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- RAPHAEL x2 -
CINCO AÑOS DESPUÉS.
Raphael está volviendo a casa, la mansión de Magnus, ex mansión de los Lewis, está esperándolo con los brazos abiertos porque sabe de su llegada después de tanto tiempo fuera, es que lleva mucho tiempo deambulando por el mundo en la búsqueda de Simón después de que Magnus un día cualquiera mientras construían hogares para los integrantes del submundo que no se fueron del territorio, le dijo que había sentido la llegada y aparición de la reencarnación de aquel joven, pero sin poder dar más detalles que eso.
Después de aquella noticia Raphael se puso en marcha sin importar más nada, estaba ansioso y quería encontrarlo a pesar de que aun aquella reencarnación se mantuviera en un vientre, pero a pesar de que dio vuelta el mundo, investigó en todos lados y recibió ayuda de brujos no pudo encontrar ningún rastro de un bebé que tuviera la esencia de reencarnación de Simón, sintiendo como su regreso es un fracaso. Mientras camina por aquel camino de tierra hacia la mansión está masajeando su frente, se tomará un tiempo con Magnus y volverá a ponerse en marcha con la mente más fría.
— Raphael Santiago, cuando me dijeron que volverías no tenía conocimiento de que sería hoy y de un estado tan deplorable.
Mira a su costado encontrándose con aquel niño de rizos que conoció cinco años atrás, el hijo de Isabelle Lightwood y Merliot, aun sigue teniendo vestimenta de pieles de animales, sus pies van descalzos y una corona que se camufla entre sus cabellos, aunque parece que las facciones de su cara han endurecido un poco, es que ya debe ser mayor, debe estar en los treinta años pero que por su condición se ve tan joven como si estuviera llegando a su edad adulto joven de veinte años aproximadamente, es un híbrido y con ello tiene esos beneficios como también poseer vida eterna como cada subterráneo, excepto los licántropos.
— Tenía muchas ganas de no verte— responde Raphael de mala manera— tengo suficiente con tus mensajes semanales.
— Magnus me encargo de tener noticias tuyas, ya que estaba tan preocupado de que te sucediera algo— dice Fran— además sabes que no eres de ponerte en contacto, sino fuera por mí, no tendríamos noticias de dónde andas.
Desde que se fue del lado de Magnus cartas semanales comenzaron a llegar donde se alojaba, cartas que pedían respuesta del estado de su situación y también en cuanto a lo emocional, lo cual debía responder si no quería encontrarse de un día para otro con la visita de aquel demonio brujo. Todas las cartas eran firmadas por Fran quien se autonombró el mensajero directo de Magnus, dejando en claro en las cartas que había recibido el trabajo de saber todo de él mientras estuviera viajando en su búsqueda.
Además había comenzado a usar las cartas para darle noticias de los logros de los subterráneos de la zona, y lugares donde podría quedarse de subterráneos que emigraron a diferentes puntos del mundo, no va a decir que no fue de ayuda porque pudo quedarse en alojamiento de personas de su misma especie y sentirse cómodo, pero a veces se sentía rastreado, y por eso también estaba volviendo, porque necesitaba darse un tiempo de la búsqueda por el sentimiento de frustración y para hablar con Magnus del asunto de las cartas semanales.
— ¿No tienes mejores cosas que hacer?
— Estuve criando a mi hermano menor, y soy profesor de una de las escuelas, puedo con muchas actividades a la vez— responde Fran orgulloso.
— Si, recibí las noticias de que tuviste un hermano hace tres años, creo ¿Cómo está tu familia actualmente?— dice Raphael de mala manera.
— Ellos ya están en la mansión solo debo ir en la búsqueda de ese mocoso, mi hermano tiene ya diecinueve años, ya sabes la evolución híbrida y todo eso, en estos momentos anda por ahí cazando, ya sabes la juventud— responde Fran haciendo un movimiento de mano— pero Magnus nos invitó a todos a comer a la mansión por tu llegada, es que hay asuntos que hablar.
Ve cómo se despide corriendo sentido contrario, Raphael se le queda mirando un rato pero después se resigna a pensar que es un joven raro y que esas personas sólo logran entenderse entre ellos y nada más, decide seguir caminando hasta que por fin llega a la entrada de aquella mansión que ha sido remodelada, aunque la estructura sigue siendo la misma, el color de las paredes es distinta, el pasto que se había arruinado con los demonios aquella vez está cuidado y nuevo como si nada hubiese pasado, hay estatuas en cada lugar que estuvieron los cuerpos en la ceremonia aquella noche.
Lo recuerda bien porque todo está volviendo a su cabeza, y mientras va caminando hacia donde estaba la ubicación del cuerpo de Simón levanta su vista a aquella ventana donde estaba la oficina, y no puede evitar preguntarse dónde está la reencarnación de ese chico que ahora mismo debe estar cumpliendo cuatro años de edad. Sabe que es muy temprano para encontrarlo, pero mientras más rápido va a poder cuidarlo, verlo crecer y que no sufra daños, entonces en su mayoría de edad mostrarse para devolverle su alma y recuperarlo.
— Raphael, bienvenido.
Desde la entrada de la mansión Magnus está esperándolo con una sonrisa, junto a aquel chico Lightwood que parece haber crecido un poco desde el tiempo que se ha ido, llega a ellos mientras recibe un abrazo por parte del brujo y lo empuja a entrar encontrándose una mansión muy diferente a la que solía habitar, decorada de tal manera que parece ser nueva, pero siente que es mejor, es olvidar de que en ese lugar pasaron tantas tragedias. Es llevado a una sala con sillones negros donde ya le está preparando un vaso con bebida, se sienta siendo acompañado por aquellas dos personas, y los padres de Fran, que Isabelle como su hermano parece que la edad le ha hecho efecto un poco en su rostro.
— ¿Cómo ha ido el viaje?
Raphael saca de mochila aquel objeto donde ha estado encerrada el alma de Simón por tanto tiempo, dejándola en la mesa, todos se miran entre sí después de mirar aquello, pero ni siquiera está notando los extraños que lucen porque está tomando un vaso de la mesa mientras le da un trago largo, relajando todo su cuerpo en el proceso, por hoy quiere olvidarse de todo lo que ha tenido que pasar y sus fracasos, y disfrutar hablar o escuchar a esta gente que se ha reunido para darle una bienvenida.
— Raphael, sabemos dónde está la reencarnación de Simón— dice Magnus de repente.
— ¿Qué? ¿Dónde? — Pregunta Raphael sorprendido— dime donde está ahora mismo.
— Primero debes tranquilizarte, lo conocerás, pero no puede verte en ese estado, recuerda que el ni siquiera sabe de ti o te recuerda sin esa alma— dice nuevamente el brujo.
— Lo sé, solo quiero saber donde está...— dice tragando con dureza.
— Fran nos dijo que la reencarnación es nuestro actual hijo— responde Isabelle abrazada y mirando a su esposo— se llama Simón en honor a su muerte, pero Fran nos reveló que iba más allá de un nombre.
— Quiero verlo, por favor.
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