el mismo queden libres de culpa.

- Lo se Lauren... - aceptó sabiendo a lo que se refería la fotógrafa – pero imagina que alguien le hace daño a Lisandro, estoy segura que aunque esa persona fuese yo tú te sentirías mal, tomarías acciones al respecto – explicó la empresaria tratando de hacer entender la manera en que se sentía.

- Bueno, tienes razón, pero tal vez deberías atender al menos una de sus llamadas – pidió acariciando su abdomen – ponte un momento en su lugar... sé que yo también reaccione de forma arisca ese día en el restaurante porque llegó de sorpresa... pero entiendo que todos nos equivocamos, yo le he hecho, tú también y probablemente este sintiéndose terrible por lo que hizo y pasar sola por ese momento debe ser muy deprimente, creyendo que todos la tienen en un pésimo concepto... es mejor dejar el rencor y dejar que Alejandro y ella resuelvan el problema... nosotras solo debemos apoyarlos en lo que decidan ¿no crees? Además ella siempre ha sido una chica increíble, no es justo juzgarla por un solo error – dijo la ojiverde dejando un camino de besos por la mandíbula de Camila, tratando de que ese cariño bajara un poco sus defensas.

- ¿Cuándo te volviste tan madura? – preguntó la morena con una ligera sonrisa en el rostro, sabía que Lauren tenía razón y aunque estaba llena de sentimientos encontrados también pensaba en el mal momento que debía estar pasando la rubia.

- Desde que te conocí... una de las dos tenía que ser la madura de la relación – bromeó ganándose un golpecito de Camila en el brazo.

- Me amas tal y como soy – dijo la morena en tono desafiante.

- Culpable – aceptó la ojiverde pasando la punta de sus dedos por el vientre de la otra – te amo... - susurró en su oído, tratando de encontrar las palabras para argumentar una pregunta que le había surgido hace tiempo – Camila... - llamó su atención.

- ¿Qué pasa? – la morena de inmediato noto el tono de su novia.

- ¿Has pensado en volver a embarazarte? – preguntó con cautela, continuando con las caricias sobre el vientre de la morena.

- No... - respondió cortante – yo no podría pasar nuevamente por "eso" – simplemente de recordar el dolor sufrido por la pérdida de su bebe le erizaba la piel.

Lauren tragó en seco, sabía que no era un terreno fácil tratar ese tema, pero también sabía lo ilusionada que había estado Camila respecto a su embarazo y le encantaba la idea de poder tener un pedacito de ella entre sus brazos, con sus ojos color café, con sus cejas, con ese carácter tan impulsivo pero dulce y noble por sobre todo.

- Yo te voy a cuidar, nada malo va pasar – dijo dejando un tierno beso en su mejilla, tratando de hacerle saber lo mucho que la quería.

- Yo... yo no... yo no quiero, ni siquiera lo había pensado – contestó Camila sincera, la posibilidad de intentar tener un hijo por medio de un embarazo no había cruzado su mente, pero escuchar a Lauren mencionar eso le causaba un cosquilleo en el estómago, además de las caricias que recibía en ese lugar lograban crear una conexión que había acelerado su corazón.

- ¿Podrías contemplar la posibilidad? No digo que lo hagamos ahora... pero es algo que me gustaría hacer contigo, solamente contigo.

- ¿Quieres tener un bebe conmigo? – preguntó Camila sintiendo como le temblaba la voz, con un sinfín de pensamientos atravesando su mente.

- Ya tenemos uno... deberíamos darle alguien con quien jugar – comentó sin mucho esfuerzo, incluso se sentía algo natural proponer y hablar de aquello. El corazón de la morena latía con fuerza y Lauren podía notarlo, no sabía si era de emoción, angustia, miedo, o tal vez eran las 3 cosas juntas.

- Te amo Lolo – susurró Camila dejando un beso en la boca de la ojiverde, uno que no había dado nunca antes, ni siquiera a Logan, un beso cargado de amor puro, amor plenamente correspondido. Se sentía afortunada de tener esa mujer a su lado, de ninguna manera podía encontrar alguien mejor – te prometo que lo voy a pensar – dijo separándose un poco de los carnosos y apatecibles labios de la mujer de su vida – Lauren... Lisandro está dormido y no lo hemos hecho desde aquella vez ¿Me tienes en castigo? – preguntó la morena fingiendo tristeza, tratando de cambiar el momento por uno más erótico.

