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Capitulo 35

Narrador:

- Levántate dormilona – pedía Lauren al cuerpo dormido de Camila – Camz... despierta shhtt shht – decía mientras dejaba besitos en sus mejillas, escuchando las quejas de la morena al ser despertada.

- Es muy temprano, vuelve a la cama – dijo dándole la espalda a la ojiverde, abriendo las sabanas, invitándola a seguir descansando.

- Ya casi es hora de la comida y me gustaría que saliéramos a algún restaurant, además no vamos a ir solas, un chico que te agrada mucho nos está esperando – explicó Lauren trepando a la cama y envolviendo el aun desnudo cuerpo de Camila en un tierno abrazo.

- ¿Qué chico? – preguntó confundida la morena.

- Pues levántate, es una sorpresa – dijo la fotógrafa ganándose más quejas por parte de Camila.

A la empresaria no le agradaba mucho tener que levantarse después de la agitada noche que habían tenido, aun cuando los rayos del sol habían salido ellas continuaban haciendo el amor y ahora tenía que levantarse "temprano".

Se metió a la ducha tomando algunas prendas del closet a Lauren, la noche anterior prácticamente había huido de la fiesta con la ojiverde, tan solo con aquel vestido rojo puesto por lo que ahora tendría que utilizar ropa de su ex novia, lo cual no le molestaba para nada.

Se colocó un pantalón negro con rasgaduras en las piernas, le quedaba un poco flojo, definitivamente la fotógrafa gozaba de mayor masa muscular que ella, pero lo arregló usando un cinturón café a juego con las botas estilo militar que había tomado de entre el calzado de la ojiverde. Cabello suelto y alborotado, una blusa con mangas holgadas que dejaban ver aquel corpiño deportivo color negro y unos toques ligeros de maquillaje y labial opaco la hacían lucir con ese estilo rebelde que había dejado de utilizar hace varios años.

- ¡Wow! – expresó Lauren cuando la morena llegó hasta la cocina – ¿Así de genial me veo con mi ropa? – se acercó para dejar un beso.

La ojiverde sentía extraño el poder tener aquel gesto cariñoso cada que quisiera, al menos hasta el momento Camila no le había impedido ningún acercamiento. La volvía tener de nuevo ahí, para ella.

- Tu ropa se ve genial en mi – la corrigió ganándose una carcajada de la fotógrafa.

- Tienes razón... - aceptó la ojiverde – Entonces ¿Nos vamos? – preguntó algo impaciente por la hora que era.

Lauren tenía planeado pasar por el pequeño Lisandro para que los tres fueran a salir a comer a alguna parte, ya eran casi las 2 y quería poder aprovechar toda la tarde.

- Si ¿ya me dirás quién nos acompaña?

- Sorpresa, pero creo que te va gustar mucho, no te preocupes.

Ambas salieron de la casa de la ojiverde y se montaron en el challenger. Entonces Camila pudo observar el auto con más detalle, la noche anterior no había tenido suficiente concentración entre las caricias de Lauren para poner atención al coche.

No era el mismo en el que ya había paseado antes, en aquel en el que se trasladaron al hospital el día que perdió a su hijo. No quiso preguntar si la adquisición de un nuevo modelo había sido por aquella razón.

A mitad del camino Lauren tomo su mano, y aunque aquel gesto sorprendió un poco la morena no se negó, aún no estaba segura si la mejor decisión era seguir adelante con lo que fuera que estuviese pasando entre ambas, pero estaba dispuesta a darse una oportunidad. Lauren era el amor de su vida, no quería negarse ese hecho. Ella sabía que el amor no es toda la vida, que se puede sobrevivir sin él, pero después de todo quería creer que podía existir un final feliz para su historia.

- ¿Lisandro? – preguntó Camila una vez que aparcaron cerca de la casa hogar donde se encontraba el niño - ¿Venimos con él? – Lauren asintió desabrochando su cinturón de seguridad y bajando del auto - ¿Pero cómo? No dejan que lo veamos ¿o sí?

- Digamos que tengo mis contactos, y no solo venimos a verlo, lo llevaremos con nosotras – dijo y la morena seguía con su gesto de confusión. Ella quería saber exactamente que privilegios gozaba, tal vez podría ayudarla con el asunto de la adopción - ¿Recuerdas a Ally Brooke? Mi amiga del instituto – preguntó para comenzar a hablar, pues la cara de Camila exigía una explicación.

- Si, la chica de la iglesia – contestó sin saber que tenía que ver la pequeña rubia.

- Bueno ella es la directora a nivel estatal del programa de Desarrollo Integral de la Familia – el programa del gobierno que se encarga de todos los niños huérfanos o con situaciones problemáticas en el hogar – después del día que hubo el problema con el padre de Lisandro la contacté y bueno. Tengo autorización de visitarlo y sacarlo a pasear gracias a su firma.

- ¡Eso es genial! – la morena la abrazó y aunque Lauren no entendía del todo su emoción no se negó.

