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- SIMÓN -

Abre los ojos con un poco de dificultad teniendo que tomar aire porque se siente sin aliento, siente un poco cansancio completamente a pesar de despertarse, y no recuerda exactamente qué ha sucedido, lo único que se acuerda es que se fue a dormir después de rechazar la comida que Alexander había traído para él, y se dio cuenta que Raphael no vendría, al día siguiente tampoco comió ninguna comida que aquel Nephilim llevó a él y se la paso trabajando, respondiendo cartas y pensando en la situación con Raphael, sintiendo un dolor de cabeza y corporal pero leve, entonces recuerda que se sintió cansado y después como se estaba quedando dormido cerca del atardecer en el sillón, pero el malestar se estaba haciendo más complejos, pero ahora está en cama. Se sienta en la cama quejándose viendo a Raphael sentado a su lado y mirándolo, sorprendido.

— ¿Qué haces aquí? ¿Te fuiste ayer y te dignas a aparecer frente a mi hoy?

— Eso fue hace cuatro días, estuviste con fiebre e inconsciente— responde Raphael— y de ese suceso, han pasado tres días ya.

— ¡¿Tres días?! ¿Cuánto estuve así?

— Alexander dice que te desmayaste al día siguiente que me retiré de la oficina, vine cuando me lo dijo.

Asiente al comentario del demonio mientras mira hacia otro lado, al lado contrario donde está sentado Raphael, viendo como el silencio está inundando el ambiente, pues ambos saben que ellos terminaron teniendo una pelea por un tema importante, y ahora que Simón se planteó el tema mientras estaba inconsciente puede decir que tiene sentimientos por ese demonio, no llegan a decir que está verdaderamente enamorado, pero un sentimiento guiado hacia aquello está, muy mínimo pero esta, cayó en los juegos del demonio y se siente humillado por eso.

— Quiero discúlpame por mis comportamientos, actué como un mundano que tiene sentimiento por ti más allá de lo que realmente sucede— habla Raphael—solo soy un demonio que te desea por instintos, y que por el simple deseo siento una atadura a comportarme de esta manera.

Simón mira a Raphael nuevamente, sorprendido, porque se está disculpando de manera tan sincera que hasta él puede sentirlo, y no le molesta saber que él no tiene sentimientos sino que es un deseo que los demonios deben poseer en su ser. Se acomoda en la cama viendo como Raphael ya lo espera con un vaso de agua, que no deja que lo agarre sino que le da agua en la boca, lo cual no deja de beber hasta que queda un poco en el vaso, después de eso lo ve como deja la mesa de luz para después sentarse en su silla, lejos de él.

— ¿Entonces cuántos días quedan realmente?— pregunta Simón masajeando su frente.

— Tres días contando el día de hoy, no hay novedades de nada interesante fuera de la mansión, solo que la abertura se romperá hoy en el sótano y puede que la mansión tenga un pequeño temblor.

Asiente mientras se mueve en la cama para llegar a la orilla y buscar su bastón para vestirse, pero ve que Raphael ha alejado el bastón y se ha levantado para ir hacia el armario en busca de su ropa, lo único que puede hacer Simón es suspirar mientras espera, no quiere pelear con Raphael hoy, ya están muy cerca de la luna llena, ya están muy cerca del fin, no quiere que se vaya de nuevo y lo deje solo. Mientras piensa en eso comprueba que su piel se siente refrescante, como si hubiese sido lavado, quiere pensar que ha sido ese demonio quien lo ha lavado y no otra persona, porque no lo recibiría, como fue con la comida que traía Alexander, no recibió ni recibiría nada de personas desconocidas. Una vez que Raphael ha vuelto con la ropa ve como se arrodilló frente a él para desabotonar la camisa del pijama, es como si todo hubiese vuelto a la normalidad, pero ahora consciente de lo que pasa entre ambos.

— Raphael ¿Qué harás después de que te liberes de mí?

— Si no me matan en el ataque por salvarte de que no te suceda nada, — piensa Raphael— viajaré por el mundo porque al submundo no sé volverá nunca más.

— Por lo menos viviré para saber que el submundo al cual tanto protegimos con mi familia y antecesores será libre, a pesar de la consecuencia que traiga la guerra.

— No solo eso, con solo haber sobrevivido ayudaste en esta liberación, todo el submundo te lo agradece joven duque.

Con el torso desnudo sintiendo como Raphael le ayuda a sacarse la camisa de sus brazos Simón no puede dejar de mirarlo, su rostro está tan cerca, sus palabras le ha agitado, su cuerpo está comenzando a reaccionar y lo único que puede hacer es tragar con dureza, tratando de tranquilizarse, no sabe porque está reaccionando así a aquello, pero solo lo está haciendo.

— ¿Te sientes bien? ¿Sigues enfermo? — Pregunta el demonio tocando su frente— tu cuerpo está reaccionando de manera diferente a lo normal.

— Es tu culpa, yo no puedo evitarlo después de todo lo que ha pasado.

— ¿Mi culpa? — pregunta Raphael susurrando de manera grave.

Cuando Simón está por comenzar a balbucear por los nervios, la puerta es golpeada haciendo que el momento se termine, Raphael va hasta la puerta para abrir un poco y ver de quién se trata, mientras que él se está comenzando a vestir solo tratando de tranquilizarse, casi estaba por hacer algo indebido nuevamente con Raphael. La puerta vuelve a cerrarse trayendo una bandeja en su mano la cual está probando con su dedo, una vez comprobado asiente mientras la deja en la mesa de noche para terminar atando sus zapatos, lo cual le estaba faltando hacer.

— La comida es buena, debes comerla— dice Raphael colocando los anillos— antes de que el temblor comience a destrozar todo.

Asiente sin poder encontrar su voz para responder, mientras se acerca a la mesa de noche para agarrar la cuchara y levantar con ello el alimento que está en el plato, pero aquel demonio lo detiene y le manda a que se siente mientras él acomoda su silla y le da comida en la boca, lo cual a Simón le parece divertido porque lo trata como si tuviera enfermo pero ya está bien, después de un descanso aun sigue teniendo un pequeño malestar de cansancio pero esta de maravillas para seguir trabajando, y además sabe que está todo bien con Raphael. 

Lo observa en todo proceso incluyendo cuando lo limpia con sus dedos vacíos de guantes para después llevarlo a su boca, con solo observarlo piensa que ese demonio parece más mundano que demonio, aunque sus facciones corporales, su rostro, sus ojos, entre otras circunstancias afirma que es de otra especie que no es mundana.

— Si me miras así, no podré resistirme y tendré que devorarte.

— ¿Qué?

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