- ¿Cuánto ha pasado, un mes? – cuestionó la ojiverde aun atontada por el beso que había recibido de Camila.

- Un mes, una semana, tres días – especificó la empresaria con una risita.

- Así que llevas la cuenta – bromeó la fotógrafa comenzando a dejar besos en el cuello de su novia, si ella quería hacer el amor Lauren con el mayor placer y amor del mundo cumpliría su deseo.

- Umh... - gimió por lo bajo cuando las manos de la ojiverde comenzaron a masajear sus pechos lentamente. Su cuerpo estaba sensible debido al tiempo sin tener intimidad y las palabras que habían compartido minutos antes solamente la hacían desear a Lauren más.

- Hermosa – dijo la fotógrafa deslizando la tela del sostén de la morena para dejar al descubierto uno de sus pechos – umhhh – se quejó al meterlo en su boca, extraña su sabor, su textura, la dureza del botón que coronaba su seno le indicaba que su chica lo estaba disfrutando.

Camila hundía sus dedos en la espesa cabellera de la ojiverde presionándola contra su cuerpo, necesitada de más, de mejorar el contacto de la lengua de la ojiverde contra su pezón, esa suave y fría humedad la volvía loca.

- Te amo Lolo – dijo entre gemidos pidiendo con sus manos a la ojiverde que bajara en su cuerpo, estaba realmente ansiosa de sentir su boca en los puntos más sensibles. Lauren descendió dejando caricias sobre la piel de Camila, tocaba lentamente sus caderas, sintiendo como la morena se retorcía de placer con tan solo unos roces, sus manos subían a apretar sus pechos ganando gemidos y murmullos indescifrables de parte de su novia – por favor Lolo... - suplicaba Camila impaciente, no quería preámbulos, no quería alargar la espera.

- Estas tan mojada – habló Lauren al bajar lentamente las bragas de la morena, descubriendo sus mojados pliegues, la luz de la habitación aún estaba encendida por lo que podía ver perfectamente cada milímetro de su piel y como su centro brillaba de lo empapado que estaba. Con cuidado se puso de rodillas entre las piernas de la empresaria para inclinarse muy, muy lentamente, matando con la espera a una desesperada Camila.

- ¡Dios! – gritó la morena al sentir la lengua de la fotógrafa hurgando entre sus piernas, arremetiendo con lentitud y fuerza sobre su entrada, subiendo a dejar electrizantes lamidas en su clítoris, haciéndola en pocos segundos contonear sus caderas en torno a su boca – Si, si... - la animaba a seguir con los deliciosos movimientos de su lengua, con los masajes de sus manos sobre su pecho, con sus dedos estirando y apretando con fuerza rapidez sus pezones – mierda... - Camila maldijo recostándose sobre sus codos para poder tener una mejor vista de la mujer que amaba dándose cuenta de la inocente mirada que Lauren le daba mientras lamia su sexo con perversión – me vas a matar – y es que con el simple hecho de mirar la carita fingida de la ojiverde sentía que todo el cuerpo le temblaba. Le recordaba a sus primeros encuentros sexuales en el instituto donde Lauren carecía de experiencia y muchos de mus movimientos eran castos – si mi amor, asi umh – dijo entre gemidos empujando la nuca de la fotógrafa contra su centro, Lauren aun manteniendo su fingida inocencia para después con una sonrisa libidinosa introducir un par de dedos en su entrada, logrando encender a Camila aún más.

Pasaron parte de la noche haciéndose el amor, guardando el mayor silencio posible para no despertar a Lisandro, agradeciendo en silencio al destino por cruzarlas nuevamente, por mantenerlas juntas a pesar de todo lo que había sucedido. Rogando a Dios el poder permanecer así por muchos años.

Y efectivamente lo harían...


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3/7 (últimos capítulos, disfrutenlos)

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