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Capítulo 18

Narra Camila:

- Algo así - contestó con una risita - me llamo Lucy, mucho gusto.

- Hola... - dije amargamente - soy Camila... - estire mi mano para saludarla. Mi corazón latía lentamente y mi estómago estaba revuelto.

- Ohh... - expresó con una mueca extraña - ¿Quieres pasar?

Me pareció bastante extraño que me ofreciera entrar, pero las náuseas que estaba sintiendo me hacían necesitar un baño con urgencia, acepte asintiendo con la cabeza, imposibilitada de expresar muchas palabras.

- ¿Dónde está el baño? - pregunté entrando prácticamente corriendo con una mano sobre mi boca tratando de contenerme lo más posible.

- ¡Ey tranquila! creo que es la del fondo a la izquierda - dijo apuntando a un largo y amplio pasillo. De inmediato fui en esa dirección.

Llegue al pequeño cuarto y al instante me puse de rodillas frente a la taza color marfil y sentí como mi garganta ardió dejando salir todo. Las lágrimas rodaban por mis ojos y en serio me sentía patética vomitando en el baño de la mujer que tiene mi vida de cabeza y ahora con el corazón hecho trizas.

Cuando las náuseas se detuvieron me quede sentada un rato en helado piso recargando mi cabeza contra la puerta de madera ¿Era verdad lo que me había dicho Dinah? ¿Por qué Lauren me había propuesto estar con ella si estaba saliendo con alguien más? Ella había dicho que no estaba jugando. Era obvio que no le interesaba tener comunicación conmigo mientras estaba ocupada con esa esquelética chica teniendo sexo.

- ¿Estas bien? Puedo escuchar que estas llorando desde acá - la voz de Lucy se escuchó.

- S-si, ya voy, dame un momento - pedí mientras me reincorporaba mirándome en el gran espejo que había encima del lavabo. Limpié los rastros de rímel corrido en mis mejillas y busqué el maquillaje de bolso que traía conmigo para tratar de componer mi rostro lo mejor que podía. No iba a dejar que esa flaca me viera hecha mierda.

- Ohh, ahí estas... - dijo una vez que me vio entrando a la cocina, ella ya iba vestida con un ligero vestido y podía notarse que no llevaba puesta ropa interior - Supongo que eres la novia de Lauren - comentó incomoda.

- No - respondí dudosa ¿Por qué me preguntó eso? ¿Lauren le dijo algo? - ella es una amiga de hace años - dije tratando de obtener información.

- Ufff... por un momento pensé que estábamos en problemas - carcajeó - tu sabes, creí que acababa de arruinar una relación - explicó al ver mi cara de confusión.

- No tienes de que preocuparte... - contesté tratando de que el nudo que tenía en la garganta no se escuchara - bueno... creo que es mejor que me vaya antes de que Lauren regrese o despierte o lo que sea - dije queriendo salir de ahí lo antes posible.

- ¡Espera! - me detuvo - Laur está algo enferma, me di cuenta después de que lo hicimos esta mañana - y ahí estaba la confirmación que no quería escuchar, tal vez si no hubiera aclarado el punto podía mentirme a mí misma e inventarme una historia al respecto - creí que estaba caliente de manera sexual, pero en realidad tiene temperatura.

- ¿Lo hiciste con ella cuando estaba enferma? - pregunté con asombro.

- Si... pero anoche no lo estaba - comentó de forma picara. Como si necesitara saber cuántas veces lo hicieron - en fin... yo me tengo que ir, pero ella está bastante mal asi que... espero te encargues de ella - dijo meneando las llaves de su coche entre sus dedos.

Así que se acuesta con ella sin importarle que esté enferma y luego se va como si nada.

- ¿Y si no puedo quedarme y ver qué le pasa? - me puse a la defensiva.

- Yo de igual forma me voy, tengo trabajo - contestó tomando una chamarra de cuero y dirigiéndose a la salida - ella estuvo diciendo tu nombre todo el rato... así que supongo que eres importante en su vida - dijo antes de cerrar la puerta y dejándome de pie en medio de la habitación con todo mi interior dando vueltas.

¿Qué se supone que debo hacer? Obviamente tengo que corroborar el estado en que se encuentra. Cuando éramos novias tuve que cuidarla en un par de ocasiones, solía ponerse bastante grave. No importaba que se hubiera acostado con esa chica, mi estúpido corazón decía que tenía que buscarla entre las habitaciones y ver que estuviera bien.

