Capítulo 29
Narra Camila:
- Diles que lo voy a llevar – dije a través de mi teléfono.
- No Mila, tuve que darles la dirección para que fueran a buscarlo, dicen que no es legal que lo hayas llevado contigo – me explicó Dinah.
Las personas de Servicios Sociales habían ido a buscar a Lisandro a la empresa al no haberlo encontrado en su casa después de recibir el informe de que su padre había sido encarcelado, podía escuchar la angustia en la voz de mi amiga, ella sabía que probablemente me había metido en un problema al traer al niño conmigo, se suponía que yo no debía interactuar con el antes de que el proceso de adopción terminara y mucho menos traerlo a casa. Pero lo hecho, hecho esta.
- ¿Y que se suponía? ¿Qué lo dejara ahí? – dije ya un poco desesperada.
- Eso les dije, pero no hicieron caso, ya van para allá, acaban de partir – contestó advirtiéndome.
- Esta bien – acepté resignada – gracias por llamar – dije antes de colgar, tal vez no sería tan grave, después de todo yo solo buscaba el bienestar del niño.
Regrese a la sala donde Lauren y Lisandro veían una película acompañados por palomitas de maíz. El pequeño había interrumpido nuestro momento erótico en mi recamara, afortunadamente no se dio cuenta de nada. Lauren de inmediato se interesó en hablar con él al darse cuenta que era el niño por el cual había peleado horas antes.
Me acerque a ellos y noté como la ojiverde bajaba el tono hasta dejar de hablar. Por alguna razón no quería que supiera la plática que estaban teniendo.
- ¿Qué pasa? – pregunté una vez que me senté a su lado, haciendo referencia al silencio que se había creado.
- Nada ¿podría hablar con Lisandro un momento más a solas? – dijo ella.
Lauren había actuado confundida cuando vio al pequeño en mi casa, no entendía porque lo había traído, pero comprendía que era necesario que estuviera en un lugar seguro, ya que a su Padre lo habían llevado detenido. No quise comentarle acerca de los trámites de adopción que estaba haciendo.
Aunque habíamos pasado un buen rato en la cama y aunque mi corazón haya latido como loco por la emoción de volver a hacer el amor con ella no significaba que caería rendida ante sus encantos. Aun había muchas cosas que resolver y no estoy segura de si realmente la quería de vuelta, nuestra situación era muy complicada por todo lo que había ocurrido y sinceramente no estaba dispuesta a arriesgar mi tranquilidad emocional por intentar algo que probablemente no iba a funcionar. Aunque verla interactuar con Lisandro me enternecía demasiado.
- ¿Para qué? ¿Qué quieres hablar? - pregunté a la defensiva, pues no entendía que charla podía ser tan importante con un niño como para que me pidiera que los dejara solos.
- Acerca de lo que pasó – contestó sin querer entrar más en detalles - ¿Verdad Lisandro? – se dirigió a mi pequeño, me le quedé mirando para asegurarme de que estuviera bien.
- Si Camila, no te preocupes – respondió el de manera caballerosa. Como siempre tan educado.
- Pues en realidad no pueden, las personas de servicios sociales vienen para acá, no tardan en llegar de hecho – les avisé un poco preocupada y tratando de evitar esa "plática", pues sentia un poco de celos en mi interior.
- ¿Servicios Sociales? – preguntó la ojiverde haciendo una mueca de confusión.
- Si... - m limité a responder - ¿me ayudas a preparar más palomitas? – le dije con la excusa de poder ir a la cocina y hablar con un poco más de libertad.
- Pero aquí hay muchas palomitas – se quejó Lisandro.
- Nunca son demasiadas – le contestó Lauren mientras se levantaba del sofá haciéndolo reír un poco y causando más celos en mí, El niño apenas la conocía y parecían llevarse tan bien – vamos por las palomitas... - dijo con una sonrisa siguiéndome.
Una vez que llegamos ella se aseguró de que el pequeño no nos viera para tomarme la cintura y pegarme contra su cuerpo.
- ¿Qué haces? – susurré sosteniendo sus hombros. No obtuve respuesta, ella me dio un tierno beso y aunque yo no quería continuar con lo que sea que estábamos haciendo se sentía demasiado bien... - Lauren...- le dije cortando el contacto después de un rato bastante largo - necesito que les digas a las personas de servicios sociales que trajiste aquí a Lisandro para asegurarte de que estuviera bien – le dije una vez que la separé suavemente de mí.
- ¿Por qué? – preguntó frunciendo el ceño levemente.
- Por favor solo hazlo ¿Si? Podría meterme en problemas si saben que fui yo – le expliqué un poco y parecía estar pensando que yo era una pedófila o algo por el estilo.
- Esta bien... - aceptó no muy convencida – solo si me das un beso – pidió acercándose nuevamente a mí y si ese era el precio que tenía que pagar porque dijera aquella pequeña mentira sin duda podría pagarle con el doble de intereses.