Camila quería contarle todo acerca de sus planes de adopción , por supuesto que tenía miedo de espantar a la ojiverde con tremenda confesión. Pero esperaba que la amistad de la fotógrafa con Ally la ayudará con su proceso legal, pero definitivamente ahora no era el mejor momento de tratar el tema, tan solo quería ver a Lisandro, poder pasar un tiempo con él y después encontraría el momento para hablar tranquilamente con Lauren acerca de sus planes. Si la ojiverde tanto quería estar con ella el pequeño no sería un impedimento para eso.

Entraron a la oficina principal de la casa hogar y la ojiverde llenó aquellos papeles para poder ver al pequeño mientras a Camila la comía la angustia. Tenía más de 3 semanas sin ver ni saber nada de Lisandro ¿Cómo estaría? ¿Habrá crecido? ¿Se acordaría de ella? ¡Claro que debería hacerlo! Pero... ¿y si no? ¿Si ella no era tan importante para él, como el pequeño lo era para ella?

- Tranquila... - le susurró Lauren al verla tan inquieta.

- ¿Y si ya no me quiere? – preguntó la morena, no podía contener los nervios.

- Él te quiere mucho, siempre hablamos de ti.

- ¿Siempre? ¿Cuántas veces lo has visto? ¿Por qué no me dijiste antes? – Camila hacia preguntas una tras otra.

- Lo veo casi todos los días. Si, siempre hablamos de ti y no te dije nada porque tu no querías saber nada de mi – explicó la ojiverde – no te pongas a la defensiva Camila, no te estoy robando el cariño de ese niño – dijo frunciendo las cejas comprendiendo de donde venía la actitud de la morena.

- Lo siento Lauren... me alegra que lo hayas visto, que te encargaras de saber que estaba bien – se disculpó al ver el gesto molesto de la ojiverde.

- Si me das un beso te perdono – dijo aun con el rostro serio la fotógrafa.

- Pero nos van a ver las trabajadoras – se negó la empresaria.

- No nos están viendo ¿Ves? – apuntó hacia el escritorio donde las mujeres hablaban entre ellas sin poner atención a nada mas – dame un beso – pidió haciendo que Camila se colocara de puntitas para chocar sus labios contra los suyos por unos segundos – perdonada – dijo con una sonrisa cínica obteniendo un golpe en el hombro a cambio.

- ¡Camila! – un grito interrumpió los coqueteos de las chicas, era Lisandro cargando su ya habitual mochila dirigiéndose hacia los brazos de la morena que lo levantó dando algunas vueltas.

- Lisandro ¡Estas tan enorme! – dijo una vez que lo dejó en el piso – has crecido mucho.

- Me alimento muy bien – dijo el sobándose el estómago.

El pequeño se sentía afortunado desde que podía comer 3 veces al día, sin mencionar todas las veces que comía fuera con Lauren o las noches de viernes donde la ojiverde mandaba comprar pizza y pastel para todos los "hermanitos" de la casa hogar.

- Eso veo – comentaba Camila aguantando las lágrimas de ver que el pequeño ya no estaba tan delgado y que ahora estaba muy bien aseado con ropa bastante bonita – te extrañé mucho.

- Yo también te extrañé Camila – respondió dejando un abrazo sobre ella.

- Yo también estoy aquí ¡Hola! – bromeó Lauren al verse excluida de la escena haciendo reír a Lisandro y a Camila.

A la ojiverde le encantaba aquella escena, viendo a esos dos sonreír parecía que todo estaba perfecto.

Los tres fueron a comer pollo antes de ir a jugar al parque "Tangamanga", uno de los parques más grandes de San Luis P. Ahí Lauren intentaba enseñarle jugar futbol americano a Lisandro, pero el parecía más interesada en dibujar los árboles o mariposas, también le gustaba que Camila le mostrara como escribir algunas palabras.

- Es un nerd – dijo Lauren viendo al pequeño a lo lejos escribiendo en su cuaderno.

- Tú también eras una nerd – comentó Camila con una risita.

- Pues esa nerd hizo que terminaras con el chico más popular del instituto y después te le declararas en público – soltó con tono arrogante dejando caer su cuerpo sobre la manta en donde estaba recostada la morena.

- Solo quería meterme en sus pantalones y adivina ¡Funciono! – bromeó logrando que Lauren rodara los ojos.

- Oye Camila, quiero decirte algo... - comenzó a explicar la ojiverde. Se había pasado el día increíble al lado de la morena y el pequeño y eso era un tema que debía tratar – es respecto a Lisandro...

- ¿Qué pasa con él? ¿Está bien? – de inmediato se preocupó.

- Si, él está bien... es solo que – la fotógrafa no sabía cómo explicarlo, tampoco sabía la reacción que podría tener Camila ¿Lo tomaría mal? ¿Se asustaría? Decidió que lo mejor era decirlo de una buena vez – estoy pensando en adoptar a Lisandro...

- ¿QUE?




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Besitos

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