Recorrí una por una las puertas de la segunda planta, algunas estaban cerradas con llave, pero en el quinto intento la encontré. Logré ver su negro cabello entre las blancas sabanas revueltas y pude escuchar algunos sollozos ¿estaba llorando? Conforme me acercaba a la cama mi pecho dolía cada vez más, la razón no la sé, tal vez era el hecho de que estaba comprobando las sospechas de Dinah o simplemente odiaba pensar que estaba enferma.

Me senté acerca de ella, parecía no darse cuenta que yo estaba allí. Su espalda desnuda estaba descubierta y se encontraba en posición fetal. Su cuerpo se estremecía, efectivamente estado llorando. Lleve mi mano hasta su cabello dejando suaves caricias ¿Por qué estas triste mi niña?

- Por favor vete, yo quiero a Camila aquí, no a ti - murmuró entre sollozos al sentir mi tacto en su cabeza. Sentí mi corazón encogerse, definitivamente eran demasiadas emociones para un solo día

- Soy yo, Lauren soy Camila - pronuncie suavecito tratando de no alterarla. Tal vez a eso se refería Lucy cuando dijo que estuvo diciendo mi nombre.

- ¿Camz? - dijo ella dándose la vuelta para ver mi rostro - viniste... - sus hermosos ojitos verdes tomaron un brillo al encontrar los míos.

- Si, aquí estoy bebé - contesté retirando algunos mechones húmedos de su frente. Al sentir su piel me di cuenta que realmente su temperatura estaba muy elevada.

Ella estiro mi mano para fundirme en un abrazo. Pude sentir su torso desnudo y aunque sabía qué hace unas horas había estado teniendo sexo con esa chica no me importa. Por primera vez desde que nos volvimos a encontrar la note totalmente sincera. Sinceridad causada por su enfermedad probablemente, pero ella me quería aquí y no me iba a ir, no importaba que.

- Tengo que llamar a un Doctor, estás ardiendo en fiebre - le comenté sacándome un poco de su agarre.

- No me gustan las agujas, él me va a querer poner una inyección Camz - dijo como una niña pequeña.

- Tal vez sea necesario para que te sientes mejor ¿o te sientes bien? - contesté en tono acusador.

- No - respondió con un puchero - pero no te vayas, quédate conmigo...

- No iré a ninguna parte - dije recostándome su lado mientras buscaba el número del Doctor Poveda en mi agenda de contactos.

Lo llamé explicándole la situación en la que se encontraba la ojiverde, le di la dirección que me había dado Carolina y me dijo que tardaría 20 minutos en llegar, indicándome que tratara de mantenerla despierta hasta que el llegara.

Lauren me tenía envuelta en sus brazos, acurrucada en mi pecho. Su cuerpo totalmente desnudo emanaba demasiado calor, pensé en hacerla darse una ducha helada, pero decidí esperar instrucciones del médico.

- ¿Estas dormida? - le pregunté apretando un poco sus brazos para hacerla reaccionar, hacia unos instantes que parecía no moverse.

- Mhh si... - respondió levantando su cabeza y dejando un beso en mi mejilla.

- ¿Quién es Lucy? - ella entreabrió los ojos con las cejas fruncidas.

- Es una modelo - Perfecto. La zorra que acaba de abandonar a la ojiverde enferma era una maldita modelo - ¿estas enojada? - preguntó inocentemente.

- No... - dije en un suspiro, pero ni yo misma me lo creía.

- Parece que si, y te lo mereces... - murmuró.

- ¿Tu lo crees?

- Si - afirmó dejando caer un gran golpe directo a mi corazón ¿esta era la confirmación de la sospechas de Dinah? Tal vez debía aprovechar el estado de la ojiverde para averiguar al respecto. Aún quedaban algunos minutos para que el doctor llegara y podría utilizar el tiempo en eso.

- ¿Tu estas enojada conmigo? - le pregunté.

- No, yo te extraño mucho... Tenía muchas ganas de verte, pero tú no venías - aunque sus palabras no tenían mucho sentido debido a su fiebre, sin duda alguna causaron un pequeño alivio en mi.

- Lauren... ¿tú me odias? - le pregunté con más miedo que decisión.

- En este momento no...



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