- Eres muy terca ¿lo sabias? – contesté tirando de su camisa para acercarla y chocar sus labios contra los míos. Fui un poco atrevida y adentré mi lengua en su boca, me encantaba el dulce sabor de su saliva, su perfume, su calidez, todo...
- No te vas a deshacer tan fácil de mi Camila Cabello – me advirtió una vez que nos separamos.
- Lauren yo no estoy segura de esto, no me mal entiendas, me encanta todo esto – dije refiriéndome a los besos que habíamos compartido – pero me deje llevar en la habitación, creo que no fue correcto – traté de explicarle.
- Camz... por favor, solo quiero una oportunidad para poder enmendar todos los errores, para que las dos lo hagamos – tragué saliva al saber que yo también había cometido muchos, después de todo, lo que desató la guerra fue mi inmadurez al haberle sido infiel.
- Yo estoy en otra etapa de mi vida. Yo no puedo estar jugando Lauren a ver si las cosas pueden o no funcionar, no puedo solamente dejarme llevar y ver que depara el futuro, he estado arruinando mis planes todo este tiempo, y no quiero continuar haciendo. Necesito algo estable y seguro... Y lo de nosotras no lo es...
- Solo dame la oportunidad... - me pidió atravesándome con sus ojos verdes.
- No lo sé... No me pidas una respuesta en este momento, está pasando demasiado rápido... - contesté desviando la mirada, seguramente sí seguía viendo ese verde esmeralda cedería cualquier cosa.
- Ok... - dijo visiblemente dolida. Pero tampoco podía esperar que todo se solucionara tan fácil, ni de mi parte, ni de la suya.
Salimos de la cocina con el bol de palomitas de maíz hasta llegar con Lisandro. Lauren permanecía seria escuchando las pláticas entre él y yo. Al parecer mi pequeño ya le había contado toda la historia que teníamos y lo buenos amigos que éramos. No podía evitar estar algo nerviosa por la llegada de los de Servicios Sociales ¿Y si no le creían a Lauren? ¿Y si se daban cuenta que yo era la que estaba tramitando la adopción de Lisandro? De ninguna manera quiero perder la oportunidad de tenerlo conmigo.
- Lauren dijo que pasearíamos en su coche nuevo ¿Verdad? – preguntó el pequeño entusiasmado.
- Si, tal vez Camila vaya con nosotros ya que se llevan tan bien – dijo la ojiverde y solo pude suspirar.
Mi imaginación voló por un instante, imaginándonos haciendo cosas como una familia. Mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz del guardia que tenía a la entrada de mi casa avisando que los de Servicios Sociales habían llegado.
Traté entonces de explicarle a Lisandro que unas personas iban a cuidar de el, cómo varias ocasiones antes lo habían hecho en aquella casa hogar donde solía pasar algunas temporadas en las que el obligaba de su Padre no le importaba el bienestar del pequeño.
- ¿No me puedo quedar aquí contigo? – preguntó haciendo que todo mi interior se estremecía. No había cosa que yo deseara más, desgraciadamente no podía ser así.
No pude contestar ya que en eso el timbre sonó y todo ocurrió muy rápido, un hombre y una mujer vestidos de traje preguntaron los datos míos y de Lauren, así como también indagaron la razón del porque habíamos decidido traer a Lisandro a casa.
- Yo lo traje aquí – explicó la ojiverde a la trabajadora social una vez que el hombre que la acompañaba se había llevado al pequeño a la camioneta en la que se transportaban – no creí que fuera lo adecuado dejarlo a su suerte...
- Lo comprendo, pero es mi deber decirles que no fue lo correcto, pueden meterse en problemas legales al no tener ningún parentesco con el niño – dijo la mujer.
- Pero no lo iba a dejar ahí ¿Es mejor que este solo en la calle? Se llevaron detenido a su padre, contra el cual pienso presentar cargos, es un delito la agresión que cometió en mi contra y ni hablar del maltrato hacia el niño, creo que deberían enfocarse más en el bienestar del pequeño que en la burocracia – defendió Lauren mientras yo permanecía callada, pensando en que si esas personas investigaban mi nombre se darían cuenta que estaba en proceso de adopción.
- ¿Y cómo sé que son buenas personas? Las leyes están ahí por algo... - expresó con tono amargo la trabajadora social.
- También hay leyes de protección al menor que deberían tener como prioridad, sin embargo no las ejercen como deberían o Lisandro jamás hubiera sido maltratado por su padre... - la ojiverde no daba punto de tregua.
- No puede estar juzgando el trabajo que hacemos en el sistema Desarrollo Integral de la Familia – respondió tajante la mujer.
- Así que esa es la dependencia para la que trabajas... - dijo pensativa - Supongo que conoces a Ally Brooke – dijo con arrogancia la fotógrafa.
- No la conozco personalmente, pero sé que es la directora general del sistema estatal...
- Pues ten por seguro que hablaré con ella... - contestó antes de cerrar la puerta despidiéndose de esa manera de la trabajadora social.
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