Capítulo 28
Este capítulo va dedicado para mi Fav Paola (tu eres la #1) y para mi otra Fav Amairani. Espero les guste esta entrega jajaja.
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Narra Camila:
- Lauren... - fue lo único que alcance a decir antes de sentir como empujaba mi nuca hacia su rostro para volver a besarme de la misma manera lenta, cálida, húmeda y profunda, excepto que ahora ella estaba debajo de mí.
- Te quiero, te quiero... - murmuraba una y otra vez mientras envolvía mi cintura entre sus brazos y cualquier voluntad que tenía para impedir que sus besos continuaran se esfumó.
Correspondí. Correspondí de la misma manera. Mi corazón sabe que sus labios son los únicos que han hecho que el enloquezca con palpitaciones rápidas y alocadas... sin poder evitarlo otras partes de mi cuerpo también palpitaban con fuerza abriendo paso a una cálida humedad.
Mi cuerpo comenzó a actuar por sí solo, moviéndose sobre el cuerpo de Lauren buscando fricción, ya había mandado a la mierda la cordura. Nuestras bocas hacían sonidos que me excitaban, que ella no tardó ni un instante en darse cuenta de lo que estaba provocando en mí. Sus manos empezaron a recorrer mi espalda con suaves caricias que iban de arriba a abajo, peligrosamente abajo...
- Ahmm... – solté un gemido cuando finalmente apretó mi trasero sobre aquel corto vestido. Tenía casi seis meses sin tener sexo, prácticamente desde que quede embarazada, por alguna razón no me apetecía tener intimidad con Logan, y ahora mi cuerpo estaba reaccionando bastante – te necesito sin ropa – exigí separándome de sus labios.
- Tal vez puedas ayudarme con eso... - dijo con esa voz rasposa que me volvía loca. Su semblante era serio y totalmente sensual, su respiración visiblemente agitada.
Ni siquiera respondí, me hinque entre sus piernas desabotonado su pantalón de manera rápida pero tranquila, estirando la tela de las piernas para dejar totalmente descubierta sus caderas, luego estire de los tobillos para sacarlo completamente. Mi corazón latía pesado al ver que sus bragas estaban húmedas, ni siquiera podía expresar palabras.
Le tendí una mano para que se sentara y poder deshacerme de su camisa mientras ella levantaba las manos para facilitarme la tarea, se me dificultó enormemente respirar cuando quite su sostén, ya no podía mantener la boca cerrada y sentía como mi labio temblaba de la emoción y todos esos sentimientos que invadían mi interior. La empuje suavemente para que se volviera a recostar y que disfrutara el espectáculo de verme quitar lentamente mi vestido aun hincada entre sus piernas. Seguramente mis bragas estaban igual o más mojadas que las de ella, pero yo no llevaba sostén por lo que cuando el vestido salió de mi cuerpo mis pechos quedaron al descubierto, totalmente visibles para ella.
- Eres hermosa... - dijo recorriendo con los ojos mi cuerpo de arriba abajo. Su mirada brilló al ver aquel tatuaje con su nombre – Te quiero tanto...
- Tu eres perfecta mi amor... – no encontré otra palabra para escribirla. Estaba ahí tendida frente a mí, mostrando toda su pálida piel, su torso desnudo, sus carnosos pechos esperando a que los probara con mi boca... sus pezones delataban la excitación que tenía, los míos estaban igual.
Lentamente quite sus bragas deleitándome con el espectáculo que era ver su sexo húmedo y hermosamente rosado. Abrí un poco sus piernas para ver un poco más, me mordí el labio para calmar un poco las ganas. Estaba ansiosa por devorarla completa.
- Hazme lo que quieras... – me invito a adueñarme de su cuerpo, ella sabía cuánto me excitaba eso. Me deshice de la última prenda de ropa que me cubría. Note como la respiración de Lauren se agitaba al verme totalmente desnuda y dispuesta a hacerla gozar.
- Te voy a hacer completamente mía – dije haciendo quedar una de sus piernas entre las mías, tomando su otra pierna hasta que quedara bien levantada y me permitiera realizar aquel contacto que tanto estaba deseando.
- Dios mío... - gimió Lauren cuando nuestros mojados sexos entraron en contacto. Su centro caliente chocaba perfecto con el mío, me estremecí de sentir como mi clítoris recorría de arriba abajo sus húmedos pliegues. Era demasiado placentero.
- Voy a morir en tu cuerpo – le murmuré antes de besarla. Era verdad, me estaba llevando a la locura volver a tenerla de esa manera después de tantos años.
Sus senos y los míos se apretaban haciéndome delirar, sus manos estaban en cada una de mis nalgas moviéndome al ritmo que ella deseaba. Meneos circulares lentos y después rápidos marcaban el encuentro de dos cuerpos que se habían extrañado durante tanto tiempo.
- Así Camz, así... - me animaba a seguir.
- ¿Te gusta? ¿Te gusta así? – le preguntaba de manera tierna pero lasciva para incitarla.
- Si... me encantas, toda mmm – decía sosteniendo mi cuerpo con cada vez más fuerza contra el suyo.
Me encantaba sentir el calor de su centro, tocar sus caderas, envolver su pierna en mi cintura, arañar su piel, respirar su aliento, ver las caras de placer que me dedicaba y derretirme con sus gemidos. Parecía pecado disfrutar tanto. Seguí moviéndome sobre ella, acariciando sus bien torneadas y carnosas piernas, yendo por momentos a apretar su trasero.
Trataba de alargar la espera, atacaba su cuello mientras Lauren daba jalones a mi cabello, gemí su nombre una y otra vez contra su oído, ella gruñía el mío con desespero. Las sensaciones me embriagaban y comencé a sentir la acumulación de energía en mi vientre, esos deliciosos calambres estaban invadiéndome.
- Ahmm mm... voy a terminar – le avisé sintiendo su lengua recorrer mi cuello, dejando mordidas suaves y otras no tanto, pero la disfrutaba igual.
Ella sostuvo con fuerzas mi cuerpo para evitar mis movimientos y comenzar ella con el vaivén de caderas para estimular correctamente todos los puntos sensibles de mi sexo. Podía sentir el botón de su clítoris frotándose contra el mío de manera desesperada, al parecer ella también estaba a punto de explotar en placer. Sus mordidas en mi hombro y cuello se hacían más feroces haciendo que clavara mis uñas con fuerza en sus piernas.
- Ohh mmm ¡Dios! – gimió con voz ronca.
Miré su rostro de completo sufrimiento, sentí los espasmos invadiéndola debajo de mí. Lauren estaba teniendo un orgasmo, pero sus movimientos no cesaban, al contrario se avivaban haciéndome gemir. Había demasiada humedad y calor entre nosotras, sus jadeos retumbaban en el fondo de mi pecho y simplemente no pude aguantar más.
- Mhh si Lolo... ¡ahh! – gemí contra su boca, sintiendo como el cuerpo de la ojiverde se relajaba mientras el mío seguía en un éxtasis prolongado por los movimientos que ella seguía haciendo – uhmm – jadee sintiendo que las fuerzas se me iban y mi cuerpo cosquilleaba por los estragos de aquella explosión que acababa de recorrer cada rincón de mi ser.
Me deje caer sobre su pecho un par de minutos luciendo una tonta sonrisa de satisfacción. Nadie, nadie me ha hecho sentir lo que ella y hoy solo lo vuelvo a corroborar.
- Eso fue...
- Increíble – completó ella.
- Si... - suspiré dejando un largo beso en su boca – hueles delicioso – le dije paseando mi nariz por su cuello y lamiendo la piel, bajando poco a poco, dejando un camino de besos y mordidas por sus clavículas hasta llegar a sus bien formados pechos, metiendo uno en mi boca, saboreando su pezón que poco a poco comenzó a endurecerse. Mi cuerpo seguía sensible y receptivo, tenía planeado seguir con nuestro encuentro hasta que quedáramos hechas polvo.
- Umhh – gimió cuando mi lengua hizo movimientos rápidos sobre el rígido botón – Camila... - murmuró llevando una de sus manos hasta mi centro, vagando por los mojados pliegues con sus dedos – quiero probarte toda... - sonreí, pues me moría por que lo hiciera – ven acá... - tiró de mi cuerpo hasta hacerme quedar a horcajadas sobre su estómago y empujándome más arriba cada vez. Comprendí lo que intentaba y le facilite la tarea sosteniéndome del respaldo colocando mis rodillas a cada lado de su cabeza.
- ¿Así te gusta? – le pregunté cuando me acomodé dejando mi sexo cerca de su rostro.
- Me encanta... - jadeó antes de empujar mis caderas hacia abajo, dejándome a merced de su boca y sentí como su lengua se hundía lentamente en mi – umhhh...
Movimientos lentos, muy muy lentos hacia entorno a su helada lengua, sintiendo un placer indescriptible.
- Ohhh Lolo – gemí empujando un poco de su nuca para maximizar el contacto, estaba perdida en las sensaciones, sintiendo sus manos apretar mis pechos para después apretar y estirar con sus dedos mis pezones.
El silencio de la habitación solamente era interrumpido por los sonidos de su boca contra mi sexo, pero entonces logré escuchar pasos en el pasillo.
- Mierda ¡Lisandro! – susurré.
Toc toc toc
La puerta fue golpeada levemente e inmediatamente baje de mi posición para taparme a mí y a Lauren con las blancas sabanas que estaban en cualquier lado menos cubriendo nuestros cuerpos. Sabía que el pequeño era demasiado educado para atreverse a entrar sin autorización, pero no me iba a arriesgar a que nos encontrara en esa situación.
- ¿Quién es Lisandro? – preguntó la ojiverde con el ceño fruncido, visiblemente molesta...
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Besos
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